2022-11-09

RUSIA LA TERCERA ROMA?

 

APOCATÁSTASIS  SOLOVIEV

 

 

 

este blog defiende la unidad de España y a su cultura

 

 

 Vladimir SOLOVIEV profeta de los tiempos modernos

 

 

 

 

 Noviembre mes de difuntos. Se han muerto dos amigos. La relectura de Vladimir Soloviev me ayuda a olvidarme de mis tristezas terrenales y a mirar a lo alto en la esperanza de la resurrección. Como buen ruso este autor místico, filosofo, poeta y gran teólogo, muy contradictorio pero lleno de ideas originales propias de un genio es un entusiasta de la resurrección y hace a sus lectores a mirar para arriba no hacia abajo ni a los lados ni para el suelo sino que eleva sus ojos hacia Dios, el dios cristiano y anunció algo que está pasando o ha pasado en la actualidad. Mirada de águila ojos proféticos. Cuando escribió su gran obra Rusia y la iglesia universal un libro denso que tuvo que publicar en Croacia ya que en su propia patria fue muy perseguido e incomprendido poco antes del asesinato del zar muchos consideraron que sus adivinanzas fueron fallidas pues lo que vino no fue la santa Rusia sino la revolución bolchevique, el cataclismo de la segunda guerra mundial en la cual perecieron 27 millones de hombres. Habla del surgimiento de una tercera Roma en Moscú. A mi juicio ese movimiento se inicia en 1989 con la caída de la URSS y la restauración del cristianismo, un hecho que se produce pese a que a algunos les pueda sonar paradójica con Yeltsin y después con Putin y con Mevdevev. No hay más que darse una vuelta navegando por internet y comprobar los muchos programas religiosos y emisiones que se han originado en Petrogrado y en otras muchas partes de aquel gran pais. Una idea con la que juega el sabio Soloviev es el carácter mesiánico que sienten los rusos y su preocupación por la humanidad. Ese espíritu mesiánico lo tuvo un día Israel por delegación divina. Sin embargo, con la restauración de la globalidad atea y descreída esa tarea descansa sobre el pueblo eslavo. Otra profecía que anuncia en sus libros es el resurgimiento del Islam como religión fuerte, fanática y que se impone por la espada y donde la religión y la política van íntimamente unidas. Mahoma predicó la fuerza del número – léase democracia- y la poca importancia que tiene el individuo frente a la totalidad del estado. Esta es una derivada de las herejías cristianas que dieron pábulo al Coram que está basado en los monotelitas egipcios que no creen en la independencia de la voluntad del hombre y consideran que todo acto humano está regido por el fatalismo de los árabes. Makfutt todo está escrito y la iconoclastia o la destrucción de las imágenes con la negación de la fenomenalidad divina en la naturaleza. El ser humano y la deidad están en dos planos superpuestos que nunca llegarán a juntarse a diferencia del cristianismo que predica la divinización del hombre. En tan sólo cinco años de yihad o predicación de la guerra santa cayeron los patriarcados más antiguos de la cristiandad: Antioquia, Damasco y Alejandría. En el evangelio dios se abaja para subir al hombre hasta dios y en el Corán el creyente está completamente

INACCESIBLE y ha de estar sometido en alma y cuerpo a la voluntad divina. Profundamente ortodoxo en su concepción del mundo sin embargo defiende la primacía del papado y formula algo muy contendible para cualquier creyente ortodoxo que vieron en Roma la gran ramera de Lutero. Fue por esto por lo que fue atacado en San Petersburgo. El Vaticano versus la Sublime Puerta fue el eje sobre gira el contexto de su gran obra tan discutida y discutible.

 

 Vladimir Soloviev que contaba entre su círculo de amigos a Dostoyevsky quien vio en él a uno de sus personajes de los Hermanos Karamazov el padre Aliocha, el iluminado que interroga al Cristo y a pesar de que influyó en otros escritores como Berdiaev tuvo que marcharse al extranjero. Publicó muchas de sus obras en francés. Su destino fue la persecución, el odio, la burla de los otros, algo que conocen los grandes escritores de raza. Murió en la pobreza a los 48 años. Fue un yurodivi un loco de Cristo un peregrino de la verdad y gran lingüista.

 

 Manejaba el hebreo y el griego, así como el alemán y el francés, pero Soloviev al estudiar el mundo bizantino y las confusas y truculentas relaciones entre Roma y la ortodoxia resulta confuso y parece moverse en un laberinto. Acusa a los griegos de ser partidarios de la letra muerta y de un cesaropapismo vacío obviando el hecho de que el catolicismo latino fue una institución merovingia que vincula trono y altar como fuente de todo poder, un poder que viene de Dios, y que sus peleas con Constantinopla no llevaron sino a truculencias escandalosas y herejías cristológicas que acabaron en la decadencia que desemboca en los cismas de Focio 860 y de Miguel Cerulario 1054. Todo acabaría con la irrupción otomano en Santa Sofía . En 1452.

