GEORGE ORWELL Y EL
PROBLEMA SIONISTA
Leyendo un gran libro
de Orwell retirado de las librerías (un
sacrilegio porque este escocés de ascendencia india es uno de los más grandes
de la literatura inglesa)“Down and out in
London and Paris” en el que expresa grandes reservas sobre los judíos a los
que acusa de haber perdido la guerra de España y de haber amamantado a la víbora
de Stalin, me hecho la reflexión de si El Corona Virus no habrá sido una
creación sintética in vitro de los laboratorios de Tel Aviv, en sus ansias de
dominio del mundo acabando con el sistema establecido tras la segunda guerra mundial.
En su gran novela “1984” adelanta esa precognición sobre la llegada de un
estado totalitario. Es lo que proclamaba en un artículo al Wall Street Journal Henry Kissinger el discutido político sionista
norteamericano para alcanzar la meta soñada del Eretz Izrael. Una nueva
potencia que controle el mundo.
¿Qué pretende
Kissinger? dar a Europa el abrazo de la muerte como se lo dio a Carrero Blanco.
El crimen se lo arrogó ETA que era una organización incipiente y sin una
tecnología suficiente para hacer volar un Dodge Dart hasta el tejado de un
sexto piso en la calle Claudio Coello. Por lo cual el magnicidio quedó impune. Es
una técnica muy al uso en los servicios secretos: perpetrar un acto y
achacárselo al enemigo. Acting by proxy,
ceremonias de confusión a rio revuelto
acción directa mediante testaferros, tirar la piedra y esconder la mano.
Atiborrarnos de información superpuesta.
El
veterano estadista una mezcla de Tallerand y de Fouché pasado por el Talmud a
sus 97 años ─diz tiene pacto con el diablo─ sigue invocando consignas de revolución
universal, que es algo inherente al programa mental del mosaísmo: cambiar la
faz de la tierra. La letal pandemia que a este paso puede provocar una escalada
funeraria mayor que la de los muertos de la segunda guerra mundial les vendrá
como anillo al dedo a los demiurgos de ese supuesto Nuevo Orden. ¿Dónde se
agazapa la mano que mueve la cuna?
La teología del
Holocausto y el fomento de la venganza como ideología letal están pidiendo este
corolario de peste global a gritos, diezmar población Ahogar la economía de los
goim que es como denominan a los cristianos. A los amos del mundo les conviene
una eutanasia programada. Pero esta táctica del contubernio es un “dejà vu”.
El gran escritor
inglés ya la puso en solfa en los años treinta del pasado siglo adelantándose a sus contemporáneos al anunciar
el sistema de opresión y de control bajo un gobierno mundialista en “Animales
de la Granja” y “1984”. La prelación delata no a Stalin ni a Hitler, como se
quiso dar a entender el pasado siglo cuando la crítica literaria se puso a
elucubrar sobre qué es lo que quería decir Orwell en su utopía. ¿Adónde apuntaba
sis flechas el famoso periodista de la BBC?
Cundió la idea de que
el británico se refería a los estalinistas. Pero tanto los fascistas como los
comunistas resultan hermanitas de la caridad en comparanza de lo que habría de
venir con el mundialismo sionista bajo el dominio de Internet. Si controlas la
información lo tienes todo. Está en tu mano el poder de las masas. Por eso y
por mucho más George Orwell, pseudónimo de Eric Blair, ha sido descatalogado y
perseguido. Es el mejor escritor en lengua inglesa del pasado siglo. Fue el
periodista más certero como corresponsal de guerra en Berlin y en la guerra de
España desde donde enviaba despachos para el Daily Worker único diario comunista
de Fleet Street. Huyó del separatismo y de los esbirros de Companys otro judío amigo
de Beria.
Se han quemado sus libros en pública almenara,
se ha tachado su nombre de los anaqueles bibliotecarios, se ha borrado su
memoria, algo que saben hacer muy bien estos bestias con su táctica de al
enemigo ni agua. Son expertos en la condena y el olvido. Expulsan a los
disidentes a la gehena, dan de baja su nombre de las listas. Allanan su
memoria. Tildándolo de paranoico y conspiranoico, lo acusan de ser, por decir la verdad y cantar
las verdades al lucero del alba, una amenaza para la democracia… se trata de la
ley del embudo puesta en marcha.
El dominio de los
medios de comunicación que ha sustituido a la formula marxista de controlar los
medios de producción les permite a los organizadores del cotarro, un sanedrín
que maneja la cara oculta y que utiliza a los líderes de los estados como
marionetas (Ángela Merkel, Macron, los holandeses los belgas, los gerifaltes
del Mercado Comían, Boris Johnson, el inepto Pedro Sánchez… gente muy tonta y
manipulable, aborrecen a los grandes estadistas) confirma dicha antelación.
En este libro tan
crudo en el cual narra sus experiencias personales como clochard y plongeur (fregaplatos) asegura que el
mundialismo quiere esclavizar a la humanidad lavándole el cerebro o matándonos
de hambre. Boris uno de los personajes de la novela, antiguo oficial del ejército
del zar, y exilado a Francia a causa de la revolución del 17, cuenta con
tristeza cómo se ve sujeto a la caridad de un judío al que tiene que besar el
culo, que le da trabajo de camarero al antiguo oficial de la guardia. “El judío
siempre odiará a un ruso, escupe sobre los iconos que para nosotros es el mayor
sacrilegio que cabe”.
Estos párrafos le costaron al mejor inglés de
nuestros tiempos ser descatalogado. Han borrado su memoria. Tienen un arte
especial para urdir los hilos de la propaganda. Se inventan escritores (Kafka)
como se inventan gobiernos. They are the
kingmakers (hacedores de reyes, a
los que destronan cuando no les conviene) mediante el soborno y el agiotaje. Son
expertos en el arte de la especulación y la mentira. Ahí tenemos otro ejemplo:
Jocklyn el último líder del partido laborista británico fue removido de su
cargo por ciertas precisiones antisemitas y su sucesor el día que asumió el
cargo compareció con una foto rezando ante el muro de las lamentaciones de
Jerusalén.
Acusan a los chinos de
haber extraido de los laboratorios el Covid-19 pero bien puede ser que las
matraces asesinas salieran de algún laboratorio manejado por científicos
israelíes expertos en la guerra química. De ser ciertos tales supuestos,
estaríamos a las puertas del Apocalipsis. Ellos están construyendo su propia
arca de Noé. Sólo entrarán en ella los elegidos. ¡Qué bien!
continuará