2021-10-31

IONE BELARRA ME DIO LA TABARRA PERO A LOS ROJOS LES GANÉ LA GUERRA

 Me mandaron al archivo del SIDA Centro de información y documentación de Archivos, me sentí allí como Daniel en el pozo de los leones. Mandaba una tal Vicenta Cortés que a pesar de estar jubilada tenía allí silla y autoridad, adoctrinaba a los nuevos chicos en marxismo leninismo y a pesar de haber sido agraciada con los mejores puestos de la Administración franquista estaba rodeada de una camarillas de postulantes una camada de pequeños tigres. Una de las pupilas era esta navarra ojos de hielo y cara de mosquita muerta. Dicen que llevaba una navaja en el bolsillo para cortar el cuello a los fachas. Menudo soy yo para aguantar pencas. Esta archivera era una nonada, solamente furia política y odio de sus ojos de hielo. Gracias a Dios pude salvar de sus embestidas gracias a Doña Pepi. Estaban desmantelando la Administración de la cultura que creó Franco y ellas y ellos se unían al carro por orden del NOM laico judaico. Les escocía que Franco les hubiera vencido en el campo de batalla y yo me presenté como periodista de Franco con un par de cojones. Ya digo no pudieron conmigo. Creo que no eran marxistas de libro, ninguno había leido el Capital pero odiaban odio a la patria mía. Todas con sus títulos de bachilleres en arte tontos en cualquier parte. Me enfrenté. No pudieron conmigo. La administración de los rojos estaba plagada de acojonados. No pudieron conmigo pero recuerdo aquellos ojos fríos de navajera de la Belarra haciendo reverencias a doña Vicenta. Les paré en seco y como no me dejaban tocar un papel y yo iba a trabajar a la no presencia me entretenía escribiendo libros como Quien encontrará a la mujer fuerte o Remember Brunete. yo estaba a las ordenes de España como funcionario no como lacayo de la Bestia. Me quedaron cicatrices de aquella sórdida guerra pero ya decian en el Tercio siete balas siete tiros en el cuerpo y avanzando

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