A GIOVANNI PAPINI 1885-1956

Melena leonina fiero debelador

de la estulticia

en perpetua pugna con Satanás

leyendo tu libro Il Diavolo

auras me llegan de juventud

encontraste a Cristo

con la palabra y la pluma

se alza hoy tu voz diaconal

cantando la pasión del Inocente

clavado en la cruz por los deicidas

entre Anás y Caifás, entre Judas Herodes y Pilatos

han llegado a mí esta mañana

los susurros de Livia Placidia

la esposa del pretor

Sueltale ese hombre no es perjuro

un sueño inquietante tuve anoche

Jesús manso cordero

la chusma grita entretanto

hiriendo a voces las losas del gafilacio

crucificale

¿Qué mal ha hecho el rey de los judíos?

impostó dice ser hijo de Dios

¿Regem vestrum crucifigam?

¿Crucificar a vuestro rey?

caiga su sangre sobre nosotros

y nuestros hijos

terrible apostrofe 

voz que retumba en la historia

maldición a condena errante

muñendo guerras., tributo de sangre,

campos de Haceldama

maniluvios y pediluvios

pilatos quedó pasmado

cuando las turbas profirieron

la peor amenaza si no lo matas

no seres amigo del Cesar

el pretor temió la ira de Tiberio

en verdad él no fue culpable

Gran Papini tu historia de Cristo

en ella encuentro lo que el evangelista

narra en su concisión y sucinta

oculta

la crónica mejor contada

excelsa y sublime, perspicaz 

hoy vuelo con Dimas y Gestas

al paraiso

escucho la voz del centurión Cornelio

verdaderamente éste era el hijo de Dios

el llanto de las santas mujeres

me quedo con Maria al pie de la cruz

me anego en la amarga hora de tercia

Velum templi scissum est et omnis terra tremuit, tremuit[1]

Los muertos resucitaron salían de las rocas de sus tumbas

Tremaba toda Jerusalén

percibo el aroma del nardo de Magdalena

Noli me tangere[2]

esa palabra del Salvador y la pecadora

cuenta muchas cosas

perdono a los judíos

pero nunca al Sanedrín

raza de víboras duros de oreja

camino con los dos de Emaus

y meto con Tomás mis dedos

en la llaga del costado

queremos saber

quisiéramos conocer más cosas

el silencio evangélico

acreciente nuestra fe

Giovanni Papini es un verdadero

Dante redivivo

que desde las simas del ateismo

voló a las cimas del misticismo

por ello lo acusaron de fascista

lo quemaron en efigie

Hoy su prosa nos inspira

y nos instiga a no rendirnos

Su Historia de Cristo es el quinto evangelio

los muertos saldán de sus tumbas

a contar lo que ocurrió aquel Viernes santo

y escucharán las divinas palabras

Padre perdonales porque no saben lo que hacen

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[1] se rasgó el velo del Templo y toda la tierra tembló, tembló

[2] No me toques. ¿Es que antes lo tocó? Cristo el varón de dolores era un hombre, el más hermoso de la creación.  Ello nos lleva a la pregunta sobre si la pecadora estuvo enamorada de Él