2022-11-08

 



Jesuitas gente misteriosa

Papa negro, papa blanco, salió fumata blanca del conclave y los jesuitas ya tienen general. Son una orden militar o al menos sus constituciones así lo declaran y también el himno a san Ignacio que yo cantaba de niño tantas veces en tardes aburridas domingo tras el paseo “ fundador eres Ignacio general de la compañía real que Jesús con su nombre distinguió. Toda una ironía, su anagrama es un poco un abraxas místico, uno se pasa la vida entera saliendo y entrando del laberinto. IHS. A los cuarteles de la compañía no se les llamaba conventos simplemente casas pero tenían algo de casernas con una organización cuartelera, un hermano portero que vigilaba las entras y salidas, un cocinero, un barrendero, un aposentador como en el ejercito. 

 San Iñaqui quería una infantería al servicio de Dios pero ya lo decía Aguaviva que era judío un ojo en el cielo y otro en el suelo y en un cuartel quien manda manda y uno es coronel y otro capitán y otro alférez y sargentos del régimen disciplinario que te hacían observar el reglamento y te aplicaban el suspensio mentis y el capelo -mucho morbo y masoquismo en la espiritualidad ignaciana pues los famosos ejercicios espirituales son machacones y están escritos en un mal castellano renqueante de concordancias vizcaínas y se juega a la paráfrasis y a la antítesis del rey temporal y del rey eternal

 Y ¿para que quieres ganar el mundo si al fin pierdes tu alma? le susurraba Iñaqui a Javier cuando éste era su compañero de camarilla en Paris.

 Esta idea del abandono de la santa indiferencia de la mística jesuitina en sus tiempos estuvo sometida a reparos y su propio autor aquel mendigo vasco que andaba con una sotanilla parda por las calles de Alcalá y al que no le entraban los latines y estuvo bajo sospecha del Santo Oficio porque a una señora de alta dama la metió en la cabeza no se qué absurdas historias para que fuese al Santo Rostro de Jaén y por poco la violan en el camino y su marido acudió con el soplo a la inquisición y el ex militar sospechoso estuvo metido un par de semanas en el calabozo.

  Por poco lo transfretan a Cuenca y por poco le incoan auto de procesamiento. 

 Ya digo esto del abandono, deixamiento o infancia espiritual, en aquella época era una idea de la espiritualidad conversa. 

 Se echa de ver que san Ignacio que era algo lerdo para las letras. No le entraban los latines pero tuvo consejeros que habían leído el Talmud y en Salamanca los domines también lo ponen en entredicho.

Así que con las mismas al poco tiempo de su fracaso en la ciudad del Tormes el audaz vizcaitarra monta en su mula,- doctas mulas hacaneas - puesto que los eclesiásticos por voto de humildad, no podían ir a caballo; sólo en burra. Tampoco en yegua por aquello del celo.

Ignacio  se presenta en dos semanas en Paris. Un ojo en el cielo y otro en el suelo. 

 Tenía las ideas confusas pero una voluntad de hierro. De Alcalá y de Salamanca no quiere el polvo de las zapatillas. 

 En Paris tiene una mejor acogida. 

A orillas del Sena donde brilla por su tozudez y por sus dotes de persuasión. Para recabar fondos los veranos los pasaba de mendigo en Inglaterra y en Flandes. 

 En Londres y en Amberes encontró viejos camaradas de los tercios de Flandes que le presentaron a la Casa de Alba. 

Allí encontró un apoyo financiero de los judíos sefardíes y de los mercaderes de Medina que andaban por allí. estos tratantes pagaron los gastos de las fundaciones de Santa Teresa.  

De carácter indomable y sibilin,o se propone fundar un ejercito espiritual pero la compañía de Jesús, una orden calificada como española, de española tiene muy poco, la verdad, salvo en la disciplina y el rango jerárquico calcado de la organización de los tercios de Flandes.

 Este es un tema poco explorado por los investigadores. Y también la altanería. 

 A lo largo de su historia abomino (era una vieja polémica de rango entre chusqueros y militares de carrera, funcionarios y laborales,) en España donde siempre hemos sido algo jesuitinos, anduvimos entretenidos en - no racistas pero sí clasistas- estas menudencias que cuestionan la primera verdad, el único mandamiento, de la religión que profesamos pero que practicamos pocos o sólo de boquilla, nos afligen.

 Hasta el punto que la creación, conservación y preponderancia de la Sociedad de Jesús es uno de los grandes enigmas del ser español y de su catolicismo barroco. 

Los jesuitinos tienen a gala no ser como los demás y quieren diferenciarse del clero regular: de los curas de misa y olla y de los frailes a los que un autor tan poco sospechoso de herejía como el Arcipreste de Talavera ya denominaba en siglo XIV “aves de rapiña”. 

 Era la Compañía de Jesús una orden para ricos. Y su organización ofrece lados de contacto con las organizaciones secretas. Todo se hace en ella un poco de tapadillo. 

