La ciudad de Jaca celebra la festividad de san Vicente diácono, un santo muy popular en la edad media, con infinidad de iglesias y ermitas distribuidas por todo el territorio nacional dedicadas a honrar su memoria. El culto vicentino estuvo muy extendido particularmente por Aragón, Cataluña y Valencia, así como en Castilla. En Fuentesoto Segovia hay un ara dedicada a su memoria del más puro arte románico, aunque el culto venga tal vez provenga del rito hispanoárabe, que expresa la importancia del orden diaconal en la edad media. Fue martirizado san Vicente, cuya fiesta se celebra el 22 de enero en la sede jacetana junto a su obispo Valero. Ambos se negaron a quemar incienso a los dioses paganos. Su memoria recuerda un tiempo glorioso de esplendor de la fe cuando los templos, hogaño vacíos, estaban repletos de fieles. Este abandono de las iglesias vacías siempre me produjo tristeza y envidio al cristianismo ruso, donde los soldados van al frente con un detente bala en la guerrera y las iglesias, como demuestran las emisiones de las liturgias por Internet aparecen repletas hasta la bandera. Vi ayer a un gerifalte ucraniano que llevaba tatuado en los dedos un lema "net Bog" (no hay Dios) y ahí está la clave de por qué Vladimir Putin trata de defender a su patria de la ola de paganismo, cristo fobia, ateísmo y odio en que la clase política y los medios de expresión airean de continuo. Es una mofa diabólica del Príncipe de la Mentira. En Huesca hoy celebran el día de las naranjas para honrar la memoria de aquel ilustre diácono, paisano suyo, martirizado por el pretor Decio
Huesca celebra su fiesta pequeña con lleno en la catedral, reparto de naranjas y fuga a las rebajas
La misa ha abarrotado la seo oscense, a donde se ha trasladado la liturgia para garantizar un espacio amplio por los contagios de gripe.
Huesca celebra hoy su fiesta pequeña, en honor al copatrón, San Vicente, con una multitudinaria participación en los pocos actos que tradicionalmente se reservan para hoy en el programa, dado que muchos oscenses aprovechan el día no laborable para ir de rebajas a Zaragoza o para pasar el día en las pistas de esquí.
El evento más popular se celebró el domingo, la víspera, con el encendido de la hoguera y este lunes el acto principal era la misa en la catedral, a las 11.00, con la actuación de la Coral de Santo Domingo. El escenario no es el habitual, ya que la iglesia de San Vicente y el convento de la Asunción se turnan para acoger la celebración religiosa y este año le tocaba a este último. Sin embargo, su aforo reducido, teniendo en cuenta la epidemia de gripe, aconsejó el traslado a la catedral, donde se han dado cita más de 600 fieles.
La misa la ha presidido el recién nombrado administrador apostólico, el arzobispo emérito Vicente Jiménez Zamora, que desde enero sustituye al anterior obispo, Julián Ruiz, hasta que se nombre a un sustituto. Ha sido una de sus primeras celebraciones en la catedral y casualmente festeja hoy su santo. No ha olvidado al copatrón de Huesca con un ¡Viva San Vicente!.
Aquí no ha habido reparto de naranjas, pero al final de la misa se ha venerado un reliquia de San Vicente, eso sí, solo con una inclinación ante ella, sin tocar ni besar, en vista de la situación sanitaria.
Las naranjas bendecidas se han seguido repartiendo en la iglesia de San Vicente, al término de la misa diaria, un recuerdo a Valencia, la tierra donde tuvo el lugar el martirio del santo. Hasta allí ha bajado la ronda folclórica, que a las 12.30 arrancaba en la costanilla de Lastanosa, a cargo de los grupos Estirpe de Aragonia y Santa Cecilia.