2021-09-16

 SAN CAMILO 36 EL TESTIMONIO DE CELA SOBRE EL 18 DE JULIO

 

Aquí se caga y aquí se mea y al que le vaga se la menea sangre semen y mierda eñ Madrid de la república era un burdel, este aleluya copiado de los letreros de una letrina es el eje de marcha de este libro hondo largo, reiterativo, difícil de leer sin puntos y aparte sin coma pero que da la medida del dominio que CJC tenía del lenguaje. Era un malabarista de la palabra. Su prosa goza de una resignación patética revestida de musicalidad. Podría considerarse una segunda parte de “La Colmena” al revés. Retrata al modo Dostoievski la existencia de una España podrida en sus contradicciones en su indiferencia y en su indefensión analfabeta frente a los poderes fácticos que organizaron aquel cacao obra de la masonería. A mí que me dejen tranquilo no me meto con nadie me tomo mi copita de ojen a la mañana y después si se tercia voy a echar un chisquete en ca doña Rosita en Ayala 123 !estos cabrones bien pudiera haberse estado quietos! Cuando no hay remedio litro y medio. Las cortes eran un jolgorio a la hora de cuestiones y preguntas interpela un diputado a don Indalecio Prieto ministro de la Gobernación:

—Don Inda, hace muchos días que no le veo por el burdel:

—Ahora hago el gasto en casa, dijo el tribuno de la plebe con gesto tribunicio y rechifla ovetense.

Hay una escena patética cuando a Matiitas, un inverso, le dan un mauser y no sabe qué hacer con él se lo introduce por el ano y dispara. Cela no rehúye la descripción de lo más inmundo y patético como el caso de Venancio su mujer está pariendo no hay un medico ni comadrona sale a la calle en pijama y en la calle Ferraz le pegan un tiro en la cabeza. Era un fascista pero no era un fascista. Pertenecía a la FAI. La parte más conmovedora del libro es el que relata el salvaje asalto al Cuartel de la Montaña los cadáveres de los cadetes tendidos en el patrio de armas. El general Fanjul es fusilado. Empiezan las sacas. Cierran las cafeterías cierran las mancebías. El hombre del común se esconde pero a la madrugada los milicianos de García Atadell pican a la puerta. Los españoles venimos al mundo con fuego en la cabeza fuego de Torquemada herejes a la hoguera y fuego de la iskra leninista que pega fuego a las iglesias. En dos día ardieron en Madrid todas las iglesias. Cada uno de los largos capítulos de San Camilo 36 cuando cumplía Camilo José Cela Trulock 19 años era un estudiante de Filosofía y Letras cita al poema de Fernán González “Señor por qué nos tienes tanta saña. Por nuestros pecados non destruyas a España” y a Cristóbal de Castillejo: “A Madrid hemos todos de ir. Madrid es el morir”. el lema de Cesar Vallejo es: “Cuídate España de la propia España. Señor aparta de mí este cáliz”.

En mi libro “Cela el café Gijón y yo”  obvié esta gran obra que merece un libro aparte, encontró una forma de escribir novela moderna mediante la técnica de los flujos de conciencia. El gran padre de nuestras letras a través de sus casi cuatrocientas y pico paginas nos advierte de los demonios familiares. Siguen vivos. Cela se mira en el espejo desnuda su conciencia. Todos deberíamos con él mirarnos para no volver a aquel cainismo enjugado de cinismo, aquella barbarie que se azuzan desde las altas instancias gubernamentales. La masonería tiene mal perder y ha regresado con furia reivindicativa a nuestros lares con mentiras torticeras y semblanzas de una realidad que fue como fue no como algunos quieren que hubiese sido. Mola en sus memorias "Lo que yo supe" dice también que aquella guerra civil y el separatismo se inspiraron en las enseñanzas de las logias para destruir España. Viene a coincidir con CJC

Thursday, September 16, 2021

 

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