busco la Verdad, el Bien, la BELLEZA, la buena literatura y el gran periodismo que se hizo en España lejos de la plebeyez y el mal gusto aunque nada de lo humano mes ajeno
busco la Verdad, el Bien, la BELLEZA, la buena literatura y el gran periodismo que se hizo en España lejos de la plebeyez y el mal gusto aunque nada de lo humano mes ajeno
busco la Verdad, el Bien, la BELLEZA, la buena literatura y el gran periodismo que se hizo en España lejos de la plebeyez y el mal gusto aunque nada de lo humano mes ajeno
2024-01-06
MANOLO EL ROXIU RIP
Murió manolo el roxiu, la aldea queda desconsolada, ha fallecido de leucemia casi a punto de cumplir los noventa años, simpático, trabajador, buen vecin, siempre con un farias en la boca. No sé si era de Lamuño o de la braña, lo que sí sé es que hizo la mili en el ministerio de marina en Madrid. Descanse en paz. Trabajaba como barrendero para el ayuntamiento de Cudillero. Y su apodo se justifica en que era rubio como una panocha.
Me recordaba a ni padre y hasta puede que fuera algo pariente mío
PAULO IV 1476- 1559 THE MARRANOS AND THE JESUITS. HE FOUNDED THE ROMAN INQUISITION AND THE INDEX OF BANNED BOOKS. I HATED THE SPANISH
My faith emerged unscathed, even strengthened, by scrutinizing the mysteries of ecclesiastical history. One of them is the relationship between Pope Paul IV and Saint Ignatius of Loyola, whom he called a presumptuous and untamed “pig.” This pope opposed the establishment in Rome and the approval of the statutes of the Society of Jesus.
At the beginning of the 16th century, Rome was flooded with Spanish converts, bishops, abbots, founders of new religious orders and also prostitutes, of course, since we have already seen it when reading that indeclinable satirical novel by Delicado Baeza that denounces the corruptions of the Rome “putana” during the pontificate of Leo X.
The Jesuits, helped by the money of the merchants of Flanders who sponsored the Company (Teresa and Ignacio in the same boat, no certificates of nobility were needed to profess in both orders, in fact the Jesuits abolished the choir and disdained the habit) plotted against Pope Caraffa, it is even said that they could have poisoned him, the end justifies the means according to the former Basque soldier with a reputation as a saint but who for Paul IV was not so holy, and one eye in the sky and another on the ground and everything in as much as
Such anti-evangelical Jesuit relativism will lead the Ignatian institute to all kinds of perversities and to being a church within the church.
Of Spanish origin, they did not consider themselves Spanish, they were Marranos, GLOBALISTS. They did not participate in the evangelization of America, they only created some independent true communist republics in Paraguay. Fearsome they were.
They transformed the Catholic Church in their own way and the light of Trent is darkened with the darkness of apostasy, of power for power's sake.
The SRI would henceforth be nothing like that of the Middle Ages.
On a visit to Rome I went to visit the tomb of Paul IV and read a disturbing epitaph in black letters:
“hic jacet Caraffa supernis invisus et imis
Stix animam
Tellus putrid corpse habet
Which means here lies Caraffa who displeased heaven and hell
His soul sank into the Styx.
And his body is this rotting corpse
The hatred that the new Christians professed towards this pontiff is understandable. He had closed all the synagogues in Rome, founded the ghetto and forced the Hebrews to wear a yellow star embroidered on their chests.
It is no coincidence that he lived under the threat of the clister and the poisoned theriac, finally consummated, dying a victim of what appears to be a conspiracy organized by the so-called body guards at the service of the church, that is, the Jesuits. He was 96 years old.
PAULO IV
1476- 1559 LOS MARRANOS Y LOS JESUITAS. FUNDÓ LA INQUISICIÓN ROMANA Y EL ÍNDICE DE LIBROS PROHIBIDOS. ODIABA A LOS ESPAÑOLES
Mi fe salió indemne, incluso robustecida, al escudriñar los misterios de la historia eclesiástica. Uno de ellos es la relación del papa Paulo IV con san Ignacio de Loyola al que tachaba de “marrano” presuntuoso e indómito. Este papa se opuso al establecimiento en Roma y a la aprobación de los estatutos de la Compañía de Jesús.
A principios
del siglo XVI Roma se vio inundada de conversos españoles, obispos, abades,
fundadores de nuevas órdenes religiosas y también de prostitutas, como no, pues ya lo hemos
visto al leer esa novela satírica indeclinable de Delicado Baeza que denuncia
las corrupciones de la Roma “putana” durante el pontificado de León X.
Los jesuitas ayudados por los dineros de los
mercaderes de Flandes que patrocinaron a la Compañía (Teresa e Ignacio en el
mismo barco, no se necesitaban ejecutorias de hidalguía para profesar en ambas
órdenes, es más los jesuitas abolieron el coro y desdeñaban el hábito) tramaron
contra el papa Caraffa, incluso se dice que pudieron envenenarlo, el fin
justifica los medios según el antiguo soldado vasco con fama de santo pero que
para Paulo IV no era tan santo, y un ojo en el cielo y otro en el suelo y todo
en tanto en cuanto.
Tal relativismo
jesuítico antievangélico conducirá al
instituto ignaciano, a toda clase de perversidades
y a ser una iglesia dentro de la iglesia.
De origen
español, no se consideraban españoles, eran marranos, GLOBALISTAS. No participaron en la
evangelización de América sólo crearon algunas encartaciones independientes
verdaderas republicas comunistas en el Paraguay. Temibles lo eran.
Transformaron la iglesia católica a su manera y la luz de Trento se oscurece con las tinieblas de la apostasía, del poder por el poder.
La SRI nada se parecería en
adelante a la del medievo.
En una
visita a Roma fui a visitar la tumba de Paulo IV y leí un epitafio en letras
negras inquietante:
“hic jacet Caraffa supernis invisus
et imis
Stix animam
Tellus pútrido cadáver habet
Lo que
quiere decir aquí yace Caraffa que
desagradó al cielo y a los infiernos
Su alma se sumió en la laguna Estigia
Y su cuerpo es este cadáver putrefacto
Se comprende el odio que le profesaron los cristianos nuevos a este pontífice. Había cerrado todas las sinagogas de Roma, fundó el gueto y obligó a los hebreos a llevar bordada en el pecho una estrella amarilla.
No es casual que viviera bajo la amenaza del clister y la triaca
envenenada, consumada por fin, muriendo víctima de lo que parece ser una
conspiración organizada por los llamados guardias de corps al servicio de la
iglesia, esto es los jesuitas. Contaba 96 años.