2016-12-04


Marqués de santillana. Refranes que dicen las viejas tras el fuego.

 

 

Llegó diciembre y me quedó trashoguero. En la lectura del autor de las serranillas encuentro los refranes, dichos, caídas y apotegmas que me retrotraen a los años de mi infancia. En Asturias llamanbanse esfoyazas y en castilla filandones las veladas del invierno. Es un contexto de literatura oral que conforma un verdadero tesoro paremiológico de la lengua castellana como asimiladora de las otras lenguas ibéricas: bable, alto aragonés, gallego, catalán y portugués. Reflejan estas sentencias la sabiduría popular de una sociedad campesina pero a pesar de sis más de 700 años de antigüedad particularizan los problemas y acaecimientos del ser humano de todas las épocas. El alma, las situaciones y los conflictos no cambian, cabalgan sobre el lomo de las olas, se mantienen enfiestas o hiniestas sobre el vaivén de las generaciones.

El rey Juan II padre de la reina católica le mandó a Iñigo López de Mendoza marqués de Santillána que hiciera una recapitulación de estos refranes y el señor de Buitrago, señor de la guerra pero también gran humanista, las redactó en un libro publicado en Sevilla en ca Jacobo Cromberger. Se trata de un incunable que perfilan la figura de uno de los grandes poetas europeos de alma renacentista. Los aforismos o retraheres formulan aspectos incontestables del humano vivir.

Mientras fumo mi pipa y se oculta el sol por los riscos de la Sierra del Viento saboreo las viejas consejas que han tenido variantes a lo largo de los siglos. Por ejemplo, “a consejo ruin, campana de madero”. Otra versión es la de “a palabras necias, oídos sordos”

“Acertole Pedro a la cugujada que el rabo lleva tuerto”. La cogujada es la alondra, el pájaro primero que anuncia el día, antes que el ruiseñor. Recordemos en Romeo y Julieta Shakespeare lo pone en boca de Romeo cuando le dice a su adorada que aun queda tiempo para alargar la noche de amor.

-It is the lark

-No. It is the nightingale.

El ruiseñor o golorito pone fin a las veladas de pasión. La alondra con su canto sólo anuncia el fin de las sombras.

“A ruin mozuelo ruin capisayuelo". O debajo de una pobre capa hay un buen bebedor.

“Alza el rabo rucia que se van los de Olmedo”, esto es que pasó el peligro. Olmedo hubo fama de ser punto de congregación de valentones matasietes, gente de guerra.

“aína nada faremos sin un pandero”. Se conoce otra que describe los usos y costumbres de las aldeas: “no hay cena sin tamboril ni boda sin pandero”.

“Beato quien tiene, majarrón o vagabundo” o un gran o no hace granero pero ayuda a su compañero la economía y el ahorro estaba presente en el ánimo de nuestros ancestros.

“Beata con devoción, tocas laxas y el rabo ladrón. “Beso pon que beso quites” y el que quita y nada pon pronto llega al fondón. Y este refrán precioso por su delicadeza “Bien sabe la rosa en qué mano posa”. “Comadre andariega, do vo vos fallo” y “becerrilla mansa mama a su madre y a la hoje” o del agua mansa me libre dios que de la brava me guardo yo. “creedes en dios?… encinta es la grulla y no lo sabe el puerco. La religión es un asunto privado y personal. “Del pan de mi comadre buen zapico a mi ahijado”. La gente es generosa con lo ajeno. “Mía no es la farina. Muela quienquiera".

