Gente que conocí.
Vivencias de un corresponsal. Golda Meir
Habéis sufrido trabajos y persecución de los judíos vuestros
conciudadanos, los cuales dieron muerte al señor jesús y a los profetas y me
han perseguido a mí, y desagradan a dios y son enemigos de todos los hombres…
la ira de dios cayó sobre ellos hasta el fin [epístola de san pablo a los
tesalonicenses, 2,13-16]
1
En una conferencia de prensa en
el Dorchester, multitudinaria, en la primavera de 1973 y ante más de dos mil
periodistas de todos los países, tuve la osadía o la majeza de preguntarle:
cuando piensa la señora Meir del restablecimiento de las relaciones
diplomáticas con la España de Franco. Ella hizo un mutis, bebió un poco de agua
mineral que había en la mesa del rostrum, encendió un cigarrillo y contestó:
España para nosotros los hebreos no es un país como los demás sino todo lo
contrario. Un día regresaremos a España.
-¿con el generalísimo en el
poder?-insistí
-No
Sus palabras fueron titular al
día siguiente del NYT y causaron revuelo en Madrid. Eran muy medidas y
guardaban una semántica oculta. La apertura de relaciones se llevó a cabo el
año 89, un tanto a la agachadiza y en medio de gran sigilo en un hotel de
Ámsterdam. Obedeció al planteamiento del gran diseño que albergan las autoridades
sionistas para el dominio del mundo. Se auspiciaba el implante autonómico,
licenciar al ejército de tierra que contaba con un numeral de más de medio
millón de hombres, algo de lo cual hablaba constantemente la prensa inglesa y a
mí me costó más de una polémica con el corresponsal del Times a la sazón Harry
Debelius y con el del Telegraph, Harold Sieve que nos trataba a los españoles a
batacazos y eso a mi me enervaba. Otro postulado eran el desguace de los medios
de comunicación franquistas. El Financial Times ya había entrado en tratos con
Juan Luis Cebrian y a mí me hacían ir todas las tardes desde mi casa en South
Kensington hasta Fleet Street- tres cuartos horas de metro- a por un servicio
que teníamos que dar desde nuestra oficina en Londres a través de la cadena de
periódicos y emisoras de la Prensa del Movimiento. Ruperto Murdoch que irrumpió
en Fleet Street como un elefante en una cacharrería también nos había echado el
ojo. El proceso de enculturación y de asimilación no había hecho más que comenzar.
Fue muy lento y obedecía a los planteamientos del Gran Diseño. A la muerte del
dictador España era un guirigay. Surgieron tantos partidos políticos que el
panorama semejaba a una sopa de letras. Londres se convirtió en el epicentro de
aquella movida. Iban y venían desde don Juan que siempre se alojaba en el
Claridge hasta Carrillo, Pepín Fernández, Jordi Pujol y los catalanes de la
Vanguardia que contaban con el incensario de Luis Foix. Fraga templaba gaitas
desde la embajada de Belgravia Square. Incluso llegué a encontrarme en un pub
de Fulham Road con el etarra Wilson que fue uno de los que pusieron la bomba en
Claudio Coello haciendo volar por los aires al Dodge Dart de Carrero Blanco. El
tal Wilson gozaba de la protección de los servicios secretos británicos y yo
siempre dejaba caer en mis crónicas que en el terrorismo de las provincias del
Norte estaba metidos el Mossad israelí y el M05. No me lo creyeron aunque mis
intuiciones y premoniciones suelen ser certeras. El paso del tiempo creo que me
dio la razón. Esos pistoleros del norte a los que la BBC no paraba de dar coba,
esgrimiendo ikurriñas y entrevistando a sus sicarios, precisamente cuando ellos
tenían en su propia casa un terrorismo acaso más sanguinario y más valiente
porque los del IRA actuaban a cara descubierta y tenían que habérsela nada
menos que con el ejercito británico que ocupaba el Ulster, ahora enfundaron sus
parabellum y cobran de la nómina del estado español. Obedeciendo una señal
impartida desde las fuerzas ocultas. En mi vida periodística he tenido que
pelear contra el argayo de la conspiración. La que se nos venía encima. No dejé
de clamar contra esto y aquello pero mis gritos no eran más que voces en el
desierto.
