2023-06-07

LEYENDO A BALTASAR GRACIÁN

 CADA LOBO POR SU SENDA LEO A GRACIAN

 

En medio de la gran marejada de confusión exasperación nosotros podemos yes we can no están mal algunos puntos del programa si no fueran un “frame” que nos brinda el Amigo Norteamericano y hay que decir lo que le dijo Franco a Fraga cuando le  presentó borrador constitucional, sí constitución, eso está bien, Manolo pero ¿para qué país? Cada lobo por su senda yo me quedo leyendo a Gracián, ese tozudo aragonés y medio catalán, que lleva las barras de la señera de la libertad en su prosa lo mismo que todos los peces en el Mediterráneo en sus escamas lucían la bandera roja y gualda que era la misma que la catalana tanto monta monta tanto.

Por lo visto ese Junqueras al que llaman el Moro Tuerto un muladí que dice ser catalán después de convertirse a Mahoma con su ojo vació y fantasmal mira contra el gobierno. Don Tancredo y el Rey Alto que cada vez se nos parece más ese Borbón a Boabdil el Chico a la inversa dicen que no saben, no hay respuesta. Menudos son unos y otros. Siguen los cabildeos y menudencias los bizantinismos de los chicos de la TVE que todos se llaman Montserrat, Pere y Oriol o Iñaqui (troyanos incrustados en la caja tonta)  y yo sigo en mis trece aragonesas como Benedicto XIII que no era catalán sino valenciano y el padre Baltasar Gracián, un jesuita tibio por más que un gran español patriota porque para eso fue capellán de los Tercios Viejos, me encandila con su patriotismo y su estilo gnómico y sentencioso y que también se hacía lenguas ya por entonces de lo desbaratado que andaba el clima y de la corrupción de los tiempos: “Ahora está todo mudado y maleado hasta los climas y según van las cosas dentro de pocos años Alemania será Italia y Valladolid otra Córdoba”.

 Por lo visto en el siglo XVII hubo una gran sequía y se registró un cambio climático a causa de la efusividad de las manchas solares. Sin embargo, en la centuria siguiente volvieron las lluvias y bajaron las temperaturas.

Asimismo, el autor del “Criticón” se quejaba de la poca consideración y estima que se daba a los escritores y poetas en la corte de los Austria. Allí quienes tenían vara alta eran los arquitectos y escultores. Primaban las artes plásticas de Apeles y de Vitruvio en menoscabo de los líricos. 

Hoy pasa otro tanto a los que hemos sido expulsados de la cena de Baltasar. No nos darán el premio Planeta pero portamos la llama del fuego sagrado luz de Israel candela de Sefarad llama de amor viva en nuestras trece aragonesas de no comulgar con ruedas de molino y de amor a la patria.

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