2016-11-21

Bocaccio padre de la novela europea

SOBRE EL DECAMERON
BOCCACCIO VISTO POR PASOLINI. DOS GENIOS TALIANOS CON UNA VISIÓN AMABLE Y CATÓLICA DE LA VIDA




Boccacio, metamos el pájaro en el infierno, demos gracias al fraile que nos enseñó tan bien el camino, un gallo tiene suficiente con diez gallinas pero una mujer ni con cien maridos se da por vencida, son insaciables. El Decamerón en algunos de sus pasajes nos muestra en qué consiste eso del furor uterino. En nuestra ciudad más llena de engaños que de amor y fe vivía una hermosa dama de buenos modales, muy astuta e inteligente a la vez. Boca besada no pierde frescura sino que se renueva como la luna… Y Barato con el santo talismán que dios le dio la consoló de tal modo que muy pronto ella se olvidó de Pericón, etc., etc... volví esta madrugada en que mi humor andaba pachucho y desalquilado con esto de las elecciones (Rubalcaba, ZP, las primarias, el blabla de los tertulieros que chupan cámara y aburren hasta las piedras, las sotas de Telecinco que no cubre su gallo de la quintana por ser un rufián hermafrodita y al que las mujeres deben de gustar tanto como a un perro un estacazo, los bustos parlantes de la marranería, nunca debió de haber en Europa tanto canalla en traje de eurodiputado cobrando dietas a tutiplé mientras nuestros chicos están en el paro) a las páginas del Decamerón que es un libro padre y alma mater de todos los escritores, san Giovanni Boccaccio nos de su bendición y el que no valga que lo deje porque ocupa mucho cacho, resulta que una Maripava quiere escribir novela histórica, aquí mucho y mucha novelista de pico que no podría andar un paso sin andaderas laico judaicas y los que se niegan a lamerle el culo al Bigbruder, esos, los genuinos, los autóctonos, prosa con verve que bebieron en los hontanares de los grandes maestros (Quevedo, Góngora, Rabelais, los grandes escritores rusos y un poco Shakespeare, el único católico que nos queda de los ingleses) esos no podrán publicar ni trillar ninguna parva. Anatema sint a ojos de los inquisidores del Santo Oficio laico judaico. Fortuna os de Dios, hijo que el saber no te hace y te libre del totalitarismo democrático que esto es un baile de máscaras. Pues carecen del sentido del humor, en la biblia nadie ríe, no se cuenta un solo chiste, Jehová debe de ser un dios terrible pero muy aburrido, que se calza el coturno, atruena en el Sinaí y nos habla desde la zarza incandescente, un poco como Obama con una patata en el paladar, Aquilón sopla desde Alaska y de allí y un poco más abajo nos llegan las hordas del anticristo, nunca podrán entender la chispa, el donaire, ese optimismo tolerante y picarón del catolicismo bajo medieval del que los humanistas italianos que introdujeron el soneto y la novela bizantina en las grandes literaturas europeas representan el máximo exponente.

Volviendo a Petrarca, al Dante, a Chaucer que en los Cuentos de Cantorbery imita al Decamerón uno entiende por qué estos zafios epígonos de la democracia totalitaria que padecemos entre bolchevique y socialista controlada por los banqueros de Wall Street y el capitalismo financiero que nada tiene que ver con el del trabajo que se expresan en un inglés aburrido y sansirolé, uno recupera la alegría de vivir. Todos se lo toman muy a pecho pero la vida no es más que un comentario leve más allá de las planchas y embolados del constitucionalismo.

Los textos del florentino fueron traducidos a imágenes por otro genio, Paolo Passolini, en un auténtico tour de force en el cual cinematografía y literatura se complementan. La razón de este éxito es que la novela bizantina se apoya en el relato corto y goza del dinamismo de la literatura oral en que ocurren muchas cosas en poco tiempo y a la primera sin profundidades de analisis de caracteres o complejas tramas psicológicas. Son un producto directo del genio trajinante de los siglos XIII y XIV coincidiendo con las grandes peregrinaciones a Compostela, a Cantorbery, a Roma. Los que van a esos lugares por una promesa se entretienen contando historias. Es la esfoyaza o el filandón y de las consejas al lado del fuego en las que aparece la doncella que es desfoliada por algún libidinoso clérigo, la mujer en el balcón que pasa por allí un soldado y le invita a subir un ratito y en tanto llega el marido que estaba supuestamente de caza en los montes de León y se arma la de Dios según reflejan los cancioneros. Pero mientras el Romancero castellano contempla el sexo desde su lado trágico (Eros y Tanatos vienen a ser el Castor y Pólux de la mitología cabalgando en un mismo caballo) el Decamerón lo ve como un juego, a partir de la idea de que las relaciones carnales son la vida mismo. Así que a retozar. Esto es lo mejor de la vida. Dos dará pan pues nos dio una boca y si lo puso ahí en eso es para que lo usemos… la mujer que ardía en amorosos deseos se echó en sus brazos y trasladándose a la alcoba lo hicieron muchas veces durante toda la noche.

En el cuento de Reinaldo de Asti atacado por unos bandoleros y encomendándose a san Julián gracias al santo que le guía a la casa de una viuda rica y fogosa bien acabó lo que empezó mal. El pícaro Bocacho le guiña un ojo al lector mientras denuncia las mohatras de la gazmoñería hipócrita que habría que venir con el protestantismo puritano y sin sentido del humor. Estamos en la Florencia de 1348. Acababa de pasar la guadaña de la peste sobre Europa. Al cabo de tanta mortandad había en las ciudades un intenso deseo de vivir, de reproducirse olvidándose de las bubas que cariaban las ingles y las axilas preludio de la mortaja. Unos florentinos salen al campo – Fiammetta, Pampinea, Filomena, elisa, Emilia, Laureta, Nelfila, Fanfilo, Filostrato e Idóneo- un martes por la mañana después de misa y se lían a contar chascarrillos que les hacen olvidarse de la epidemia que acababa de asolar la ciudad y en la que todos habían perdido a sus seres queridos. “Vayamos al campo donde respiraremos aire puro y gozaremos de los placeres que procuran la inocncia y la virtud”.

Yo recuerdo a Passolini que aparece al principio de la película que vi en aquel cine de Londres de Fulham Road en habito franciscano sentado en un pupitre cálamo en ristre hilvanando las crónicas del Decamerón. Creo que en esta película consiguió el italiano una de las obras maestras del séptimo arte. El del mudo y el hortelanillo de las monjas que recoge un tema de la tradición oral es uno de los más impresionantes. Masetto de Lamporequio no tenía curro. Y para inspirar lástima y compasión se hizo pasar por tonto y por mudo y fue a pedir trabajo a unas monjas. La abadesa que lo vio-era apuesto y de gallarda figura pero retrasado mental- lo encontró apto para labrarles el huerto a las monjas de aquel monasterio de Peruggia. Un dia que cogía cerezas subido a una escalera dos hermanas que pasaban por allí cantando el “dirrupisti” y la “Intemerata” vieron que debajo del jubón no llevaba prenda alguna para tapar sus vergüenzas. Quedaron ambas maravilladas ante lo bien dotado que estaba el garzón.

-Vieni… vieni anchio

Tomaron de la mano al menestral y se lo llevaron al huerto nunca mejor dicho. Y lo metieron en una cabaña donde podrían satisfacerse porque las monjas no somos de piedra. Mientras una retozaba con el mudo la otra vigilaba. Nadie se enteraría porque era mudo, nadie vería. Es lo que ellas pensaban porque les vigilaba la abadesa con ojos de Argos y detrás de cada una de las celosías del monasterio ojos encendidos de mujer contemplaban lo que adentro de la choza estaba sucediendo. Total que Massetto de Lamporoquio se pasó por la piedra a toda la comunidad siendo la más persistente de todas la madre abadesa la cual cuando acababa con las legas el hortelano, empezaba con las novicias y al final el rato más largo era para la madre superiora quien se lo llevaba a su celda para tenerlo toda la noche a su servicio:

-Vieni, vieni.

La madre abadesa, insaciable útero furente, quería más y el gallo ya no estaba para más quiquirís.

-Otra vez ni hablar, que ya no puedo con los calzones, reverenda- exclamó el hortelano dando un grito porque se resistía a obedecer a la priora.

Las religiosas que espiaban la escena desde lo alto de sus celdas, al oír hablar a un mudo, gritaron conmovidas:

-Milagro… milagro.

Con tan incesante trajín sexual había hecho recuperar el habla aquel barbián florentino consumado embaucador y experto en las artes del disimulo. El autor de una forma amable y venial critica la impostura, la simonía y la corrupción eclesiástica. Boccaccio nos cuenta que en Roma no se podía dar un paso sin un buen contacto y los mejores eran los de las meretrices y los de los efebos que entretenían los ocios cardenalicios y calentaban la cama a los prelados de su Santidad. El vicio nefando y la pasión por el dinero eran una plaga. Yo vi en Roma allá do es la santidad que todos al dinero hacían humildad, refiere el arcipreste de Hita pero estas criticas nada tienen que ver contra el deposito de la fe ni atentan al dogma y tal respecto ahí está la historia del judío Abraham que se hace bautizar en Paris por el arcediano Giannotto Civigni a la vuelta de un viaje a roma donde contempla la corrupción reinante en la Ciudad Eterna. Bujarros, bardajes, putas, bulas para comprar la vida eterna. Hay que ir con la bolsa bien preparada a San juan de Letrán pero ella demuestra que si el catolicismo no se ha acabado es porque detrás apunta el dedo de Jesucristo al que los mercachifles tratan de vender por treinta monedas.

-Esta debe de ser la religión verdadera pues tan maltratada por los eclesiásticos permanece intacta al cabo de los siglos. Yo abjuro de la fe mosaica ahora mismo- contesta el israelita ante la pila de agua bendita de Notre Dame.

Un tratante de ganados de Perusa se dirige a Nápoles a la feria buen zapato buena media buena bolsa con dinero ingenio y más inocente que un cubo se va de putas, le burlan la bolsa entre el rufián y unas comadres del barrio de Malpertugio y acaba bañándose en una privada. Olía a mierda que tiraba para atrás pero en el camino se encuentra con unos ladrones que robaban sepulturas. Aquella misma tarde acababan de llegar a Nápoles. Iban en busca de su anillo pastoral engastado de rubíes que debía de valer un dineral.

-Entra tú y pilla todo lo que encuentres dentro.

Le auparon los colegas y con un barrote abrieron la tapa de la tumba recién inaugurada. El de Perusa les fue arrimando a sus compinches, el báculo, la mitra, los guantes y las cáligas de seda bordadas en oro macizo pero se quedó el muy pícaro con el sello arzobispal de piedra de rubí.

-¿No hay más, Peruchio?

-No.

-Pues, como no nos lo das, ahí te quedas

Y en esto cerraron la tapa del sarcófago. Quedó el pobre hombre enterrado en vida junto a un difunto que empezaba a oler y peor que él. En esto quiso su ventura que entraran en la iglesia otros ladrones. La misma ceremonia, levantar y apuntalar la piedra y los mismos discutinios de quien entraba primero y ninguno se ponían de acuerdo. Pero al que entró a robar, que era un cura por cierto, le mordió el emparedado en una pierna. Ambos manilargos pies pa que os quiero, salieron del recinto de estampida y muertos de miedo. Peruchio con su joya en el bolsillo pudo regresar rico a su país olvidándose de la bolsa que le arrebataron, de las putas y de los facinerosos de la ciudad más peligrosa de Europa en el medioevo. También estuvo de su parte aquel san Julián misericordioso el hospedero celestial que socorría a los que vagaban por el mundo sin rumbo fijo. El ritmo de este relato es intensísimo y no decae un momento.

En boca de Teobaldo peregrino al Santo sepulcro pone la crítica más circunstanciada y cabal contra el abuso de poder de los clérigos. Sugiere que el confesonario no es el tribunal de la penitencia divina sino un instrumento de control como Internet en la actualidad, poco más o menos, y que la obsesión con el sexto mandamiento es una afiladísima herramienta para conseguir el derecho de pernada.

Hay algo morboso y diabólico en esa obsesión sexual de la que adolece la iglesia latina: “Esos frailes claman contra la lujuria porque de ese modo pueden holgadamente quedarse con las mujeres que otros dejan. Condenan la avaricia para que se les ofrezca a ellos lo mal ganado en diezmos y primicias y eso que llaman caridad. Los frailes quieren que os desprendáis del dinero para que vaya a parar al cepillo de la iglesia, necesitan dinero para holgazanear y acostarse con todas las mujeres y los efebos que encuentran en el camino”. A lo que parece, la pederastia y los abusos deshonestos por parte de la clase sacerdotal afligían al creyente del siglo XIII igual que al de hoy. Desde entonces han pasado un cisma en Occidente y tres concilios y la jerarquía encampanada en su soberbia vaticana no ha puesto remedio. “En resumen- concluye el peregrino su diatriba- si quieren santidad ¿por qué no siguen el evangelio? Que demuestren lo que predican. Basta ya de frailes galanteadores, mujeriegos, visitadores de mujeres e incluso de conventos”.

