2024-10-03

 Oculto en mi chiscón  observo alborozado el tinglado de la antigua farsa. Don Jacinto Benavente ya lo anunciaba: esta juerga democrática acabará como el rosario de la aurora al cabo de la conspiración sionista determinada por las redes sociales plataforma de la mentira y del furor. El gran hermano administra a los cerdos de la gran piara. Volvieronse locos y los demonios les llevaron a tirarse al agua. ¿Trump o Biden? Dos peones de la misma brega. Los mundialistas saben hacer la tenaza para dominar al planeta. Unos tiran de la manta y otros tratan de cubrir las vergüenzas de la impúdica dama democrática que echa un polvo con quien quiere.- Mundo salaz. Internet es un gran masturbatorio de coños sin lavar. Se abren de piernas las muchachas y se corren ante las cámaras (squirt) hermosas rusas lindas colombianas alguna mora y bastantes venezolanas. Son los tiempos del imperio de la Gran Meretriz no se olvide. Proliferan consecuentemente los hijos de la gran puta paridos en el lecho del pecado. Cunde la desesperación del personal porque nos machacan la cabeza, nos dan la vara, nos lavan el cerebro con esto de la pandemia. Es el puntal que apuntala el tingladillo de la antigua farsa. ¿Trump o Biden? Lo mismo da. Tanto monta y monta tanto. Dejar que cacareen las pitas en el corral mediático. Es la voz  de los pepitos grillo que mucho falan pero aquí nadie hace nada. Han expulsado a Cervantes de Bilbao, Barcelona y Compostela injurias a nuestro idioma maternal que nadie venga. ¿Dónde fueron los sables a parar? Los generales se la envainan. El rey se fuga con una de sus barraganas y deja a su hijo transformado en Felipillo Medallas. ¿Trump o Biden? Son dos ancianos. Aquí serian dos pensionistas a los que su mujer manda a comprar el pan o permanecen aburridos y sentados en un parque toda la santa mañana. El dedo divino de la apostasía judaica los ha elegido para la gobernanza del mundo. He aquí pues una prueba del tinglado de la antigua farsa. Entretanto, hagamos musculo porque nuestros miembros están débiles. Nos falta calistenia mental. Israel se ríe, se cachondea. Quieren a todos convertirnos en unas cabezas de chorlito.

 

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