LALO AZCONA
Gracias a you tube
y al poeta cudillerense García Estadella (hermoso apellido catalán que sabe a escudella
pero es astur hasta las cachas) me entero de que a Lalo Azcona ha obtenido la
Amuravela de Oro junto a Evaristo Arce y Sergio Ondina, Cantelli (inter alia),
de lo cual me regocijo.
Me gustaría escribir este articulo en inglés y
decir que Lalo is a gentleman un verdadero caballero del periodismo que
se convirtió en empresario y filántropo, pero siempre será aquel plumilla del Arriba al que yo conocí y
que preparó a los españoles para la transición con su corbata de medio lado y un
paleto en quiebra que se partió jugando al futbol en Soto de Luiña y luego se lo
arregló un buen dentista.
Dinámico, elegante, buen
comunicador con mucho gancho para las señoras un elegido de los dioses.
Dejó esta profesión vocacional,
pero de grandes precariedades (pasen los periodistas y coman, decía el conde
Romanones con sorna) para entrar en el mundo de los negocios, el pelotazo, sus
conexiones con el padre de Leticia la reina nuestra señora.
Yo también estuve conectado
con aquel mundo en torno a la figura de Menchu Alvarez del Valle pero siempre
me sentí “the odd man out”) el disidente, el contreras. La fortuna me
llevó en mi modestia a sintonizar con aquella escuela de periodista de LNE que
capitaneaba el gran Pérez de las Clotas.
De allí salieron Balbín,
Diego Carcedo y el propio Lalo. Tiempos maravillosos y estridentes.
La transición y la sucesión al propio rey Juan
Carlos en la persona de Felipe VI se organizó desde este grupo de la Nueva
España, los premios Príncipe de Asturias, la boda de doña Leticia etc.
Estuve cerca del dinero
y el poder, y como soy the odd man out y lo viví de lejos. Sin embargo,
los hados me trajeron a esta bendita tierra.
Los asturianos poseen un
espíritu anárquico y emprendedor, pero saben hacer bien las cosas.
Recuerdo cuando Lalo vino a verme a mi piso
londinense con su primera mujer Maite una guapa donostiarra y se entusiasmó con
aquella bodega donde yo había instalado el télex y se maravilló de una
maravillosa cómoda de caoba de estilo renacentista que yo había mercado en
Portobello por veinte libras.
Lalo siempre será para
mi un gentleman un triunfador en esta España de enanos rijosos y envidioso. Lo mismo
que José Luis Balbín a cuya incineración asistimos hace un mes. Marcaron un
tiempo grandioso del periodismo que ojalá vuelva otra vez. Lamentablemente la
historia nunca se repite. Los ingleses definían el tiempo de los 60 y 70 con esta
frase:
─We never had it so good (nunca lo tuvimos tan
a huevo)
Pues eso. Me congratulo
de esta amuravela, Lalo, hijo de Ladis Arriba otro gran periodista ovetense en
comandita con Avello.
Eres el mismo de siempre. Elegante con tu
riente sonrisa, tu humor y simpatía a todo cristo siempre le caíste bien, pero
con algunas arrugas, el cerco de la frente un poco de papada, algo viellín. Han
pasado cincuenta años desde la última vez que nos vimos.
El tiempo no pasa en
balde. Pero quien tuvo retuvo. Tú naciste en el 51 y yo en el 44. Un septenario
no es nada en estos tiempos que vivimos cuando la historia corre a toda prisa y
Saturno está devorando a sus hijos.
Así que salutem plurimam.
Et ad maiorem Dei gloriam que dicen los jesuitas
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