Un abad de Toscana con fama de santo y milagrero sólo tiene un defecto que se pirria por las mujeres en especial le gusta la mujer de un campesino Ferondo. Con ella urde una estratagema para simular su muerte y su entierro con una estancia de nueve meses en el purgatorio. Al final de este tiempo el inicuo monje que había estado refocilándose con la esposa del “difunto” lo resucita. Otra vez cunde el grito de milagro… milagro por toda la Campania. La querida del mitrado-total- se ha quedado encinta y tendrá un chico al que pondrán por nombre Benedicto. La crítica a la vida eremítica no puede ser más feroz. Ni más real porque tan truculentos sucesos eran de rubrica en aquel entonces, hoy lo siguen siendo habida cuenta del afán de la jerarquía de barrer debajo de la alfombra. El Decamerón va a influir en toda la novela moderna sobre todo en la literatura picaresca, concretamente en el Lazarillo que es un decamerón a la inversa. Lázaro de Tormes podría pasar por personaje de estas novelas Acuciado por el hambre más que por el sexo y es que debe de ser harto difícil amar cuando no se tiene la barriga llena. La idea maestra que late bajo las entrañas de este gran libro es la tolerancia, la alegría de vivir, la libertad que significa para Europa la cultura católica frente al pensamiento único y la tiranía del pensamiento único del afán trilateralista del protestantismo anglosajón. Subámonos a la torre del gran belvedere florentino para otear el horizonte. Ahora los árboles no nos dejan ver el bosque

LA NOCHE EN QUE EL DIABLO EN SEGOVIA PERDIÓ UNA APUESTA CON EL AMA DEL CURA







Juan de Pacheco el conde de Villena se paseaba por la alameda-yo lo vi- con su casaca verde, jubón de tiras almidonadas la sobrevesta grana para espantar murciélagos calzas de seda rosa almilla de hilo sobre la almilla encarnada, borceguíes de lamé, espada de plata.

Estampa de lindo don Gil de las Calzas Verdes la cincha de cuero bien ajustada y sus polvos mágicos dentro de la escarcela.

Iba echando humo por los ojos y por la nariz. Fue el primero en fumar cuando aun no se había descubierto el tabaco. Portaba bajo el tabardo hojas disecadas que luego deshilaba y apelmazaba pacientemente con el puño y así liaba sus vegueros de Vuelta Abajo sus, targaninas y sus farias.

Me fumo un cigarro puro y que se hunda el mundo. Doy mi palabra que no vale nada. Las palabras son humo que se lleva el viento. Por decir y prometer que no quede. Las obras son otra cosa: obras son amores y no buenas razones. Danos y danos hasta que no te conozcamos, somos la güestia de Fray Jarro. El vino acompaña pero ahí en eso nos mira la Sana Compaña.

—Echemos un culín

Aficionado a la alquimia, contaban  por Segovia las malas lenguas que resucitó a un muerto en Toledo cuyo cadáver había conservado en formol en su casa de Toledo pero con tan mala suerte que, estando echando al recién resucitado el exorcismo y vertiendo sobre su cabeza el agua de gracia, en ese momento llegaron los mangas verdes. Alto a la Inquisición. Y allí se acabó el invento del quiromántico. El bautismo del resurrecto quedó en medias res. Alto a la dueña.

―Daos preso

El diablo se esfumó echando humo por las alquitaras y al marqués metieron preso. Los corchetes miraron por qué Villena que tenía pacto con el diablo no se escapara aunque era hombre gentil y de buenas palabras y por ende decían dél en la corte de Segovia: " el Marqués de Villena ni palabra mala ni obra buena".

Tiempo adelante, siguió practicando la magia negra en sus calderos. Con sus adrollas y embustes tenía cautiva la voluntad del Rey Nuestro Señor el Cuarto Enroque. Fue el primer noble en tener tratos con los diablos y concretamente amigo suyo del alma era un diablo cojuelo que era feo y corcovado y que echaba una peste a azufre que tiraba para atrás pero más listo que el hambre lo sabía todo del mundo. La fortaleza de Satanás está en la sabiduría. Es muy viejo y los tratadistas por eso le llaman el cálido y el antiguo. Ha visto mucho al rodar de los siglos.. Sin embargo, el demonio su  punto flaco tambien tiene. Como siempre engaña, se le ve el plumero.

Por lo visto fue el marqués de Villena en consorcio con el Heraldo de las Tinieblas el que construyó el acueducto en una noche. Don Juan de Pacheco se había prendado de una moza muy garrida y salerosa cuyo pesar en la vida era tener que bajar al Eresma, atravesando la ciudad, con su cántaro a la cabeza para ir a llenarle de agua a una fuente que llamaban de san Geroteo muy extramuros sita en un calvero del bosque del campillo. Por verano ese raudal se secaba y la moza tenía que bajar hasta las riberas del Parral donde el De Pacheco se estaba construyendo una casa para sus frailes.

Águeda se llamaba la interfecta y servía como ama de llaves en cá un cura. Llevaba muy a mal tan trabajoso menester y una noche el diablo disfrazado del marqués de Villena salió a su encuentro y le espetó sin más ni más. Yo te llevaré el agua a la rectoral sin que tengas que ir y venir cada tarde al hontanar. Construiré una larga cañería y podrás tener todo el agua que tú quieras a cualquier hora del día. Aún no se había descubierto el grifo.

―Me lo pensaré

―Doyte tres días de plazo

 ―Al amo he de consultar

―A nadie se lo dirás

―¿Por qué?

―Porque ese cura es andaluz y al andaluz haz la cruz y a mí no me gusta ese garabato, ya sabes

―Bueno, bueno ya veremos

Sin embargo, allende horas veinticuatro la moza y Pedro Botero concertaron un contrato.

―Yo te construyo el albellón que nunca vieron los siglos y a cambio tú me entregas el alma. Serás mía.

―Y yo te pongo una condición que la obra esté terminada en una noche.

―Vale. Convenido ―dijo Belcebú

―Si en ese plazo la terminas yo me casaré contigo

El diablo embutido en el cuerpo del Marqués de Villena ya se relamía de gusto ante la prospectiva de gozarla. La chavala ciertamente estaba como un tren o mejor dicho como la carroza de n rey porque a la sazón tampoco se había inventado el tren. Trato hecho. Vengan esos cinco. Cuando amanezca el día de mañana que es viernes tú tendrás llenas tus tinajas y el agua no te faltará para beber, para guisar, para limpias las letrinas. ¿Y para bendecirla? El diablo se puso frenético, porque su mayor horror era el agua bendita, al escuchar aquello y por eso hay tanta suciedad y roña en las calderas de Pedro Botero.

Los inquilinos del Orco no se lavan jamás. O eso no. Nunca mentarás tal palabra. Agua bendita.

Águeda entonces se persignó y a don Juan de Pacheco por poco le da el telele. Sin embargo a trancas y barrancas y tras muchos dimes y diretes llegarían a un consenso pues famosas fueron en la Castila de su tiempo las ardides y habilidades del marqués. Era el valido de Enrique IV un experto en la forja de pactos y de consensos. Bien pudiera haber sido militante de la UCD y sacando a plaza toda la artillería de sus persuasivas convenció a la moza del cántaro y alma de cántaro a que formase el papel en el que ponía convengo por la presente a ser tu mujer etcétera… si tu me construyes y elevas hasta mi morada la casa de mi tío el señor deán una acequia.

El diablo con las prisas y rebosante de lascivia pronto iba a tener a mano una perita en dulce no había leído la letra pequeña y una cláusula que decía que el acueducto tendría que ser levantado en una noche. Selló y lacró el documento con balduque como si fuera un diploma regio o una carta emplomada.

 De acuerdo. Tenemos que darnos mucha priesa. Yo a mi disposición tengo cien mil obreros. Esta misma noche, todos estarán en el tajo. ¿Adonde va vuesa merced ahora? Pues a Arévalo, tengo que ver por allí unos amiguetes que celebran una tenida. Comeremos tostón en un mesón de la villa y después del almuerzo vengo volando. ¿Entendido? No faltaba más. Don Juan de Pacheco, como buen ángel caído, poseía el dote de la bilocación. Podía estar en dos sitios a la vez, trasfigurarse en un instante.

 Arévalo era un centro de conspiración. Allí por las artes mágicas de quiromante, el marqués podía volar por los aires.

habían montado meses antes de este suceso un tingladillo y pusieron encima de un pavés un monigote que era una caricatura del Rey, colocaron en la tarima un monigote  y lo destronaron y nombraron en su lugar como rey de Castilla a su hermano Alfonso XII.

Aquella pantomima conocida en la historia como la Farsa del pelele de Arévalo dio lugar a una terrible y sangrienta guerra civil que terminaría con la abdicación de don Enrique y la cesión del trono a su hermana doña Isabel. No hay mal que por bien no venga.

Águeda, estando en estas zozobras, cuando Satanás se fue a hacer sus cosas, quedó un poco aturdida y arrepentida. De vuelta a casa encendió una vela a la Virgen de la Fuencisla. Madre de los cielos que libraste a María del Salto de los infames sacame a mí de este apuro Madre Bendita.

Y sucedió que don Juan frotándose las manos, después de su aquelarre en la capital de las Morañas, regresó volando a Segovia en el atardecer y allí estaban establecidas as cuadrillas, los picapedreros, los boyeros que transportaban los sillares desde las canteras de Valdevilla, los barreneros, los del buril y del cincel, los carpinteros fumistas. Toda la tropa del infierno se puso manos a la obra.

La impresionante estructura con sus mas de ciento sesenta ojos que serían luego una de las maravillas del mundo iba a ser edificada en una sola noche por arte de magia y las tercerías o malas artes de don Juan Pacheco testaferro de Belcebú pero tambien Belcebú con las prisas puede meter. No se había visto tanto trajín. Nadie oyó hablar de tanta pericia en el manejo de la llana el cartabón de la plomada. Los últimos parroquianos de las tabernas de Segovia que con un jaro entre los labios y una baraja entre las manos se asomaban a la puerta de las tabernas e iluminaban con un candil aquella escena. Eran testigos de la gran azofra. ¿Irían a abrir una brecha en la montaña? Bo, dijo un mesonero que se llamaba Cándido y miraba la obreriza parapetado detrás del mostrador de su figón viendo caer monedas al cajón: maravedíes y doblones que les derramaban los soldados en sus consumiciones.  Segovia fue desde los romanos plaza de asiento de las legiones lo que le da un aire mitad militar y mitad castrense. Nos va a hacer un puente un puente que no necesita río― sólo una acequia que va por arriba― pero será una cosa grande. Así habló el mesonero famoso por el cochinillo que preparaba ak horno. Nunca se había visto tanto trajín Previamente con un berbiquí taladraban los lingotes que quedaban acoplados al salmer y al contra salmer mediante taladros de plomo. La cimbra del arco de medio punto era perfecta. Esto es el no va más. Obra de romanos. El diablo se había propuesto devolver a los segovianos una replica exacta de la fabrica que mandó edificar Augusto.

Subían y bajaban las piedras elevadas por poleas y otros ingenios buscando el garfio que los juntaba a una velocidad de vértigo. Águeda que espiaba la construcción de rodillas mientras rezaba a la Virgen de la Fuencisla orando ardientemente para que se le perdonase su pecado. Ay, madre, buena, la hemos hecho. Prefería ser la coima del deán a la mujer del diablo y virgencita, virgencita, que me quede como estoy, prometió en aquella febril noche de los encantamientos ir descalza a Compostela a arrodillarse ante la tumba del Apóstol, juró hacer mil limosnas, llevar cilicio un mes, pidió que la emplumaron por haber caído en aquella irrisoria tentación, y a medida que avanzaba la madrugada daba ya la apuesta por perdida. El diablo trabajaba a destajo con una febrilidad que Segovia parecía la noche en que los americanos eligieron a Trump. Nadie se lo creía. Imposible que la hueste diabólica saliera derrotada. Todo te lo daré si ante mí te prosternas y me das alabanzas. Recordaba la frase de Cristo apártate de mí Satanás, vade retro. Sólo a tu Señor adorarás. Ella no había tenido la suficiente presencia de ánimo ante la llegada del diablo que incluso lo llevó en volandas al pináculo del templo y desde aquella atalaya le hizo contemplar todos los reinos y las naciones, el devenir del progreso, el avance técnico y todos los inventos que muchos atribuyen al acumen y la magia del Ángel Caído. Cristo fue tentado y venció. No así el ama del cura. La carne es flaca.