Y este un poco machista; “de mala mulier dios te guarde, de la buena non fies nada. “De rabo de puerco nunca buen virote” o “de padre gatitos hijos michines”. “do viejos no andan, cuervos no andan”. ¿Dó eres, ome? De la aldea de la mi Müller” o tiran más tetas que dos carretas. El lobo el domingo nunca va a misa. El viejo en su tierra el mozo en la ajena mienten cuanto quieran. Echa otra sardina que un ruin viene. Fui del perejil y nasciome en la frente, o salimos de Málaga y entramos en Malagón. Huelga, viejo, que bien pacen tu asno. Fadas me hicieron negra que yo blanca era. Es una versión del sangre “nigra sum sed phormosa, fialiae Jerusalem”. Guarte dessa, lagarto coxo. Fallado avedes, viejo, la gritadera. Juras de tafur passos son de liebre. Judio fa tahabula (maula) si perdiste la mula. La muller e la sardina de rostros en el fuego o la Müller y la sardina pequiñina pero tambien la mujer la pata quebrada y en cas. La tierra que me sé por madre la he, o no eres de donde naces sino de donde paces. La pascua del aldeano la barba fecha y el tejuelo en mano o a dios rogando y el mazo dando. Malo verná que bueno te fará o bien vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Mete el gallo en el muladar que saldrá heredero. Más valen coces de monje que falagos de escudero. Mal que no te sabe tu vecino, ganancia te es. No conviene hablar mucho de sí mismo. Habla despacín no te oya el tu vecín. Malhaya el romero que dice mal de su bordón. El marido lleva la artesa y yo el cedazo. Cuernos. No creas en cielo estrellado ni en rabo mal vezado. Ni voy ni vengo pero cual seso tuve la cabeza tengo, no son todos omes los que mean en la pared. No cabíamos al fuego y parió mi suegra. Ojo al marear que relinga la galga o paso corto vista larga y ojo al cristo que es plata. Piedra movediza no la cubre moho. Madera castañiza ni fuego ni ceniza. Oveja que bala bocado que pierde. Por demás la xítara en el molino si el molinero es sordo. No se hizo la miel para la boca del asno. Quien no sabe de abuelo no sabe de bueno. Por mas que me digades mi marido es el pastor. Cuando cae la vaca aguzan los cuchillos. Ruin con ruin que asi casan en Dueñas. Si queredes aprender a orar entra en la mar. Tras que la novia es tuerta pegose la malfaldada o malhadada. Alma sola ni canta ni llora. Uno muere de atafea y otro la desea, o puede mas el uello que el butiello.  Bien canta Marta después de farta. Viene de la huesa y pregunta por la muerte. Viose el perro en bragas de cerro. No hay que meterse ne camisas de once varas. Yo que me callo piedras apaño. Zorros en zorrera el fumo los echa fuera.

Un examen de estas sentencias nos harían pensar que parecen escritas en bable, que es el genuino castellano, el origen sin la j y la vocalización de la L latina y el umlaut de la F que luego se convierten H. Llevaría entonces razón el profesor Alarcos en sus conclusiones sobre los ascendientes de la lengua disgresiones políticas aparte pues la ciencia filológica tiene que ver poco con las manipulaciones banderizas de un grupo de ignorantes que nos quieren demostrar que lo negro es blanco y ya llevan bastantes años en su catequesis deletérea haciendo comulgar a las nuevas generaciones con ruedas de molino. Recomiendo a los jóvenes españoles que entren en estos territorios de la ciencia y lean a este maravilloso autor y den de mano a Muñoz Molina, Vargas Llosa  y a otros epígonos de esa empanada mental con que se ha educado a las nuevas generaciones metiéndoles en la cabeza ideas sin fundamentos. Será peor para ellos, se convertirán en lumpen y gente mentalmente pobre y físicamente en el paro. Son dominios imparciales donde reina la serenidad, la imparcialidad y nunca el despelote de algunos desmelenados cursis. Vuelvo a encender mi cachimba, doy algunas pipadas y revuelvo un tuero de la chimenea con el hurgón y la badila y pienso en que la fruta está al caer porque a zorros en zorrera el humo los echará de la madriguera pues no hay mal que cien años dure. Tarde de otoño. Se escucha el rumor de las olas estampándose contra las restingas de los recifes.








 

Don Luis de Góngora y Agorte

 

Lo que yo desconocía era que las yeguas andaluzas, Góngora dixit, eran preñadas por el blando céfiro. Me imagino a don Luis de Góngora y Agorte cantando el estribillo de hermana Marica, despierta que es fiesta no habrá escuela, y haciendo bellaquerías detrás de la puerta.

