2022-02-13

LA MESTA FUE MORISCA


LA MESTA ERA MORISCA

Antonio Parra

La mesta mixta era morisca. Cruce de razas, empalme de caminos. Ribazos y cañadas apriscos y majadas. Escuchaba de niño el tintineo del esquilón del morueco  o carnero padre que iba al frente de los rebaños al cruzar por el Puente de Valdevilla. Siempre sentí pasión por los que van delante al frente y miran al horizonte y no los rezagados que hacen la agachadiza, los que no se determinan, raza de víboras los llamó  el Cristo, fariseos, hipócritas y comprendo al Cid – Castiella face los homes y los desface, el buen vasallo si hubiera buen señor que peleaba tanto a favor del moro como el cristiano- y aquel rumor de grey me impresionaba. Ya se van los pastores a la Extremadura esto es a la frontera. Soy hombre de frontera. Me calificarán los malvados de personaje pero yo sé bien lo que me digo. Dentro de mí lo mozárabe.

Nunca seré jamás un tornadizo ni un oportunista. Quod decet et  non decet, decían los latinos. Ocho siglos de convivencia con el Islam han dejado marca en nuestras almas. Sí. La mesta era morisca. Gente de avanzadilla en los dares y tomares de la política y las pelas con el realengo y el abadengo. Sólo cuando había aceifa o guerra entre los propios reyes cristianos o los taifas no salían a la trashumancia. Era un código de valores en esa libertad libérrima de los españoles. Sabían que a veces el moro podía ser más cabelloroso, más hospitalario que el cristiano.

 En su vocabulario se amontonan los vocablos de origen arabe:. Rafala que era la escolta de caballería montada que escoltaba a los pastores y la anafaga o provisiones de boca que iban en la impedimenta con los mulos con las sartenes, perolas y anafes. La anafaga yo la he visto avanzar detrás entre los jumentos porteadores.

 Sobre la mesta casi todo está dicho gracias a un norteamericano K. Klein que escribió un libro magistral acerca de esta organización económica, financiera y social que no se dio en ninguna parte de Europa sino en Castilla, Aragón, el reino de valencia y el Reino de Murcia. Pero no todo está aprehendido. Su ordenamiento jurídico se fija por Alfonso X el Sabio  en el Fuero de Cáceres 1256. Es un documento escrito pero las reglas de la mesta que es un régimen de aparcería y de derechos de paso o transito tenían una estructura oral-los pastores no sabían leer aunque supieran muy bien tocar el caramillo- en los tratos de avenencias sellados por la robla o alboroque (otra palabra de las montañas del Rif) venga esa mano ajustando a los pastores desde San Martín a la virgen de Agosto.

 Las pagas se hacían en especie. Bodigos y corderos recentales  por san Juan de Junio. Curiosamente a san Juan Bautista tan bien lo veneraban los musulmanes españoles como uno de los profetas que permite el Corán. Iban en cuadrillas de cien a doscientos para un rebaño pero había majadas que llegaban a contar con hasta mil operarios entre rabadanes, pastores de honda y zagales (más nombres moros) y gobernaban ganado mostrenco o comunal y mesteño o ajeno.

 Los caminos reales de la mesta vulgarmente cañadas cruzaban España de norte a sur hasta el Guadiana sin penetrar en Andalucía por obvias razones. Se pagaba el aliud  en maravedíes y en moneda forera pues los deudores no admitían pago en especie a los terratenientes que eran en su mayor parte los nobles que se beneficiaron por las encomiendas otorgados por los reyes y de los obispos y ordenes militares. Aliud es el nombre de un pueblo cerca del Burgo de Osma  y en moro significa judío lo que indica que eran hebreos los encargados de hacer las transacciones. Estamos en la España de las tres culturas y la cosa funcionó dentro de lo que cabe. Oro. Oro que paga salarios. Atropellos de los fanáticos como Almanzor y los almohades pero a veces los descalabros los cometían las rapiñas de la Iglesia. Con la de  Calatrava y la de Santiago hubieron no pocos pleitos los pastores de la mesta y a estos conflictos de jurisdicción trató de poner fin con sus ordenanzas el Rey Sabio quien por cierto tampoco se llevaba muy bien con el alto clero.