Mientras tanto se desarrolló una actividad frenética de golpes y voces que alarmaron al vecindario. Las mujeres salían a la calle en camisón y se preguntaban unas a otras qué pasa qué ocurre. ¿Se acaba el mundo?

―Qué, bah. Estamos trabajando. Nosotros somos unos "mandaos".

Desde los tiempos del moro Almanzor que destruyó el acueducto romano y de él no quedo piedra sobre piedra no se vio cosa igual. ―Deben de ser los del ayuntamiento que como es verano están en obras y quieren poner la ciudad patas arriba- explicaba a su vecina una dueña descreída.

Todo la noche se escuchó el lamento de la lechuza, se sentía volar aves hacia no sé donde y los ruidos de las carrerillas y los reniegos de los obreros llegaban mezclados con un olor a azufre. Los entendidos en exorcismos comentaban que era evidente que por allí andaba el Pateta que volvía a tentar a Nuestro Señor Jesucristo... todo te lo daré si te prosternas ante mí y me adoras.

Las legiones infernales habían subido a Segovia y se habían puesto manos a la obra. Iban los areneros arrimando material. Los esportilleros porteaban yeso en sus artolas. Los boyeros vascos llegaban de los montes arrastrando piedras.

En lo alto del andamio estaban los encofradores del barrio de San Lorenzo muy duchos en albañilerías todos ellos moriscos y que para mayor honra de Alá desobedecían a los maestros de obra y revocaban las fachadas sin colocar jamás la figura humana o animal porque dice el Coran que eso es idolatría y esgrafiaban los muros con gran pericia y paciencia experta poniendo unas simetrías que simulaban los brotes de pámpanos y arrequives floridos, de una geometría esotérica y al revés. Para hacer más llevaderos los trabajos canturreaban lilaila y aires de su tierra que los cristianos no entendían. Eran jarchas. Pero allí osaban los areneros de Tejadilla con sus carromatos, los panaderos de Encinillas con sus bodigos para que comiera el personal. Don Juan había mandado traer tallistas orensanos, rudos mozallones trabados de hombros como bargueños y altos como castillos con la cabeza grande y las narices romas.

Ellos hablaban en su fala añorante. Uno le preguntó a otro que cual fue la causa por la cual fue condenado al fuego eterno.

-Eu carayu. ¿E tú?

Un gallego no cambia su estructura mental e incluso en el infierno; es capaz de responder a una pregunta con otra pregunta. Y el que quiera saber más que vaya a Salamanca. Los dos personajes permanecían subidos a una escalera. Nadie podría saber-así eran de prudentes- quien de los dos subía y quién bajaba. Pero los dos machacaban el canto con suma destreza. Uno de aquellos orensanos debía de ser pariente de Mariano Rajoy con su filosofía de que "el que aguanta gana".

Una meiga se acercó entonces al grupo de los gallegos y les entregó una orza que más bien era un cántaro llena de ribeiro. Tras algunas libaciones los galeotes de la galaico cornisa empezaron a parlar a puñados y se mostraron dicharacheros y amables los que antes anduvieron reservones. No hay nada como una buena jarra del de Rivadavia y una empanada de hojaldre para hacer decir a un gallego lo que piensa. Ah la mia mai, so fillo do demo... El gallego preguntado subió al patíbulo condenado a muerte por un juez eclesiástico. Había matado al obispo de Compostela por haberle encontrado encamado con su mujer. El preguntante había sido cuatrero pues procedía de la zona donde se celebra la rapa las bestas. Lo pescaron en una feria de Medina con una partida de cien acémilas robadas. Fue sometido a tormento de amputación de las dos manos por amigo de lo ajeno. Con tal de tomar un poco el aire y respirar los vientos de Segovia que le recordaban los airiños verdes de a sua terra no les importó tomar parte en aquella magna obreriza aunque el Marqués de Villena les estaba haciendo trabajar como burros. Eso de construir el acueducto en una sola noche, tela marinera. ―Largo me lo fiáis. Eu carallo.

Las cuadrillas de vizcaínos también eran muy interesante y aunque no armaban tanta bulla como los de las Rías Bajas, pues es su costumbre hablar bajo y cantar alto se distinguí por el esmero que ponían con sus yuntas de bueyes en el acarreo de las moles de granito. Cruzaban apuestas sobre cuál era la mejor yunta de bueyes y a ver quien llega antes. Hablaban entre ellos su gacería sin que les entendiese nadie. Venida la alborada, estuvieron ya casi todas las arcadas dispuestas. Y sólo faltaba un arco cuando el sol empezó a lucir por las quebradas de la cordillera. El diablo perdió el pleito y la dama del cura se puso tan contenta que decidió como agradecimiento abandonar el mundo y profesar en  Santa Rita. Llegaría a ser tutora de la Reina Isabel de Castilla y fue nombrada abadesa. Todos en Segovia contaban como una hermosa leyenda la historia de aquel milagro y cuando oían hablar del Marqués de Villena escupían para arriba. Ah el Marqués de Villena ni palabra mala ni obra buena.

FENOMENOS PARANORNALES EN EL SANTO SEPULCRO





Fenomenos preternaturales están aconteciendo durante las obras de reparación del Santo Sepulcro de Jerusalén: sonidos, extraños, aromas indefinidos, tornasoles e interferencias magnéticas. Se tratra de un mausoleo que data del siglo XVI que fue destruido en un oncendio en tiempos de Napoleón y fue reconstruido a mediados del XIX. En la Ciudad Vieja de Jerujsalén suceden fenómenos paranormales y se han registrados sacudidas sísmicas. Según una profecía que data de los Templarios, la Ciudad Santa será destruida por un temblor de tierra muy fuerte, se volverá a rasgar el velo templo, y los miles de difuntos que aguardan la resurrección volverán a la vida. Ello será un signo de la Segunda Venida de Xto como Justo Juez en las postrimerías de la humanidad el Día del Juicio Final

PUTIN DE PADRE JUDIO Y MADRE CRISTIANA FUE BAUTIZADO POR EL PROGENITOR Y POPE DEL PATRIARCA CIRILO EN 1952





Con motivo del septuagesimo aniversario del primado de la iglesia rusa, Su Santidad el patriarca Cirilo, el presidente ruso, Vladimir Putin, lo visitó en su residencia de Moscú, y le contó cómo fue bautizado en secreto (su padre era del PCUS y se oponía)   por el padre del patriarca Cirilo, entonces sacerdote de la iglesia del Arcangel, el 1952.Aunque no estaba seguro de que fuese aquel cura y el padre del patriarca la mismas persona.  Extraña coincidencia. La madre  de Vladimir era creyente cristiana pero el padre, judío y miembro del partido comunista, no vería con buenos ojos aquella decisión pero cuando se lo dijeron, no puso demasiados reparos.
El padre del patriarca Cirilo, pope en aquel entoncesy coadjutor del Templo de san Mijail de Leningrado, de aquella iglesia del silencio tan perseguida en los años estalinistas, fue quien le administró el bautismo con bastante probabilidad. Curiosa y bonita historia.
Ahora Volodia es el defensor contra la ola de satanismo que nos llega desde el Este y el oeste, del norte del sur con dos mentores importntes Obama, la Merkel, la camarilla masónica del gobierno británico, etc 

hodie divinum officium maitines

Incipit
Pater noster, qui es in cælis, sanctificétur nomen tuum: advéniat regnum tuum: fiat volúntas tua, sicut in cælo et in terra. Panem nostrum quotidiánum da nobis hódie: et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris: et ne nos indúcas in tentatiónem: sed líbera nos a malo. Amen.
Ave María, grátia plena; Dóminus tecum: benedícta tu in muliéribus, et benedíctus fructus ventris tui Jesus. Sancta María, Mater Dei, ora pro nobis peccatóribus, nunc et in hora mortis nostræ. Amen.
Credo in Deum, Patrem omnipoténtem, Creatórem cæli et terræ.
Et in Jesum Christum, Fílium ejus únicum, Dóminum nostrum: qui concéptus est de Spíritu Sancto, natus ex María Vírgine, passus sub Póntio Piláto, crucifíxus, mórtuus, et sepúltus: descéndit ad ínferos; tértia die resurréxit a mórtuis; ascéndit ad cælos; sedet ad déxteram Dei Patris omnipoténtis: inde ventúrus est judicáre vivos et mórtuos.
Credo in Spíritum Sanctum, sanctam Ecclésiam cathólicam, Sanctórum communiónem, remissiónem peccatórum, carnis resurrectiónem, vitam ætérnam. Amen.
V. Dómine, lábia mea apéries.
R. Et os meum annuntiábit laudem tuam.
V. Deus in adjutórium meum inténde.
R. Dómine, ad adjuvándum me festína.
V. Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.
Allelúia.
2
Start
Our Father, who art in heaven, Hallowed be thy name. Thy kingdom come. Thy will be done on earth as it is in heaven. Give us this day our daily bread. And forgive us our trespasses, as we forgive those who trespass against us. And lead us not into temptation: But deliver us from evil. Amen.
Hail Mary, full of grace; The Lord is with thee; Blessed art thou amongst women, And blessed is the fruit of thy womb, Jesus.
Holy Mary, Mother of God, Pray for us sinners, now and at the hour of our death. Amen.
I believe in God, the Father almighty, Creator of heaven and earth.
And in Jesus Christ, his only Son, our Lord; who was conceived by the Holy Ghost, born of the Virgin Mary, suffered under Pontius Pilate, was crucified, died and was buried: he descended into hell; the third day he arose again from the dead; he ascended into heaven; sitteth at the right hand of God the Father almighty: from thence he shall come to judge the living and the dead.
I believe in the Holy Ghost, the holy catholic Church, the communion of Saints, the forgiveness of sins. The resurrection of the body. And life everlasting. Amen.
V. O Lord, open thou my lips.
R. And my mouth shall declare thy praise.
V. O God, come to my assistance;
R. O Lord, make haste to help me.
V. Glory be to the Father, and to the Son, * and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, * and ever shall be, world without end. Amen.
Alleluia.
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Invitatorium {Antiph. ex Psalterio secundum tempora}
Ant. Venite, * Exsultemus Domino.
Ant. Venite, * Exsultemus Domino.
Jubilémus Deo, salutári nostro: præoccupémus fáciem ejus in confessióne, et in psalmis jubilémus ei.
Ant. Venite, * Exsultemus Domino.
Quóniam Deus magnus Dóminus, et Rex magnus super omnes deos, quóniam non repéllet Dóminus plebem suam: quia in manu ejus sunt omnes fines terræ, et altitúdines móntium ipse cónspicit.
Ant. Exsultemus Domino.
Quóniam ipsíus est mare, et ipse fecit illud, et áridam fundavérunt manus ejus (genuflectitur) veníte, adorémus, et procidámus ante Deum: plorémus coram Dómino, qui fecit nos, quia ipse est Dóminus, Deus noster; nos autem pópulus ejus, et oves páscuæ ejus.
Ant. Venite, * Exsultemus Domino.
Hodie, si vocem ejus audieritis, nolite obdurare corda vestra, sicut in exacerbatione secundum diem tentationis in deserto: ubi tentaverunt me patres vestri, probaverunt et viderunt opera mea.
Ant. Exsultemus Domino.
Quadragínta annis próximus fui generatióni huic, et dixi; Semper hi errant corde, ipsi vero non cognovérunt vias meas: quibus jurávi in ira mea; Si introíbunt in réquiem meam.
Ant. Venite, * Exsultemus Domino.
V. Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.
Ant. Exsultemus Domino.
Ant. Venite, * Exsultemus Domino.
3
Invitatory {Antiph. from the Psalter for the season of the Church year}
Ant. O come, * let us sing unto the Lord.
Ant. O come, * let us sing unto the Lord.
Let us joyfully sing to God our saviour. Let us come before his presence with thanksgiving; and make a joyful noise to him with psalms.
Ant. O come, * let us sing unto the Lord.
For the Lord is a great God, and a great King above all gods. For the Lord will not cast off his people: for in his hand are all the ends of the earth, and the heights of the mountains are his.
Ant. let us sing unto the Lord.
For the sea is his, and he made it: and his hands formed the dry land. (genuflect) Come let us adore and fall down: and weep before the Lord that made us: For he is the Lord our God: and we are the people of his pasture and the sheep of his hand.
Ant. O come, * let us sing unto the Lord.
Today if you shall hear his voice, harden not your hearts: As in the provocation, according to the day of temptation in the wilderness: where your fathers tempted me, they proved me, and saw my works.
Ant. let us sing unto the Lord.
Forty years long was I offended with that generation, and I said: These always err in heart. And these men have not known my ways: so I swore in my wrath that they shall not enter into my rest.
Ant. O come, * let us sing unto the Lord.
V. Glory be to the Father, and to the Son, * and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, * and ever shall be, world without end. Amen.
Ant. let us sing unto the Lord.
Ant. O come, * let us sing unto the Lord.
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Hymnus {ex Psalterio secundum tempora}
Somno refectis, artubus,
Spreto cubíli, surgimus:
Nobis, Pater, canéntibus
Adesse te deposcimus.

