2021-12-10

UNA NIÑA DE DOCE AÑOS POLITICAMENTE INCORRECTA Y QUE NO COMBAYÓ UN EJEMPLO PARA LA ESPAÑA DE HOY


 X DE DICIEMBRE SANTA EULALIA PATRONA DE LA ARCHIDIOCESIS DE OVIEDO 

No amaina el temporal, bajé a la playa cachava en mano, días breves y entrañables de santa Lucía las noches más largas que los días, vísperas del solsticio de invierno, fiestas de la luz a partir de mañana amanecerán un minuto antes y atardecerá otro después.  

Hoy es santa Eulalalia patrona de la catedral de Oviedo sus cenizas yacen en la Cámara Santa. En la hagiografía cristiana esta niña de doce años que le cantó las cuarenta al pretor emeritense Daciano que publicó un bando que prohibía el cristianismo obedeciendo las ordenes de Diocleciano, la persecución más implacable, o parece que tiene su aquel en los tiempos laicos que corren cuando subyace una persecución subliminal esto es sin sangre y sin gulags para los que quieran seguir las enseñanzas  del Evangelio. Mi primera parroquia fue la de Santa Eulalia segoviana donde se inicia el turno de la Catorcena y ahora he venido a dar con mis huesos a este hermoso rincón del principado.  

Aquí me lamo mis heridas y mis silencios. Son  alegres y esperanzados los años de senectud.  

Soy devoto de esta niña emeritense. Todo un paradigma en los tiempos que corren cuando muchos cristianos carecen del valor que ella tuvo de enfrentarse al poder a costa de su propia vida y derramó la sangre por  Jesús.  

Hoy la llamarían relacionista o políticamente incorrecta tal vez anti sistema. En fin nos dio ejemplo haciendo honor a su nombre que en griego significa hablar bien. Una niña se perdió camino de Santa Olalla, canta la copla, pero no se perdió, se encontró con Cristo al recibir la palma del martirio. 

En Oviedo su fiesta de primera clase se celebraba con gran solemnidad su fiesta el diez de diciembre o según el conteo del calendario latino el cuarto de las calendas de diciembre. Tengo en las manos un viejo libro de coro “Officia propia festorum Dioecesis oventesis” publicado por Ed. Regadera de Oviedo en 1871 y me entusiasmo con la traducción de los versos que le dedica el poeta Prudencio

Himno de Olaya 

De la Virgen cantemos la alabanza con reverencia 

La cual portando mil guirnaldas sobre la frente 

Dos palmas mereció ganar 

Con sangre derramada 

Y con ellas avanza apresurada a la morada del Padre 

No teme a la noche ni la empavorecen las tinieblas 

Antes de que la luz abra sobre las zarzas el orden celestial 

Entra con rápido andar la adolescente emérita 

Después de comparecer ante un funesto tribunal 

En su deposición declaró que los dioses son falsos 

Con dulces palabras el pretor de disuadirla trata 

Para ablandar el ánimo de la chiquilla 

Trata de animarla a ofrecer incienso a los dioses 

Para complacer al cesar 

Ella dice que eran falaces de Daciano las palabras 

No se ablanda tampoco a sus amenazas de encerrarla en una cueva 

Y de sumergirla en un río de aguas bravas 

El pretor presa de rabia  rechina los dientes 

Manda azotarla. Con todo y eso, la muchacha resiste  

Es más fuerte que el tormento 

Los garfios la esgarran pero la virgen contando las heridas abiertas en su carne se alegra y celebra el triunfo de Cristo 

Con voz sonora 

Manifiesta que hay dos tiaras inscritas  

En sangre donde campea el triunfo de Cristo máximo 

Daciano dominado por el furor 

Ordena que sus mamas sean bañadas en aceite hirviendo 

La joven aguanta impávida el dolor e los pechos quemados 

La mana estar de pie sobre un arroyo de aguas hirvientes 

Se quema su cuerpo 

Sin embargo sale la mártir indemne del tormento del plomo 

Y de las brasas 

Soportando sin vacilar el suplicio   

Al expirar los que estaban 

Allí vieron subir al cielo una paloma 

El cielo se iluminó con una luz resplacediente 

El verdugo al huir dejó el cuerpo desnudo 

La nieve caída del cielo cubrió su pudor 

Oh virgen que es la firme olumna de Mérida 

Protege benigna a los astures 

Que te refieran como patrona siempre 

Y tu fiesta celebramos con agrado 

Recibe Olalla nuestro voto 

Y ayúdanos 

Danos tiempos de paz 

Para que podamos siempre cantar tus versos 

Deo Patria sit gloria in sempiterna saecula  

Amen 

Prudencio el cantor de los mártires hispanos 

El cuerpo de santa Eulalia fue trasladado a Oviedo por los cristianos mozárabes cuando el musulmán invadió la península pues como dice Mío Cid “Tomaron sus cuerpos todos los que ovieron y fueron castilla e ansí la defendieron”.  

Su culto fue extendido en toda la edad media hasta el siglo XI. San Agustín hace un panegírico de la virtud de esta “puella” que a los doce años prefirió morir antes que renunciar a su fe. Que ella proteja a los asturianos y extremeños pues en Mérida es muy venerada tiene una capilla ardiente. Su padre era un veterano de las legiones romanas que regentaba una quinta o cortijo en Porcejana en la Bética a treinta pasos de Emerita Augusto. Tuvo otra hina Julia que también fue mártir pero de ella no hablan los menologios.                               

                                                                                                                                                                

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