 No es el sí o el no como nos manda la Santa Madre Iglesia que dijo el padre Astete y eso que era jesuita. Si no un según y como. 

 Otra antonomasia es el internacionalismo. 

 A duras penas puede llamarse española una sociedad que demostró desde el principio el resentimiento de su fundador hacia la corona de Castilla. San Ignacio un mercenario a las ordenes del Duque de Nájera se empleó a fondo con los castellanos en la guerra de las comunidades.

 Este desistimiento de la idea imperial un poco a la contra de Carlos V le llevó a crear una Iglesia dentro de la propia Iglesia.

 Ciertamente los jesuitas siempre se ufanaron del cuarto voto de obediencia al Sumo Pontífice pero en el Vaticano o mejor dicho en la Corte de San Juan de Letrán hicieron los que les dio la gana.

 No estaban bajo la jurisdicción de ningún obispo y hasta tienen una disposición interna en sus constituciones que prohíbe a ningún miembro de la JHS acceder a la mitra. Hoy se la saltaron a la torera: tuvieron una Papa Negro (Arrupe) y ahora uno Blanco el Bergoglio.

 Y el propio San Ignacio tuvo muchas dificultades con algunos papas en especial con Paulo IV, el Papa Caraffa que era gran enemigo de los españoles y de los judíos que siempre mangonearon en la curia y hasta rezó porque aquel Caraffa no fuera elegido. 

 Se dijo que a la muerte de Caraffa los jesuitas profanaron su tumba. O le pusieron al pobre pontífice romano un epitafio harto ridículo. AL SANTO FUNDADOR LE LLAMABAN HACIENDO UN JUEGO DE PALABRAS LA “GARRAFA” POR SU amor al vino.

  En el siglo XVII fueron muy preponderantes en la corte de los austrias y se conservan las cartas en las que demuestran el desprecio por el pueblo español, muy supersticioso. 

 Estas cartas de jesuitas que refieren sucesos famosos de aquel tiempo y consignas cuando menos son poco edificantes aunque reflejan la corrupción de costumbres, la adicción de Felipe IV a los toros y cañas y a los galanteos, o cuentan los crímenes más sonados de aquel tiempo. Un ojo en el suelo y otro en el cielo... 

 Como misioneros en las indias fueron a su aire estableciendo sus propias encartaciones o reducciones en Paraguay. 

 Igual que en la película "La Misión".

 Se les acusa de haber conspirado en la secesión de Portugal de España. Dos de los discípulos predilectos de san Iñaqui eran jesuitas. 

 Su centro de operaciones y de finanzas portugueñas lo tenían establecido en la Casa que tenía la Compañía en Oropesa. 

 Con respecto a las edificaciones y estructuras de los recintos donde vivían todos tienen un diseño masónico: iglesia de tres plantas con muchas capillas un gran sol en el retablo  con columnas salomónicas y sin coro. 

 Su irrupción en la iglesia, por influencia de los protestantes a los que querían combatir y de los judíos que propician una relación personal con Adonai sin intermediarios, suprimió la recitación de las horas del oficio divino en comunidad. 

 Podían entrar y salir de las casas sin pedir permiso, repudian el monacato uno de los grandes legados de la iglesia y no visten hábito sólo una sotana y un fajín. Ahora siempre van de seglar.

  En Inglaterra fueron perseguidos pero estudiando las cartas de algunos padres en los años de la contrarreforma se echa de ver en ellas un aire de agentes dobles, de agentes secretos. 

 No trabajaban para el rey de España, ni siquiera para el papa, sólo para la organización. Para el Circus. Y sus constituciones han sido calcadas por muchos servicios de espionaje como el M16 británico. 

 Lenin se inspiró en los Ejercicios para formular su política de la revolución de Octubre. Parece ser que eran grandes tácticos y muy hábiles en controlar los aledaños del poder en los altos estrados. 

 En Japón sin embargo y en China las predicaciones de Javier un verdadero iluminado y un “loco” fueron un profundo fracaso.

 Por eso en España donde mancornaron lo suyo a reyes reinas duques y validos, entre ellos al conde duque de Olivares, al que traicionaron y proyectaron su caída han sido expulsados y suprimidos varias veces. Una orden de Carlos III a través de Floridablanca les puso en la frontera y luego fueron suprimidos cuando la República. 

 Benedicto XIV una reencarnación de Paulo IV los suprimió de un plumazo. También han tenido sus problemas con Juan Pablo II y el actual Ratzinger los tiene en prevención. 

 Nadie sabe en definitiva cómo piensa un jesuita. Su psicología es farisaica y taimada. Saben bien arrimarse a los poderosos y lavar el cerebro a los ricos

 Su espiritualidad cuartelera fue muy efectiva y pragmática en otros tiempos como por ejemplo los de La Misión.

 Nacieron para convertir herejes y luchar contra Lutero. Fracasaron en esa lucha pero siempre gozaron en Europa de un eximio prestigio intelectual que les acreditaba de abates ilustrados, algo volterianos en el estilo pero insobornables en su adhesión a Roma. 

