DOMINGO DE LA TRINIDAD
La fiesta de
la Trinidad representa la coronación, el ápice del ciclo eclesial. Su color es
el verde que significa esperanza y vida. a los ángeles en la antigüedad se les
pintaba de verde. Hoy se honra a la Gloria de las Tres Divinas Personas en su
doxología triunfal. Es lo largo lo ancho y lo profundo de nuestra fe
simbolizado por ejemplo en la arquitectura religiosa. Ella es de tres formas
como el santuario el coro y la nave, la bóveda, el triforio y la claraboya, las
tres puertas, los tres ventanales de las vidrieras y las tres torres de las
antiguas catedrales. La simbología es plena. Hasta el s. XII a Dios Padre se le
representaba como una nube que sale de las nubes y bendice. Es la mano de la
omnipotencia pero en el otoño de la edad media y en el arte gótico el Padre
empieza a asomar la cara y ya en el XV se le pinta como un anciano de largas
barbas blancas. Jesús recibía los siguientes pintes:
·
una cruz
·
un cordero
·
un joven bello y apolíneo a veces cargado con un
cordero al hombro
A partir del
XIII vemos a Cristo representado en la plenitud de la edad y ya en el XIV porta
una cruz o se le simboliza como un cordero de blanco vellón. Para Sancti
Spiritus la iconografía general y más señalada es la de una paloma sobre un
círculo rojo pero en la alta edad media era conocido como un niño. La Trinidad,
misterio de los misterios e impenetrable procesión trinitaria que trata de
explicar Atanasio en sus obras contra la herejía arriana, inalcanzable con el
ojo y la inteligencia humana, adopta la forma de un triangulo. Indicador de la
unidad de las tres personas. Pero a veces es un trébol como el que lleva san
Estilicen en su estola en un viejo mural de una iglesia de Asia Menor. Es la
asimilación cristiana de la cruz gamada o rueda de la vida. Urbano VIII mandó
quitar el circulo de tres caras con que se representaba a la Trinidad,
reminiscencias de la herejía valdense. La fiesta de la Trinidad premier domingo
después de Pentecostés tiene una misa antiquísima compuesta en el s. VII y
habla de la fe ciega. “Bendita sea la Trinidad santa e indivisible unidad;
alabémosla porque usó con nosotros su misericordia. Gloria a Ti Trinidad única.
Y la liturgia gozó de una secuencia. Cantabase en las Vísperas
jam sol recedit igneus
tu lux perennis unitas
nostris beata
trinitas
infunde amorem
cordibus.
Amen
Si el Adviento es el reinado del Padre, el de Navidad del
Hijo, el pentecostal es el del Espíritu. El tiempo más largo. Se extiende a lo
largo de 24 domingos. Llega el vivificante para armar e inspirar a la Iglesia
frente a sus enemigos. Este concepto no lo perdamos de vista. El tiempo del
Espíritu impulsa el reinado de Cristo. Es una paloma. Un dedo invisible pero
que está ahí. La Encarnación y Pasión se robustece con el Santo Sacramento. El
próximo jueves será la fiesta del Señor corpus Christi y terminará el ciclo
anunciando la llegada del Sancto Advenimiento que pone colofón al ciclo
cristologico. En las últimas dominicas se habla de la conversión de los judíos
descarriados. Algo impepinable, por más que se empeñen en cocear contra el
aguijón y de las grandes pruebas que tendrán o tendremos los seguidores del cordero
al acercarse la parusía. Perseveremos pues aunque la tormenta y los improperios
que llueven contra nosotros sean tan recios. Curiosamente la fiesta de
Pentecostés para los luteranos es la principal fiesta del año. El domingo
pasado el Die Welt dedicó todo un
cuadernillo al estudio de esta fiesta bajo el título de la Cristianismo Global
ilustrado con una foto robot del apóstol de los gentiles que coincide con los
rasgos faciales de un turco. Poco atractivo calvo con la nariz ganchuda y zambo
de las dos piernas. El retrato elaborado por computadora por los expertos de la
lucha contra el crimen de Westfalia tiene que ver poco con la representación del
apóstol de los gentiles en el arte católico que lo pinta grueso de temperamento
sanguíneo y que sufrió de gota coral la epilepsia enfermedad divina en uno de
sus ataques se vio el séptimo cielo, y luego nos lo cuenta en aquella frase:
“que ni el ojo vio ni el oído oyó”
El retrato robot
mantiene que era hombre de pocas luces y un rabino violento que arremete contra
las imágenes en la isla de Chipre conde se hacía negocio con el culto de
Afrodita. Poco se sabe de su vida, pero Pablo de Tarso es una figura que vende
en Alemania. Un tal Heissemann es el confeccionador de su retrato robot. Se
conjetura que murió en Roma a los 64 años. Es el judío que rompe con la ley y
predica que Cristo al morir en la cruz nos redimió a todos y nos hizo iguales y
en sus aventuras misionales alcanza el Ganges y llega hasta España. El libro de
Hesissemann sin embargo quiere comulgar con ruedas de molino presentándoos una
visión que casa poco con la que hemos aprendido a lo largo de muchos años
leyendo sus epístolas. Que daba a las mujeres un papel preponderante en la
iglesia. Sí preponderante pues tuvo algunas amigas pero no en el altar. Dice
textualmente: “calle la mujer en la sinagoga” y aludiendo a su libido que es
fuerte y que le tira la inclinación carnal asumen que pudo ser homosexual. Ni
me va ni me viene pero su concepto de la mujer es fruto de la época. Los
griegos consideraban a la mujer un ser de segundo grado y el acceso carnal con
ellas carecía de importancia considerándose cosa de dioses el amor nefando.
Pecados de la carne al fin y al cabo de los que conocemos el objeto y el sujeto
pero del cual se queja con vehemencia en sus cartas Pablo de Tarso un judío
helenizante al que llaman el segundo fundador de la Iglesia. Sus escritos
encandilaron a Lutero para romper con Roma y fundar un cristianismo de base.
Por lo que veo en Germania siguen con esa tendencia sui generis. Las cartas
nunca podrán suplantar mas bien son un complemento a los Evangelios. Algunos
toman siempre el rábano por las hojas. Que el Espíritu siga soplando, et taceat mulier in sinagoga. En eso estoy
con san Pablo pero la serpiente da vuelta a los argumentos. Tergiversa las
cosas. La verdad sigue puerta con puerta con el error y la herejía. Siempre fue
así. Siempre será. Pablo tuvo errores. Se equivocó en el cálculo de la Parusía.
Creía que era eminente. Y aun esperamos el segundo advenimiento. Asimismo, no
se llevaba bien con san Pedro apóstol que creía que el mensaje cristiano había
de estar reservado sólo para la raza elegida. Era elitista y Pablo proselitista.
¿Somos de Pedro o somos de Pablo? ¿A quién queremos? ¿A quien servimos? Me
avergüenzan los que esgrimen las cartas de Saulo para pasarnos la pluma por el
pico de las equivocaciones de la Iglesia- es una historia integrada por seres
humanos, pecadores, concedido- que tiene que abnegar de sí misma y regresar al
judaísmo. Esa es la idea que cunde hoy por todos los foros. Y a mi me parece
uniéndome a la tradición de la teología católica de siglos que tiene que ser al
revés.
baskresenia@terra.es
domingo, 18 de mayo de 2008
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