2024-01-19

PROFESOR PARTICULAR DE JESÚS TORBADO

La nieve cubre los campos llueven lagrimas que  son recuerdos añoranzas y tristezas del tiempo que se fue. Acabo de leer profesor particular de Jesús Torbado y en esta magistral novela corta encontré mi alma reflejada en un espejo retrospectivo de cómo éramos los jóvenes hace más de medio siglo cuando teníamos veinte años estudiábamos con beca y nos moríamos de hambre y de frío en oscuros cuartos interiores que daban a un patio de luces. 

Muchos recién salidos de los seminarios y de los noviciados atestados nos llamaban los rebotados pero en nuestros pechos ardía el fuego del amor. Éramos bastante enamoradizos pero ingenuos e inconscientes de que la vida no era como nos la habían enseñado. Mucho más compleja. 

Formados en la escolástica profesábamos una fe impepinable en la linea recta pero al quitarnos la sotana y echarnos a rodar por las carreteras del destino tuvimos que comprobar que el camino era un zigzag vueltas y revueltas que había que tocar demasiados palillos. Algunos cayeron en la sima del alcohol o se hicieron de la ETA. 

Torbado 1943-1918 en su gran estilo -fue el mejor de la generación del 68- nos demuestra su preocupación por la fe.

 Llevaba un fraile dentro el cual anatematizaba el pasado y de un modo profético anunciaba el desplome de todos aquellos valores en los cuales fuimos instruidos.

 Cuando visité las Caldas de Besaya hace unos veranos (el gran seminario de los dominicos me encontré una iglesia vacía y sólo un padre y un hermano lego cuando antes de los años sesenta cuando se inició la desbandada había cerca de medio millar de aspirantes a profesar la regla de santo Domingo de Guzmán) ¿Qué ha pasado?


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