YO, FUNCIONARIO
Antonio
Parra
Yo,
funcionario. Según las encuestas, es la carrera que más apetece a
las nuevas generaciones de españoles nacidos en Democracia. La
generación del yogur también quiere ser burócrata utilizando el
patrón y la escala de valores de sus abuelos que no conocieron esta
bonanza económica, como nuca la tuvo la nación española, pero que
prefirieron un modesto buen pasar, porque justo es confesarlo, hasta
el advenimiento de la democracia, el sector publico pagaba mal y
tarde, aspirantes a un modesto buen pasar de gentes mesocráticas de
medio pelo, las olla podrida, los cuartos de alquiler o los pisos con
derecho a cocina, en menoscabo del aventurerismo y el riesgo. No
solían opositar los que querían ganar dinero sino por vacación o
espíritu de cuerpo, tratándose de militares. ¡Que bien nos
entendía a los españoles Franco! ¡Y qué bien también nos
entiende Zapatero! (Perdonen los señores discrepantes pero es lo que
pienso) Nuestro presi al que con tanta alacridad descalifican a mi
modesto entender es hijo y nieto de funcionarios y emparentó con
militares). No creo que odie tanto a España como dicen ni que
pretenda deshacerla. Quizás trate de salvar los muebles en un golpe
de audacia porque es un audaz ni hará claudicaciones vergonzantes a
los de la franja periférica, porque es un poco marrullero, saltos
adelante, vuelta atrás y donde dije digo diego. Nació este leonés
para político Bien es cierto que los generales de ZP (Miaja,
Asensio, Rojo, Matalalán, Tendero, Escobar) no son mis generales
pero no ¿enterraremos los españoles el hacha de la guerra civil de
una maldita vez, olvidamos las querellas, rivalidades y enconos y
hacemos lo que dicen los ingleses let
bygones be bygones
a sabiendas de que la política no es más que un juego, un mal
menor, no un combate de gladiadores? Los andábatas de las cadenas
rivales andan metidos en una lucha cuerpo a cuerpo. Reconozco que yo
mismo tiro con bala y me arrepiento. Sin embargo es necesario que
periodistas y opinantes busquemos las riberas del consensos en lugar
de la mar aborrascadas de las contiendas fratricidas que siempre
agitan manos ocultas y por lo general extranjeras.
¿Y
ser funcionario es malo o es bueno? Yo no sé si será malo o bueno
pero al menos lo considero un síntoma de cierta paz social y de una
estabilidad que tuvimos en tiempos en tiempos pretéritos y ahora no
tenemos. Ni el franquismo entonces pudo ser tan nefasto como dice la
izquierda abroquelada y antinacional ni los del PSOE son tan
nefastos como pretenden algunos dinosaurios trogloditas encastillados
en un egoísmo sin contemplaciones. La derecha a veces cayó en el
defecto de lo social. Y si no hubiera sido por ciertos jonsistas y
falangistas como José Antonio Girón apaga y vamonos. Todo hay que
decirlo el falangismo dejó muy atrás al socialismo en justicia
distributiva. Por ese cabo Zp tiene el listón muy alto.
El
que haya tantos jóvenes que quieran hacer el ingreso en los cuerpos
administrativos del Estado no dice mucho del espíritu emprendedor de
las nuevas generaciones que han crecido protegidas por unos padres
que los arroparon, mimaron y trabajaron como negros para darlos
aquello que a ellos, cuando era de su edad, les faltó. Con todo,
seguramente elevarán el listón de la elite dirigente aunque bien es
cierto que vienen un tanto aborregados. Y algo faltos de nervio.
Carecen de la furia que nosotros teníamos. Eso sí. Son muy
competitivos y competidores y en la administración no ha de haber
competidores sino cooperadores para poder saber trabajar en equipo.
Se les debería de exigir una cierta vocación de servicio. Han de
jurar bandera, cantar el himno, y sentirse orgullosos de servir a un
estado que vive en libertad y con arreglo a nuestras formas
ancestrales de códigos forenses que arrancan del Fuero Juzgo y las
Partidas y que hicieron de España un país libérrimo. El más libre
del mundo. A mi entender. Llevo cuarenta años sirviendo a este
estado durante el franquismo y la democracia y en esa demanda pienso
jubilarme. Nunca me sentí un paniagudo aunque en el desempeño de mi
deber aunque topé con ciertas inercias, apatías endémicas y
antipatías personales, tanto como un cierto misoneísmo y la frase
de los desidiosos que te dicen que en la administración no hay nada
inventado. Una vez que me nombraron jefe – la única vez que he
sido nombrado jefe de algo- me dijo un currito.
