2021-03-18

 

  PEREZ DE AYALA

 

"YO he meneado el plectro y enarbolado el sistro en palcos inútiles para pasar el rato" (el sendero andante por Ramón Pérez de Ayala, Ed Renacimiento 1924) Don Ramón el gran don Ramón se manifiesta un gran poeta canta a Azorín y a Oviedo y la vida pastoril de aquellas carretas de bueyes duendos subiendo y bajando por las calellas de mi infancia, escucho el tanteo de los cubos, el canto del boyero, ese rumor de vida que tiene el campo... un gran libro "La Regenta" bebamos con sosiego y yantemos con holgura. Azorin es para Ayala la hebra del tiempo enjuto que pasea con un libro delante de la catedral, poemas que son corona de siemprevivas... niebla argentina ondas fugitivas del rió Nalón, el poemario es libro de juventud escrito en Madrid desde la añoranza de la tierrina, un hallazgo evocando escenas de las Geórgicas de Virgilio cuando canta a los bueyes cansinos de recio pelo soplando los cutrales bajo las melenas engalanadas a la sombra de la quijada del carretero. Todos somos  bueyes duendos arrastrando la carreta de la existencia. El hombre es victima impotente, el arte de Ayala es una anapígrafo que mide el pulso de nuestros alientos a lo largo de la historia cuando habla del cisne negro de Leda, el que puso burro a Júpiter. En su poesía late la miel del Cantar de los Cantares y la hiel de los Proverbios. Coturno alto se calza el autor en estos versos cuando retrata al maestro Azorín en Oviedo con su paraguas rojo del que cuelga la sombra de la misantropía... "Te hallas amigo en tu amada Vetusta la noble sarcástica devota y augusta... días iguales caminando por la vereda de rosales al sol aurino y grato del otoño asturiano.

Para mí la lectura de esta paz del sendero ha sido un descubrimiento que me incentiva a afirmar que Pérez de Ayala es uno de los mayores escritores de nuestro elenco. Nada que ver con don Benito el garbancero ahora tan homenajeado. El canario es un destripaterrones mientras el ovetense vuela en las alas de un azor mejorando lo presente. Por el contrario,  el maestro Ayala se sitúa al margen del torrente de la España oficial de momios y sinecuras en la cual todos quieren ser funcionarios y vivir de las rentas del estado. Alza contra la ramplonería galdosiana su voz crítica manejando con destreza ora el verso libre ora la cuaderna vía y se eleva hasta la celsitud de los grandes vates castellanos del parnaso, canta al vino y define al ser humano como sombra caediza y errabunda o la bayadera de un colmado para terminar una noche de juerga,  La vida es cendolilla, mujer ágil como un puñal que nos clava la daga por detrás.

 

 

reflexiones de un preso

 

BIGOTERAS Y MARBETES


Encontré llorando a mi amigo Liborio a las puertas del convento: "qué te pasa pues" "Leí los cuadernos de fuego y quemé mi alma". "Vaya por Dios" "¿Y es irreversible?

Los lictores de las clases portaban las fasces (manojos de la gran insignia) del portaestandarte, yo llevé siempre el lábaro de la ignominia, y el gato de siete colas con las que azotaban a los reos.

Metí la vertedera de los recuerdos y me salió el cromo balón de mi infancia triste, llantos y fracasos, malos pasos de los que me arrepentí.

En 1981 viví unas navidades revolucionarias en Polonia y por la radio escuchaba las cartas desde América de sir Alistair Cook un inglesote de voz pulida y algo nasalizada.

En Montesana cerca de Betulia me prendió la justicia e ingresé en prisiones; el diablo andaba por allí. Cuando me llevaban los civiles yo escuchaba una voz interior que me acariciaba y decía: "Villeguillo, tienes que buscar a Dios dentro de ti". Hacía bastante calor. Era en pleno de agosto y las cúpulas y las torres de las iglesias hervían como sartenes.

En la celda hice lo posible por liberarme de mí mismo pero no podía evadir de la memoria el rostro de aquella mujer. Los presos gallegos habían organizado una queimada me invitaron y no fui. Sonaba en la galería de abajo el ronco fuelle de la gaita tocando muñeiras. Tristes fueron mis prisiones. Pasaba mis ocios en la hemeroteca del presidio donde había periódicos de los años 60. Me gustaba mirar las fotos que traía el ABC del canciller Erhardt que fumaba puros kilométricos, símbolo del desarrollo económico. Como soy fumador, en pipa las casas comerciales me traían sus brezos para que los desfogara. Luego se vendían a precio de oro aquellas cachimbas Dunhill, bien preparadas y desbastadas por nosotros. A los seis años cumplí condena y me vi a las puertas de la cárcel con mi hatillo en bandolera y el ancho mundo a mis pies. Aquel año emprendí mi viaje iniciativo subiendo por las peñas de la cordillera de la literatura, me asomaba a abismos desconocidos pero, como no tengo vértigo, salí indemne. Emprendí mi camino desde el penal de los Reyes hermoso paisaje de Valencia. Los mirlos ("ousel") saludaban al pobre vagabundo sin fortuna. ¿Adonde el camino irá?

 


TROZO DE METRALLA ENCONTRADA POR EL AUTOR EN LOS CAMPOS DE BRUNETE LA MOCHA GRANDE




BRUNETE


Paseos largos por la Mocha Chica encuentro balas y metralla casquillos, shrapnel, un viejo casco de soldado alemán, el correaje de un legionario las cartucheras se vuelven polvo cuando las toco y la calavera del soldado me sonríe. Una cantimplora con algo de coñac que no se ha secado después de tres cuartos de siglo yace al lado del soldado que cayó en esta trinchera empuñando una bomba de mano Lafitte. Probaron la cicuta del salta-parapetos antes de la muerte asaltos y combates al arma blanca lucha feroz bajo el sol implacable de julio cayendo en torrente sobre las mochas. Espectros de aquella batalla me asaltan ahora mientras deambulo por las aradas recién arrejacadas bajo la brisa de la mañana de abril. Las lluvias besaron los labios de la tierra reseca pronto los retamares abrirán sus flores amarillas tan olorosas Estos paseos me ponen las pilas recargo la batería del alma y llevo flores a las tumbas del tabor de Larache que quedó aquí sepultado un 13 de julio de 1937. Había tres catalanes que murieron gritando viva España. Ponte las pilas. Volta está ahí. Sanchonuño dice que el sector lo mandaba el coronel Ocampo. Fueron arrollados por un escuadrón de panzer rusos. Uno de aquellos tanques quedó fuera combate por una bomba de mano que lanzara un requeté junto al río Aulencia. Cubico la madera de mi memoria y los pensamientos me vienen en letargo. La mañana está tranquila la primavera alegra los campos mientras las radios vomitan monsergas catalanas. A lo lejos verdean los pinares de un bosquecillo que hay a la entrada del Pardillo. La toma de aquella posición costó doscientas bajas a los Regulares. El sector lo dominaban los internacionales del Carnicero de Albacete. los tiradores nómadas pusieron en fuga a la caballería de Riquelme. Nadie se acuerda de los héroes que vencieron a la Bestia aquí en Brunete legionarios, moros regulares y navarros.