Luego fue un canónigo tibio que se echaba las largas siestas con el ama y con el monaguillo que le ayudaba a misa, de ser el caso, y nunca iba a coro porque le gustaba vivir a su albedrío, y entre los sueltos caballos, como Hipólito, mitad judío, mitad cristiano y una quinta parte de pagano, bibliognosta, bibliopola y como buen conocedor del paño dado a los plagios. Buena orina, buen color y siete higas al doctor. Se reía de todos.

Nos lo topamos en nuestra adolescencia retratado por el Greco gesto adusto de clérigo cerbatana la nariz roja de los que tienen buen trato con Baco, cuello alto de media golilla y cara de acatarrado. Dicen que era muy friolero y que no acudía a Tercia  la mezquita catedral a cantar con los canónigos si no le ponían brasero debajo de su silla de precentor.

Era chantre y por lo visto cantaba bien. Pero se llevaba a matar con los otros claustrales. Pues debió de ser de carácter difícil y pijotero.

Quevedo no lo podía ver porque es el único de los poetas del diecisiete que puede hacerle sombra; lo describe con su nariz “nabal”[1], érase un hombre a una nariz pegado. El aludido donde las dan las toman devuelve la flor, dedicando al divino cojo un corte de manga que es todo un repertorio. Zambo, cegato y bien puestos los tochos, por su mujer doña  Felipa cuyo matrimonio no fue consumado, dice don Luis insinuando su impotencia sexual, por lo que era aborrecido por las mujeres. esta acerba acometida del xordobés explica el carácter misógino del matritense.

Don Francisco tampoco se queda corto. Le llama judío y bujarro al autor de las Soledades. El estro y el númen de las nueve musas hacen virguerías en las redondillas de este cordobés de origen navarro pero Argote o cagote, calaña despreciable y herética.

En Francia se les consideraba intocables. Al filo de u pluma como una navaja, temíanlo con respeto sus enemigos. Goce de los aficionados a las letras castellanas ▬constituye un privilegio que tenemos los españoles▬ hablar una lengua tan hermosa y superdotada.  Es asistir al duelo de sátiras y de insultos con que se baten los dos mayores vates de nuestro siglo de Oro. Higas, refitoleros chicoleos, cachondeos, epístolas que son auténticos golpes de mano pero bien escritos y con elegancia. La sangre no llega nunca al río. Pura esgrima literaria. Salen a la palestra un bujarrón y un misógino y en unos juegos florales a su modo se intercambian epítetos en un toma y daca maravilloso. Góngora bien claro lo dice de Quevedo: “porque su arcabuz carece de estampido, ay madre mía, sin pólvora ni pistón”. Da gusto haber nacido en un país tan libre. Si resucitaran ambos contendientes a vista de la “decadencia de los muros de la patria mía” tanto el cordobés como el complutense se pondrían las botas. Hoy hay mucho más materia prima materia y tela que cortar en la corte del último Borbón, donde la corrupción nos abruma, por vivir tiempos mentirosos, a diferencia de la época del cuarto de los Felipes[2],  cuando todo eran toros y cañas y allanamiento de conventos.

Felipe IV, cuando no estaba de caza, estaba en misa o en el lecho del Triquitraca.

Éste lo mismo aunque no se nota tanto.  Pero tanto el Austria como el Borbón tienen cara de bobos. Vivió una vida de papel estucado dentro del círculo mágico de la fascinación por los libros.

En casa Góngora que se ordena de presbítero ya cincuentón porque toda su vida fue minorista, tenía una criada morisca que honraba a Ala-ruh Alá- en secreto y hacía las abluciones y sus genuflexiones mirando a la Meca.

A veces el popaz iba detrás poniendo a su coima en esa dirección. Nadie habló del amor con tanta delicadeza en castellano, como este converso, aunque malsines dijesen de su persona que era bardaje y degustador del amor amargo. No está probado.  Cantó a su Córdoba natal con versos inmortales aunque con frecuencia se mofa de la afición de sus paisanos a empinar el codo[3]. 