-Aquí
no queremos jefes, oiga. Todos somos iguales.
-Pues
vaya.
Hay
que reconocer que lo nuestro no es la tesis ni la antítesis. Lo mío
es la síntesis. Por eso políticamente siempre fui ecléctico. Me
saca de mis casillas tanto la gente que trata de pisarte el cuello
como esos comentaristas que insultan a Carmen Calvo llamándola
inculta. La egabrense, del pueblo de Juan Valera, otro gran
funcionario y de la carrera diplomática, es de lo mejor que ha
pasado por las siete Chimeneas y además está rodeada de un gran
equipo. Tiene una jefa de personal, Yolanda Muñoz, que es todo un
lujo para un ministerio que hubo épocas que fue conflictivo.
A
los funcionarios no debe interesárseles la política y de hecho en
el último turno han surgido nuevas camadas de tecnócratas
cualificados, según el criterio del “civil
servant”
británico. Praxis que será muy conveniente para acometer los retos
del siglo XXI: mundialización, crisis climática. Crisis energética.
Nacionalismos de nueva planta. Terrorismo. Islamismo. El poder de
los medios electrónicos.
Te
propongo a ti lector amigo a que vengas a darte un paseo por Alcalá,
alma mater de la gran cultura castellana y de donde dimana nuestra
conciencia colectiva como pueblo en su forma de ser y estar de pueblo
jurisperito y a la vez oscurantista, letrado y populachero. A Alcalá
putas que viene san Lucas. Complutum el campamento romano. La de los
santos niños mártires. Una bella palabra en latín. Tiene que ver
con la lluvia. Ojalá sea de gracia.
La
administración española, el modelo discente y docente
universitario, el derecho de gentes y esa fascinación que ejerce
entre nosotros todo lo que tiene que ver con la letra escrita, esa
pasión grafómana de este país de iluminados y de letrados (se
decía libro cerrado no hace letrado y los había que ahorcaban los
libros a media carrera), un título oficial, una carrera de leyes o
de letras, tiene por sustentáculo Alcalá y su universidad fundada
por Cisneros en 1508. al año que viene será el quinto centenario.
Fray Francisco de Cisneros fraile franciscano del convento de la
Salceda fue presentado por Pedro González de Mendoza a la reina
Isabel la Católica. A mí siempre me han fascinado estos tres
personajes. Y una fiesta. La de san Lucas. Fue en la festividad de
este santo cuando se pronunció la primera lección inaugural. Y de
ahí viene venir el viejo refrán-que aquí hemos comentado- de “a
Alcalá, putas, que viene san Lucas”. Fue el 22 de septiembre de
1508. la gran fachada de la Complutense adorna los títulos
universitarios de los que nos hemos licenciado por la Universidad de
Madrid, obra de Gil de Hontañon. Gótico tardío. Plateresco
español.
Tres
calles divididlas por el imoscapo de tres columnas. Ventanas con
ricas embocaduras y lujosa decoración en sus jambas. Mira para
nosotros el vertical imafronte. Y en los clípeos el busto del
Cardenal.. las cuerdas al aire del cordón franciscano circunvuelan
sobre su pétaso episcopal en airoso remate. Roca de Israel. A
Cisneros debemos la traducción de la biblia políglota. Piedras
sagradas. Columnas de la ciencia. Roca viva.
En luteam olim celebra marmoream
(Antes era lodo y ahora soy mármol), dice la inscripción de une
epígrafe, aludiendo a la contestación de Cisneros al rey Fernando
que le reprochaba la mala calidad de los materiales empleados. De
niños nosotros cruzamos sobre nuestros pechos la beca encarnada o
grana, la sotanilla y el bonete de colegial según el uniforme
diseñado por Santo Tomás de Villanueva para los mantistas de cada
una de las facultades y colegios. El distintivo entre ellos era el
color de la banda. A la sombra de Cisneros, esto es bajo la
protección del árbol de la ciencia de Alcalá, crecimos, hemos
vivido y nos hemos ganado la vida, como funcionarios. No ha sido para
nosotros una sinecura, prestamera, momio o prebenda sino un servicio
a la patria en lo que sabemos y podemos hacer: pensar y escribir. En
1959 se trasladó al viejo edificio el Centro de formación y de
Perfeccionamiento de funcionarios. Se quería dar continuidad a la
fundación cisneriana. Este centro, que ha tenido vida lánguida
desde el advenimiento de las autonomías, debería de ser potenciado,
habida cuenta que la mayor parte de nuestra juventud quiere entrar en
el escalafón del Estado.
