2021-11-29

a mí la legión

  PEDRO GARCÍA SUÁREZ AUTOR DE LEGIÓN 1936


A mí la legión este es uno de esos pocos libros que te hacen vibrar que sientan pauta y abre escuela dentro de una imperfección novelística que resulta perfección. La escribió Pedro García Suarez de un tirón entre ceniceros llenos de tabaco a la luz de un flexo y a lápiz. Fue un best seller en 1943 cuando su autor recién llegado de la guerra y mutilado la escribió en horas arrebatadas al sueño, consumada su jornada laboral. Su padre fue fusilado por la horda que arrasó el palacete indiano en que moraba la familia.

García Suarez venía de una aldea próxima a Luarca y estuvo conectado con el grupo de escritores falangistas o carlistas como Evaristo Casariego que fueron purgados por el régimen franquista a causa de sus ideas avanzadas. En el caso del autor de “Legión” implicaban la revolución social. 

Desdeñaban tanto a la derecha comodona y cobarde de la Ceda  como al Frente Popular. Ambas facciones estaban integradas por señoritos. “Luchamos para acabar con el hambre, el analfabetismo, la incultura, ignorancia y la opresión. Objetivo: la creación de una España nueva alegre y en paz”. 

Por eso se alistó en la legión. En círculos eclesiales no cayó bien por sospecha de nociones sicalípticas, puterío, palabrotas. 

Le pasó lo mismo a Eugenio García Serrano cuya “Diario para un macuto” fue prohibido a instancias del primado de Toledo Pla y Daniel. En desafecto con el sistema se fue a México. A otro escritor asturiano Faustino González Ayer le pasó lo mismo, según me contaba cuando íbamos paseando por Manhattan yendo a comprar el pan al barrio israelita; de caballero legionario pasó a ser un jodido cojo. 

Él me habló de la persecución sorda de que fueron objeto aquellos próceres quienes después de ganar una terrible guerra entregaron la cuchara y se largaron.

 El luarqués emigró a México y no volvió a escribir, nunca más se supo de él. 

Los historiadores de la literatura de posguerra como Martínez Cachero en su libro sobre la novelística contemporánea lo ignora, pero Pedro García Suarez se manifiesta en este libro que a mí me parece un canto a la legión uno de los grandes literatos que ha dado al mundo la Villa Blanca que siempre fue sede de buenos narradores. estoy pensando en mi querido amigo Emilio García Merás (Dios lo tenga en su Reino)

Surgen personajes inolvidables como el servidor de una ametralladora en los combates de la Universitaria que le faltaban dos falanges en los dedos lo que no le impedía manejar la “tartamuda” con suma habilidad. 

 Describe el ambiente de la Ciudad de Málaga con una emoción que trasciende de sus paisajes, sus gentes, el modo locuaz con que el malagueño habla. Si Palacio Valdés sabe interpretar el genio de Sevilla mejor que nadie, he aquí que este asturiano capta la belleza de esas tierras al sur cuando se pasea por la  calle Larios, arteria de la ciudad. 

Dos asturianos haciéndose cargo del sentido del humor andaluz que es  diferente e hiperbólico, más que el de Oviedo tan sutil, nos hacen reír. Los temas clave de este libro son el amor y la muerte. Analiza el por qué los legionarios se proclaman novios de la muerte. Bajando el pistón y en otra escala vienen el vino y las mujeres. Ya lo dice la copla:

A la legión le gusta el vino

A la legión le gusta el ron

A la legión le gustan las mujeres

A las mujeres les gusta la legión

El libro está dedicado a Millán Astray fundador del Tercio “que nació tres veces; la última sin un brazo y sin un ojo” 

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