Te lingua primum concinat,
Te mentis ardor ambiat:
Ut actuum sequéntium
Tu, Sancte, sis exordium.

Cedant ténebræ lúmini,
Et nox diurno sideri,
Ut culpa, quam nox intulit,
Lucis labascat munere.

Precámur iidem supplices,
Noxas ut omnes amputes,
Et ore te canéntium
Lauderis omni témpore.

* Præsta, Pater piíssime,
Patríque compar Unice,
Cum Spíritu Paráclito
Regnans per omne sæculum.
Amen.
4
Hymn {from the Psalter for the season of the Church year}
Our limbs refreshed with slumber now,
And sloth cast off, in prayer we bow;
And while we sing thy praises dear,
O Father, be thou present here.

To thee our earliest morning song,
To thee our hearts full powers belong;
And thou, O Holy One, prevent
Each following action and intent.

As shades at morning flee away,
And night before the star of day;
So each transgression of the night
Be purged by thee, celestial Light!

Cut off, we pray thee, each offense,
And every lust of thought and sense:
That by their lips who thee adore
Thou mayst be praised forevermore.

Grant this, O Father ever One
With Christ, thy sole-begotten Son,
And Holy Ghost, whom all adore,
Reigning and blest forevermore.
Amen.
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Psalmi cum lectionibus {Antiphonae ex Psalterio secundum tempora}
Nocturn I
5
Psalms with lections {Antiphonae from the Psalter for the season of the Church year}
Nocturn I
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Ant. Dóminus defensor
Psalmus 26 [1]
26:1 Dóminus illuminátio mea, et salus mea, * quem timébo?
26:2 Dóminus protéctor vitæ meæ, * a quo trepidábo?
26:3 Dum apprópiant super me nocéntes, * ut edant carnes meas:
26:4 Qui tríbulant me inimíci mei, * ipsi infirmáti sunt, et cecidérunt.
26:5 Si consístant advérsum me castra, * non timébit cor meum.
26:6 Si exsúrgat advérsum me prælium, * in hoc ego sperábo.
26:6 Unam pétii a Dómino, hanc requíram, * ut inhábitem in domo Dómini ómnibus diébus vitæ meæ:
26:6 Ut vídeam voluptátem Dómini, * et vísitem templum ejus.
26:6 Quóniam abscóndit me in tabernáculo suo: * in die malórum protéxit me in abscóndito tabernáculi sui.
26:6 In petra exaltávit me: * et nunc exaltávit caput meum super inimícos meos.
26:6 Circuívi, et immolávi in tabernáculo ejus hóstiam vociferatiónis: * cantábo, et psalmum dicam Dómino.
26:7 Exáudi, Dómine, vocem meam, qua clamávi ad te: * miserére mei, et exáudi me.
26:8 Tibi dixit cor meum, exquisívit te fácies mea: * fáciem tuam, Dómine, requíram.
26:9 Ne avértas fáciem tuam a me: * ne declínes in ira a servo tuo.
26:10 Adjútor meus esto: * ne derelínquas me, neque despícias me, Deus, salutáris meus.
26:11 Quóniam pater meus, et mater mea dereliquérunt me: * Dóminus autem assúmpsit me.
26:12 Legem pone mihi, Dómine, in via tua: * et dírige me in sémitam rectam propter inimícos meos.
26:13 Ne tradíderis me in ánimas tribulántium me: * quóniam insurrexérunt in me testes iníqui, et mentíta est iníquitas sibi.
26:14 Credo vidére bona Dómini * in terra vivéntium.
26:14 Exspécta Dóminum, viríliter age: * et confortétur cor tuum, et sústine Dóminum.
V. Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.
6
Ant. The Lord is the defence
Psalm 26 [1]
26:1 The Lord is my light and my salvation, * whom shall I fear?
26:2 The Lord is the protector of my life: * of whom shall I be afraid?
26:3 Whilst the wicked draw near against me, * to eat my flesh.
26:4 My enemies that trouble me, * have themselves been weakened, and have fallen.
26:5 If armies in camp should stand together against me, * my heart shall not fear.
26:5 If a battle should rise up against me, * in this will I be confident.
26:6 One thing I have asked of the Lord, this will I seek after; * that I may dwell in the house of the Lord all the days of my life.
26:6 That I may see the delight of the Lord, * and may visit his temple.
26:6 For he hath hidden me in his tabernacle; * in the day of evils, he hath protected me in the secret place of his tabernacle.
26:6 He hath exalted me upon a rock: * and now he hath lifted up my head above my enemies.
26:6 I have gone round, and have offered up in his tabernacle a sacrifice of jubilation: * I will sing, and recite a psalm to the Lord.
26:7 Hear, O Lord, my voice, with which I have cried to thee: * have mercy on me and hear me.
26:8 My heart hath said to thee: My face hath sought thee: * thy face, O Lord, will I still seek.
26:9 Turn not away thy face from me; * decline not in thy wrath from thy servant.
26:10 Be thou my helper, * forsake me not; do not thou despise me, O God my Saviour.
26:11 For my father and my mother have left me: * but the Lord hath taken me up.
26:12 Set me, O Lord, a law in thy way, * and guide me in the right path, because of my enemies.
26:13 Deliver me not over to the will of them that trouble me; * for unjust witnesses have risen up against me; and iniquity hath lied to itself.
26:14 I believe to see the good things of the Lord * in the land of the living.
26:14 Expect the Lord, do manfully, * and let thy heart take courage, and wait thou for the Lord.
V. Glory be to the Father, and to the Son, * and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, * and ever shall be, world without end. Amen.
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Psalmus 27 [2]
27:1 Ad te, Dómine, clamábo, Deus meus, ne síleas a me: * nequándo táceas a me, et assimilábor descendéntibus in lacum.
27:2 Exáudi, Dómine, vocem deprecatiónis meæ dum oro ad te: * dum extóllo manus meas ad templum sanctum tuum.
27:3 Ne simul trahas me cum peccatóribus: * et cum operántibus iniquitátem ne perdas me.
27:4 Qui loquúntur pacem cum próximo suo, * mala autem in córdibus eórum.
27:5 Da illis secúndum ópera eórum, * et secúndum nequítiam adinventiónum ipsórum.
27:6 Secúndum ópera mánuum eórum tríbue illis: * redde retributiónem eórum ipsis.
27:7 Quóniam non intellexérunt ópera Dómini, et in ópera mánuum ejus * déstrues illos, et non ædificábis eos.
27:8 Benedíctus Dóminus: * quóniam exaudívit vocem deprecatiónis meæ.
27:9 Dóminus adjútor meus, et protéctor meus: * in ipso sperávit cor meum, et adjútus sum.
27:10 Et reflóruit caro mea: * et ex voluntáte mea confitébor ei.
27:11 Dóminus fortitúdo plebis suæ: * et protéctor salvatiónum Christi sui est.
27:12 Salvum fac pópulum tuum, Dómine, et bénedic hereditáti tuæ: * et rege eos, et extólle illos usque in ætérnum.
V. Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.

Ant. Dóminus defensor * vitæ meæ.
7

Psalm 27 [2]
27:1 Unto thee will I cry, O Lord: my God, be not thou silent to me: * lest if thou be silent to me, I become like them that go down into the pit.
27:2 Hear, O Lord, the voice of my supplication, when I pray to thee; * when I lift up my hands to thy holy temple.
27:3 Draw me not away together with the wicked; * and with the workers of iniquity destroy me not:
27:4 Who speak peace with their neighbour, * but evils are in their hearts.
27:5 Give them according to their works, * and according to the wickedness of their inventions.
27:6 According to the works of their hands give thou to them: * render to them their reward.
27:7 Because they have not understood the works of the Lord, and the operations of his hands: * thou shalt destroy them, and shalt not build them up.
27:8 Blessed be the Lord, * for he hath heard the voice of my supplication.
27:9 The Lord is my helper and my protector: * in him hath my heart confided, and I have been helped.
27:10 And my flesh hath flourished again, * and with my will I will give praise to him.
27:11 The Lord is the strength of his people, * and the protector of the salvation of his anointed.
27:12 Save, O Lord, thy people, and bless thy inheritance: * and rule them and exalt them for ever.
V. Glory be to the Father, and to the Son, * and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, * and ever shall be, world without end. Amen.

Ant. The Lord is the defence * of my life.
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Ant. Adoráte
Psalmus 28 [3]
28:1 Afférte Dómino, fílii Dei: * afférte Dómino fílios aríetum.
28:2 Afférte Dómino glóriam et honórem, afférte Dómino glóriam nómini ejus: * adoráte Dóminum in átrio sancto ejus.
28:3 Vox Dómini super aquas, Deus majestátis intónuit: * Dóminus super aquas multas.
28:4 Vox Dómini in virtúte: * vox Dómini in magnificéntia.
28:5 Vox Dómini confringéntis cedros: * et confrínget Dóminus cedros Líbani:
28:6 Et commínuet eas tamquam vítulum Líbani: * et diléctus quemádmodum fílius unicórnium.
28:7 Vox Dómini intercidéntis flammam ignis: * vox Dómini concutiéntis desértum: et commovébit Dóminus desértum Cades.
28:8 Vox Dómini præparántis cervos, et revelábit condénsa: * et in templo ejus omnes dicent glóriam.
28:9 Dóminus dilúvium inhabitáre facit: * et sedébit Dóminus Rex in ætérnum.
28:10 Dóminus virtútem pópulo suo dabit: * Dóminus benedícet pópulo suo in pace.
V. Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.
8
Ant. Worship the Lord
Psalm 28 [3]
28:1 Bring to the Lord, O ye children of God: * bring to the Lord the offspring of rams.
28:2 Bring to the Lord glory and honour: bring to the Lord glory to his name: * adore ye the Lord in his holy court.
28:3 The voice of the Lord is upon the waters; the God of majesty hath thundered, * The Lord is upon many waters.
28:4 The voice of the Lord is in power; * the voice of the Lord in magnificence.
28:5 The voice of the Lord breaketh the cedars: * yea, the Lord shall break the cedars of Libanus.
28:6 And shall reduce them to pieces, as a calf of Libanus, * and as the beloved son of unicorns.
28:7 The voice of the Lord divideth the flame of fire: * The voice of the Lord shaketh the desert: and the Lord shall shake the desert of Cades.
28:8 The voice of the Lord prepareth the stags: and he will discover the thick woods: * and in his temple all shall speak his glory.
28:9 The Lord maketh the flood to dwell: * and the Lord shall sit king for ever.
28:10 The Lord will give strength to his people: * the Lord will bless his people with peace.
V. Glory be to the Father, and to the Son, * and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, * and ever shall be, world without end. Amen.
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Psalmus 29 [4]
29:1 Exaltábo te, Dómine, quóniam suscepísti me: * nec delectásti inimícos meos super me.
29:2 Dómine, Deus meus, clamávi ad te, * et sanásti me.
29:3 Dómine, eduxísti ab inférno ánimam meam: * salvásti me a descendéntibus in lacum.
29:4 Psállite Dómino, sancti ejus: * et confitémini memóriæ sanctitátis ejus.
29:5 Quóniam ira in indignatióne ejus: * et vita in voluntáte ejus.
29:6 Ad vésperum demorábitur fletus: * et ad matutínum lætítia.
29:7 Ego autem dixi in abundántia mea: * Non movébor in ætérnum.
29:8 Dómine, in voluntáte tua, * præstitísti decóri meo virtútem.
29:9 Avertísti fáciem tuam a me, * et factus sum conturbátus.
29:10 Ad te, Dómine, clamábo: * et ad Deum meum deprecábor.
29:11 Quæ utílitas in sánguine meo, * dum descéndo in corruptiónem?
29:12 Numquid confitébitur tibi pulvis, * aut annuntiábit veritátem tuam?
29:13 Audívit Dóminus, et misértus est mei: * Dóminus factus est adjútor meus.
29:14 Convertísti planctum meum in gáudium mihi: * conscidísti saccum meum, et circumdedísti me lætítia:
29:15 Ut cantet tibi glória mea, et non compúngar: * Dómine, Deus meus, in ætérnum confitébor tibi.
V. Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.

