HUGO WAST VOCACIÓN DE ESCRITOR
Los dos tomos han aparecido en el arca de los recuerdos. Estos libros los compré yo en Comillas según declara la data y pertenecía a Antonio Parra Galindo" Comillas 4 de marzo de 1960. es una declaración de intenciones de lo que sería mi verdadera vocación en la cual perseveré durante sesenta años sin demasiada fortuna. Estos dos libritos en rustica han sobrevivido a los avatares de mi vida y a mis muchos traslados en Madrid,. Londres, Nueva York, Segovia. Constituyen un presagio y un vademécum para marcar ruta en mi trajín vital
Sin embargo, mirando hacia atrás, con orgullo y sin ánimo de la vindicta que me corroe puedo afirmar que el objetivo se ha consumado con eficacia.
Encontré mi estilo y mi forma de decir que es diferente al de cualquiera. Todos mis escritos poseen un sello una vitola marca de la casa. Era mi profesor de literatura el padre Eguillo esos que van por la vida con la presuntuosidad de ser vascos hijos espirituales ese caballero andante mal encarado que era san Ignacio ruede la bola. La barquilla mía se estrelló contra los arrecifes pero no naufragó al estrellarse contra los recifes de Oyambre.
Allí estaba sellado mi destino de grandeza libertad e incomprensión. Hugo Wast es un escritor mediocre argentino pero que maneja el baculo de la profecía y anunciando la caída de algunas manzanas.
Una de ellas ha sido la iglesia católica se adelantó a su compatriota el papa Francisco alias Pancho Culomagno el gran impostor en la novela 666. habla de las dificultades de la creación. Lo mas difícil de la creación literaria no es la creación ni la impresión. Es la difusión.
No recomienda a los autores que regalen jamás un libro. Uno se topa con el menosprecio y ese cerco de silencio que cataloga a los literatos como gente rara y fuera de lo normal.
Uno de los mayores placeres que puede haber en la vida para la gente que escribe es recibir el paquete con su primera novela. Él dio a la estampa su "Alegre" un relato de aventuras que hoy se nos indigesta en la Editorial Aldecoa una casa que sigue funcionando hoy en Burgos bajo el nombre de Hijos de Santiago Rodríguez.
Emoción y tristeza me ha causado sumergirme en las paginas de Vocación de Escritor, uno sigue vivo y en la edad provecta como en la adolescencia dándole a la tecla para derribar molinos de viento y liberar doncellas de las garras de los sátiros (difícil tarea) pero yo tengo mucho de caballero andante que cabalga a su aire. Bendito sea Dios y que Dios tenga en su reino a Martínez de Zubiría que era como se llamaba este cristiano que lanzó a la calle un centenar de tomos bajo el pseudónimo de Hugo Wast