2023-06-06

LA BIBLIA LA MITOLOGÍA EL VICIO MINORERO DE LOS CLÉRIGOS AMOR DE EFEBOS Y OTRAS MÁS COSAS

 



Bartolomé Leonardo de Argensola. Rimas. Cristianismo y mitología

 

Pegaso era un caballo alado que pacía en los montes del parnaso. Los dioses iban a darle agua a las fuentes de helicón. Pegó una coz un día y por toda la tierra brotaron los manantiales de los ríos que van a dar a la mar. En el espejo de los hontanares de helicón se reflejan las estrellas. Júpiter ordenó entonces a Ganímedes que bajara del empíreo y le nombró su copero. Este Júpiter romano o padre Zeus de los griegos era un dios caprichoso de reacciones imprevisibles, tenía virtudes pero también defectos. Las parcas tejían el paño del destino y en sus inescrutables designios.

Júpiter hacía lo que le daba la gana con el destino o fatum de los hombres, de los pueblos, de los animales y de la cosas. Tenía derecho de pernada tanto con las mujeres o con las diosas y de estos ayuntamientos nacían monstruos, o criaturas perfectas. El bien y el mal juegan al escondite a través de la mitología pagana la cual observa no pocos puntos de contacto con el Génesis y toda la Biblia.

Tenía por costumbre violar a todas las ninfas. Por ejemplo, de uno de sus estupros con Plota nacería Tántalo que tenía inclinaciones al canibalismo, descuartizaba a sus hijos y se los comía. Tántalo o Cronos[1] el tiempo que devora fue condenado al tormento de la sed y no pudo comer el fruto del árbol del bien y del mal[2]. Un paralelismo que guarda inequívoca similitud con la versión bíblica de la condena por el pecado original. Sin duda, el libro sagrado fue inspirado por dios pero parece beber en las fuentes de los dioscuros y aparte de eso en algunos de sus capítulos se semejaba más a una novela de hazañas bélicas en la cual bajo la mirada de una deidad olímpica y veleidosa y llena de prejuicios y favoritismos hacia los elegidos no brilla la bondad y la ponderación del dios de las misericordias, bondadoso y lleno de prejuicios para con los que no fueron elegido.

 Un dios materialista, exclusivista y xenófobo que instiga el racismo y la primacía étnica del pueblo judío. Jehová viene a ser una versión canónica de los delirios jupiterinos paganos. Esta misma prevención debió de embargar el ánimo de algunos de nuestros clásicos que escandalizados por el Antiguo Testamento vuelven sus ojos hacia la mitología sincretista. Esto bien puede ser el caso de los Argensola sobre todo de Leonardo porque Lupercio es otra cosa. Los dos aragoneses, los dos clérigos, los dos buenos cristianos pero llenos de dudas vuelven sus ojos a la latinidad para encontrar respuestas al misterio del ser humano que no se encuentran en los textos sagrados. La vida es breve y el hombre bajo el yugo del destino se siente muy poca cosa.

Además la Biblia como la mitología está plagada de estupros, incestos, asedios, traiciones, destrucciones, guerras, calamidades. Sólo en el Nuevo Testamento encontramos una divinidad clemente, igualitaria, que habla de renuncias y sacrificios cuyo código de valores se resiste a aceptar los imperativos de la naturaleza basados en la ley del más fuerte. El dios que trema en el Sinaí o sobre las faldas del Olimpo se contrapone al que expira en el Calvario.

La vida es breve y el hombre que avanza uncido al yugo del destino es bastante poca cosa mientras Euterpe toca su flauta.

Todo es subrepticio o bajo cuerda y obrepticio esto es obtenido por procedimientos violentos como cuando Júpiter disfrazado de cisne consigue los favores de Leda que traiciona a su esposo Tinodoro.

De este adulterio nacieron los mellizos Castor y Pólux que cabalgan juntos por el cielo. Su cabalgadura es una de las Siete Cabrillas o los Siete Bueyes del septentrión que despliega la Osa Mayor y protegen a los navegantes. En versión cristiana este papel lo cumplen san Telmo y san Nicolás.

