2024-02-04

 

Gargantillas en el cuello hasta el Miércoles de Ceniza en Salamanca

Bendición en la Catedral de las clásicas cintas de San Blas que, según la tradición, protegen frente a las enfermedades de garganta

Paula Daza

Salamanca

Sábado, 3 de febrero 2024, 22:07

En el siglo IV el obispo turco Blas de Sebaste salvó a un niño de morir ahogado tras clavársele una espina de pescado en la garganta, hecho milagroso que convirtió al obispo en el patrón de los otorrinolaringólogos y de los que padecen alguna afección de garganta.

En Salamanca, San Blas ha estado presente desde hace siglos, y es que cada año, la ciudad se llena de color con las gargantillas que lucen los devotos en busca de la protección del santo ante diversas dolencias de garganta.

El día de San Blas tuvo lugar la bendición de las gargantillas después de la eucaristía del mediodía en la Catedral Vieja de Salamanca. El encargado de bendecir las coloridas cintas fue el canónigo José Luis Sánchez Moyano.

«San Blas es el patrón de las afecciones de garganta y esta cinta bendecida se da como signo del poder de su intercesión», explica Juan Carlos Vázquez, trabajador de la Catedral de Salamanca. También señala lo arraigada que está esta costumbre a la cultura salmantina, aunque este es el segundo año que se celebra en la Catedral Vieja.

El evento congregó a decenas de personas. Una de las asistentes fue Ana María Romero, que contaba: «Tengo mucha fe. El año que no pude ponerme la gargantilla tuve un dolor de garganta horrible».

Paula Cid señala: «Yo soy muy devota de San Blas y si puedo cojo una gargantilla de color azul clarito. Creo que es muy importante tener fe en la protección del santo».

Rita Araújo, quien lleva toda la vida siguiendo esta tradición, señala con nostalgia : «De niña siempre me la regalaba mi abuela y sigo manteniendo la costumbre. Así, además de protegida por San Blas, me siento más cerca de mi abuela».

«No sé si servirá de algo o no, pero yo tengo mucha fe», confiesa Rosa Martínez que va acompañada de su amiga Carmen González, que asiente con complicidad: «Todos los años me pongo la gargantilla. Más vale prevenir que curar», bromea entre risas.

«Todos los años compro gargantillas para mis hijos y nietos, aunque hay veces que ni se la ponen. Es una pena porque creo que se está perdiendo la tradición», cuenta Juana Calvo.

Otros de los asistentes como José Antonio López, se muestran más escépticos. El salamantino señala: « Yo no creo mucho en estas cosas, vengo por acompañar a mi mujer, pero me parece una tradición muy bonita que tiene nuestra ciudad».

Las cintas benditas, según la tradición, se quemarán el Miércoles de Ceniza, y deben llevarse atadas al cuello desde el día de San Blas para contar con la protección del santo.

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