EL CASTELLANO Y EL VASCUENCE
Antonio Parra
Un amigo me llama
indignado desde Santander me llama indignado. Tiene gente en Coruña
y hay un contestador que responde en gallego con una muletilla que
dice “hable la lengua madre”. No te preocupes, celedonio, que por
lo visto el castellano debe de ser la madrasta. Vivimos en un mundo
delirante en que todo está al revés. No sabemos ya quién es
nuestra padre y quien es nuetra madre. Y los que no tenemos abuelas
porque somos mayores para tenerla pues nos hacemos cruces ante
semejantes hilaridades. Mondo cane. Mundo fugaz. La nugación (de
nugacitas, oiga, que no es un latinajo) impertinente y la negación
de la evidencia. Se politizan las lenguas. Malo. El gallego es un
dialecto del bable o la fala asturiana y entre estas dos variantes
del Latín engendraron al castellano. El vascuence de los várdulos y
vacceos actuó como el padrin de boda. Cosa chusca es que los
españoles nos estemos tirando los trastos a la cabeza entre
periféricos y mesetarios, otro motivo más de crispación en la
calle ¿y van?, por algo tan baladí como es el modo de expresar, la
cadencia o los vocablos que utilizamos para llamar a las cosas. In
principio erat Verbum. Todo empieza y termina en la palabra. Nos
olvidamos de las Cantigas y del primer Fuero Juzgo escritos en
gallego enxebre. No el gallego castellanizado y macarrónico
que ha querido imponer Fraga que tan mal le sonaba a mi amigo Celso
Collazo que era de las Rías Baixas o al pobre Torrente Ballester que
era compostelano.
La lengua, compañera
del imperio, ciertamente, pero también instrumento de libertad se ha
convertido en correa de transmisión de la opresión impositiva. Por
ejemplo, los catalanes les dicen a los valencianos cómo tienen que
hablar y éstos a los mallorquines y los mallorquines a los de las
Pitiusas y así sucesivamente. Esto es una cadena. La confusión de
Babel unida a ciertos malos modos lingüísticos que los
nacionalistas trabucaires han tomado de los nazis tienen muy revuelto
el cotarro.
Es una campaña de acoso
y recibo al castellano que ha sido la lengua franca en que nos hemos
entendido siempre en Hesperia- ¡qué bella palabra, viene de
Vespero, lucero de la tarde!- los unos y los otros, los de arriba y
los de abajo, los de ahora y los de antes, centrípetos y
centrífugos, los del mar y la montaña, insulares y peninsulares.
Esta confusión idiomática es la asignatura pendiente de la
democracia. En ella nos jugamos la libertad.
El castellano en dique
seco, cercado y acorralado en la albarrada de los siglos por aquello
de muchos monteros la garza combaten, neblíes muy ligeros sobre
ella se abaten, por muchos oteros los perros la llaten mal no será
no la maten Cristóbal de Castillejo dixit pero vigoroso y en
plena salud están los muertos que vos matáis. Tiene una frágil
salud de hierro. España quiere ser bilingüe; perfecto (acabaremos
todos hablando el inglés la lengua del enemigo que así lo mandan
doña Espe y otros aburridos políticos ignorantes); pues muy bien
sea.
- Do you speak English?
-O yea. Aquí espiquea el
personal que se mata.
Para los que escribimos
y apoyamos ya nuestra ya larga vividura sobre esta hermosa lengua a
la que tanto ignoran los papanatas que la desconocen ello es una
afrenta.
A veces en el afán de
buscar la palabra exacta y expresarnos con la propiedad que los
conceptos de la vida merecen nos llueven varapalos de cursis y
rebuscados. Y yo les contesto que aprendan no sean burros que se den
un garbeo por el inmenso jardín del de la RAE con más de un millón
de vocablos, rosas del pénsil olvidado esperando la llegada de la
ática abeja que libe de sus corolas. [joder que cursi me ha salido
esto] Ya sé que esta lucha es un quijotesco torneo contra los
molinos de viento. No hay manera. Los escolares no saben quién es el
Cid.
CISNEROS, DESCATALOGADO
Descatalogaron a
Cisneros y con él el pensamiento de los Reyes Católicos. ¿Quién
es Nebrija, chaval? Ni pún. Nuestros libros de historia nos lo
escriben los ingleses y los norteamericanos. Nos han puesto una
albarda a los castizos, nos quitaron el pesebre y sólo nos queda
rebuznar. Hoy se tiene a gala escribir mal y si te esfuerzas por
borronear con propiedad que es tanto como decir adecuar la palabra
precisa a la cosa y al concepto te dicen que no se entiende. ¡Qué
palabros! Pero, lengua de Nebrija, cada día me gustas más. Y me
acontece lo que a Turguenev cuando venían mal dadas y veía
desmoronarse a su patria. Iván Turguenev se refugia en los atrios
sagrados del idioma de Pushkin.
