A JESUS QUINTERO
Te fuiste entre el silencio
De los cigarros y el humo de mi pipa
Furia y calidad española
No apta para los inversos
Amaba las cosas
Los llantos
Los sonidos
El canto de un mirlo
El crujir de una carreta
Éramos los flechas
De aquel campamento
Al ritmo de una melodía
Que decía
Carretera abaixu va
En Santo Domingo entré
Y por Peru Crespu Calvo
Carpintero pregunté
Ya los carpinteros no quieren
Trabajar
Tú eras un adalid
De la belleza sonora
La palabra debeladora
Que es invencible
Y ahora la controlan
Los sicarios de la Bestia
Mindundis y lacayos todos
Aguafiestas
Alsina el anodina
Herrera el rey del mambo
Que no escuchan
Se oyen a sí mismos
Expósito el de la calva triunfal
Las siete señas del hijoputa
El Jiménez de la provincia del Ronquido
jotas de Jaén
trifulcas de cortijo
La radio no es baluarte de democracia
Ni libertad
Suprimidos los pulpitos
Nos quedan los curas
Que no paran de sermonear
Con berridos de la mentira
les gusta tanto la alcachofa
Que con micrófono en mano se masturban
Entre barruntos del juicio final
Buenos heraldos del acojonamiento
universal
Seáte leve la tierra Jesús maestro radiofonista de
artistas
Hiciste de los micrófonos
Un tornavoz de la belleza
El entusiasmo el amor a España
Y a la vida
Algo grande brotaba de tu corazón
Falangista
Recuerdo aquella tarde en la que entrevistaste a Joaquín
Diaz
Te hicieron callar
Te mandaron al rincón
Esta turba de hijos de la gran puta
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