2020-08-18

MAEZTU GRAN PATRIOTA

 

RAMIRO DE MAEZTU REFUTA AL SIONISMO Y AL ISLAM


Según nuestro gran pensador y mártir de la guerra civil (fue asesinado por mandato de Santiago Carrillo) "los mahometanos no persiguen el delito de robo y homicidio. Sus leyes permiten asesinar en nombre de Alá, compasivo y misericordioso. En cambio, entre nosotros católicos, las leyes divinas prohíben el homicidio, el robo y la lujuria. Esta exigencia es la expresión de nuestro ideal de perfección. El Islam sin embargo concede más importancia a las circunstancias atenuantes. Nuestros jueces las tienen en consideración pero suponen que el hombre ha de sobreponerse a las malas inclinaciones. El cristianismo aprecia la libertad del hombre para escoger entre el bien y el mal y ello significa liberarse de la servidumbre del pecado".

De los judíos dice Maeztu: " Son el pueblo más exclusivista de la tierra y frente a ellos se forjó nuestro sentimiento de catolicidad y de universalidad. El principal cuidado de Israel es mantener la pureza de la raza. Los judíos no son una comunidad religiosa. Son una raza. Creen en su propia sangre y rechazan cualquier otra. Han evitado mezclarse desde los tiempos de Esdras en cuyo libro se prohíbe casarse con gentiles. Tal vez por eso no quieren prosélitos ni misionan y por eso rechazaron a los samaritanos que practicaban su religión pero no eran de su estirpe y por esta razón un judío sigue siéndolo cuando abjura de su fe1 y de esta manera resultan en muchos casos adoptando bandera de conveniencia el titulo de católicos, paganos o musulmanes, pero son pseudos".

En España empero la conversión fue en masa y es un hecho que obvia nuestro pensador en su brillante análisis a partir del siglo XII cuando contaban con la protección de los monarcas castellanos y aragoneses. Esto daría lugar a un conflicto en el seno del pensamiento sefardí. los rabinos observantes se rasgaron las vestiduras al ver que muchos de ellos se bautizaban profesaban como monjas o frailes, alcanzando el título de inquisidores. Según el historiador Walsh en la Castilla del medioevo los judíos representaban el 75 por ciento de una población de cinco millones. Abrigaban el deseo de conquistar España pero tuvieron problemas tanto internos consigo mismos como con los cristianos molestos o envidiosos con sus riquezas. Practicaban la usura y eran los alcabaleros reales imponiendo gravámenes e impuestos en su calidad de banqueros del monarca, cargando con gabelas a los humildes. "Prestarás dinero a los gentiles pero no recibirás dinero de ninguno. Al goim cobrarás intereses; al hermano no le cobrarás". Esa doble moral influyó la desafección hacia los judíos de la Península.

Maeztu termina su análisis con una cita terrible de san Pablo en su Carta a los Tesalonicenses: "et omnibus hominibus adversantur" 2

Otra característica es la exageración y la utilización de la mentira y el soborno para la consecución de sus fines de dominación universal. Hugo Wash escritor argentino dice en su libro 666 que el Sionismo se propone la conquista del universo sin necesidad de escuadras y grandes ejércitos. Ya lo tienen con Internet y su control de las urnas y parlamentos. En esas estamos. Ellos dominando los medios de comunicación y nosotros acoquinados en nuestra propia concha, atenazados por nuestro complejo de inferioridad y la creencia que los angloparlantes son superiores a nosotros. El dominio judío sobre España prevalece absoluto. Es una especie de bonapartismo. Napoleón ha renacido y tiene un nombre Jorge Soros con sus secuaces el Coletas, los medios de comunicación el Coletas los tertulios y los periodistas jaboneros del sistema. A todos ellos recomiendo que relean a Maeztu nuestro periodista mártir que murió por defender la hispanidad frente a la infamia que nos acecha. Y por favor que no nos llamen conspiranoides. Este diácono, como san Lorenzo ante el pretor Decio, proclama la verdad total. Y por ella, en su defensa, no me importa morir.

