2021-11-02

DIES IRAE DIES ILLA EL DÍA DE LA IRA VENDRÁ

 Sequentia

Dies iræ, dies illa
Solvet sæclum in favílla:
Teste David cum Sibýlla.

SIEMPRE ME IMPRESIONÓ ESTE CANTO DESDE CUANDO ERA NIÑO Y AYUDABA AL ARCIPRESTE DE SANTA EULALIA EN LOS ENTIERROS CAMINO DEL CEMENTERIO DEL SANTO ÁNGEL EN SEGOVIA.
 Día de ira día aquel, acaban los tiempos y seremos gavilla conducida al troje de la era, pues así lo afirman la Sibila de Cumas y el profeta David. Hoy cuando vivimos de espaldas a la muerte y se ocultan o se maquillan los cadáveres resuenan las estrofas en cuaderna vía del florentino Tomás Celano. Mucho temblor cundirá por el mundo cuando baje de las alturas el Juez. La SEGUNDA VENIDA EN TODA SU GLORIA A EXAMINAR A LOS PESCADORES ESTRICTAMENTE. Un ángel tocará la trompeta, su sonido se esparce por los cuatro puntos cardinales, empujando a todos ante el tribunal. 
LA MUERTE QUEDARÁ ESTUPEFACTA Y TODOS RESUCITARÁN PARA AJUSTAR CUENTAS. 
Un ángel extenderá un libro en el que se contienen todas las acciones buenas y malas con arreglo al cual seremos juzgados. 
Se sentará el juez en su cátedra y todo se sabrá cuanto es oculto saldrá a la luz y todo será examinado.
 ¿Qué le diré yo entonces mísero de mi, quien vendrá a socorrerme? 
Rey tremendo de majestad solemne que eres benigno y viniste a salvarnos, sálvame oh fuente de piedad. 
Recuerda piadoso Jesús que yo soy la causa de tu pasión y muerte, no me pierdas ese día. 
Por mi causa te encarcelaron, padeciste pena de cruz, yo no soy digno de este rescate y de tus padecimientos por mi causa. 
Oh juez justo, dame el don de remisión el día de la venganza.
 Grito de dolor tal cual reo. Mi culpa me aterroriza y descompone el rostro. 
Tú que perdonaste a María Magdalena pecadora y al buen ladrón abriste la puerta del paraíso y a mi me diste esperanza de salvación.
 No soy digno de elevarte mis suplicas pero tú eres bueno y no permitirás que me queme en el fuego eterno. 
Búscame un lugar entre los corderos elegidos y apártame de los cabritos que van al infierno. Refutados y descubiertos los malditos allí SERÁ EL CRUJIR DE DIENTES Y EL LLANTO, llámame con los benditos los que estén a la derecha. 
De LAGRIMAS SERÁ AQUEL DÍA CUANDO RESUCITE EL POLVO. ORO SUPLICANTE Y DERROTADO LA CABEZA CUBIERTA DE CENIZA. 
TEN PIEDAD DE MI EN EL FIN DE LOS DÍAS. OH DIOS PERDONA A ESTE PECADOR. PIADOSO SEÑOR JESUCRISTO DALES EL DESCANSO ETERNO. AMEN

Quantus tremor est futúrus,
Quando iudex est ventúrus,
Cuncta stricte discussúrus!

Tuba mirum spargens sonum
Per sepúlcra regiónum,
Coget omnes ante thronum.

Mors stupébit et natúra,
Cum resúrget creatúra,
Iudicánti responsúra.

Liber scriptus proferétur,
In quo totum continétur,
Unde mundus iudicétur.

Iudex ergo cum sedébit,
Quidquid latet, apparébit:
Nil inúltum remanébit.

Quid sum miser tunc dictúrus?
Quem patrónum rogatúrus,
Cum vix iustus sit secúrus?

Rex treméndæ maiestátis,
Qui salvándos salvas gratis,
Salva me, fons pietátis.

Recordáre, Iesu pie,
Quod sum causa tuæ viæ:
Ne me perdas illa die.

Quærens me, sedísti lassus:
Redemísti Crucem passus:
Tantus labor non sit cassus.

Iuste iudex ultiónis,
Donum fac remissiónis
Ante diem ratiónis.

Ingemísco, tamquam reus:
Culpa rubet vultus meus:
Supplicánti parce, Deus.

Qui Maríam absolvísti,
Et latrónem exaudísti,
Mihi quoque spem dedísti.

Preces meæ non sunt dignæ:
Sed tu bonus fac benígne,
Ne perénni cremer igne.

Inter oves locum præsta,
Et ab hœdis me sequéstra,
Státuens in parte dextra.

Confutátis maledíctis,
Flammis ácribus addíctis:
Voca me cum benedíctis.

Oro supplex et acclínis,
Cor contrítum quasi cinis:
Gere curam mei finis.

Lacrimósa dies illa,
Qua resúrget ex favílla
Iudicándus homo reus.

Huic ergo parce, Deus:
Pie Iesu Dómine,
Dona eis réquiem.
Amen.

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