Era oriundo del norte, de origen argote, un pueblo segregado que vivía en el valle de Arán,  proveniente del Languedoc que emigraron a España cuando se desencadenó la persecución cátara.  Les decían les cagots. A batallas de amor campos de pluma. Su rostro era severo algo bisulco o patihendido por la barbilla y sus versos cuando quería un tanto ludiferos, sus poemas chocarreros que podían herir como una daga y hacían carne en el alma de sus enemigos, sabía insultar mejor que ninguno y al igual que su enemigo Quevedo conocía los recursos de la sátira.

Pero también era augusto y solemne y estar al corriente con pluma  elegante y poderosa como el vino de montilla, si lo pedía la ocasión.. Y hacía a pelo y  pluma. Góngora es todo un mundo. Cuando pitos flautas y cuando flautas pitos. Unas veces quitaba a su mora la almeiza en la cama y otras veces se echaba la siesta con un efebo porque queda en los anales no sé qué pleito que tuvo con  el deán de la mezquita de Córdoba.

El claustral quiso empapelarle por andar a nidos con los niños de coro. Dixo la picota al gocho, contestó el poeta, quita de ahí que me tiznas. A buena parte fuiste a dar, pato no empluma a pato y el ánsar nunca se aparea con el cisne, Fue tabelión del archivo diocesano y guardaba con celo los viejos documentos. En el coro de Córdoba tenía una misericordia para dos y gastaba asiento biselio.

En un rucio rodado alto de brema y largo de copete, cañilavado de cascos, iba a su pueblo a visitar a su hermana Marica en la campiña del Guadalquivir. Allí en sierra morena las yeguas andaluzas eran preñadas por el céfiro. Pasaban las comadres por su puerta, damas de toldo y arandela, y a todas las bendecía diciendo:

       -Id a servir al amor

       -Mire don Luis que nosotras somos de la grey huérfana.

       -De menos nos hizo Dios

Y enseguida profería un latinajo

-Igne natura renovatur integra

-¿Qué nos quiere decir su señoría?

-Que el fuego lo purifica todo:

Se había producido una cierta dilución de la fe que hace que la caridad se enfríe y la gente viviera enemistada, desconfiando los cristianos unos de otros, pero el dinero faltaba, trampa adelante, por lo que los clérigos soñaban con la vida retirada, con un buen pasar, una prestamera, un beneficio que les deparara un vivir cómodo. Las damas sonreían a la concupiscencia de los ojos. Alguna vez don Luis decía misa pero al parecer no sin demasiado fervor y consultaba los añalejos dejando que el mundo girase por las cuatro estaciones del ciclo solar y el universo espiritual por los cuatro evangelios.  

Abstracción hecha de tales inconvenientes de su disipación de sacerdote prebendario, no podría decirse que fuese ni mejor ni peor que los demás Don Luis de Góngora y Agorte al que algunos decían cagote.. Nunca fue cura gallofero de los que iban a recibir la sopa boba a los conventos ni fue galán de monjas jamás. A batallas de amor campos de pluma. Este beneficiado del cabildo cordobés fue el mejor vate que escribió en la lengua española. Verdadera gloria del parnaso. No soportaba a los hipócritas ni a los camándulas a los que vituperaba en gallego: “Cruz no peito o diablo feito”.