Ant. Adoráte * Dóminum in aula sancta ejus.
9

Psalm 29 [4]
29:1 I will extol thee, O Lord, for thou hast upheld me: * and hast not made my enemies to rejoice over me.
29:2 O Lord my God, I have cried to thee, * and thou hast healed me.
29:3 Thou hast brought forth, O Lord, my soul from hell: * thou hast saved me from them that go down into the pit.
29:4 Sing to the Lord, O ye his saints: * and give praise to the memory of his holiness.
29:5 For wrath is in his indignation; * and life in his good will.
29:6 In the evening weeping shall have place, * and in the morning gladness.
29:7 And in my abundance I said: * I shall never be moved.
29:8 O Lord, in thy favour, * thou gavest strength to my beauty.
29:9 Thou turnedst away thy face from me, * and I became troubled.
29:10 To thee, O Lord, will I cry: * and I will make supplication to my God.
29:11 What profit is there in my blood, * whilst I go down to corruption?
29:12 Shall dust confess to thee, * or declare thy truth?
29:13 The Lord hath heard, and hath had mercy on me: * the Lord became my helper.
29:14 Thou hast turned for me my mourning into joy: * thou hast cut my sackcloth, and hast compassed me with gladness:
29:15 To the end that my glory may sing to thee, and I may not regret: * O Lord my God, I will give praise to thee for ever.
V. Glory be to the Father, and to the Son, * and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, * and ever shall be, world without end. Amen.

Ant. Worship the Lord * in His holy courts.
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Ant. In tua justítia
Psalmus 30 [5]
30:1 In te, Dómine, sperávi non confúndar in ætérnum: * in justítia tua líbera me.
30:2 Inclína ad me aurem tuam, * accélera ut éruas me.
30:3 Esto mihi in Deum protectórem, et in domum refúgii: * ut salvum me fácias.
30:4 Quóniam fortitúdo mea, et refúgium meum es tu: * et propter nomen tuum dedúces me, et enútries me.
30:5 Edúces me de láqueo hoc, quem abscondérunt mihi: * quóniam tu es protéctor meus.
30:6 In manus tuas comméndo spíritum meum: * redemísti me, Dómine, Deus veritátis.
30:7 Odísti observántes vanitátes, * supervácue.
30:8 Ego autem in Dómino sperávi: * exsultábo, et lætábor in misericórdia tua.
30:9 Quóniam respexísti humilitátem meam, * salvásti de necessitátibus ánimam meam.
30:9 Nec conclusísti me in mánibus inimíci: * statuísti in loco spatióso pedes meos.
30:10 Miserére mei, Dómine, quóniam tríbulor: * conturbátus est in ira óculus meus, ánima mea, et venter meus:
30:11 Quóniam defécit in dolóre vita mea: * et anni mei in gemítibus.
30:12 Infirmáta est in paupertáte virtus mea: * et ossa mea conturbáta sunt.
30:13 Super omnes inimícos meos factus sum oppróbrium et vicínis meis valde: * et timor notis meis.
30:14 Qui vidébant me, foras fugérunt a me: * oblivióni datus sum, tamquam mórtuus a corde.
30:15 Factus sum tamquam vas pérditum: * quóniam audívi vituperatiónem multórum commorántium in circúitu.
30:16 In eo dum convenírent simul advérsum me, * accípere ánimam meam consiliáti sunt.
30:17 Ego autem in te sperávi, Dómine: * dixi: Deus meus es tu: in mánibus tuis sortes meæ.
30:18 Éripe me de manu inimicórum meórum, * et a persequéntibus me.
30:19 Illústra fáciem tuam super servum tuum, salvum me fac in misericórdia tua: * Dómine, non confúndar, quóniam invocávi te.
30:19 Erubéscant ímpii, et deducántur in inférnum: * muta fiant lábia dolósa.
30:19 Quæ loquúntur advérsus justum iniquitátem: * in supérbia, et in abusióne.
30:20 Quam magna multitúdo dulcédinis tuæ, Dómine, * quam abscondísti timéntibus te.
30:21 Perfecísti eis, qui sperant in te, * in conspéctu filiórum hóminum.
30:22 Abscóndes eos in abscóndito faciéi tuæ * a conturbatióne hóminum.
30:23 Próteges eos in tabernáculo tuo * a contradictióne linguárum.
30:24 Benedíctus Dóminus: * quóniam mirificávit misericórdiam suam mihi in civitáte muníta.
30:25 Ego autem dixi in excéssu mentis meæ: * Projéctus sum a fácie oculórum tuórum.
30:25 Ideo exaudísti vocem oratiónis meæ, * dum clamárem ad te.
30:25 Dilígite Dóminum omnes sancti ejus: * quóniam veritátem requíret Dóminus, et retríbuet abundánter faciéntibus supérbiam.
30:25 Viríliter ágite, et confortétur cor vestrum, * omnes, qui sperátis in Dómino.
V. Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.
10
Ant. Deliver me
Psalm 30 [5]
30:1 In thee, O Lord, have I hoped, let me never be confounded: * deliver me in thy justice.
30:2 Bow down thy ear to me: * make haste to deliver me.
30:3 Be thou unto me a God, a protector, and a house of refuge, * to save me.
30:4 For thou art my strength and my refuge; * and for thy name’s sake thou wilt lead me, and nourish me.
30:5 Thou wilt bring me out of this snare, which they have hidden for me: * for thou art my protector.
30:6 Into thy hands I commend my spirit: * thou hast redeemed me, O Lord, the God of truth.
30:7 Thou hast hated them that regard vanities, * to no purpose.
30:8 But I have hoped in the Lord: * I will be glad and rejoice in thy mercy.
30:9 For thou hast regarded my humility, * thou hast saved my soul out of distresses.
30:9 And thou hast not shut me up in the hands of the enemy: * thou hast set my feet in a spacious place.
30:10 Have mercy on me, O Lord, for I am afflicted: * my eye is troubled with wrath, my soul, and my belly:
30:11 For my life is wasted with grief: * and my years in sighs.
30:12 My strength is weakened through poverty * and my bones are disturbed.
30:13 I am become a reproach among all my enemies, and very much to my neighbours; * and a fear to my acquaintance.
30:14 They that saw me without fled from me. * I am forgotten as one dead from the heart.
30:15 I am become as a vessel that is destroyed. * For I have heard the blame of many that dwell round about.
30:16 While they assembled together against me, * they consulted to take away my life.
30:17 But I have put my trust in thee, O Lord: * I said: Thou art my God. My lots are in thy hands.
30:18 Deliver me out of the hands of my enemies; * and from them that persecute me
30:19 Make thy face to shine upon thy servant; save me in thy mercy. * Let me not be confounded, O Lord, for I have called upon thee.
30:19 Let the wicked be ashamed, and be brought down to hell. * Let deceitful lips be made dumb.
30:19 Which speak iniquity against the just, * with pride and abuse.
30:20 How great is the multitude of thy sweetness, O Lord, * which thou hast hidden for them that fear thee!
30:21 Which thou hast wrought for them that hope in thee, * in the sight of the sons of men.
30:22 Thou shalt hide them in the secret of thy face, * from the disturbance of men.
30:23 Thou shalt protect them in thy tabernacle * from the contradiction of tongues.
30:24 Blessed be the Lord, * for he hath shewn his wonderful mercy to me in a fortified city.
30:25 But I said in the excess of my mind: * I am cast away from before thy eyes.
30:25 Therefore thou hast heard the voice of my prayer, * when I cried to thee.
30:25 O love the Lord, all ye his saints: * for the Lord will require truth, and will repay them abundantly that act proudly.
30:25 Do ye manfully, and let your heart be strengthened, * all ye that hope in the Lord.
V. Glory be to the Father, and to the Son, * and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, * and ever shall be, world without end. Amen.
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Psalmus 31 [6]
31:1 Beáti quorum remíssæ sunt iniquitátes: * et quorum tecta sunt peccáta.
31:2 Beátus vir, cui non imputávit Dóminus peccátum, * nec est in spíritu ejus dolus.
31:3 Quóniam tácui, inveteravérunt ossa mea, * dum clamárem tota die.
31:4 Quóniam die ac nocte graváta est super me manus tua: * convérsus sum in ærúmna mea, dum confígitur spina.
31:5 Delíctum meum cógnitum tibi feci: * et injustítiam meam non abscóndi.
31:6 Dixi: Confitébor advérsum me injustítiam meam Dómino: * et tu remisísti impietátem peccáti mei.
31:7 Pro hac orábit ad te omnis sanctus, * in témpore opportúno.
31:8 Verúmtamen in dilúvio aquárum multárum, * ad eum non approximábunt.
31:9 Tu es refúgium meum a tribulatióne, quæ circúmdedit me: * exsultátio mea, érue me a circumdántibus me.
31:10 Intelléctum tibi dabo, et ínstruam te in via hac, qua gradiéris: * firmábo super te óculos meos.
31:11 Nolíte fíeri sicut equus et mulus, * quibus non est intelléctus.
31:12 In camo et freno maxíllas eórum constrínge, * qui non appróximant ad te.
31:13 Multa flagélla peccatóris, * sperántem autem in Dómino misericórdia circúmdabit.
31:14 Lætámini in Dómino et exsultáte, justi, * et gloriámini, omnes recti corde.
V. Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.

Ant. In tua justítia * líbera me, Dómine.
11

Psalm 31 [6]
31:1 Blessed are those whose iniquities are forgiven * and whose sins are covered.
31:2 Blessed is the man to whom the Lord hath not imputed sin, * and in whose spirit there is no guile.
31:2 Because I was silent my bones grew old; * whilst I cried out all the day long.
31:4 For day and night thy hand was heavy upon me: * I am turned in my anguish, whilst the thorn is fastened.
31:5 I have acknowledged my sin to thee, * and my injustice I have not concealed.
31:6 I said I will confess against myself my injustice to the Lord: * and thou hast forgiven the wickedness of my sin.
31:7 For this shall every one that is holy pray to thee * in a seasonable time.
31:8 And yet in a flood of many waters, * they shall not come nigh unto him.
31:9 Thou art my refuge from the trouble which hath encompassed me: * my joy, deliver me from them that surround me.
31:10 I will give thee understanding, and I will instruct thee in this way, in which thou shalt go: * I will fix my eyes upon thee.
31:12 Do not become like the horse and the mule, * who have no understanding.
31:13 With bit and bridle bind fast their jaws, * who come not near unto thee.
31:13 Many are the scourges of the sinner, * but mercy shall encompass him that hopeth in the Lord.
31:14 Be glad in the Lord, and rejoice, ye just, * and glory, all ye right of heart.
V. Glory be to the Father, and to the Son, * and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, * and ever shall be, world without end. Amen.