Es
una idea que brindamos al gobierno de Zapatero y a todos los
gobiernos que vengan detrás. Ahí puede estar una de las claves de
la reforma de la Administración que todos necesitamos. Que el
Estado, nuestro principal empleador, se haga con los mejores. Que se
galvanice el sistema de oposiciones, que se incremente el cupo de
plazas. Servir a una España democrática encarando el futuro con
optimismo pero sin perder de vista a lo que dejamos detrás podría
ser un aval de permanencia del sistema sin fracturas ni quiebras tan
pavorosas como las de nuestra guerra civil. Es un aviso a navegantes.
Esta Administración española en la cual quieren todos los jóvenes
trabajar y enrolarse es creación de un hombre de derechas, muerto
precisamente por su amor a españa, por su valía y por su valentía:
Joaquín Calvo Sotelo. Un gallego. Hago gracia al lector de contarle
las trágicas circunstancias de su muerte. La vida de un funcionario
y un gran patriota tronzada en flor.
Mas,
corramos un tupido velo. A Calvo Sotelo lo fusilaron porque se opuso
al gran diseño de las fuerzas oscuras del capitalismo. Nacionalizó
la gasolina y eso le valió la condena a muerte. Sus esbirros no
sabían por qué le mataban. Él sabía por qué moría. Él
estableció este tingladillo de seguridad en el empleo, vacaciones
pagadas, derechos sociales, montepío para huérfanos. ¿Era un
fascista? ¿Qué me dice? No es tomar las cosas ab ovo ni el rábano
por las hojas pero nuestro ascendiente con la democracia tiene que
ver con nuestros genes romanos. Roma fue ordenancista y legisladora.
La burocracia y el derecho es heredad patrimonial del legado latino.
Los visigodos recogen esa tradición e inspiran a los corregidores
medievales, balíes, fieldefechos, paciarios.
En
el siglo XIV las cortes aragonesas imponen la sigilación, sello o
estampillado de documentos oficiales a cargo del “clericus”. La
administración tiene una ascendencia eclesiástica y esta palabra en
la mayor parte de las lenguas romances significa cura pero en el
inglés adopta la acepción de funcionario. Viene del griego
(patrimonio). Trono y altar. El funcionariado es un sacerdocio en
realidad como demuestra esta etimología que arranca de los tiempos
merovingios. La sociedad teocracia con su concepto del origen divino
de la monarquía y en la España renacentista y la del siglo de Oro
cuando los funcionarios eran los nobles, los obispos, los hidalgos y
los privados de S.M con la Revolución francesa da un paso firme a la
laicidad. En España se crea el cuerpo de Archiveros y de
Bibliotecarios en 1833 juntamente con el ministerio de ultramar y el
de Gracia y justicia. Es cuando se enajenan los bienes mostrencos, se
declaran parques nacionales a los montes del Pardo y al de Valsaín.
Javier del Burgo define a los ministerios como “talleres de la
prosperidad nacional” y un lustro más tarde Cea Bermúdez instaura
la “Gaceta de Madrid” lo que andando el tiempo se convertiría
con Francisco Franco en el BOE. Y Bravo Murillo otro gran alcalde –
y españa es un país de buenos alcaldes, probos funcionarios y malos
políticos- describe a la Administración como el “ángel tutelar
de los españoles”. La burocracia lo llevamos tal vez en la masa de
la sangre. Desde Felipe II el mayor rey y el mejor burócrata y desde
que el Duque de Olivares inventó el papel de estado.
Sin
embargo, no nos dejemos llevar por el falso optimismo de los
Liberales. Que hubo mucha penuria en aquel entonces y aquel mundo o
aquel submundo aparece en las novelas de Galdós. Las covachuelas. La
olla podrida. Las cesantías y los manguitos. Cuando caía un
gobierno el funcionario de turno se quedaba sin comer y su familia en
la calle. En los departamentos las sillas estaban contadas para que
no hubiese más que aquella del funcionarios y los usuarios no
estuvieran cómodos al hacer su diligencia y pronto aviasen. Y de las
ventanillas del vuelva usted mañana. Las escupideras y el humo del
tabaco en las colas de la Administración. Digo yo que algo hemos
mejorado.