El germen de este cambio total se
hallaba en las palabras de aquella señora gorda de costumbres austeras, un
bolso de escay en el que guardaba los cigarrillos, el pelo rizo ya encanecido
que otrora fue pelirrojo, la nariz voluminosa y los ojos bellos, gesto maternal
y que en su rostro no celaba las arrugas de tantos y tantos sufrimientos. A
Golda Meir uno no podía menos de quererla o, si no quererla, al menos
admirarla. Impresionte mujer, esta abuela judía, una de las estadistas más
importantes que produjo el siglo XX, pionera, que no se casaba con nadie, ni
con Ben Gurion. Bueno se casó una vez pero se divorció. Transcurridos muchos
años de aquel encuentro, cunde en mí la idea de que los judíos avanzan por la
historia guardando la llave que abre los secretos de la caja de Pandora. A lo
mejor ellos son los que llevan la razón y el apóstol de los gentiles con los
que abro estas membranzas mentía. Por lo menos ahora tras el vaticano segundo
no creo que en las misas se lea esta carta a las tesalonicenses por ser un
texto impolítico. En ella San Pablo se nos muestra antisemita. El porvenir del
cristianismo que se plantea de cara a la eternidad y a la vida futura está en
juego a causa de este sistema de valores democráticos que sólo cree en el hic
et nunc. Un nuevo materialismo que trajo aparejado la lucha de clases (todo el poder
para los soviets sustituido por todo el poder para los bancos y la oligarquía
política) y la lucha de géneros desintegrando a la familia como núcleo social,
el poder de la imagen y la propaganda, las consignas. Han callado los púlpitos
y sólo se escuchan lemas comerciales instándonos a consumir y a asumir lo
políticamente correcto. El que piense diferente habrá de enfrentarse a cadena
perpetua o vivir en el limbo del ostracismo del silencio e incomprensión. Pero
¿Dónde está Dios? ¿El dios de Israel? Los padres fundadores que cantaron la
hativka con Bengurion aquel mes de mayo de 1948 eran ateos procedentes de la diáspora.
Golda Meir no era creyente sin embargo la nueva Palestina funciona siguiendo
las pautas de las antiguas teocracias. Es una teocracia laica que no contó con
el beneplácito de insignes escritores de origen hebreo como el anglo-húngaro Arturo
Koestler[1].
Muchos dirán que son contradicciones del pueblo elegido que contiene en
síntesis todo lo humano habido y por haber: lo grande en lo pequeño, el bien y
el mal, lo demoníaco y lo angélico, la tecnología más avanzada y esos hassidim
con tirabuzones que visten dulleta y guardan la ley, se pasan la vida
estudiando el Talmud y viven como en la edad media. Tal vez sea algo prelaticio
al pueblo de la Vieja Alianza entender el lenguaje divino, algo que nos está
vedado al resto de los mortales.
En cualquier caso siempre me
sentí muy atraído por la señora Meir cuya biografía estudié cuando era mozo.
Era ucraniana de Kiev. De su infancia recordaba en sus memorias aquellos sábados
que se pasaba su padre cantando salmos en la sinagoga. Era un bendito de dios,
un inocente que creía en el mundo y el ser humano. Trabajaba como carpintero
como San José. Aprendió el ucraniano y hablaba el ruso perfectamente lo que fue
aliciente de su nombramiento como primera embajadora de Israel en la Urss.
Antes la familia había emigrado a América. No basta creer es preciso solucionar
y enfrentarse a los problemas fue la idea motriz de su alejamiento de la
ortodoxia hebrea. Asume el inconformismo porque venía de un pais donde los
nihilistas rusos se pasaban horas charlando de política ante tazas de té con
limón. Estaban tuberculosos y yo tenía que desinfectar los vasos y el samovar
cuando se iba. Quería ser maestra. El idioma inglés era un idioma hermoso pero
en el ghetto de Chicago se hablaba el yiddish y algunos decían sandeces
(shandeh, una palabra hebrea que pasó al castellano como sandio que era un judío
ignorante y pobre. Sólo su propio trabajo podría liberar a los judios del
ghetto. Tradicional casamiento o shadacha en 1922. Golda se colocó sobre el
rostro la chuppah o velo de desposada. Habían fundado Tel Aviv en 1909 poco más
de medio centenar de familias judías. Luego llegan las aligah u olas de
emigrantes. No vale con rezas. A dios rogando pero mediante el esfuerzo el judío
puede hacerse dueño de su destino. Hemos sido hasta ahora victimas de la
fatalidad pero tenemos que luchas contra esa fatalidad teniendo en cuenta que
el judaísmo como religión siempre se refiere a cosas pragmáticas. Aquí salta el
pragmatismo de este gran personaje. Su matrimonio dura sólo seis años. Se
separa de su marido Morris en 1928. Cuando
llegó a Jerusalén a pesar de haber perdido la fe colocó una kritlach o recado escrito en un papel
como una carta a Jehová en una socarrena del muro de lamentos. Nunca fue una