Ant. Deliver me * in Thy righteousness.
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Ant. Rectos décet
Psalmus 32 [7]
32:1 Exsultáte, justi, in Dómino: * rectos decet collaudátio.
32:2 Confitémini Dómino in cíthara: * in psaltério decem chordárum psállite illi.
32:3 Cantáte ei cánticum novum: * bene psállite ei in vociferatióne.
32:4 Quia rectum est verbum Dómini, * et ómnia ópera ejus in fide.
32:5 Díligit misericórdiam et judícium: * misericórdia Dómini plena est terra.
32:6 Verbo Dómini cæli firmáti sunt: * et spíritu oris ejus omnis virtus eórum.
32:7 Cóngregans sicut in utre aquas maris: * ponens in thesáuris abýssos.
32:8 Tímeat Dóminum omnis terra: * ab eo autem commoveántur omnes inhabitántes orbem.
32:9 Quóniam ipse dixit, et facta sunt: * ipse mandávit, et creáta sunt.
32:10 Dóminus díssipat consília géntium: * réprobat autem cogitatiónes populórum, et réprobat consília príncipum.
32:11 Consílium autem Dómini in ætérnum manet: * cogitatiónes cordis ejus in generatióne et generatiónem.
32:12 Beáta gens, cujus est Dóminus, Deus ejus: * pópulus, quem elégit in hereditátem sibi.
32:13 De cælo respéxit Dóminus: * vidit omnes fílios hóminum.
32:14 De præparáto habitáculo suo * respéxit super omnes, qui hábitant terram.
32:15 Qui finxit sigillátim corda eórum: * qui intélligit ómnia ópera eórum.
32:16 Non salvátur rex per multam virtútem: * et gigas non salvábitur in multitúdine virtútis suæ.
32:17 Fallax equus ad salútem: * in abundántia autem virtútis suæ non salvábitur.
32:18 Ecce, óculi Dómini super metuéntes eum: * et in eis, qui sperant super misericórdia ejus:
32:19 Ut éruat a morte ánimas eórum: * et alat eos in fame.
32:20 Ánima nostra sústinet Dóminum: * quóniam adjútor et protéctor noster est.
32:21 Quia in eo lætábitur cor nostrum: * et in nómine sancto ejus sperávimus.
32:22 Fiat misericórdia tua, Dómine, super nos: * quemádmodum sperávimus in te.
V. Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.
12
Ant. Praise is comely
Psalm 32 [7]
32:1 Rejoice in the Lord, O ye just: * praise becometh the upright.
32:2 Give praise to the Lord on the harp; * sing to him with the psaltery, the instrument of ten strings.
32:3 Sing to him a new canticle, * sing well unto him with a loud noise.
32:4 For the word of the Lord is right, * and all his works are done with faithfulness.
32:5 He loveth mercy and judgment; * the earth is full of the mercy of the Lord.
32:6 By the word of the Lord the heavens were established; * and all the power of them by the spirit of his mouth:
32:7 Gathering together the waters of the sea, as in a vessel; * laying up the depths in storehouses.
32:8 Let all the earth fear the Lord, * and let all the inhabitants of the world be in awe of him.
32:9 For he spoke and they were made: * he commanded and they were created.
32:10 The Lord bringeth to nought the counsels of nations; * and he rejecteth the devices of people, and casteth away the counsels of princes.
32:11 But the counsel of the Lord standeth for ever: * the thoughts of his heart to all generations.
32:12 Blessed is the nation whose God is the Lord: * the people whom he hath chosen for his inheritance.
32:13 The Lord hath looked from heaven: * he hath beheld all the sons of men.
32:14 From his habitation which he hath prepared, * he hath looked upon all that dwell on the earth.
32:15 He who hath made the hearts of every one of them: * who understandeth all their works.
32:16 The king is not saved by a great army: * nor shall the giant be saved by his own great strength.
32:17 Vain is the horse for safety: * neither shall he be saved by the abundance of his strength.
32:18 Behold the eyes of the Lord are on them that fear him: * and on them that hope in his mercy.
32:19 To deliver their souls from death; * and feed them in famine.
32:20 Our soul waiteth for the Lord: * for he is our helper and protector.
32:21 For in him our heart shall rejoice: * and in his holy name we have trusted.
32:22 Let thy mercy, O Lord, be upon us, * as we have hoped in thee.
V. Glory be to the Father, and to the Son, * and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, * and ever shall be, world without end. Amen.
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Psalmus 33 [8]
33:1 Benedícam Dóminum in omni témpore: * semper laus ejus in ore meo.
33:2 In Dómino laudábitur ánima mea: * áudiant mansuéti, et læténtur.
33:3 Magnificáte Dóminum mecum: * et exaltémus nomen ejus in idípsum.
33:4 Exquisívi Dóminum, et exaudívit me: * et ex ómnibus tribulatiónibus meis erípuit me.
33:5 Accédite ad eum, et illuminámini: * et fácies vestræ non confundéntur.
33:6 Iste pauper clamávit, et Dóminus exaudívit eum: * et de ómnibus tribulatiónibus ejus salvávit eum.
33:7 Immíttet Ángelus Dómini in circúitu timéntium eum: * et erípiet eos.
33:8 Gustáte, et vidéte quóniam suávis est Dóminus: * beátus vir, qui sperat in eo.
33:9 Timéte Dóminum, omnes sancti ejus: * quóniam non est inópia timéntibus eum.
33:10 Dívites eguérunt et esuriérunt: * inquiréntes autem Dóminum non minuéntur omni bono.
33:12 Veníte, filii, audíte me: * timórem Dómini docébo vos.
33:13 Quis est homo qui vult vitam: * díligit dies vidére bonos?
33:14 Próhibe linguam tuam a malo: * et lábia tua ne loquántur dolum.
33:15 Divérte a malo, et fac bonum: * inquíre pacem, et perséquere eam.
33:16 Óculi Dómini super justos: * et aures ejus in preces eórum.
33:17 Vultus autem Dómini super faciéntes mala: * ut perdat de terra memóriam eórum.
33:18 Clamavérunt justi, et Dóminus exaudívit eos: * et ex ómnibus tribulatiónibus eórum liberávit eos.
33:19 Juxta est Dóminus iis, qui tribuláto sunt corde: * et húmiles spíritu salvábit.
33:20 Multæ tribulatiónes justórum: * et de ómnibus his liberábit eos Dóminus.
33:21 Custódit Dóminus ómnia ossa eórum: * unum ex his non conterétur.
33:22 Mors peccatórum péssima: * et qui odérunt justum, delínquent.
33:23 Rédimet Dóminus ánimas servórum suórum: * et non delínquent omnes qui sperant in eo.
V. Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.

Ant. Rectos décet * collaudátio.
13

Psalm 33 [8]
33:1 I will bless the Lord at all times, * his praise shall be always in my mouth.
33:2 In the Lord shall my soul be praised: * let the meek hear and rejoice.
33:3 O magnify the Lord with me; * and let us extol his name together.
33:4 I sought the Lord, and he heard me; * and he delivered me from all my troubles.
33:5 Come ye to him and be enlightened: * and your faces shall not be confounded.
33:6 This poor man cried, and the Lord heard him: * and saved him out of all his troubles.
33:7 The Angel of the Lord shall encamp round about them that fear him: * and shall deliver them.
33:8 O taste, and see that the Lord is sweet: * blessed is the man that hopeth in him.
33:9 Fear the Lord, all ye his saints: * for there is no want to them that fear him.
33:10 The rich have wanted, and have suffered hunger: * but they that seek the Lord shall not be deprived of any good.
33:12 Come, children, hearken to me: * I will teach you the fear of the Lord.
33:13 Who is the man that desireth life: * who loveth to see good days?
33:14 Keep thy tongue from evil, * and thy lips from speaking guile.
33:15 Turn away from evil and do good: * seek after peace and pursue it.
33:16 The eyes of the Lord are upon the just: * and his ears unto their prayers.
33:17 But the countenance of the Lord is against them that do evil things: * to cut off the remembrance of them from the earth.
33:18 The just cried, and the Lord heard them: * and delivered them out of all their troubles.
33:19 The Lord is nigh unto them that are of a contrite heart: * and he will save the humble of spirit.
33:20 Many are the afflictions of the just; * but out of them all will the Lord deliver them.
33:21 The Lord keepeth all their bones, * not one of them shall be broken.
33:22 The death of the wicked is very evil: * and they that hate the just shall be guilty.
33:23 The Lord will redeem the souls of his servants: * and none of them that trust in him shall offend.
V. Glory be to the Father, and to the Son, * and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, * and ever shall be, world without end. Amen.

Ant. Praise is comely * for the upright.
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Ant. Expúgna
Psalmus 34 [9]
34:1 Júdica, Dómine, nocéntes me, * expúgna impugnántes me.
34:2 Apprehénde arma et scutum: * et exsúrge in adjutórium mihi.
34:3 Effúnde frámeam, et conclúde advérsus eos, qui persequúntur me: * dic ánimæ meæ: Salus tua ego sum.
34:4 Confundántur et revereántur, * quæréntes ánimam meam.
34:5 Avertántur retrórsum, et confundántur * cogitántes mihi mala.
34:6 Fiant tamquam pulvis ante fáciem venti: * et Ángelus Dómini coárctans eos.
34:7 Fiat via illórum ténebræ et lúbricum: * et Ángelus Dómini pérsequens eos.
34:8 Quóniam gratis abscondérunt mihi intéritum láquei sui: * supervácue exprobravérunt ánimam meam.
34:9 Véniat illi láqueus, quem ignórat: et cáptio, quam abscóndit, apprehéndat eum: * et in láqueum cadat in ipsum.
34:10 Ánima autem mea exsultábit in Dómino: * et delectábitur super salutári suo.
34:10 Omnia ossa mea dicent: * Dómine, quis símilis tibi?
34:10 Erípiens ínopem de manu fortiórum ejus: * egénum et páuperem a diripiéntibus eum.
34:11 Surgéntes testes iníqui, * quæ ignorábam interrogábant me.
34:12 Retribuébant mihi mala pro bonis: * sterilitátem ánimæ meæ.
34:13 Ego autem cum mihi molésti essent, * induébar cilício.
34:14 Humiliábam in jejúnio ánimam meam: * et orátio mea in sinu meo convertétur.
34:15 Quasi próximum, et quasi fratrem nostrum, sic complacébam: * quasi lugens et contristátus, sic humiliábar.
34:16 Et advérsum me lætáti sunt, et convenérunt: * congregáta sunt super me flagélla, et ignorávi.
34:17 Dissipáti sunt, nec compúncti, tentavérunt me, subsannavérunt me subsannatióne: * frenduérunt super me déntibus suis.
34:17 Dómine, quando respícies? * restítue ánimam meam a malignitáte eórum, a leónibus únicam meam.
34:18 Confitébor tibi in ecclésia magna, * in pópulo gravi laudábo te.
34:19 Non supergáudeant mihi qui adversántur mihi iníque: * qui odérunt me gratis et ánnuunt óculis.
34:20 Quóniam mihi quidem pacífice loquebántur: * et in iracúndia terræ loquéntes, dolos cogitábant.
34:21 Et dilatavérunt super me os suum: * dixérunt: Euge, euge, vidérunt óculi nostri.
34:22 Vidísti, Dómine, ne síleas: * Dómine, ne discédas a me.
34:23 Exsúrge et inténde judício meo: * Deus meus, et Dóminus meus in causam meam.
34:24 Júdica me secúndum justítiam tuam, Dómine, Deus meus, * et non supergáudeant mihi.
34:25 Non dicant in córdibus suis: Euge, euge, ánimæ nostræ: * nec dicant: Devorávimus eum.
34:26 Erubéscant et revereántur simul, * qui gratulántur malis meis.
34:27 Induántur confusióne et reveréntia * qui magna loquúntur super me.
34:28 Exsúltent et læténtur qui volunt justítiam meam: * et dicant semper: Magnificétur Dóminus qui volunt pacem servi ejus.
34:28 Et lingua mea meditábitur justítiam tuam, * tota die laudem tuam.
V. Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.
14
Ant. Fight against them
Psalm 34 [9]
34:1 Judge thou, O Lord, them that wrong me: * overthrow them that fight against me.
34:2 Take hold of arms and shield: * and rise up to help me.
34:3 Bring out the sword, and shut up the way against them that persecute me: * say to my soul: I am thy salvation.
34:4 Let them be confounded and ashamed * that seek after my soul.
34:5 Let them be turned back and be confounded * that devise against me.
34:6 Let them become as dust before the wind: * and let the Angel of the Lord straiten them.
34:7 Let their way become dark and slippery; * and let the Angel of the Lord pursue them.
34:8 For without cause they have hidden their net for me unto destruction: * without cause they have upbraided my soul.
34:9 Let the snare which he knoweth not come upon him: and let the net which he hath hidden catch him: * and into that very snare let them fall.
34:10 But my soul shall rejoice in the Lord; * and shall be delighted in his salvation.
34:10 All my bones shall say: * Lord, who is like to thee?
34:10 Who deliverest the poor from the hand of them that are stronger than he; * the needy and the poor from them that strip him.
34:11 Unjust witnesses rising up * have asked me things I knew not.
34:12 They repaid me evil for good: * to the depriving me of my soul.
34:13 But as for me, when they were troublesome to me, * I was clothed with haircloth.
34:14 I humbled my soul with fasting; * and my prayer shall be turned into my bosom.
34:15 As a neighbour and as an own brother, so did I please: * as one mourning and sorrowful so was I humbled.
34:16 But they rejoiced against me, and came together: * scourges were gathered together upon me, and I knew not.
34:17 They were separated, and repented not: they tempted me, they scoffed at me with scorn: * they gnashed upon me with their teeth.
34:17 Lord, when wilt thou look upon me? * rescue thou my soul from their malice: my only one from the lions.
34:18 I will give thanks to thee in a great church; * I will praise thee in a strong people.
34:19 Let not them that are my enemies wrongfully rejoice over me: * who have hated me without cause, and wink with the eyes.
34:20 For they spoke indeed peaceably to me; * and speaking in the anger of the earth they devised guile.
34:21 And they opened their mouth wide against me; * they said: Well done, well done, our eyes have seen it.
34:22 Thou hast seen, O Lord, be not thou silent: * O Lord, depart not from me.
34:23 Arise, and be attentive to my judgment: * to my cause, my God, and my Lord.
34:24 Judge me, O Lord my God according to thy justice, * and let them not rejoice over me.
34:25 Let them not say in their hearts: It is well, it is well, to our mind: * neither let them say: We have swallowed him up.
34:26 Let them blush: and be ashamed together, * who rejoice at my evils.
34:27 Let them be clothed with confusion and shame, * who speak great things against me.
34:28 Let them rejoice and be glad, who are well pleased with my justice, * and let them say always: The Lord be magnified, who delights in the peace of his servant.
34:28 And my tongue shall meditate thy justice, * thy praise all the day long.
V. Glory be to the Father, and to the Son, * and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, * and ever shall be, world without end. Amen.
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Psalmus 35 [10]
35:1 Dixit injústus ut delínquat in semetípso: * non est timor Dei ante óculos ejus.
35:2 Quóniam dolóse egit in conspéctu ejus: * ut inveniátur iníquitas ejus ad ódium.
35:3 Verba oris ejus iníquitas, et dolus: * nóluit intellígere ut bene ágeret.
35:4 Iniquitátem meditátus est in cubíli suo: * ástitit omni viæ non bonæ, malítiam autem non odívit.
35:5 Dómine, in cælo misericórdia tua: * et véritas tua usque ad nubes.
35:6 Justítia tua sicut montes Dei: * judícia tua abýssus multa.
35:7 Hómines, et juménta salvábis, Dómine: * quemádmodum multiplicásti misericórdiam tuam, Deus.
35:8 Fílii autem hóminum, * in tégmine alárum tuárum sperábunt.
35:9 Inebriabúntur ab ubertáte domus tuæ: * et torrénte voluptátis tuæ potábis eos.
35:10 Quóniam apud te est fons vitæ: * et in lúmine tuo vidébimus lumen.
35:11 Præténde misericórdiam tuam sciéntibus te, * et justítiam tuam his, qui recto sunt corde.
35:12 Non véniat mihi pes supérbiæ: * et manus peccatóris non móveat me.
35:13 Ibi cecidérunt qui operántur iniquitátem: * expúlsi sunt, nec potuérunt stare.
V. Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.

