PIDAMOS EL DON DE LA CASTIDAD A SAN EUTIMIO QUE NOS LIBRE DE LOS ESTRAGOS DE LA LUJURIA

 

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Troparion, voz 4ta:
Fue elegido por Dios desde su juventud, a San Eutimio, y, por ello, por causa del obispado fue honrado por el rango, te perdonó el pueblo que te fue confiado por Dios; Lo mismo, y después de que pasaron los milagros, recibiste dones del Señor para curar diversas dolencias. Ruega a él por nosotros, que hacemos tu recuerdo honesto, para que sin cesar los complazcamos a todos.
 
Kontakion, voz 8:
Como si fueras un obispo del altar y un santo, fueras un gran campeón, san Eutimio, no dejes de preservar tu patria, la ciudad y las personas que te adoran con la fe y tu honesto poder, que grites en voz alta: ¡Alégrate, santo Dios sabio!
 
Oración:
¡Padre de san Eutimio! Desde tu juventud has amado a Cristo y por su gracia te hemos fortalecido, has matado toda sabiduría carnal, has complacido al Señor con una vida pura y un carácter manso, y por su gracia luchaste en el trono de la santidad, te apareciste al rebaño de Cristo, la Gran Novagrada, un buen pastor, confiado tuya. Además, después de tu muerte, glorifica al Pastor Principal Cristo con las limosnas de milagros que fluyen de ti, mostrándonos la imagen de una vida virtuosa en ti. Igual que soy pecador y abatido, cayendo en la raza de Tus reliquias, te ruego con fervor: dame una mano amiga, sácame con tus oraciones de las profundidades del pecado, con oleadas de pasiones carnales y abatimiento, y estoy abrumado y perecido por otras numerosas preocupaciones mundanas. Despiértame, pecador, representante y libro de oraciones cálido para Cristo, y yo, He sido librado del ahogamiento de un pecador, alcanzaré el puerto de una vida inmaculada por la gracia de Cristo, y por una vida pura glorificaré a mi Salvador, que me redimió con mi sangre; y habiendo fallecido tal vida, recibiré una vida eterna en el Reino de los Cielos, donde el nombre del Padre, glorioso y glorioso es glorificado. ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.