VIRGILIO DE MANTUA
Mantua me genuit, rapuere Calabris, hunc me tenet Parthenope: cecini pascua, rura, duces
Este es el epitafio de la tumba de Virgilio. No se puede decir tanto en tan pocas palabras, describe su vida y su alma: “Yo nací en Mantua y me arrebató Calabria y ahora guarda Nápoles mis cenizas. Yo canté a los prados a los campos a los caudillos”. El ideal de su vida fue el campo y la vida sosegada. El autor de la Eneida, de las Geórgicas y de las Bucólicas él mismo araba, era apicultor, vivió mirando para el cielo como los campesinos y amó a su patria, a los dioses, a la justicia.
Cuando el cesar le arrebató una de las posesiones que tenía el poeta en la Apulia confiscadas para cedérselas a un centurión que volvía de la guerra con sus veteranos sintió una gran pena y se fue andando hasta Roma donde se entrevistó con su amigo Asinio Polion que le prometió la restitución de sus pretensiones otorgadas por meritos de guerra a un tal Arrio pero su valedor en Roma cayó en desgracia y el poeta no conseguiría sus pretensiones. Escribió la Enea en once años donde contando la historia de la caída de Roma plasma el sentir del espiritu romano que giraba en torno a tres planteamientos morales: virtus o el valor y la presencia de ánimo, pietas amor a los dioses a las tradiciones sagradas de la patria y humanitas esto es compasión hacia los semejantes. Virgilio de esta forma se convierte amen de uno de los mayores poetas de todos los tiempos en el portaestandarte de la cultura europea.
Habiendo muerto casi medio siglo antes de que naciera Jesucristo cuya venida al mundo parece pronosticar en una de sus composiciones es el depositario de este espíritu cristiano. Los globales quieren cargase todo eso y en su caída este cuadro de valores arrastrará consigo a la religión fundada por Jesús. Es el mismo empeño el mismo afán de derribo que mostró la sinagoga para acabar con el sincretismo romano que ha permanecido incrustado en la mentalidad europea que se ha resistido a abandonar esas creencias paganas dulcificadas por el Evangelio. Ahora ¿será el turno de Pablo de Tarso? En cualquier caso el mensaje de los espondeos yámbicos troqueos anapestos y pírricos de la Eneida escritos para ser plasmados en bronce es la glorificación del amor y de la vida del campo. Omnia vincit Amor et nos cedamus Amori.
El amor gana todas las batallas, entreguémonos al amor, dice Virgilio. Para él amor y trabajo eran dos sinónimos pues escribe en otro pasaje: labor omnia vincit impulsus para florificar la vida campestre y demostrar que las fatigas y esfuerzos suelen encontrar una recompensa.
Al vate de Mantua lo han mimado la poesía y la literatura de todas las épocas desde San Agustín y T.S Elliot porque es la vera efigie de la tolerancia y del goce de los placeres epicúreos que ofrece la existencia a los que añoran poderes y riquezas. Es la fórmula del Beatus Ille qui procul negotiis que llevó otro de los grandes poetas romanos a sus últimas consecuencias. Potísimas o muy importantes son sus estampas de la vida del campo.
En las Bucólicas imparte consejo acera de cómo arar, cuando la semencera, cuando podar los frutales, y señala que para cosechar un buen clarete es preciso plantar las viñas en cuesta en las solanas más secas y agrestes. Sus conocimientos de apicultura rigen hasta hoy. Virtus pietas humanitas patientia son los cuatro elementos de la cuadriga.
Era un epicúreo pero también un estoico. Ofrecía incienso a los dioses, veneraba a los penates y lemures de la casa según la vieja costumbre etrusca, un pueblo para el cual las divinidades tenían que estar cerca e interceder ante las necesidades del hombre común conforme a una moral de creencias prácticas que ha calado plenamente en nuestro catolicismo de la mano de los santos patronos del lugar, de los santos intercesores.