Ant. Expúgna * impugnántes me.
15

Psalm 35 [10]
35:1 The unjust hath said within himself, that he would sin: * there is no fear of God before his eyes.
35:2 For in his sight he hath done deceitfully, * that his iniquity may be found unto hatred.
35:3 The words of his mouth are iniquity and guile: * he would not understand that he might do well.
35:4 He hath devised iniquity on his bed, * he hath set himself on every way that is not good: but evil he hath not hated.
35:5 O Lord, thy mercy is in heaven, * and thy truth reacheth even to the clouds.
35:6 Thy justice is as the mountains of God, * thy judgments are a great deep.
35:7 Men and beasts thou wilt preserve, O Lord: * O how hast thou multiplied thy mercy, O God!
35:8 But the children of men * shall put their trust under the covert of thy wings.
35:9 They shall be inebriated with the plenty of thy house; * and thou shalt make them drink of the torrent of thy pleasure.
35:10 For with thee is the fountain of life; * and in thy light we shall see light.
35:11 Extend thy mercy to them that know thee, * and thy justice to them that are right in heart.
35:12 Let not the foot of pride come to me, * and let not the hand of the sinner move me.
35:13 There the workers of iniquity are fallen, * they are cast out, and could not stand.
V. Glory be to the Father, and to the Son, * and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, * and ever shall be, world without end. Amen.

Ant. Fight against them * that fight against me.
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Ant. Revéla Dómino viam tuam.
Psalmus 36 [11]
36:1 Noli æmulári in malignántibus: * neque zeláveris faciéntes iniquitátem.
36:2 Quóniam tamquam fœnum velóciter aréscent: * et quemádmodum ólera herbárum cito décident.
36:3 Spera in Dómino, et fac bonitátem: * et inhábita terram, et pascéris in divítiis ejus.
36:4 Delectáre in Dómino: * et dabit tibi petitiónes cordis tui.
36:5 Revéla Dómino viam tuam, et spera in eo: * et ipse fáciet.
36:6 Et edúcet quasi lumen justítiam tuam: et judícium tuum tamquam merídiem: * súbditus esto Dómino, et ora eum.
36:7 Noli æmulári in eo, qui prosperátur in via sua: * in hómine faciénte injustítias.
36:8 Désine ab ira, et derelínque furórem: * noli æmulári ut malignéris.
36:9 Quóniam qui malignántur, exterminabúntur: * sustinéntes autem Dóminum, ipsi hereditábunt terram.
36:10 Et adhuc pusíllum, et non erit peccátor: * et quæres locum ejus et non invénies.
36:11 Mansuéti autem hereditábunt terram: * et delectabúntur in multitúdine pacis.
36:12 Observábit peccátor justum: * et stridébit super eum déntibus suis.
36:13 Dóminus autem irridébit eum: * quóniam próspicit quod véniet dies ejus.
36:14 Gládium evaginavérunt peccatóres: * intendérunt arcum suum,
36:15 Ut dejíciant páuperem et ínopem: * ut trucídent rectos corde.
36:15 Gládius eórum intret in corda ipsórum: * et arcus eórum confringátur.
36:16 Mélius est módicum justo, * super divítias peccatórum multas.
36:17 Quóniam bráchia peccatórum conteréntur: * confírmat autem justos Dóminus.
36:18 Novit Dóminus dies immaculatórum: * et heréditas eórum in ætérnum erit.
36:19 Non confundéntur in témpore malo, et in diébus famis saturabúntur: * quia peccatóres períbunt.
36:20 Inimíci vero Dómini mox ut honorificáti fúerint et exaltáti: * deficiéntes, quemádmodum fumus defícient.
36:21 Mutuábitur peccátor, et non solvet: * justus autem miserétur et tríbuet.
36:22 Quia benedicéntes ei hereditábunt terram: * maledicéntes autem ei disperíbunt.
36:23 Apud Dóminum gressus hóminis dirigéntur: * et viam ejus volet.
36:24 Cum cecíderit non collidétur: * quia Dóminus suppónit manum suam.
36:25 Júnior fui, étenim sénui: * et non vidi justum derelíctum, nec semen ejus quærens panem.
36:26 Tota die miserétur et cómmodat: * et semen illíus in benedictióne erit.
36:27 Declína a malo, et fac bonum: * et inhábita in sǽculum sǽculi.
36:28 Quia Dóminus amat judícium, et non derelínquet sanctos suos: * in ætérnum conservabúntur.
36:29 Injústi puniéntur: * et semen impiórum períbit.
36:29 Justi autem hereditábunt terram: * et inhabitábunt in sǽculum sǽculi super eam.
36:30 Os justi meditábitur sapiéntiam, * et lingua ejus loquétur judícium.
36:31 Lex Dei ejus in corde ipsíus, * et non supplantabúntur gressus ejus.
36:32 Consíderat peccátor justum: * et quærit mortificáre eum.
36:33 Dóminus autem non derelínquet eum in mánibus ejus: * nec damnábit eum, cum judicábitur illi.
36:34 Exspécta Dóminum, et custódi viam ejus: et exaltábit te ut hereditáte cápias terram: * cum períerint peccatóres vidébis.
36:35 Vidi ímpium superexaltátum, * et elevátum sicut cedros Líbani.
36:36 Et transívi, et ecce non erat: * et quæsívi eum, et non est invéntus locus ejus.
36:37 Custódi innocéntiam, et vide æquitátem: * quóniam sunt relíquiæ hómini pacífico.
36:38 Injústi autem disperíbunt simul: * relíquiæ impiórum interíbunt.
36:39 Salus autem justórum a Dómino: * et protéctor eórum in témpore tribulatiónis.
36:40 Et adjuvábit eos Dóminus et liberábit eos: * et éruet eos a peccatóribus, et salvábit eos: quia speravérunt in eo.
V. Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.
16
Ant. Show
Psalm 36 [11]
36:1 Be not emulous of evildoers; * nor envy them that work iniquity.
36:2 For they shall shortly wither away as grass, * and as the green herbs shall quickly fall.
36:3 Trust in the Lord, and do good, * and dwell in the land, and thou shalt be fed with its riches.
36:4 Delight in the Lord, * and he will give thee the requests of thy heart.
36:5 Commit thy way to the Lord, and trust in him, * and he will do it.
36:6 And he will bring forth thy justice as the light, and thy judgment as the noonday: * be subject to the Lord and pray to him.
36:7 Envy not the man who prospereth in his way; * the man who doth unjust things.
36:8 Cease from anger, and leave rage; * have no emulation to do evil.
36:9 For the evildoers shall be cut off: * but they that wait upon the Lord shall inherit the land.
36:10 For yet a little while, and the wicked shall not be: * and thou shalt seek his place, and shalt not find it.
36:11 But the meek shall inherit the land, * and shall delight in abundance of peace.
36:12 The sinner shall watch the just man: * and shall gnash upon him with his teeth.
36:13 But the Lord shall laugh at him: * for he foreseeth that his day shall come.
36:14 The wicked have drawn out the sword: * they have bent their bow.
36:15 To cast down the poor and needy, * to kill the upright of heart.
36:15 Let their sword enter into their own hearts, * and let their bow be broken.
36:16 Better is a little to the just, * than the great riches of the wicked.
36:17 For the arms of the wicked shall be broken in pieces; * but the Lord strengtheneth the just.
36:18 The Lord knoweth the days of the undefiled; * and their inheritance shall be for ever.
36:19 They shall not be confounded in the evil time; and in the days of famine they shall be filled, * because the wicked shall perish.
36:20 And the enemies of the Lord, presently after they shall be honoured and exalted, * shall come to nothing and vanish like smoke.
36:21 The sinner shall borrow, and not pay again; * but the just sheweth mercy and shall give.
36:22 For such as bless him shall inherit the land: * but such as curse him shall perish.
36:23 With the Lord shall the steps of a man be directed, * and he shall like well his way.
36:24 When he shall fall he shall not be bruised, * for the Lord putteth his hand under him.
36:25 I have been young, and now am old; * and I have not seen the just forsaken, nor his seed seeking bread.
36:26 He sheweth mercy, and lendeth all the day long; * and his seed shall be in blessing.
36:27 Decline from evil and do good, * and dwell for ever and ever.
36:28 For the Lord loveth judgment, and will not forsake his saints: * they shall be preserved for ever.
36:29 The unjust shall be punished, * and the seed of the wicked shall perish.
36:29 But the just shall inherit the land, * and shall dwell therein for evermore.
36:30 The mouth of the just shall meditate wisdom: * and his tongue shall speak judgment.
36:31 The law of his God is in his heart, * and his steps shall not be supplanted.
36:32 The wicked watcheth the just man, * and seeketh to put him to death.
36:33 But the Lord will not leave him in his hands; * nor condemn him when he shall be judged.
36:34 Expect the Lord and keep his way: and he will exalt thee to inherit the land: * when the sinners shall perish thou shalt see.
36:35 I have seen the wicked highly exalted, * and lifted up like the cedars of Libanus.
36:36 And I passed by, and lo, he was not: * and I sought him and his place was not found.
36:37 Keep innocence, and behold justice: * for there are remnants for the peaceable man.
36:38 But the unjust shall be destroyed together: * the remnants of the wicked shall perish.
36:39 But the salvation of the just is from the Lord, * and he is their protector in the time of trouble.
36:40 And the Lord will help them and deliver them: * and he will rescue them from the wicked, and save them, because they have hoped in him.
V. Glory be to the Father, and to the Son, * and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, * and ever shall be, world without end. Amen.
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Psalmus 37 [12]
37:1 Dómine, ne in furóre tuo árguas me, * neque in ira tua corrípias me.
37:2 Quóniam sagíttæ tuæ infíxæ sunt mihi: * et confirmásti super me manum tuam.
37:3 Non est sánitas in carne mea a fácie iræ tuæ: * non est pax óssibus meis a fácie peccatórum meórum.
37:4 Quóniam iniquitátes meæ supergréssæ sunt caput meum: * et sicut onus grave gravátæ sunt super me.
37:5 Putruérunt et corrúptæ sunt cicatríces meæ, * a fácie insipiéntiæ meæ.
37:6 Miser factus sum, et curvátus sum usque in finem: * tota die contristátus ingrediébar.
37:7 Quóniam lumbi mei impléti sunt illusiónibus: * et non est sánitas in carne mea.
37:8 Afflíctus sum, et humiliátus sum nimis: * rugiébam a gémitu cordis mei.
37:9 Dómine, ante te omne desidérium meum: * et gémitus meus a te non est abscónditus.
37:10 Cor meum conturbátum est, derelíquit me virtus mea: * et lumen oculórum meórum, et ipsum non est mecum.
37:12 Amíci mei, et próximi mei * advérsum me appropinquavérunt, et stetérunt.
37:13 Et qui juxta me erant, de longe stetérunt: * et vim faciébant qui quærébant ánimam meam.
37:14 Et qui inquirébant mala mihi, locúti sunt vanitátes: * et dolos tota die meditabántur.
37:15 Ego autem tamquam surdus non audiébam: * et sicut mutus non apériens os suum.
37:16 Et factus sum sicut homo non áudiens: * et non habens in ore suo redargutiónes.
37:17 Quóniam in te, Dómine, sperávi: * tu exáudies me, Dómine, Deus meus.
37:18 Quia dixi: Nequándo supergáudeant mihi inimíci mei: * et dum commovéntur pedes mei, super me magna locúti sunt.
37:19 Quóniam ego in flagélla parátus sum: * et dolor meus in conspéctu meo semper.
37:20 Quóniam iniquitátem meam annuntiábo: * et cogitábo pro peccáto meo.
37:21 Inimíci autem mei vivunt, et confirmáti sunt super me: * et multiplicáti sunt qui odérunt me iníque.
37:22 Qui retríbuunt mala pro bonis, detrahébant mihi: * quóniam sequébar bonitátem.
37:23 Ne derelínquas me, Dómine, Deus meus: * ne discésseris a me.
37:23 Inténde in adjutórium meum, * Dómine, Deus, salútis meæ.
V. Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.