 Un primado de Toledo trajo a Alfonso a mal traer y lo tuvo que desterrar de sus reinos. Sin embargo la mesta pateó caminos de reconciliación y de acercamiento y elevó puentes pues aquellos pastores sorianos tuvieron que cruzar no pocos puentes y muchos vados y pasar muchas noches al relente. Tenían sus propios alcaldes y regidores. El Fuero de Cáceres se supone al fuero de Alcaraz algo posterior. Y para demostrar que aunque tolerante y mozarabe todos los concejos se harían en el nombre de la Trinidad.

 En la sierra de Albacete se denomina al ganado mostrenco de los castellanos ganado pejuguero pero hay pocas diferencias. Estas reuniones donde los jueces y alcaides (más palabras árabes, de caíd jefe) oían la causa de las querellas y litigios. Eran abiertos y se celebraban en pascua florida y la de Pentecostés.

 Si Castilla fue la creadora de la Caballería andante y quijotesca, la Mesta me parece algo digno de subrayar por ser una institución típicamente española porque representa la Caballería Trashumante en el trajín de los siglos. No eran guerreros. Viajaban al sur en son de paz. Toda la provincia e incluso la diócesis de Madrid es un resultado de aquel afán mesteño de las cañadas segovianas que atravesaba los puertos por Somosierra y Peñalara y llegaban a lo que se denominaba Tierra Madrid y de ahí el dicho de que la capital española es el pueblo mayor de la provincia de Segovia.

 Aunque algunas de las cañadas han sido destruidas por el afán urbanístico me honra de vivir en un pueblo mesteño que se llama Villanueva de la Cañada. Gracias a los antiguos pastores hoy muchos madrileños tienen sendas ecológicas para hacer pedestrismo. Ojalá (adverbio de modo que significa así lo quiera Alá) pues se conserven. A pesar de todo siguen viniendo a Madrid los rebaños por el otoño y cruzan la Castellana que era cañada real.

 La mesta empezó a decaer en el siglo XV después de las guerras dinásticas de los Trastamara y el Honrado Concejo de la Mesta pasa a denominarse Comunidad de Villa y Tierra. La literatura pastoril y las Coplas de Mingo Revulgo denotan esa capacidad que tenían los pastores para reírse de todo y poner en solfa los despropósitos incluso de la corona. A Enrique IV en dicho texto se le describe como una “haragán que folgaba entre los setos”.

La mesta es el talante libérrimo de todo español que huye al campo en busca de los espacios y los horizontes abiertos y de vida en comunión con la naturaleza en esta tierra que es España agraciada de dones como decía Alfonso X en su crónica general pero donde patrón no manda marinero. La mesta no era más que esa mozarabía que se echa al monte. Que buen vasallo si hubiese buen señor y que en el siglo XIX se torna guerrillero.

 El pastor tiró la garrota y cogió el trabuco. Una pena que en nuestras escuelas se estudie catalán, gallego, inglés, vascuence y se dé de lado al árabe una lengua que tuvo mucho que ver en la formación del castellano y en la mentalidad de las gentes que habitan en este país. Propongo lo morisco como nexo de unión de las culturas y de diferenciación positiva para salvar incluso a la cristiandad.

Pero Roma nos impuso su férula. Ay. Roma locuta  causa finita. Muchos cánones pero escasa caridad.  Total. Hoy  antevíspera de la sarracina del centenario de 1609 me siento mozárabe si no morisco recordando a los rebaños que cruzaban  los puentes de mi infancia y el morueco egregio que iba adelante con el cencerro al pescuezo. El carnero abriendo paso era imagen del Buen Pastor que da la vida por sus ovejas, recuerdo importante cuando hay tantos malos pastores y lobos disfrazados de cordero que nos desollarán si nos descuidamos. Tolón. Tolón.

 

13/02/2022


 

 


 

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