El canónigo Argensola, al que debían de agradarle los capones y se daba buena vida alternando el coro de la seo con sus estudios y excelsa escritura, empapado de Plinio, de Plotino y de Hermes Trismegisto, nos pone en antecedentes de una crisopeya para andar por casa al tiempo que analiza estas combinaciones míticas con los artículos de la fe.

 Por ejemplo, Trismegisto el tres veces justo y el tres veces santo nos lleva a las conjeturas sobre el dogma de la Trinidad que nació precisamente en Egipto al pie de las pirámides allí donde cuando otros pueblos andaban sumidos en las anfractuosidades de la prehistoria. Ellos cultivaban las matemáticas y las bellas artes. La filosofía y la teología se proyectan a través de la retórica porque a lo primero era la palabra y sin ella los hombres se alejan del pensamiento de dios y vuelven a la barbarie. Argensola saca su cantimplora que llevaba siempre debajo de la muceta como las mozas de Villalón [3] y da de beber a los que andan sedientos de belleza y de verdad con ese talante libérrimo que caracteriza a los aragoneses porque para libre, según Gracián, Aragón.

 No sufre el río Ebro márgenes ni puentes. Su genio es conceptista, no culterano que ya llevó tras sí sus pámpanos octubre. Y había en el Olimpo un buey coceador que tiró una patada a Ganímedes que era un tanto presumido. Todo se vino abajo y al cabo de nueve meses nacieron niños hermafroditas.

Llegó la hora de los putos y de la paidofilia harto común en los albores del siglo xvii español como lo fuera en la Atenas degenerada.

En los cabildos catedralicios algunos capellanes comandaban su propio cupo de escolanos con los que se divertían en juergas y bacanales contraviniendo el precepto clásico de máxima puero debetur reverentia[4].

Comían como gochos y fornicaban como monos. La figura del lenon o alcahuete es arropada por la iglesia bajo cuerda.

Es frecuente que mancebías y prostíbulos en ciudades castellanas hallen cobijo al pie de las catedrales a tenor de la vida perezosa de estos claustros relajados. Y es que el diablo cuando no tiene nada que hacer mata moscas con el rabo.

Con frecuencia las ninfas devienen harpías y eso es verdad muy de ahora del siglo xxi pero en el xvii donde las costumbres estaban tan depravadas como hoy se hacía la vista gorda.

Son pecados particulares de los eclesiásticos que a nadie importan con una diferencia y es que a la sazón la fe tenía prelación sobre las conductas individuales y a la cruz de la fecha es al revés.

Las sibilas asoman su faz de bustos parlantes desde los casalicios de las pantallas abrasadoras de la tele cantando las alabanzas del dios único que es la fuerza del dinero, del sexo, el look y el buen parecer. Brindan sus trofeos a los vencedores del mundo y condenan al infierno a los perdedores, los desheredados de la fortuna. El arte dejó de rendir tributo a la estética. La armonía deviene cacofonía y parlamento monocorde de unos cuantos encaramados cuyo discurso es tan cansino como repetitivo.

Los grutescos cuadros de Picasso supervalorados no dejan de ser grotescos. El arte de Talía ha muerto. Euterpe hace gemir su arpa por las esquinas. Tersipomene dejó de existir. Los coribantes con sus estolas recamadas de oro bendicen a las bayaderas de gestos frenéticos.

Mi niña quiso ser cantatriz, luego actriz y se convirtió en saltatriz. Escuchamos las causídicas protestas de los rábulas porque aquí todo son pleitos y litigios. Se habla de sociedades filantrópicas y enejes que han expulsado de los corros a las almas caritativas pues la caridad es vicio cristiano y prevalece la filantía o el egoísmo hedónico. La mitología tiene que ver con la alegoría y a las explicaciones teologales sobre el origen de la vida y el propósito existencial si es que alguno cabe.

