2010-03-30

MOSCÚ HA TENIDO SU 11M Y SU 11S. ESCENAS SANGRIENTAS QUE SE REPITEN

MATANZAS EN EL METRO A LA HORA PUNTA. ¿DÓNDE ESTÁ ben LADEN, QUIENES SON ESAS VIUDAD NEGRAS?




Noches de Moscú bonita serenata que cantábamos en mi juventud Y que ha dado paso a una madrugada de violencia. Ensangrentados los raíles del metro de la capital rusa. El zarpazo se repite con más asiduidad de la que se quisiera y todo el mundo se pregunta cómo, qué, a qué fin, por qué, quién, cuando. Sólo podemos responder a la última interrogante. Casi medio centenar de muerto coincidiendo con la firma entre Obama y Mevdevev de un tratado de desarme de la serie SALT como en los tiempos de la guerra fría.

 Con respecto al Caucaso hay que decir que esta respuesta es muy vaga, el Caucaso es una región muy grande. Pero ¿dónde está Ben Laden matarile? ¿Quiénes son esas viudas negras de las que habla profusamente el amigo Felipe Sahagún? Poco me fío de lo que diga ese experto, comentarista de la guerra de Iraq, que ha vuelto a reaparecer con su cara de ave rapiña, tratando para sus lectores del Mundo de enmarañar lo evidente. Es el vocero de asesinos que ha saltado como un cuervo ante nuestras cámaras, algo entendido en revanchas y en cucarachas como las que habitaban su piso neoyorquino. Las llamaban alemanas. No me fío un pelo porque ese tío miente hasta en su apellido. No se llama Sahagún – adoptó el gentilicio de su pueblo leonés- sino Maraña.

 Habla de viudas negras. Yo preferiría referirme a tramas negras de muy mala calaña y soy experto kremlinólogo. Más que él. Y puedo asegurar que en la calle Lubianka, el lugar homologo del barrio washingtoniano de Langley, sede de la CIA, andan enfurecidos por las lágrimas de cocodrilo que se han derramado en el Oeste, a sabiendas de que el terrorismo es un arma cargado de futuro porque se presta muy mucho al agit prop y al cover up- utilizando dos términos del circuito de la jerga profesional.

Existe el temor en los servicios secretos rusos de que la causa próxima o la mano que apretó el gatillo puede estar entre los chechenios pero la causa remota, la que dio la orden de disparar, tal vez con miras a celebrar el armisticio ruso-soviético no con champán sino con sangre de pacíficos currantes o conmuters que se dirigían a sus trabajos, se encontraba a muchas verstas de allá. Las alegres y melancólicas de la canción Noches de Moscú suenan de un modo lúgubres y esto puede ser la guerra claro está. Contra esa mano negra que tiene el mando a distancia con detonador remoto. Putin va a ir a por ellos. Con uno de sus bólidos puede destruir todo Israel en tres minutos y cubrir la costa este norteamericana de NAPALM en dies. Hay gente a la que le gusta jugar con fuego. No escarmienta. Acabarán metiéndonos a todos dentro de la pira en la cual el globo puede arder.

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