Fue un hijo mimado de las Nueve Musas que ya es decir con su tono entre bromas y veras, ludífero y estro chocarrero y juguetón. Una delicia leer sus romances. En las Soledades tan intrincadas y alegóricas resulta difícil hincarle diente porque envuelve sus profecías críticas del desgobierno[4]  de su nación en alegorías, pero genial , según Dámaso Alonso, y ande yo caliente y ríase la gente. Es el escritor que sabe mofarse mejor políticos que por desgracia nos tocó en suerte en toda la historia de España. Vivió villano en su rincón aportillado en la roca de Israel que no puede que ser otra que la del Beatus Ille. Tuvo una apartada y misteriosa vida.

viernes, 12 de febrero de 2010

 

Viernes, 12 de febrero de 2010

 

 



[1] De nabo, no de nave.
[2] Los dos son rubios y ambos gozan de una sexualidad insaciable y casi femenina. Estamos ante dos casos singulares de lascivia que debieran ser objeto de análisis patológico. A Felipe IV se le computaron sesenta hijos  naturales. Juan Carlos I se sube en su moto y  escapa de la Zarzuela, de picos pardos., alguna noche. También se le atribuyen unos cuantos vástagos fornecinos. Allá van leyes donde quieren reyes y para eso estén acaso los reyes.  Para reinar y para follar.
[3] Cordoba ciudad bravía/más de mil tabernas/ y una, sola, librería.
[4] Curen otros del gobierno del mundo y sus monarquías…. Ande yo caliente ríase la gente

MI ULTIMA DIA EN EL TRABNAJO MAÑANA ME JUBILO


MI ÚLTIMO DIA. MI PRIMER GRAN TEDEUM

 

Antonioparragalindo

 

“Sol de junio, un verano más”, cantaba un coplero de mi lejana juventud cuando yo cortejaba a una moza muy formal. Nunca empezábamos aquel pastel, nunca nos fumamos aquel cigarrillo  de después en el 600. Había que estar en casa a las diez. Ella habrá dejado ya de fumar, yo sólo fumo en pipa y a escondidas porque fumar ya no es políticamente correcto ni está bien quisto pero yo me digo  tambien los que no fuman se mueren y les dan infartos, mientras acaricio los viejos recuerdos en el estanque dorado de la memoria  y pedaleo –estoy hecho una mula- hasta Navalcarnero ida y vuelta tres leguas y pico en una hermosa tarde con el solsticio de verano casi en puertas siguiendo el viejo camino de la mesta... Esa era la ruta de los nutridos rebaños que veíamos pasar por nuestra puerta camino del sur, el morueco en medio egregio y mostrando su estatura guardiana, y a los lados los perros. Un zagal llevaba un corderillo recental a hombros y a mí recordaba la vera efigie del Buen Pastor.

 Parece que percibo el bronco ladrido feroz y aquiescente del mastín. Ya no hay mesta ni cordeles, van en camiones, pero el ojo de mi memoria los sigue viendo circular. Parece que fue ayer y ha pasado tanto tiempo. Ya han encañado los trigos. De trigo y centeno hay  hogaño un cosechón. Las vides están hermosas y ya granan las cepas. Si no se apedrea tendremos los lagares y la troje hasta los topes.

 Una collalba  me hace una referencia y se me cruza en el camino y canta escondida entre las cepas la perdiz con voz de amor. Sol de junio. El cuclillo y la abubilla tienen un dúo, se han enzarzado en una porfía (a ver quien da la mejor nota) que enternece mi corazón de melancolías y es la orquesta de acompañamiento a este Te deum laudamus te Dominum confitemur que esponja mi corazón.

 La voz del diacono Shelapin de mi grabación de la noche de pascua pregona el canto del Querubín. Mañana es mi último día y pues me tomé un Moscoso el día 12 si Dios quiere estoy cumplido. Voy a entregar la cuchara pero no la tarja. A mi tarja le quedan todavía algunas muescas por cortar al menos eso espero y loado sea Cristo. Al menos eso espero con la venia del Panadero celestial que todo lo controla todo lo ve y todo lo designa desde ahí arriba. I hope that He spares me.

 No puedo estar más satisfecho. Gracias, Señor. . Junio trajo las rosas y la plenitud de  un ayer no consumado y yo tuve la suerte de conocer sin conocer a aquel amor. El sol, un sol que se va, refulge en el estanque dorado pero el hombre pecador a veces tira por la trocha más difícil dejando el camino real, se va por los puertos fragosos abandonando la amenidad del valle y del llano. Lo malo es que en este curso de la vida no hay repescas  ni exámenes de febrero pero todos los seis de junio se me aparecía el rostro de la querida novia (ah yo vi en Roma do es la santidad que todos al dinero facen omildad… y eminencia, nos quita  las buenas para que nos vayamos con las malas).

