2022-06-11

 

ZELENSKI Y LA EPÍSTOLA AD ROMANOS

 

En esas estamos. Hace calor en Madrid y yo mañana cumplo 78 años ya es una edad y encargué a la parienta compre un botijo para este verano. Salí asqueado de la feria del libro. Los mismos perros idénticos collares.

El mismo exhibicionismo de las nenas que quieren ser escritoras: La Rosa Montero, la hija del Yale, Pérez Reverte el espadachín. Libros que son más de vicio que de provecho. Ellas como ya dije quieren ser Virginia Wolf. Por mimetismo la literatura se ha convertido en el cuarto de atrás feminoide A room of my own.

Espero que las imitadoras no acaben tirándose a las gélidas aguas del Rio Ouse que pasa por York con ínfulas bravas. Todos los días matan a una.

Un uxoricidio a la hora del desayuno. La muerte de pobres mujeres forma parte de nuestra versión cotidiana.  Y minutos de silencio consistoriales como muestra de repulsa. Un maldito carpe diem. Luego lágrimas de cocodrilo.

 Asqueado cojo la candanga y me largo al Bierzo. Hay mucha hierba en la pomarada, los manzanos a punto de granar. Los cerezos ya dieron su cargazón, pero no es tiempo de cerezas como decía mi admirada Teresa Roig una catalana a la cual mucho quise yo.

Hay guerra en Ucrania y por las noches vienen como una pesadilla los rostros de los soldaditos muertos ucranianos y rusos.

Mi indignación por esta guerra se equiparó con el desconsuelo.

Nadie quiere ver lo que está pasando. Yo sí.

 Desvelado abro de madrugada en la epístola a los Romanos la carta de san Pablo donde se acusa al nacionalismo judío de esa cerrazón antievangélica. Y en esas estamos.

 La guerra de Ucrania es una vindicativa de esos postulados. Flavio Josefo podría titular la actualidad con la apostilla “De bello judaico”. narra la historia de la lucha y derrota de Israel frente al imperio romano.

Dice el apóstol cargando contra los globales del Sanedrín de Soros duros de oreja y tozuda cerviz: “¿es que Dios ha rechazado a su pueblo. No por cierto que yo soy israelita del linaje de Abrahán de la tribu de Benjamin”; acto seguido denuncia la persecución de que es objeto por parte de los seguidores de Baal (los mundialistas que se resisten a aceptar la Ley de Gracia en este caso) y promueven la persecución contra el Crucificado al que acusan de impostor y falsario.

Sin embargo, el apóstol hace una observación: el Nuevo Testamento es un injerto de rama de olivo del Antiguo Testamento. El judaísmo vivió en simbiosis con el cristianismo durante veintiún siglos. Talado el tronco del añoso crecal, ambas religiones perecerán.

 San Pablo no lo cree así. El mal sucumbirá a manos del bien. “Trabajemos pues juntos por la paz y por la mutua edificación de nuestra fe” advierte en esta carta a los Romanos. Sólo se equivoca en un tiempo.

 Pablo de Tarso creía que la segunda venida del Redentor estaba al caer cosa que no sucedió o no ha sucedido todavía. O es que a lo mejor no supo computar el tiempo de la cronología divina que es diferente a la de los hombres. San Pablo no tenía en la muñeca el peluco celestial del autor de la creación.

 En cualquier caso, yo recomendaría a Waldemar Zelenski que recapitulara sobre la destrucción y muerte que está causando a su pueblo, que reconsiderara las enseñanzas de la primera epístola y recapacite lo que está significando su llamado a occidente envíe armas para matar rusos juntamente con la persecución a los seguidores del patriarca Onofre.

He aquí un hebreo adoptando el garfio el potro el ecúleo y la parrilla de las persecuciones de Nerón. Esta es la pura realidad. En cuanto a las agresiones a Rusia nadie es imparcial y se abstiene de denunciar la macabra efusión de sangre.

El sanguinario Biden quiere que rusos y ucranianos se maten entrambos mientras Alemania y Francia se lavan las manos.

El apóstol de los gentiles no se mordió la lengua y en esta carta se muestra clarividente. Pese a las perversiones de algunos judío Israel se salvará, nos dice

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