feminista como esas exaltadas que queman sostenes, odian a los hombres y hacen
campaña contra la maternidad y piden el aborto. Se nos muestra gallarda como un
turdión en estas aseveraciones. Los judios aunque enfadados con Adonai siguen
buscando al Mesías y buscan las fuentes que manan leche y miel en la tierra
prometida. Aprendió oratoria subida a los cajones donde largaba impresionantes
discursos. Decían que era el único hombre en el gabinete de Ben Gurion. Este
por el contrario era la única mujer. Pero Gurion es la personificación misma
del estado recién fundado. Estaba escoltado por judios la mayoría de origen
ruso. Otro misterio. Cuando Gorbachev viajó a Tel Aviv no necesitaba hablar el
inglés y el yiddish. Todos le encendían en el idioma de Pushkin. Sólo había un
sefardí David Remez que era de Constantinopla. Este ministro impulsa el establecimiento
del kashrot o kosher que en judeo español es alimentación trufa sin sangre o
animal de pezuña. A Golda Meir no le gustaban los ingleses. Nunca quedé
prendada por ellos a diferencia de otros colegas que sentían admiración por sus
instituciones y por el sentido de la convivencia pero Inglaterra fue el pueblo
que más dolor causó a Israel. En sus memorias elogia a Franco por el amor mesiánico
con que amaba a España, algo que para nosotros resulta comprensible porque él
se rebeló contra la desgarrada historia de España y crear un país nuevo. Sin
embargo, su camino no fue fácil. Hubo escisiones internas. El Hadas acusaba a
Mrs. Meir de ser una apoderada de la burguesía capitalista cuando entre los
pioneros lo que abundaban era gente de la izquierda anarquista, comunista o
socialista. Se produjeron asesinatos como el de Jaim Aerlossof un emigrante de
origen alemán muerto a tiros por el polaco Stravsky. El violento revisionismo
chauvinista- escribe en sus memorias- va causar estragos entre el ala izquierda
y la derecha del sionismo. Aparecen como movimientos como el Irgum que se
propone echar a tiros a los ingleses de Palestina. Méname Beguin el que había
de ser en los 70 primer ministro organiza el atentado contra el hotel David de
Jerusalén con más de cuarenta fallecidos. El bien y el mal está en manos de
Israel. El nuevo estado judío se edifica sobre planteamientos de la acción
directa. Ellos crearon los movimientos de liberación y la fórmula del
terrorismo como sustituto de las confrontaciones globales y de las guerras.
2
Ante una estadista de categoría
universal como la Señora Meir no es fácil emitir un juicio de valor porque en
el mundo judío hay muchas cosas que se nos escapan a los que carecemos de la
visión de futuro y la eficiencia de muchos de ellos: grandes matemáticos,
físicos, filólogos, inventores que desde pequeños en las yasivas aprenden a
polemizar y se entrenan en la dialéctica del Talmud. Por lo pronto ahora mismo
dominan el mundo de la comunicación. Internet es su parcela y como diría el
clásico “multa me efugiunt”. Sin
embargo no puede por menos ante la nueva Teología del Shoá uno de reflexionar
si esa forma de ver el mundo no acabará con la soteriología cristiana basada en
el más allá y en la resurrección de la carne en la cual no creen los sionistas.
Golda acusaba a los británicos de haber chantajeado a los pioneros que llegaron
a Palestina favoreciendo a los a los árabes. El rostro de la premier reflejaba
el sufrimiento y el cansancio de una raza acostumbrada a la persecución y a la
diáspora. En Auschwitz hicieron pantallas para lámparas y peines con la piel de
los nuestros. En Ucrania y en Bielorrusia conocimos la afrenta de los progroms.
Los cosacos entraban en los shtle cabalgando con el látigo y el sable
desenvainado. Nosotros sólo queríamos cambiar el mundo. Convertirlo en un lugar
más amable y habitable. Pero no vinieron a traer la paz sino la guerra como evidencian
los conflictos continuos mesorientales. El nuevo estado nació el 14 de mayo de
1948, mes de Iyor año 5708 de la creación del mundo. En una sencilla ceremonia
y en un lacónico discurso Ben Gurion no aludió a Dios. Sólo a la Roca de Israel
para testimoniar el sesgo laico y aconfesional que se emprendía. Un rabino, no
embargante lo cual, entonó la Shemá. Usa y la URSS fueron las primeras naciones
en reconocer al nuevo país. Elías Ehrenburg un personaje importante en la guerra
de España y que entonces estaba en amistad con Stalin figuró en la legación
rusa. Era un día importante para la humanidad y se cumplía el sueño de Teodoro Herztl
de vuelta a la Tierra Prometida. El ejecutor fue Benjamín Gurion que hablaba
doce lenguas, entre ellos el castellano que aprendió únicamente para leer el
Quijote. Ese mismo año empezaría la primera guerra contra los árabes. Después
vendrían la del 56, la del 67 de los Seis Días y la de YOM Kippur en el 73. Israel
las ganó todas.