 Se vinieron abajo en Inglaterra actuando como pimpinelas escarlatas y en Polonia causaron el desastre de los uniatas separando a Constantinopla para siempre de Roma. 

 Hay algo en su gestoría divina que se les escapa y es que Cristo no era un político ni entendía de las cosas del mundo pero ellos con el contemptus mundi del que siempre hizo gala la orden anduvieron muy metidos en el mundo y fueron especialistas en la intriga y como predicadores de corte estoy pensando en el padre Nieremberg valido de Carlos II hicieron de las suyas. 

Buenos estragas, excelentes tácticos, incomparable logística y un prestigio intelectual ganado a pulso, el instituto no ha padecido el relajamiento de otras ordenes religiosas y no se le conocen grandes escándalos de tipo sexual aunque Pérez de Ayala les hurgue sus puntos flacos de esa doble moral (aquel rector calvo y de las piernas gordas que se le declara a la madre de un alumno la inglesa que va a visitar a su hijo interno en un colegio de Gijón) en AMDG al igual que Castillo Puche en “Siguiendo mi camino” -el provincial compró toda la edición del novelista murciana que retrata Comillas tal y conforme yo lo conocí en un paraíso espiritual ficticio que luego se convertiría en escuela de etarras. 

Voltaire los detesta. En la literatura rusa gozan tienen leyenda negra. 

 Yo me preparé en los primeros meses de noviciado para ir al Russicum, quería ser misionero en Rusia y lo que son las cosas ahora los popes rusos me misionan y me enseñan cristianismo. 

 La figura más importante e impresionante que existe entre los prelados cristianos en la actualidad no es otro que el patriarca Alejo II. 

 Pero la dirección y ese es un tema que aguarda al nuevo propósito el palentino Adolfo Nicolás es comprobar que el mundo no es zona de misión sino territorio comanche y el catolicismo atraviesa una grave crisis donde nació en Europa. 

 Una tarea de Prometeo aguarda al papa negro.

 ¿Y no querrá trasladar el Vaticano a Asia como pudiera parecer? Difícil cuestión. 

 La utopía de la Iglesia de los pobres también es un fracaso. 

 Todas estas cuestiones son mera perspectiva aleatoria. 

 Yo creo y eso me enseñó los jesuitas que el Espíritu Santo sigue soplando donde quiere y como quiere, lo que hace falta es, menos ideología y menos estrategia, más corazón, mucha más humildad y estos poderosos eclesiásticos andan demasiado pagados de sí mismo y muy por las nubes. Ellos desde luego me enseñaron el amor a la iglesia universal, la devoción a la Virgen y la pasión por los libros y el estudio intenso.

 ¿Qué ocurre? Pues que puede que esté yo en las nubes. 

 Quizás siga siendo a redropelo un buen jesuita bruñido de teología y mirando al futuro con paz y con esperanza e inmerso en los problemas de una SI que es demasiado colegial. 

 Ojalá los reverendos padres bajasen un poco del púlpito.

 En virtud del cuarto voto, los guardias de corps de la Iglesia están siempre a las ordenes del Papa al que prestan obediencia de cadaver, es el voto más difícil de un novicio y yo me pregunto que porque no se desperdigan por tierras de misión del Islam.

 Es un territorio irredento y donde Cristo parece fracasar. 

 Esa es la tarea, no Asia pero hay que estar preparado a formar batallones dispuestos a perder la vida o desaparecer en combate. Los musulmanes son contumaces y ese es el reto principal del Iglesia. Que aprendan árabe los reverendos padres.

 En China con Javier a la cabeza también perdieron la batalla. Nuevos males aguardan. Nuevos fracasos pero Jesús en su derrota siempre vence al mundo. 

 Ese el carisma maravilloso de la religión que profeso. Menos ordenes, menos estatutos, menos constituciones, menos cánones, menos normas - los ortodoxos los tienen preteridos pero nos dan vuelta y media a los latinos en liturgia y en la eucaristía, miremos con esperanza al este donde exsurge el Cristo ruso el emblema de la resurrección- y más amor. 

 Y yo creo que eso del amor los jesuitas, como buenos soldadotes que son, anduvieron un poco flojos, aunque algunos se iban de putas cuando les perdía de vista el padre rector. 

 Pero tales cuestiones no eran más que peccata minuta, pecadillos. San Ignacio el fundador de mozo era un pinta y “castigaba” en Arévalo todo lo que podía y ya de viejo en Roma le gustaba el vino de Sorrento y tenía un lacrimatorio en el bolsillo de la sotana donde lloraba sus pecados de la vida pasada.

A decir de Rivadeneira su biógrafo tenía don de lágrimas por designios de Cristo crucificado del que tuvo una visión.

Cosas de su misericordia infinita. El lenguaje de los hombres se parece poco al de Dios

20 de enero de 2008

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