MAUPASSANT Y LA LITERATURA PICARESCA

 

Es otoño y el cielo de Madrid se llena de bandas de aves cursoras emigrando hacia África. De todos estos grupos el más magnífico el que muestra una alineación perfecta es el de las becadas. Vuelan alto y en triangulo siguiendo el ala del pájaro guía que va delante siempre suele ser hembra. Estas aves me recuerdan a un ejército que dibujan en las alturas guarismos matemáticos bajo el mando de un adelantado, una becada capitana. Pueden llegar hasta el Ecuador sin radar. Sólo siguiendo los estimulos del instinto Se dibuja en los cielos algo así como un dardo. El ejército de las chovas es como una flecha. Les contes de la becade es un titulo perfecto para definir a Maupassant un autor lineal cuyas entregas rozan la perfección narrativa. Nunca vuelve la vista atrás ni se detiene en pormenores. Es un genio de la novela corta. También vuela su prosa en alto y en línea recta. No es un intelectual, prefiere el sabor de las cosas  y el mundo de los sentidos al de las ideas. Yo me pregunto cómo pudo ser que este normando tuvo una vida tan desgraciada y tan corta siendo con Flaubert y Dumas el alma de la literatura francesa que conviene leer para reconciliarnos con la literatura y con el mundo en estos tiempos de odios y guerras. Él nos devuelve al mundo de la Belle Epoque mucho más romántico, menos prosaico que el actual. Encontrado he en su obra ciertos matices y reminiscencias   que pudieran entroncar con la literatura picaresca española. Nos presenta con crudeza el siglo de entreguerras, un mundo vivaz y “grivois” (picaresco)