1 fue el caso de Heinz Kissinger que al convertirse a los americanos dejó de llamarse Heinz para denominarse Henry

2 sois enemigos de todos los hombres

RAMIRO DE MAEZTU EL SOCIALISTA QUE EVOLUCIONÓ

RAMIRO DE MAEZTU Y WHITNEY “Vosotros no sabéis por qué me fusiláis pero yo sé la causa por la cual muero” dijo Ramiro de Maeztu Whitney escritor periodista medio inglés y medio cubano militante del socialismo y de las ideas avanzadas que fueron evolucionando a un libro clave que debieran hojear todos los hispanófobos. Pronunció estas palabras ante el pelotón de fusilamiento. Fue una de las miles víctimas del terror rojo en aquel noviembre negro de 1936. Este vasco entreverado de muchas sangres, hijo de un capitalista que se arruinó en la guerra de Cuba fue un adalid de este presentimiento profético que en 1920 nos sobrecoge: el astillamiento y quiebra de una patria que fue madre de muchas patrias y muchos pueblos, que creía en esa España aventurera y pinturera, nunca racista, adalid de la catolicidad y de la universalidad, y creó un imperio espiritual nunca económico y que encontró para la humanidad una forma de ser, estar y pensar. En eso consiste ser hispano. Maeztu vivió casi veinte años en Londres y quiso trasladar ese grandioso parlamentarismo inglés a la España decaída y miserable de la Restauración. No fue posible. “Defensa de la Hispanidad”, su obra maestra, no es un libro demasiado bien escrito, ni que se deja leer fácilmente, pero que sobrecoge por su contenido profético: la debacle parlamentaria de los políticos, la hipocresía eclesial (la Iglesia vaticanista nunca fue patriota en la edad moderna) el analfabetismo y la ignorancia del pueblo. Es el Maeztu de sus años revolucionarios, pues creía en una unión de trono y altar de acuerdo con los imperativos carolingios. Todo eso se vino abajo al irrumpir Lutero y Calvino. La defensa del papado y la Contrarreforma costaría ríos de sangre derramada en Flandes a los españoles. Ramiro, consumado anglófilo, admiraba la solución pragmática de los ingleses al cisma con la creación de una iglesia autónoma en las Islas Británicas (la High Church anglicana) Es un texto con mucha pegada escrito desde planteamientos socialistas, un socialismo español (Maeztu se inspiró en el Fabianismo laborista) que se tornó global/sionista. Volvemos a las andadas. A él le dolía España y por ella vertió su sangre. El españolito de a pie sometido al yugo de los políticos desalmados (enchufismo, empleomanía, la lucha de géneros por la lucha de clases, corrompidos, venales) formando parte de una sociedad aturdida por unos medios de comunicaciones de corifeos del enchufismo ─ ¿en qué tertulias parloteas, Fernandito Jauregui y a cuanto cobras la colaboración? Con tanto postureo no me extraña que seas millonario y que andes buscando piso y casoplón por Galapagar─ vive cretinizado y bombardeado por ráfagas de Covid19. No sabe a qué carta quedarse, ni para dónde tirar. Este es el entimema en redor del cual gira el argumento de mi último libro “Bajo el yugo judaico”. Los medios de comunicación, dominados por Nostramo, se han convertido en potro del tormento para los españoles de bien que asisten empavorecidos, aunque impávidos, al derrumbe de su patria. Hablan por boca de ganso verbigracia; por la del enemigo. En 1898 cayó el último florón del imperio. Dos siglos después la crisis es mucho más profunda que la de la derrota de Cuba y Cavite, pues supone que con su parcelación en taifas (Cataluña, Vascongadas, Galicia, donde manda ese antiguo hermano marista por nombre Feijoo, discípulo del tancredismo de Rajoy, España habrá desparecido. Fue el miedo que torturó espiritualmente a este vasco de primera fila y al socaire de esa tortura se comprenden sus últimas palabras ante los sicarios rojos de Santiago Carrillo: “vosotros no sabéis por qué me matáis pero yo sí que sé por qué muero”