Gurion había nacido en Plansk
Ucrania en 1886 el mismo año que Alfonso XIII y que mi abuelo Benjamín. Tras su
estancia en America emigró a Tel Aviv en 1906 cuando funda los primeros kibbutz
o comunidades agrícolas que viven en régimen socialista. No existe propiedad privada.
Lo único que no era común eran el marido y la mujer. La idea era convertir al
desierto del Negev en un vergel. No fue una iniciativa del líder porque en 1870
se establecieron los primeros campesinos israelitas en granjas que compraron a
los beduinos para la explotación agrícola. Paradójicamente desde el siglo
primero el pueblo elegido había dado de lado esta actividad, dedicándose a los
negocios, al comercio y a las profesiones liberales. La medicina y las ciencias
matemáticas les resultaban familiares dado su entrenamiento talmúdico. Surgen
pues los cabalistas y los físicos medievales. Destacaron en todo suscitando tal
vez recelo en los villorrios europeos por considerar que sus habilidades eran
patrimonio de magia diabólica. Fueron calumniados y perseguidos pero no hay que
negar que gozaron de la protección de los monarcas cristianos y del papado. Si
en Roma quedaron a cargo de las finanzas del palacio de San Juan de Letrán en
Castilla el patrocinador de las guerras de Granada fue el prestamista catalán
Isaac Abraham y el que sufragó la construcción de las tres carabelas de Colón
fue otro potentado catalán Diego de Santangel el banquero de los Reyes
Católicos merced a la intercesión del arzobispo Hernando de Talavera, uno de
tantos conversos (su hermana Esther estuvo procesada por la inquisición de
Córdoba). Este prelado al que los moros granadinos llamaban el alfaquí divino quiso atraerlos al redil
del cristianismo mediante un catecismo en algarabía escrito por él. Fray
Hernando fue el primer introductor de la liturgia vernácula. Era muy evangélico
pero como los musulmanes después de bautizados seguían ternes en su religión
que practicaban de oculto fue sustituido por Cisneros que utiliza tácticas
menos caritativas pero más contundentes para conseguir su asimilación. También
Cisneros era de origen sefardita. Fue una especie de gran sionista a lo
católico. Creía en la monarquía absoluta y en la convergencia del poder
temporal y el espiritual en un solo cetro y un solo altar. Carlos V le daría de
lado. Su carácter flamenco se resistía a entender el fundamentalismo religioso
al principio. Una vez que maduró cambió de idea. Al fin de sus días
decepcionado por las guerras de religión que empezaban a asolar a Europa se
retiró a morir al monasterio de Yuste. La idea de un poder universal que
alcanzase la armonía y la buena conllevancia entre las gentes que pueblan este
planeta es un concepto aportado por los conversos españoles quienes se
mostraron más papistas que el papa y esta idea de cambiar el mundo para mejorar
es la que explaya la gran primera ministra israelí a lo largo de su intensa
actividad como estadista. Era una gran luchadora pero aquella tarde de
primavera en el Dorchester yo la vi cansada. Le quedaban pocos meses de vida.
Moriría el dos de diciembre de 1973 de un ataque al corazón. Fue discutida y
discutible incluso entre los suyos. La mujer fuerte, la que llevaba los
pantalones en el primer gabinete de David Ben Gurion. Había pasado dos semanas
en una celda zarista. La Ojrana o servicio secreto ruso definía a esta
ucraniana como uno de los mayores peligros para el estado. Sobrevivió a los
progroms, a la tos ferina, a los ingleses que también la tenían fichada y en su
vida particular era una verdadera mamá, una abuela tierna que preparaba la
adafina del sabatt para sus nietos. Fue una mujer grande que conocía de
antemano por qué derroteros se iba a encauzar la vida de los mortales
condenados a vivir en democracia. Ella misma declaraba que no es un sistema
perfecto, el menos malo en un mundo mejor de los mundos posibles y en el que el
poder conserva una cara oculta. Era el mundialismo, la globalidad de la que
mucho escribieron los consiliarios asesores del Emperador Carlos V cuyos
herederos detentan ahora el ministerio de la verdad oficial y programada.
Israel iba a comenzar su propia reconquista. Yo sabía que aquella señora
guardaba muchas sorpresas en aquel modesto bolso negro con las tapas de hule y
un cierre de calamina (parecía una criada en su salida de los domingos) y que
mucha gente iba a padecer las consecuencias del nuevo invento. Nacía el milenio
igualitario pero no para los pobres sino para los ricos y que muchos de
nosotros ibamos a acabar en el agujero, pero quien tenía razón: ¿San Pablo o
los patrocinadores del artefacto? A los creyentes en Jesucristo sólo nos queda
volver la otra mejilla y confiar en la gracia divina.
[1]
Franco y Sefarad un amor secreto, por Antonio
Parra Galindo, manuscritos.com. Madrid 2010, Pag 178