Ant. Revéla Dómino viam tuam.
17

Psalm 37 [12]
37:1 Rebuke me not, O Lord, in thy indignation; * nor chastise me in thy wrath.
37:2 For thy arrows are fastened in me: * and thy hand hath been strong upon me.
37:3 There is no health in my flesh, because of thy wrath: * there is no peace for my bones, because of my sins.
37:4 For my iniquities are gone over my head: * and as a heavy burden are become heavy upon me.
37:5 My sores are putrified and corrupted, * because of my foolishness.
37:6 I am become miserable, and am bowed down even to the end: * I walked sorrowful all the day long.
37:7 For my loins are filled with illusions; * and there is no health in my flesh.
37:8 I am afflicted and humbled exceedingly: * I roared with the groaning of my heart.
37:9 Lord, all my desire is before thee, * and my groaning is not hidden from thee.
37:10 My heart is troubled, my strength hath left me, * and the light of my eyes itself is not with me.
37:12 My friends and my neighbours * have drawn near, and stood against me.
37:13 And they that were near me stood afar off: * and they that sought my soul used violence.
37:14 And they that sought evils to me spoke vain things, * and studied deceits all the day long.
37:15 But I, as a deaf man, heard not: * and as a dumb man not opening his mouth.
37:16 And I became as a man that heareth not: * and that hath no reproofs in his mouth.
37:17 For in thee, O Lord, have I hoped: * thou wilt hear me, O Lord my God.
37:18 For I said: Lest at any time my enemies rejoice over me: * and whilst my feet are moved, they speak great things against me.
37:19 For I am ready for scourges: * and my sorrow is continually before me.
37:20 For I will declare my iniquity: * and I will think for my sin.
37:21 But my enemies live, and are stronger than I: * and they that hate me wrongfully are multiplied.
37:22 They that render evil for good, have detracted me, * because I followed goodness.
37:23 Forsake me not, O Lord my God: * do not thou depart from me.
37:23 Attend unto my help, * O Lord, the God of my salvation.
V. Glory be to the Father, and to the Son, * and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, * and ever shall be, world without end. Amen.

Ant. Show * thy way unto the Lord.
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V. Dómine in cælo misericórdia tua.
R. Et véritas tua usque ad nubes.
18
V. Thy mercy, O Lord, is in the heavens.
R. And thy faithfulness reacheth unto the clouds.
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Pater noster, qui es in cælis, sanctificétur nomen tuum: advéniat regnum tuum: fiat volúntas tua, sicut in cælo et in terra. Panem nostrum quotidiánum da nobis hódie: et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris:
V. Et ne nos indúcas in tentatiónem:
R. Sed líbera nos a malo.
Absolutio. Exáudi, Dómine Jesu Christe, preces servórum tuórum, et miserére nobis: Qui cum Patre et Spíritu Sancto vivis et regnas in sǽcula sæculórum. Amen.
19
Our Father, who art in heaven, Hallowed be thy name. Thy kingdom come. Thy will be done on earth as it is in heaven. Give us this day our daily bread. And forgive us our trespasses, as we forgive those who trespass against us.
V. And lead us not into temptation:
R. But deliver us from evil.
Absolution. O Lord Jesus Christ, graciously hear the prayers of Thy servants, and have mercy upon us, Who livest and reignest with the Father, and the Holy Ghost, ever world without end. Amen.
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V. Jube, domne, benedícere.
Benedictio. Benedictióne perpétua benedícat nos Pater ætérnus. Amen.

Lectio 1
Incipit Nahum Propheta
Nah 1:1-4
1 Onus Ninive. Liber visionis Nahum Elcesaei.
2 Deus aemulator, et ulciscens Dominus: ulciscens Dominus, et habens furorem: ulciscens Dominus in hostes suos, et irascens ipse inimicis suis.
3 Dominus patiens, et magnus fortitudine, et mundans non faciet innocentem. Dominus in tempestate et turbine viae ejus, et nebulae pulvis pedum ejus.
4 Increpans mare, et exsiccans illud, et omnia flumina ad desertum deducens.
V. Tu autem, Dómine, miserére nobis.
R. Deo grátias.

R. Redemit populum suum, et liberavit eum: et venient, et exsultabunt in monte Sion: et gaudebunt de bonis Domini super frumento, vino, et oleo:
* Et ultra non esurient.
V. Eritque anima eorum quasi hortus irriguus.
R. Et ultra non esurient.
20

V. Grant, Lord, a blessing.
Benediction. May the Eternal Father bless us with an eternal blessing. Amen.

Reading 1
Lesson from the book of Nahum
Nah 1:1-4
1 The burden of Ninive. The book of the vision of Nahum the Elcesite.
2 The Lord is a jealous God, and a revenger: the Lord is a revenger, and hath wrath: the Lord taketh vengeance on his adversaries, and he is angry with his enemies.
3 The Lord is patient, and great in power, and will not cleanse and acquit the guilty. The Lord's ways are in a tempest, and a whirlwind, and clouds are the dust of his feet.
4 He rebuketh the sea, and drieth it up: and bringeth all the rivers to be a desert.
V. But thou, O Lord, have mercy upon us.
R. Thanks be to God.

R. He hath redeemed His people, and ransomed them therefore they shall come and sing in the height of Zion, and shall rejoice in the goodness of the Lord, for wheat, and for wine, and for oil
* And they shall hunger no more.
V. And their soul shall be as a watered garden.
R. And they shall hunger no more.
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V. Jube, domne, benedícere.
Benedictio. Unigénitus Dei Fílius nos benedícere et adjuváre dignétur. Amen.

Lectio 2
Nah 1:4-6
4 Infirmatus est Basan et Carmelus, et flos Libani elanguit,
5 Montes commoti sunt ab eo, et colles desolati sunt: et contremuit terra a facie ejus, et orbis, et omnes habitantes in eo.
6 Ante faciem indignationis ejus quis stabit? et quis resistet in ira furoris ejus? Indignatio ejus effusa est ut ignis, et petrae dissolutae sunt ab eo.
V. Tu autem, Dómine, miserére nobis.
R. Deo grátias.

R. Angustiae mihi sunt undique, et quid eligam ignoro.
* Melius est mihi incidere in manus hominum, quam derelinquere legem Dei mei.
V. Si enim hoc egero, mors mihi est: si autem non egero, non effugiam manus vestras.
R. Melius est mihi incidere in manus hominum, quam derelinquere legem Dei mei.
21
V. Grant, Lord, a blessing.
Benediction. May the Son, the Sole-begotten, mercifully bless and keep us. Amen.

Reading 2
Nah 1:4-6
4 Basan languisheth and Carmel: and the dower of Libanus fadeth away.
5 The mountains tremble at him, and the hills are made desolate: and the earth hath quaked at his presence, and the world, and all that dwell therein.
6 Who can stand before the face of his indignation? and who shall resist in the fierceness of his anger? his indignation is poured out like fire: and the rocks are melted by him.
V. But thou, O Lord, have mercy upon us.
R. Thanks be to God.

R. I am straitened on every side, and know not what to choose.
* It is better for me to fall into the hands of men, than to sin against the law of my God.
V. For if I do this thing, it is death unto me and if I do it not, I cannot escape your hands.
R. It is better for me to fall into the hands of men, than to sin against the law of my God.
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V. Jube, domne, benedícere.
Benedictio. Spíritus Sancti grátia illúminet sensus et corda nostra. Amen.

Lectio 3
Nah 1:7-10
7 Bonus Dominus, et confortans in die tribulationis, et sciens sperantes in se.
8 Et in diluvio praetereunte consummationem faciet loci ejus, et inimicos ejus persequentur tenebrae.
9 Quid cogitatis contra Dominum? Consummationem ipse faciet: non consurget duplex tribulatio,
10 Quia sicut spinae se invicem complectuntur, sic convivium eorum pariter potantium; consumentur quasi stipula ariditate plena.
V. Tu autem, Dómine, miserére nobis.
R. Deo grátias.

R. Misit Dominus Angelum suum, et conclusit ora leonum:
* Et non contaminaverunt: quia coram eo injustitia inventa non est in me.
V. Misit Deus misericordiam suam, et veritatem suam: animam meam eripuit de medio catulorum leonum.
R. Et non contaminaverunt: quia coram eo injustitia inventa non est in me.
V. Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.
R. Et non contaminaverunt: quia coram eo injustitia inventa non est in me.
22
V. Grant, Lord, a blessing.
Benediction. May the grace of the Holy Spirit enlighten all our hearts and minds. Amen.

Reading 3
Nah 1:7-10
7 The Lord is good and giveth strength in the day of trouble: and knoweth them that hope in him.
8 But with a flood that passeth by, he will make an utter end of the place thereof: and darkness shall pursue his enemies.
9 What do ye devise against the Lord? he will make an utter end: there shall not rise a double affliction.
10 For as thorns embrace one another: so while they are feasting and drinking together, they shall be consumed as stubble that is fully dry.
V. But thou, O Lord, have mercy upon us.
R. Thanks be to God.

R. The Lord hath sent His angel, and hath shut the lions' mouths, that
* They have not hurt me forasmuch as before Him innocency was found in me.
V. God hath sent forth His mercy and His truth, (and delivered) my soul from among the lions' whelps.
R. They have not hurt me forasmuch as before Him innocency was found in me.
V. Glory be to the Father, and to the Son, * and to the Holy Ghost.
R. They have not hurt me forasmuch as before Him innocency was found in me.
Reliqua omittuntur, nisi Laudes separandae sint.Skip the rest, unless praying Lauds separately.
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Oratio {ex Proprio de Tempore}
V. Dómine, exáudi oratiónem meam.
R. Et clamor meus ad te véniat.
Orémus
Excita, quaesumus, Domine, tuorum fidelium voluntates: ut divini operis fructum propensius exsequentes, pietatis tuae remedia majora percipiant.
Per Dóminum nostrum Jesum Christum, Fílium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
24
Prayer {from the Proper of the season}
V. O Lord, hear my prayer.
R. And let my cry come unto thee.
Let us pray.
Stir up, we beseech thee, Lord, the wills of thy faithful people, that they, plenteously bringing forth the fruit of good works, may of thee be plenteously rewarded.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, ever one God, world without end.
R. Amen.
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Conclusio
V. Dómine, exáudi oratiónem meam.
R. Et clamor meus ad te véniat.
V. Benedicámus Dómino.
R. Deo grátias.
V. Fidélium ánimæ per misericórdiam Dei requiéscant in pace.
R. Amen.
Pater noster, qui es in cælis, sanctificétur nomen tuum: advéniat regnum tuum: fiat volúntas tua, sicut in cælo et in terra. Panem nostrum quotidiánum da nobis hódie: et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris: et ne nos indúcas in tentatiónem: sed líbera nos a malo. Amen.
25
Conclusion
V. O Lord, hear my prayer.
R. And let my cry come unto thee.
V. Let us bless the Lord.
R. Thanks be to God.
V. May the souls of the faithful, through the mercy of God, rest in peace.
R. Amen.
Our Father, who art in heaven, Hallowed be thy name. Thy kingdom come. Thy will be done on earth as it is in heaven. Give us this day our daily bread. And forgive us our trespasses, as we forgive those who trespass against us. And lead us not into temptation: But deliver us from evil. Amen.