SE FUE EL CAIMÁN

 

DELITESCENTE

Delitescens es una bella palabra latina significada esconderse y en medio de tanta bulla y de tanto grito a muchos no nos queda otro remedio que encubarnos. Yo soy un escondido, delicuescente a mis años como aquellos topos de la guerra civil bando republicano que se apartaron de la luz del día, ocultos en la bodega o detrás de un falso armario. Trajeron la libertad, eso dicen. Vino el rey emérito de Abudaby y se fue como el caimán por la Barranquilla. Ceuta y Melilla las Canarias en manos de los judíos norteamericanos. Viva Putin. Ayer en la red vi una imagen que me turbó sensiblemente: una hoguera donde se quemaban los libros que no valen en las calles de Kiev eran libros rusos. Los sionistas quieren zanjar la historia antigua, la moderna y la posmoderna. Todo cuanto antecede a la fecha histórica de la Navidad de 1989 cuando fusilaron a Ceaucescu en un patio nevado de Timoseara y a su mujer es material combustible. Sentí que en dicha almenara yo mismo era quemado porque vivo entre libros y papeles. El judío Zelensky es el perro guardián de los angloparlantes. Su presidente, un tal Mr. Biden que da la mano a los fantasmas en las ruedas de prensa lo mantiene como perro de presa. Y al ataque... En las redes se ha organizado la gran mentira de la propaganda, la quema de las ideas, del humanismo, de las cristiandades. El pequeño hijo del sastre de Lvov uno que salió del shettl y es un superviviente del holocausto (uno se encuentra a todas horas supervivientes de aquella escabechina que ha resultado una mentira global pues para eso rigen las prensas, las cámaras y los satélites del mundo) cuando le veo con esos ojos sanguinarios me recuerda al Saturno de Goya. El anciano que devora a sus hijos. Ucrania elevando altares a Moloc se llena de tumbas, pero ellos dicen que ya han ganado. Es el tal Zelensky por más que se vista con la zamarra campesina de los ucranios un feroz sanedrita. Las filacterias de la faja con que se ciñe le llegan a los cojones. Está apadrinado por los feroces ingleses y ahora que lo pienso siento una sacudida por mor del recuerdo de mi hija Hels que ha renegado de su padre. Los ingleses solo quieren tomar el té de las cinco. Es terrible esta guerra fratricida de Ucrania. Ha descabalado mis articulaciones mentales de empedernido eslavófilo. He pasado noches enteras hace unos cuantos años pegado a la radio de ionda corta en sintonía con Kiev, Moscú. Murmanansk. Esta filia ha llegado tan alto que me he convertido en ortodoxo ruso porque Roma es sufragánea del judaismo. Allí quemaron los restos del papa Carafa porque cerró las sinagogas de Roma y ellos no perdonan. Este obispo de Roma se ha hecho mundano. No quiere seguir los pasos dolorosos del Calvario de Cristo que venció al sanedrín y dice ser su vicario. He ahí su blasfema impostura. Ahora han sentado en la silla de Pedro a ese argentino boludo con cara de mala hostia que pretende descristianar el catolicismo convertido en una ONG administrada por pánfilos y bribones como el P. Ángel ese ubicuo abate astur al que echó su obispo de la diócesis. Así sin más. Estamos en la cueva de Montesinos en casa del Hijoputo. Es la casa donde no se come ni se bebe y casi ni se respira. Allí se ocultan los ladrones del gran marrano expertos en bolichera. Expertos en el arte de la trapaza. Meten a los cerdos un dedo en el ano o los emborrachan y se llevan toda la piara. Eso es lo que está pasando. Mentiras, trapazas, arte del engaño y el desengaño. El rey viejo se fue a Abudabi en un jet privado con sus millones rodeado de una corte de adlateres que practican la bolichería. Carteras repletas de millones a ingresar en un banco suizo. Bueno pues ya se fue el caimán y a rey muerto rey puesto y seguimos en las mismas con Sanchete que ha plantado su tienda con los marginales periféricos con buenos arrimaderos y sublimes catavientos de las fuerzas oscuras. Después de Ucrania vendrá Cataluña. La inquina que nos tienen hará que salten por los aires paises que no son de su conveniencia. volarán de nuevo la carcel de Spandau los profesionales del odio y la revancha. Los nazis de la Z sionista no pierden el tiempo. Quieren implantar un regimen de terror y de acojonamiento ese regalo de Mr Biden. Los niños al horno crematorio. Balas, destrucción y muerte con resonancias biblicas. ¿Católico ese tio? Pues yo me hago hereje y me voy al desierto.

Los veinte niños asesinados en la escuela de Tejas eran de origen hispano. Carne de horca, carne de prostíbulo, carne de cárcel. USA la cárcel de los pueblos. La red se ha llenado de putas ucranianas, bandera amarilla azul son los ojos del siniestro Zelinski que muestran su vagina y lo ponen al retortero. Aumenta la cifra de pupilas del masturbatorio general. Tortilleras con el mendrugo dentro. Esa es la libertad que nos brindan los amos del mundo: rifles, pistolas, ballestas electrónicas, misiles trascontinentales y libertad para asesinar. Y coños, violencia de genero, casas destruidas, matrimonios destartalados. Señor Biden mientras crece la morgue de Kiev usted nos quiere imponer un régimen totalitario bajo la vitola de la libertad. Ay que risa tía Felisa que se cagó en misa. Palo y tente tieso. Los catavientos de mi tienda se fugaron con el viento.

Huimos al desierto buscando un apartamiento que nos aleje de la horda mediática. Los altavoces del éter no cesan de referirse al Corona Virus. Y ahora llega la peste de las bubas del simio, que esa es otra. Se ha convertido en el afrecho y abrevadero de los medios. A esto se reduce la terrible guerra fratricida de Ucrania.

Muchos piensan que Satanás se ha apoderado del planeta. Esta catafasis o afirmación no la hago a humo de pajas, tampoco estoy loco, aunque a veces miro para atrás con ira y siento el punzón de los recuerdos que me hieren.

Tengo el alma en carne viva y por eso escribo desde este catábulo, zaquizamí, zulo literario, abrevadero y refugio o cuadra en el sótano de mi morada convertido en oratorio, fumadero, escritorio, biblioteca y apiarium (colmenar) donde libo el dulzor ático de la miel de la palabra.

Todo eso que ya no sirve para nada es de mi gusto. Dicen que soy un hombre que vivo en el ayer y me refugio en los matacanes de la antigua muralla de York centinela en mi tronera auscultando las evoluciones del río Ouse que fluye hasta matrimoniar con el Támesis, los vientos cambian. Ayer teníamos lebeche, hoy sopla el terral y tú, Etsi, ¿dónde estarás? ¿Qué habrá sido de tu vida?