 El hombre no es que tropiece en la misma piedra es que es gilipollas y escoge la manzana podrida  desdeñando la más manzana y fresca. Ah todos los seis de junio una lagrima de mis ojos y una oración brotaba de mis labios en memoria de aquel amor perdido. Uno se va siempre con las malas y deja las buenas pero es ley de vida. Misterios del destino. Enigmas del mundo... regreso a casa con el primer lucero. Un traguillo del vino de Navalcarnero que era el último pueblo de la provincia Segovia antes de las extremaduras, el que bebían los pastores de los viejos cordeles a la salud de sus rabadanes, de sus amos y de sus novias, me da fuerza a mis empeños, para cubrir el tranco final. Las cuestas arriba las suba mi mulo que las de abajo yo me las sudo, digo con el refrán.

- Aprieta el culo y dar pedales y pasa hoja.

- Es lo que hay que hacer para llegar a viejos.

 Un transportista guasón me larga bocina.

-Pi. Pi. quita del medio que va va pasar la camioneta de mi papá.

-Cojonazos..

-¿Violos la tuya mujer, o qué?

-Quitate de en medio que no eres Berrendero ni Bahamonetes, pensionista.

- Es que hice la mili en un batallón ciclista le contesto.

 Y  me despide con un corte de manga que le devuelvo. Mañana es día escuela el último día escuela y ya brilla por el este el último lucero.

Y, esta mañana cuando por ultima vez ficho al pasar frente a las estatuas del cardenal Gil de Albornoz que se alza mitrada y eminente delante del convento de San Diego, desafiando un poco a la de Cisneros, como un rival, me acuerdo de aquella objeción que hacía el bueno del arcipreste a su cardenal de Toledo cuando quiso dejar sin mujeres al clero y sus quejas son punto de referencia de lo que ocurre en la vida. ¿Me fui con las malas y dejé las buenas, de verdad?

 No sé. Es muy difícil afirmar esas cosas tan taxativamente. Por lo pronto sol de junio, un verano más ¿y tú donde estás, donde te fuiste, amor que no fenece jamás que es puro y limpio como el brillar del lucero que avisto al bajar la cuesta de mi urba? Estas son preguntas sin demasiadas respuestas.

 Ya no puede quedar mucho trecho. Sin embargo espero que la tarja de mi existencia  se alargue un poco más.. Al llegar a viejo se ha hecho más firme mi fe y mi esperanza. El amor no muere nunca. Nos sobrepasa como el camionero fardón que por poco me tira a la cuneta un ventalle. Es el aire del Espiritu Santo. El domingo fue la fiesta de la Trinidad y vivimos todos en el gran cenáculo.. Se queda prendido en el rielar de aquella estrella. Cuando llego a casa mi santa esposa mantecosa – fue la buena o fue la mala no lo se pero es la que elegí yo, impulsado por la fuerza del sino, del destino o del fatum- se cachondea de mi al verme en shorts.

- Ya no estás para ir de ligue, tio. Con esas fachas.

- Home no, pero eso no lo decías hace treinta años que entonces bien que te gustaba el pirulí de la Habana.

- Si serás machista.

- Tú no sufras que mañana me jubilo, prenda. Hace 65 tacos  que me parió la Juani. Con seis kilos mi y medio que di en bascula a mi pobre madre no sé si la desriñoné una larga tarde de junio. El parto sin cesare duró seis horas y era el dia sexto después del D Day.

- Así sigues de gordo-dice mi mujer que ya no me echa piropos pero de vez en cuando me da alguna charla y a callar.

-In te Domine speravi non confundar in aeternum. Bendito seas Señor por esta vida. Me puedes quitar todo menos la esperanza y el sentido del humor.