¡UN CIRCO!
Lo de esta mañana en la Carrera
de San Jéronimo parecía mucho más un circo que un parlamento. Al fin los
pijoflautas, los advenedizos los hijos de aquellas madres a las que tanto amé
no podían ocultar su regocijo por pisar alfombra que aquí es de lo que se trata
pegando voces y cagándose en la puta España. Nuestro sino es el esperpento. Ya no
necesitan preparar oposiciones. La política ahora es un chollo.
Me pareció ver en la duermevela
del mañanero que en vez de señores diputados que venían a cobrar la nómina y a
coger sitio lo que entraba era el caballo del general Pavía a galope en el hemiciclo
pegando brincos.
¡Dios que espectáculo! una madre
de la Patria daba de mamar a su bebé en el escaño, sin necesidad de ama seca,
porque al parecer estaba bien dotada de buenas ubres. El infante tiraba con
avidez de la teta mientras sus compañeros de bancada decían riéndole las
gracias y los pedetes al rorro:
▬¡Qué rico es! ¿Cuánto tiempo
tiene?
▬Seis meses
▬¡Salud y república!
▬Tan chiquitín, y ya me lo metéis
en estas vainas▬ murmuró entre dientes un miembro de la leal oposición
Mientras uno de los jóvenes diputados
de Podemos que tiene una cabeza difícil y aspecto de sietemesino levantaba el
puño en alto. Salud y república, compañeros. Mister Churches el Coletas se
despachaba con otros gritos amenazantes. Algo vale que el descamisado lucía una
camisa azul proletaria que a mí me hacía recordar viejos tiempos. Don Rajadizo
el Mirifico quiero decir don Mariano Rajoy alias don Tancredo hacía puñetas en
un rincón y hablaba de enjuagues y de consensos.
El nuevo presidente de la Cámara
estaba encantado de haberse conocido. Pedro Sánchez pese a su nombre tan
unamuniano no puede evitar su aspecto de niño litri algo tarugo.
Y la “Mini woman” a la que llaman
la vice buscaba a alguien entre los corrillos.
Doña Celia Villalobos no podía
disimular que es una inútil metiéndose por todos los sitios. Ella es de las
funcionarias de toda la vida que pasan sin llamar.
Hoy me acordé de un cuento de
Clarín en el que lloraban los dos leones que montan guardia ante el estilóbato del
palacio de las Cortes. Uno se llamaba Benavides y viene de las montañas de León
y el otro menos berroqueño pero con la garra firme y muy tieso fue esculpido
con el bronce de las balas de las guerras del Rif. Las dos estatuas no podían
disimular el enojo y la tristeza. El parlamento hoy era un circo lleno hasta
los topes de demagogos sin elocuencia que no saben hacer la o con el canuto. Sus
señorías ya están aquí porque han venido. La vera efigie de la estupidez sin
señorío.
El país al que yo amo no se
merece esto. Son unos trepas. Bien puede liarse la gorda y esto lo digo sin dármelas
de profeta. Ya anuncié en su momento que esto puede acabar como el rosario de
la aurora… The rain in spain falls mainly
in the plains. (La lluvia en España vierte sobre la llanura, según un
adagio que los escolares ingleses aprenden en las clases de fonética). Esto es
un trabalenguas