El arte de Virgilio se debe en parte al adobo de un minucioso retórico que estaba entrañado con los grandes recursos del latín y en parte a la tradición oral. Sus personajes se expresan como los cazurros de Delibes con la sabiduría y desconfianza de los refranes y de las consejas. De ahí que Virgilio en medio del tráfago de la vida moderna a los que hemos tenido la suerte de conocer el latín y de haberlo estudiado de niño sea literariamente un santo tutelar de donde nos vienen entusiasmos e ideas de refresco. Labor omnia vincit impulsus. El pulía sus versos con laboriosidad de abeja en el panal. Por eso dice el Dante que la gloria de Virgilio unida a la de Cristo durará tanto como el mundo.
Hay algunos puntos en los cuales se muestra un poeta moderno. Los pastores de sus églogas son hombres cultos y tan refinados que se vuelven hermafroditas. Había aprendido de los griegos que consideraban que las mujeres eran demasiado brutas para tener alma, un medio irremediable para la propalación de la especie que el verdadero amor es el de los efebos. Virgilio era un hombre muy popular en los seminarios y conventos hasta hace unos años nada tiene de particular por tanto esa pederastia de sepan cuantos.
Asi Alexis un zagal se enamora de Croydon que era el rabadán y Galo llora la traición de Licórides el cual le deja por otro. Sileno un dia se emborracha y mientras la duerme ve cosas extrañas de un mundo donde los hombres imitarían a Icaro en sus vuelos. En otra égloga, Polion, se refiere a un niño que va a nacer y que transformará la tierra con un nuevo orden. La frase exacta es:
Ex pluribus unum novus ordo seclorum
Los americanos estamparon esta frase cincelaría bajo los pliegues del águila calva de las Rocosas como lema de los Estados Unidos. No sé si los americanos que tienen una literatura mucho más pobre porque es un pueblo moderno que apenas ha conocido el sufrimiento y las guerras en su propio lar serán capaces de construir un héroe como Eneas el cual es el alma de la latinidad representada por las alcances de virtus, pietas, justitia, humanitas. Son las probidades con las que se construyó un imperio que duró casi dos mil años.
Vuelvo a leer la Eneida. La trama aparente es la destrucción de Troya pero el mensaje que transmite a sus contemporáneos el poeta de Mantua es la de sumisión al destino futuro mientras se añora el pasado porque para él patria tiene su etimología plena como tierra de padres. La Eneida es una hégira o búsqueda de una nueva patria para un pueblo perseguido.
Los perseguidos de hoy la encontramos entre los libros y las canciones esperando que la benevolencia de Júpiter nos libre de convertirnos en hormigas como hizo con los miramidones pueblo fabuloso de la antigüedad que se tomaron la licencia de contradecir a los dioses. Y hay otro ángulo de vista nada desdeñable que tiene su aplicación a la mentalidad del español de hoy y es el caballo de Troya. La estratagema de aquel armatoste les sirvió de instrumento de suicidio colectivo como pueblo:
“infandum regina iubes renovare dolorem
Troyana ut opes et lamentabile regnum
Eruerint Danai, quaeque ipse misérrima vidi
Et quórum pars magna fui. Quis talia fando
Myrmidonum Dolpumve aut duri miles Ulizi
Temperet a lacrimis? Et iam nox humida coelo
Praecipitat suadentque cadentia sidera somnos”
[Mandas oh reina renovar el dolor de que los Danaos arrebaten la riqueza y nuestro reino lamentable y todas esas cosas que yo mismo vi y de las cuales yo fui testigo y parte. ¿Qué soldado hablando de los murmidones o de los dolopos pueda evitar que llore el duro Ulises? Y ya cae la noche húmeda desde el cielo e invitan al sueño los astros que aparecen]
la historia parece que se repite. El enemigo se oculta en la barriga del caballo de madera. Dentro se esconden los demócratas de toda la vida. A favor de la noche saltarán de la barriga del buey y hallándonos desprevenidos nos pasarán a cuchillo. Y ante el dolor y perplejidad de los mortales la vida sigue sin interrupción. Cae la tarde y se encienden los astros en el cielo como siempre.