-¿Con
la venía de Usía?
-Sí.
Sí. Pase. Pase.
La
Ley Maura (Maura sí, Maura no pero hizo buenas cosas) acaba con la
inseguridad en el empleo de los precarios covachuelistas. Mande Pedro
o mande Juan los chupatintas mantendrán su siento independientemente
del color político del gobierno entrante. Fue la guinda de gloria
que coronó la Restauración. No se pudo acabar con el caciquismo ni
con los puberazos pero al menos los probos servidores de la nación
quedaron a cobro de las veleidades y borrascas de la vida política
española. Aquel pacto de caballeros fue fui muy de agradecer. Da
estabilidad al sistema creando una nueva burguesía. Y gracias a ello
muchos escritores y artistas se hubieran muerto de hambre. La mayor
parte de las grandes firmas del 98 – Unamuno, Ortega, Baroja, Miró,
Pérez de Ayala, Ganivet etc- corrieron a cargo de los presupuestos y
a decir verdad que con semejante floración de genios a España le
salió barata pagar a aquellos artistas sus misérrimos sueldos.
Hasta el mismo Cela fue Censor.
Y
los Machado, el uno profesor y Manolo, archivero. Dámaso Alonso.
Luis Rosales. Villaespesa, Gerardo Diego, la República respecta este
pacto entre caballeros. Lo mismo que Franco aunque con algunas
dilaciones y reticencias. Tardó bastante tiempo a devolver a sus
compañeros de armas – aquellos que no fueran acusados de delitos
de sangre- sus devengos atrasados. Se recuerde que el general Rojo
regresó a Madrid en los años sesenta y no sé si el general Casado
padre de un gran actor de cine, Fernando Rey, que se hinchó a ganar
dinero y ser famoso en los tiempos de la “oprobiosa”. Mutatis
mutandos, los vencedores tuvieron mayor magnanimidad con los vencidos
que ahora mismo los que se proclaman herederos de los vencidos de
entonces por más que no lo sean no debieran mostrar tanto afán de
vindicta.
La
Administración española actual arranca del régimen del 18 de julio
por más que les pese a muchos. Entre las primeras disposiciones de
burgos estuvo la creación de la Jefatura del Estado sin la cual
nuestro monarca se hubiera quedado sin puesto de trabajo. Refuerza
los ministerios de Hacienda y Exteriores calcando el organigrama de
la dictadura de Primo de rivera cuya eminencia grís era Calvo
Sotelo. Se habilitan asimismo los gabinetes de Prensa en todos los
gabinetes ministeriales. En algunos de esos gabinetes hemos servido
nosotros gracias a Dios como tantos otros compañeros. De 1938 es el
tribunal de cuentas, la ordenación universitaria, el Consejo de lo
Contencioso y de la Expropiación Forzosa.
En
1957 se instituyen las subsecretaría. Fueron, se dice, los
subsecretarios los que salvaron al país el 23 de febrero. La ley
local y el régimen jurídico de la Administración Local es del año
siguiente. Uno se siente indigno y a la par orgulloso de haber
trabajado para el mismo amo con el denuedo que lo hicieron Bravo
Murillo, Cajal, Manuel Azaña, Mola, el gran Mola, Gómez de la
Serna, el Marqués de la Ensenada o don José Echegaray. Venimos del
fuero Juzgo, de las Partidas y de las Constituciones de Cataluña en
las cuales se habla de las virtudes que han de ordenar las personas
de los funcionarios del Ajuntament de Barcelona. Del “Código
de baqueta”
conquense con sus cédulas, cartas y concordias. Del “Llivre
de Fogatges”
catalán del siglo XIV para la regulación de las limosnas “Llivre
de la Taula” de
los banqueros. Todos guardados en el archivo del Corona de Aragón. O
el “Libro de las virtudes del Sancho IV” o del “Rimado
de Palacio”
que se encuentran en la Biblioteca Nacional.
-Todos
esos libros de los que me habla, don Verum, los leyó V.M?
-
A la calle no porque su valor es incalculable. Pero sí se podría
hacer una exposición temática en la cual estos documentos
demostrarían que no hay tanta diferencia entre catalanes y
castellanos o entre gallegos y andaluces entre murcianos y vascos.
-
Todo España es un inmenso Tesauro.
-
Ciertamente. Y esta variedad y discrepancia dentro de la unidad es
parte de su encanto.
-
Quede usted con Dios.
-
Y sosegado.