2023-02-05

GRANMA A FAVOR DEL IRREDENTO PUEBLO PALESTINO

 

En el año 2022, las fuerzas de seguridad y los colonos israelíes mataron a 224 palestinos, incluidos 53 menores de edad y 17 mujeres. Foto: AFP

Aunque resulte inconcebible, es real –muy real– que todavía en 2023 el mundo se estremezca por lo que sucede cada día en un conflicto en el cual las palabras exactas para llamarlo son genocidio israelí contra la población palestina.

Aquel árbol, sembrado quizá con buenas intenciones tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y el dominio británico sobre ese territorio, nació torcido y jamás su tronco enderezó.

Desde el inicio, en 1948, la injerencia estadounidense ha favorecido, hasta hoy, la creación y consolidación de un estado israelí en tierras arrebatadas a Palestina.

Para decirlo de la manera más real posible: el Israel sionista, que ha asesinado a miles de palestinos, confiscado millones de hectáreas de sus tierras y obligado a emigrar a varios millones de personas, ha contado y cuenta con el sostén absoluto de los gobiernos de Estados Unidos.

Los esfuerzos de la ONU y de la comunidad internacional no han pasado de ser eso: «esfuerzos» no concretados y cada vez más torpedeados por la política injerencista estadounidense, basada en un Israel como punta de lanza en una región pródiga en petróleo y otros recursos apetecidos por el imperio yanqui.

Es por ello que ningún plan de paz ha dado frutos. Ningún cese el fuego ha sido consolidado en el tiempo. Ningún llamado internacional a la concordia ha detenido la agresión sionista, el exterminio árabe y la confiscación de tierras.

Es por ello que las instituciones del mundo han sido literalmente abofeteadas, tanto por los gobiernos de Tel Aviv como por sus sostenes estadounidenses.

En los últimos días no pocos han sido los ejemplos del citado genocidio, como el escenificado en el campo de refugiados de Jenín, en Cisjordania, donde nueve palestinos fueron asesinados por la fuerza militar israelí.

En el recién concluido año, las fuerzas de seguridad y los colonos israelíes mataron a 224 palestinos, incluidos 53 menores de edad y 17 mujeres, denunció una fuente oficial, citada por Prensa Latina.

En un informe del Ministerio de Salud palestino se precisa que, durante ese año, fueron heridos 10 587 palestinos, y que, del total de muertos, 171 fueron asesinados en la zona ocupada de Jerusalén Este, 53 en la Franja de Gaza y el resto en Cisjordania.

De igual forma, se conoce que el régimen de Israel continúa su política expansionista y se propone construir alrededor de 1 200 nuevas viviendas ilegales en Al-Quds (Jerusalén), en una flagrante violación de las leyes internacionales, que consideran ilícitas las actividades de expansión de asentamientos.

El Centro de Información de Palestina ha citado un reciente informe de la ONG israelí Peace Now (Paz Ahora), según el cual hay alrededor de 700 000 colonos, 145 asentamientos y 140 puestos de colonos en la ocupada Cisjordania y el este de Al-Quds.

Mientras todo esto sucede, el gobierno estadounidense del presidente Joe Biden envió con urgencia a la zona a su secretario de Estado, Antony Blinken, quien, como era de esperar, «no propuso ninguna vía concreta de solución al conflicto», luego de reunirse por separado con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas.

El llamado de Blinken fue a «desescalar la situación», sin ninguna propuesta concreta de cómo hacerlo y, por supuesto, sin condenar al gobierno israelí por sus actos de barbarie diarios contra la población palestina.

En tanto, Biden, en sus acostumbradas llamadas telefónicas a Netanyahu, le reafirmó el «férreo compromiso de su gobierno con la seguridad de Israel».

Constituye este el peor ejemplo de «negociaciones» para alcanzar la paz.

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