EL LAZARILLO OBRA DE ANDRÉS
LAGUNA. SEGOVIA EPICENTRO DE LA NOVELA PICARESCA
Estimado colega: contesto a tu
amable llamada telefónica.
Andrés Laguna el gran humanista
segoviano, médico de orina y pulso
del emperador y del papa de su tiempo, es una figura poco estudiada sobre todo
en sus obras más importantes que son el Crotalón y el Viaje a Turquía. El
Dioscorides fue el que le dio renombre.
Estudiando comparativamente los
textos del Lazarillo se aprecia enorme paralelismo de estilo con los dos libros
citados. Se fundan mis afirmaciones en los descubrimientos del filólogo francés
Marcel Bataillon edn la biografía escrita por nuestro paisano nacido en
Torreadrada el Dr. Hernando y en los descubrimientos de la archivera catalana
de la Casa de Medina Sidonia, Mercedes Aguiló, que encontró un manuscrito del
Lazarillo de Tormes entre los papeles del escritor y gran político granadino
Diego Hurtado de Mendoza. La copia no fue firmada. Seguí indagando porque
aparte de periodista trabajé en el CIDA (Centro de Investigación y
documentación de Archivos del Archivo General de Alcalá donde me jubilé) y por
mis averiguaciones llegué a la conclusión de que el Doctor Laguna que era
médico del Papa reinante vivía protegido en la casa del embajador de España en
Roma y era legado del emperador en el Concilio de Trento. Esa pista me llevó a
la conclusión de que el Lazarillo publicado en Amberes en su primera edición,
donde por casualidad también estuvo de catedrático en Lieja nuestro eminente
paisano, tiene todas las trazas de haber sido escrito por él, teniendo en
cuenta la construcción de la frase, el léxico vibrante, la ironía, la
resignación ante las adversidades, el humor, la tendencia a salpicar su ingenio
con jugosas sentencias paremiológicas (refranes).
Es más sostengo que el Viaje a Turquía es la continuación del
Lazarillo, un libro que concluye in medias res cuando el personaje decide
embarcarse y convivir con los atunes en una galera adonde le llevan sus
desdichas; esto es a Jerusalén.
El libro es un estudio de otros textos
del genero picaresco: Quevedo (el Buscón nació en Segovia) Jerónimo de Alcalá,
la "Niña de los Embustes" etc. Pervive a mi entender la idea de que
Laguna era un humanista, hombre completo del Renacimiento, de una gran
capacidad creadora y de una disciplina aterradora para el trabajo porque era
tambien naturalista y herborista, uno de los introductores de la medicina
homeopática y tuvo amistad con Erasmo, Vives, Tomás Moro...
He aquí un segoviano para todos
los tiempos de vida inquieta y errante. Sus orígenes son conversos pero son
precisamente los conversos, que aceptaron a la fuerza de grado o por
conveniencia, la religión católica, quienes van a ser el alma de la literatura
castellana, de las artes, la filosofía, la medicina, la enseñanza y las ciencias.
Como muy bien señala el Marqués
de Lozoya los cristianos nuevos se integraron en Segovia y no sufrieron
persecuciones como en otras partes de España y Europa " pero vivían
siempre alerta".
Abundando en lo mismo, Andrés
Laguna yo mantengo que era clérigo pues donó un beneficio a un hermano suyo en
Mozoncillo y tuvo un pleito en Roma y lo ganó. Otro de sus hermanos llegó a
obispo. Hubiera sido mi deseo paliar las exageraciones o tergiversaciones con
los que algunos historiadores tanto españoles como extranjeros abordan un tema
tan delicado "pro domo sua".
La otra parte del libro la dedico
a contar alguna vivencia de la infancia en mi querida ciudad, que fueron
prácticamente las del insigne escritor, que él añora y por las que siente
nostalgia toda su vida. En esos capítulos hago una semblanza de cómo era la
ciudad años atrás, trato de reflejar las costumbres de mis paisanos con sus
virtudes y sus defectos.
El capitulo final lo dedico a
Oxford cuna del humanismo y donde residí algún tiempo.
De antemano, sé que es un tema
polémico y que algunos se rasgarán las vestiduras pero que lean al Lazarillo,
el Crotalón y el Viaje a Turquía y comparen.
Ni que decir tiene que estas
obras tienen un intento didáctico y reformista. Quieren mejorar las costumbres eclesiásticas
y ponen en berlina algunos abusos de los clérigos que posteriormente fueron
corregidos por el concilio de Trento.
En cualquier caso me siento muy
contento de mi libro que he dado a la estampa después de muchos años de
trabajos e intensas lecturas.
He puesto al Lazarillo los
faldones de cristianar, llevándolo a la pila de agua bendita, pues hasta ahora
era expósito.
Mi vida ha sido la literatura.
Viva la literatura española que guarda muchos secretos que aun no fueron
desvelados
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