2015-10-19

SANTA TERESA DE JESÚS PROVENÍA DE LA FAMILIA DE LOS ENRIQUEZ JUDIOS CONVERSOS

Siento una satisfacción personal y la honrilla premia mi esfuerzo tras la publicación de mi libro Teresa, la judía conversa. un grupo de historiadores ha llegado a la conclusión de que la santa de Ávila tan vilipendiada y tan encomiada al mismo tiempo no se llamaba Cepeda y Ahumada. Cambió el nombre, segun una costumbre de los hebreos españoles. Se apellidaba Caruana Enriquez y podía estar emparentada con Fernando el Católico, cuya madre era una Enriquez.
No me glorifico en mí sino en el espiritu que sopló y me alumbró pues la tesis de la historia era el gran desconocimiento que se tiene del personaje merced a sus hagiografos que la elevaron a la categoría de mito, el mito teresiano. Quisieron convertirla en patrona de España en sustitución de Santiago y ello creó ampollas y mucha división en torno a la personalidad de la monja inquieta y andariega. Ciertamente que tuvo sus probelmas con la inquisicionón  y cayó en algunas demasías de tipo místico erótico. Pero era muy loablo su intención de evitar que los conventos españoles se convirtieran en aparcadero de princesas viudas o "arrecogidas" que tuvieran un desliz y despechadas por sus maridos y amantes a causa de supuestos adulteriois acabasen tras el torno.
Dediqué mi libro al arzobispo de Compostela le envié un ejemplar y Su Ilustrísima ni siquiera se dignó acusar recibo ni siquiera contestarme. Este desaliento por mis pecados es un sacrificio que he ofrecido al Señor, a ese Jesús, al que tanto amaba Teresa que era una loca de Cristo, una yurdodivaia que dirían los peregrinos rusos. Me cumple el honor de haber abierto una brecha como en casi todos mis libros, publicados con grande esfuerzo economico y que siempre han topado con el desdén o el silencio espeso de la critica en una España que ha dejado de creer en la verdad y en la palabra y que se sume en un mar sin fondo de corrupciones y de vendavales políticos que al cabo resultan una tormenta en una vaso de té. Me duele sobre todo la poltronería y obtusidad de la iglesia. No cxreo en los obispos con la excepción honrosa de algunos como el arzobispo cardenal de Valencia contra el cual disparan sus dardos envenenados la gentuza más aviesa. Con su pan se lo coma. He vuelto a "clavarla". Mi abuela me dijo que yo sería un gran periodista. Puede que sí puede que no. Los resultados no me interesan pues es cosa que no depende de mí el esfuerzo el afan y el honor sí. Ladrarán luego cabalamos.
TERESA LA JUDIA CONVERSA

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