2024-11-29

INTRODUCCIÓN AL LIBRO DEL BUEN AMOR DEL ARCIPRESTE DE HITA

 

LOCO AMOR Y BUEN AMOR DEL ARCIPRESTE DE HITA

 

Los grandes libros de nuestra literatura castellana fueron escritos en presidio (El Quijote, los sueños de Quevedo. El Criticón de Gracián, la obra erudita de Jovellanos) y el Libro del Buen Amor obra cumbre del pensamiento católico-muzárabe medieval no podía ser menos. Se describe al Arcipreste de Hita como un clérigo giróvago que va por esas serranías levantando mozas y seduciendo a solteras y casadas pero esto no es más que el ropaje de la fábula.

 Dentro hay una intención moral y una diatriba contra el celibato. Cuando fueron proclamados los Decretales de Aguilafuente - corría el siglo XIV- en 1348 vino la preste negra y el clero de Talavera se alzaron en armas. Escribieron al papa de Aviñón, Benedicto XIII con una propuesta razonable: "Santidad nos quitáis las buenas para que nos vayamos con las malas".

 La respuesta del primado de Toledo fue feroz cinco años de cárcel por solidarizarse con los talaveranos concubinarios. Juan Ruiz ¿quien era? Seguramente un muzárabe converso del judaísmo muy entendido en escrituras que ostetaba el mando de la iglesia mayor de Hita. Su libro empieza con una sorprendente imprecación y un ataque a Roma "yo vi allá en roma do es la santidad que todos al dinero hacían humildad" y pide árnica:

 "Señor, Dios que a los judíos pueblo de perdición sacaste del poder del faraón y a Daniel sacaste del pozo de Babilón sacare a mi, cuitado, de esta prisión".

Estaba preso en la cárcel de Alcalá. El cardenal Gil de Albornoz no se conmovió.

 Ni tampoco le valieron las bellas preces a la Virgen María que inserta en el proemio de su hermoso libro:

Oh Maria luz del dia

Tú me guías todavía

Dame tu gracia y bendición

 COMILLAS PONTIFICIA OBTUSOS RECUERDOS

 

Regresé a la que fue mi alma mater años atrás al seminario vacío comillense. El Stella Maris que preside una estatua de la Virgen estrella de los mares se había convertido en un jardín. Entonces era un campo de futbol pero a la izquierda el frontón bajo un enorme cobertizo donde jugaban a pelota los vascos aparecía intacto y el seminario menor cuyos tránsitos y aulas yo recorrí en obras. Se me acumularon pensamientos tristes. Yo lo pasé mal en aquel sitio tan paradisiaco creado para los jesuitas por el marqués de Comillas aquel negrero que se enriqueció con la guerra de Cuba y trajo para España a los soldaditos enfermos en traje de dril que lucharon en la manigua frente a los norteamericanos que nos arrebataron el último florón del imperio.  Bad omen…  el prefecto Eguillor un bilbaíno muy obtuso un vascop cabrón me maltrató de palabra y obra. Yo creía haber arribado a un paraíso pero era el infierno lo que me aguardaba. Fue en el curso 59-60. Llegué allí cantando en el correo de Santander que nos desembarcó en Torrelavega y me despedí del lóbrego edificio llorando. Me echaron. Yo no valía para obispo. Y según el padre MARTINO que nos daba literatura tampoco sería un  buen escritor. Se equivocaba el buen reverendo. Y lo he sido. Así que al subir la Cardosa que es la cuesta de acceso al sitio entre tamarindos floridos me sentí triunfal encendí mi cachimba y dando pufadas de tabaco aromático incensé a los fantasmas del pasado. Aquel lugar estaba muerto y yo seguía vivo gracias a Dios

 

viernes, 29 de noviembre de 2024