SAN JUAN CRISOSTOMO PICO
DE ORO
La iglesia latina el 28
de enero celebra a San Juan Crisóstomo (zalatos rot y zatousta para los
rusos) boca de oro que fue el padre de la oratoria sagrada un arte que por
desgracia ha caído en desuso en occidente.
Los sermones y homilías
de nuestros curas con perdón son algo ramplones y perroneros. Conque podrían
provocar las invectivas del P. Isla. hoy se predica al estilo de los oradores
de vereda como Fray Gerundio de Campazas.
Homilías que ni fu ni fa
predícame cura predícame fraile por una oreja me entra y por otra me sale. Los pulpitos
fueron desterrados. Nadie pone paños al pulpito y lanza sermones de
campanillas, aquellos que conmovían a la audiencia. Sea.
La adversativa a todo
esto podría ser la “propiedi” o sermón que escuché al patriarca Cirilo
de Moscú en la catedral del Redentor al final de la misa pontifical el día de
Santa Tatiana- Buena prosodia, claridad de ideas, exposición perfecta sin
manoteo ninguno en un ruso tan claro que yo mismo le entendía.
Pensé que de esa misma manera con idéntica elegancia
y solemnidad debía de hablar san Juan Crisóstomo el patriarca de Constantinopla
y que con san Basilio, san Gregorio Nacianceno y san Atanasio constituye la tetrarquía
de los padres de la iglesia oriental.
En la voz del patriarca
Cirilo yo atisbé resonancias míticas de aquel gran tribuno de la oratoria
sagrada que pontificó en Constantinopla en el siglo IV. Era Boca de Oro un monje
sirio al que sacaron del convento para entronizarlo para el patriarcado de Bizancio.
Una vida ejemplar,
elocuencia y fama de taumaturgo se concitaban en su persona. Yo no sé si hizo
milagros. Lo que sí me parece milagroso es el canon litúrgico de las misas
cantadas que se conservan en el rito ortodoxo, sus cartas y sus sermones. Este santo
tiene hoy una relevancia especial por varias razones.
Se opuso a la corrupción
de costumbres de los judaizantes de la emperatriz Eudoxia que rechazaban la
liturgia cristiana y seguían celebrando las costumbres y rituales del antiguo
Testamento.
Por todo ello fue
desterrado al Cáucaso por el emperador Arcadio. Prefirió perder su sede a acomodarse
a los caprichos seculares del emperador. Ello es un paradigma para los eclesiásticos
de hoy esos obispos que se salen peteneras y no se atreven a salir en defensa
de la fe diciendo una perogrullada como que no se puede matar en nombre de
Dios. Falta valentía. No hay un cura que diga aquí estoy yo.
Ya lo sabíamos. Por el medio escénico. Cuando un
humilde sacristán cae abatido por el cuchillo de un fanático mahometano. Este buenismo
cobarde no entraría en los planteamientos teológicos del Crisóstomo.
El Vaticano tampoco dijo
esta boca es mía ¿Propter metum judeorum?
Todos sabemos que el
yihadismo y alcaida está financiado por Soros y las fuerzas oscuras como punta
de lanza para acabar con la Europa cristiana.
Tal vez quiero pensar que
el buen musulmán quizá no tenga nada que ver con esos fanáticos. Démosles el
beneficio de la duda.
Pero no se integran, sus mujeres siguen con
sus capisayos tocadas con el griñón medieval sobre sus testas.
¿Profesan amor a España
sólo con la boca pequeña? ¿La emigración es un subterfugio para planear una invasión
en toda regla?
Al formular tales dudas nos sobrecoge el miedo
a muchos españoles, así como nos sorprende ese afán de la jerarquía episcopal
de echar balones fuera. Y el nefasto aquí no ha pasado nada. Moros y cristianos
somos hermanos. Pienso yo que somos más primos que hermanos.
San Juan Crisóstomo también
tuvo que luchar con el cisma de la iglesia de Alejandría con la de Antioquía. Actualmente
se ha vuelto a reproducir con la guerra de Ucrania.
Selenski persigue a los
popes que siguen en comunión a través del patriarca Onofre con Moscú. Constantinopla
también ha roto relaciones con Zagorsk.
A costa del destierro y
de la muerte en el Ponto este gran padre de la iglesia se alzó en defensa de la
fe y es todo un ejemplo a tener en cuenta por nuestros jerarcas timoratos,
medrosos, archi prudentes, acojonados.
Los sermones del papa Francisco son un
desastre. Tampoco canta jamás y dicen `por mi pueblo que gallo que no canta
algo tiene en la garganta o porque tiene un oído enfrente de otro o porque no
le da la real gana, todo lo contrario del Crisóstomo que compuso los troparios,
secuencias e himnos que marcan la distancia entre la liturgia ortodoxa y la que
surgió de las horcas caudinas del Vaticano II.
Yo recuerdo que hace más
de cincuenta años en el seminario menor de Comillas la fiesta de este santo se
celebraba con un discurso en griego una filípica de Demóstenes en el paraninfo
y uno de Santander desde la tribuna declamó el discurso en griego durante
treinta y tres minutos, aquel retórico era un prócer. Tenía madera de obispo.
¿Llegaría al sacerdocio? ¿Qué habrá sido de él?
lunes, 30 de enero de
2023