 

 Otra vez nos encontramos con los pecados de la iglesia, la soberbia y el afán de dominio por no querer reconocer unos la primacía de la potestas clavium y la infabilidad pontificia, un asunto muy difícil de digerir para los hombres de buena voluntad y mejor fe para los tiempos que circulan.

 

 Sin embargo predica la unión de la iglesia y el estado una formula instituida por Constantino y que copia la sede apostólica cuando corona el papa san León emperador a Carlomagno la noche de navidad. Haciendo caso omiso de que el cisma se produce en la edad de hierro del papado cuando la papisa Juana y los papas eran asesinados, depuestos y coronados ad libitum por el colegio cardenalicio siguiendo las directrices del populacho y se prolonga hasta las Cruzadas, un tiempo en que los cristianos de Occidente no dieron muy buen ejemplo y de ahí su fracaso en la reconquista de los Santos Lugares Lutero y el protestantismo acabó con ese augusto concepto. Soloviev por su parte ignora que fue España la que se batió en Europa por esta idea y trató de implantar el reino de Dios bajo un solo altar y un solo trono en Hispanoamérica. Atisba que esa nueva teocracia surgirá en el siglo XXI al emerger la Tercera Roma que suplante al papado católico y al patriarcado constantinopolitano. Esa teocracia parece muy cuestionable a pesar de lo acontecido el año 89 pues ningún ruso desistiría de la separación de poderes. El estado tiene que estar en armonía con EL Santo Sínodo pero de ahí a una hipóstasis de ambas instituciones sería caminar demasiado lejos y un poco de espaldas a la historia. Pese a todo el autor ruso define a Roma como el catolicismo que ora y labora frente al monaquismo y misticismo griego que sólo reza por miedo a contaminarse con las cuestiones seculares. Ese es la gran diferencia y una de las razones que alega Soloviev en su defensa del papado pese a sus pecados históricos y los malos ejemplos de algunos de sus pontífices. Otra de sus contradicciones y paradojas proféticas es la creencia de que Rusia tiene una misión sublime en el mundo es su pasión por los Viejos Creyentes una secta perseguida y suprimida por Pedro el Grande que en su reforma trató de crear una iglesia estatal con clero greco-bizantino y una organización a la alemana en 1667 que era una institución de inclinaciones democráticas y sin embargo ensalza el pontificado romano de índole totalmente teocrática, cesaropapista, jerárquica precisamente él que atacó sin compasión el cesaropapismo fanairota y su filisteísmo, aunque no hace ninguna alusión al dominio turco que sometió a su égida a los sucesores de san Juan Crisóstomo . Era a la vez un vostochni y un kostiol o papista consumado y en sus ataques al zar y al Santo Sínodo cayó bajo la vigilancia de la Ojrana u organización secreta zarista.

 

 Sus conocimientos de la iglesia primitiva y del intrincado mundo de Bizancio a través de la patrística y de los estudios bíblicos causan admiración. El primer patriarcado fue instituido en Jerusalén bajo el báculo de Santiago. Cuando se produjo la retirada de las tropas de Vespasiano, éste se instauró en Cesárea de Capadocia en Tracia y, ya mucho después, en Constantinopla cuando el imperio romano se divide en dos, y proclama por patrón a san Andrés Protokleto . No hace ninguna referencia al espíritu demócrata de las heptarquías orientales. Las iglesias autocéfalas proclamaban a sus obispos a sus sacerdotes canonizaban a sus mártires y esta urdimbre les ha permitido conservar la tradición y el rito lo consiguieron mantener integro dentro del espíritu del monaquismo, al no existir entre ellos órdenes religiosas. San Pedro no debe estar nunca en contradicción con san Andrés su hermano, deben de complementarse y los tiempos modernos después de los concilios vaticanos han demostrado que el poderío eclesial en manos de una persona sólo ha servido para introducir innovaciones que son motivo de escándalo y de estupor en la propia iglesia romana, cada día lo más parecida a una ONG sometida a las veleidades de un poder oculto. Es donde patina el gran aparato crítico de este singular raskolniki quien demuestra sus grandes conocimientos teológicos y teosóficos en todos sus escritos.

Escribió y publicó doce libros muy abundantes en controversia religiosa algunos de ellos ya muy añejos y superados pero que en todo caso merecen leerse. Su sino al igual que el de los padres orientales (san Dionisio, san Irineo, san Atanasio, san Crisóstomo, Flaviano, Teodoreto el Bienaventurado, san Máximo y san Teodoro Estudita) fue la persecución, el arrinconamiento, la incomprensión, el martirio. Es la paga que aguarda a los grandes seguidores del Crucificado.

No importa: Vladimir Soloviev siguió escribiendo. Su descubrimiento genial dentro de los errores que caben en todo pensamiento humano fue hablar de la apocatástasis (integración universal y la unión de todas las iglesias, dicho de otra manera y a la rusa: el ecumenismo cristiano tan opuesto a esa globalización que a todos nos aflige bajo la tiranía de los bancos y las instituciones financieras que propalarán por la tierra la misma especie que la torre de Babel prometiendo a los humanos un paraíso material en la tierra. Seréis como dioses. Ja ja ja

 

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