Pululan entre nosotros narcisos y narcisas preguntando al espejito mágico eres tú la más bella de las mujeres. Nuestra moderna clase política poblada de aristarcos caciquiles tiene que ver con el rancio establecimiento romano del quirinal. Salgan los tertulianos, entren  los quirites. Una bacante no es lo mismo que una vacante porque aquí lo que sobran son putas y lo que falta es trabajo y como donde no hay harina todo es mohína los abogados tienen trabajo, nos chupan la sangre los usureros.

Leer a Argensola promueve sorpresas incontestables como por ejemplo que la mentalidad del español ha cambiado poco desde 1613 salvo que estemos maleando y aun teniendo más seamos más infelices que en las décadas de los Habsburgo.

 Las campanas de Velilla tañen solas a clamor cuando barruntan un difunto. ¿Estarán anunciando la muerte de Europa? Sigamos en el ostracismo de nuestra concha o en el petalismo de nuestra hoja. Lo menos llevadero es el exilio interior que padeció este  cura/poeta aragonés y sufrimos ahora nosotros. Leonardo prefirió ser villano en su rincón gozando del apartamiento de una rectoral luego una canonjía en Zaragoza[5] que un cortesano al uso.

Nacido en Barbastro en 1561, estudió en el seminario de Huesca y nos cuenta cómo era la vida hispánica durante el reinado de Felipe II, estuvo a punto de embarcarse como capellán de la Invencible, luego viviría las alteraciones aragonesas adoptando una postura neutral durante la turbulenta fuga de Antonio Pérez.

 El justicia mayor pues para libre Aragón otorgó salvoconductos al prófugo y renegado traidor granjeándose la ira filipina.

Conocedor del árabe ayudó al maestro Utrera a catalogar los manuscritos en letra cúfica que se guardan en la biblioteca del monasterio del Escorial. Su poesía es sesuda de elevados entendimientos y afín al conceptismo barroco. Esta sensatez y gravedad siempre caracterizaron al talante aragonés. Debió de ser de baja estatura y algo entrado en carnes pero muy aficionado al mundo grecolatino. Se lamenta por ejemplo en este verso de la dejadez que sienten sus paisanos por la historia… con mármoles de nobles inscripciones fabrican hoy en Sagunto tabernas y mesones. Y en sus poemas uno de los mas famosos es el dedicado a las ruinas de la Itálica nos deja ese poso de tristeza por aquel mundo perdido de los dioses perdidos.

El cristianismo heredó en la liturgia el verbalismo y la solemnidad nuncupatoria de los Coribantes. La tiara de los obispos es el legado de la cidaria de los sacerdotes persas. La religión predicada por san Pablo está en deuda con aquella paganía a la que predicó el apóstol cometiendo en su ardor misionero el de desencadenar la destrucción sacrílega del templo de Afrodita en Efeso, dando muchas voces.

Precisamente allí murió la Virgen María y de aquella ciudad del Asia Menor irradia su culto. Cuando visita el buen clérigo aragonés la ciudad de Segovia hacia 1613 se queda extasiado ante el acueducto construido por Trajano y por la calidad de los paños del primer enclave de las merindades castellanas.

Cierto que a veces sus metáforas resultan un tanto lexicalizadas o gastadas y que con frecuencia cae en el prosaísmo pero resulta una delicia y un consuelo volver a él en estos tiempos de crisis. La mayor desgracia de los españoles acaso sea dar de lado a su excelsa literatura e ignorar su glorioso pasado

 

Jueves, 02 de mayo de 2013

 

 



[1] Goya pintó un cuadro sobre este mito en su época negra

[2] Se trata de la misma versión del génesis. Por el pecado de Cronos su descendencia tuvo que enfrentarse al tiempo, a la muerte devoradora y a los trabajos forzados.

[3] Las mozas de Villalón dicen que no beben vino y debajo del refajo llevan el jarro escondido

[4] Se debe respetar siempre a la infancia

[5] Vive ignorado de la fama que más vale morir plebeyo viejo que príncipe joven, nos recuerda en uno de sus versos







No hay comentarios:

Publicar un comentario