LA MISOGINIA DE QUEVEDO TUVO UNA RAZÓN DE SER
Siempre me consoló y fascinó la vida del caballero de las espuelas de Oro en su misoginia en su rapidez mental la brillantez de su intelecto así como sus desdichas e incomprensiones que soportó con paciencia jobea en una vida de 65 años.
Fue rechazada por Lisi no sabemos quién era esta bella dama a la que dedica uno de los sonetos sublimes de la lengua castellana "amor más allá de la muerte". Fue la dama de sus deseos y pensamientos. ¿Qué mujer se esconde tras este pseudónimo? ¿Una dama de la corte tal vez la reina? ¿Una ramera? No queda constancia muchos de los papeles de Quevedo se han perdido y su biógrafo un jesuita pasa de puntillas sobre el asunto.
Lo casaron a cañonazos con una viuda aragonesa fea como un tormento doña Esperanza Aragón y Cabra señora de Cetina. Había sido barragana de un clérigo al cual no he conseguido localizar en mis pesquisas. El casorio duró menos de un año. Su obsesión eran las mujeres de la vida y los sastres. Las primeras quitaban la salud y menguaban la bolsa. "sastres vienen al infierno vamos" y es que Quevedo era muy gordo y cargado de espaldas por lo cual le quedaban las chaquetillas cortas pingando el ferreruelo y las bragas no le tapaban la cojera de sus dedos zambos. Sus relaciones con Góngora fueron pura rechifla. Sin embargo he descubierto en contra de lo admitido hasta ahora que el érase un hombre a una nariz pegado no iba dirigido al autor de las Soledades sino al cura de Villarejo de Salvanés cuyas napias le llegaban hasta los pies.
Su gran enemigo fue Lope que envidiaba el desparpajo y la irreverencia del padre del Buscón la mejor novela picaresca que se ha escrito en el mundo pura carcajada. Fueron Lope y su escudero literario Pérez de Montalbán los que le acusaron de herejía e intrigaron en la corte para que fuese desterrado.
Sin embargo Quevedo es mucho más teólogo que Lope que Calderón y el propio Tirso de Molina. Caballero de la cruz colorada al pecho y profeso de la orden de Santiago y hermano del Cristo de Olivar.