2023-06-25

 

El metro de Moscú y Jruchov

Cuando visité la capital rusa el 74 el subterráneo moscovita me pareció la secuencia de un cuento de hadas con sus más de dos centenares de estaciones de mármol de carrara los mosaicos bizantinos ornamentando los largos pasillos y las arcadas doradas. Esta gran invención de la ingeniería moderna cuyo promotor fue precisamente el semi-ucraniano Nikita me hizo cambiar la opinión lóbrega que se me había inculcado desde niño acerca de los rusos y la propaganda anticomunista de los franquistas que perdura a día de hoy. El metro de Moscú cumple ochenta años y aún sigue siendo la admiración de urbanizadores y urbanitas al dar paso a un nuevo estilo de vida mediante la locomoción.

Fue un primer cipo clavado en el camino del mundo moderno, el transporte que une a los suburbios con el centro de la metrópoli, la vida impersonal y cosmopolita de las grandes masas, el colectivismo etc. Fue un desafío a la geología por haber sido excavado en el subsuelo pantanoso. Jruchov el año 1935 bajaba a las galerías para arengar a los obreros advirtiendo que en su labor estaban realizando una tarea histórica.

En 1936, concluidos los trabajos en un tiempo record, Nikita Sergievitch es condecorado con la orden de Lenin.

Después del metro su gran obra fue Ucrania los planes quinquenales el establecimiento de la tecnología punta en los campos de la física la química la filología e incluso la medicina en la región de Donetsk y Donbass: la academia de las ciencias, la fábrica de tractores y automóviles Lada, el puente sobre el Dniéper.

Los ucranianos consideraban a Jruchov como a un padre cercano que amaba el país de las tierras negras, el granero de Europa, en contraposición a Stalin al que veían como un dios lejano que no estuvo en Kiev más que una vez en su vida. Cuando los panzer alemanes aparecieron en la llanura, el líder comunista ordena la evacuación de los ucranianos a los Urales y encabeza la resistencia frente a las divisiones blindadas de Gudarian. Fueron los soviéticos arrollados por los nazis pero a costa de muchas bajas sobre las filas alemanas. Perdieron aquella batalla pero iban a ganar la guerra y dicha maniobra de distracción dificultó la toma de Moscú que había planificado Hitler quien había puesto el ojo en Járkov y Donetz centros de la industria pesada soviética y en sus reservas de trigos para alimentar al Reich. Kiev cae el 22 de septiembre de 1941 haciendo medio millón de prisioneros los alemanes de los que Jruchov milagrosamente consigue escapar.

Desde un escondrijo organiza las partidas de guerrilleros una organización letal para cualquier ejército invasor. Su otra preocupación fueron los partisanos adscritos al movimiento de Bandera el líder nacionalista amigo de los nazis que luchó por la independencia ucraniana de los zares


Continuará

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