Al castellano le pasa
otro tanto que a la ruso. Es una de las lenguas más bellas y con
mayor cargazón semántica del mundo pero los cultivadores del feísmo
los que quieren pensar en inglés y le pasa lo que a la burra del
gitano que sabe hablar pero no sabe pronunciar los zoilos de la
modernidad te echan los toros al corral. Asno grande ande o no ande y
cuanto más burro y de mayor alzada mejor el penco.
Es la erótica del horror
el repetir igual que loritos las frases hechas y los tópicos
convencionales o copiar a los grandes pues vivimos en la cultura de
la queja y del plagio y sienta jurisprudencia el tópico y la
repetición machacona de los consejos del nazista Goebbels. Una
mentira repetida mil veces se convierte en verdad. El que pretenda
salirse del carril palo. Luego están los blasfemos. Los delirantes,
los insultantes, los rencorosos y los reconcomidos, los rijosos, los
biliosos, los mendaces, los destripaterrones del periodismo, cargada
de bilis la melsa, que a todas horas nos tocan el acordeón.
¿Y con esta caterva
qué hacemos, Celedonio?
Pues, ponles la
collera, únceles a la muela y que muelan, Emeterio. Que muelan.
ORIGINALIDAD
Quien aspira a un cierto
grado de autonomía y de originalidad no es de los nuestros. Está
loco o es un borracho. Así que me refugio en el Casares de la misma
forma que Solzhenitsyn se atrincheró en las casamatas del Dal y
empezó a ametrallar a los lectores rusos con la gran lexicografía
de la lengua de Pushkin.
Las palabras no matan
pero llevan una carga de inteligencia y de precisión que irrita al
tirano. Lengua vieja el romance asediada y vilipendiada por la
revancha de los periféricos por el paleto catalán o los afiladores
gallegos o por la petulancia de los vascos. ¡País…..leonés! se
hizo reserva de las variantes dialectales y las diversas jerigonzas y
gaterías en las cuales coloquiamos los hispanos desde la edad media
han conseguido la categoría de idiomas. No importa que estas
vernáculas fueran coloquiales y que apenas cuente con una literatura
fiable. Han echado la instancia para ingresar en la ONU.
Mi experiencia de
filólogo me dice que cuando los políticos se meten en estos
negocios todos vamos a por lana y salimos trasquilados. El modo de
hablar de la gente no se puede imponer mediante decreto ni a través
de las páginas del Boletín Oficial del Estado. Eso me lo confesó
el bueno de Cela cuando en 1972 le hice una entrevista. La confusión
de Babel. Reinos de taifas. El ojo del amo engorda al caballo. Os
quiere a todos confundidos y divididos el gran hermano. Y para colmo
el problema de Eta y del terrorismo, consorte de la ignorancia, se
cierne sobre tales supuestos.
TERRORES PSICOLÓGICOS
Es peor el terrorismo
psicológico al que nos somete el mundo de la colocación, en
fraternidad universal con los verdugos sanguinarios. Sin embargo una
de las demostraciones más evidentes de que el que aguanta gana y
nuestra lengua aguanta y gana de la misma forma que aguantará y
ganará España. Queridos padres conscriptos y muñidores de
conflicto con los que engorda vuestro ojo de amos y de caballos, esto
no es Yugoslavia. Todavía está el gato en el tejado y la pelota en
el alero. Desde luego, lo que está ocurriendo entre nosotros viene
en razón a la importancia estrategia que tiene la Piel de Toro para
los dominadores globales: España es militarmente una trinchera y
geográficamente una tenaza. Pero esta llave de paso –cuidado- esta
piel de toro no es una corambre colgada de la percha del batán. Esta
nación es tarda a la ira y le lleva mucho tiempo despertar. Cuando
despierte, cuando se sacuda de su modorra España..
Los estragos puñeteros
de los ramblizos de la política – aquí todo se politiza- se
interfieren con los caminos verdaderos de la semántica y se produce
la gran confusión histórica. Y en tal tesitura pocos sabrán que la
palabra burro tiene un origen vasco. Lo mismo que corral y los
sufijos en arro (cacharro, guijarro, cachorro, pitorro etc)
según el gran Lapesa. Y si nos metemos en topónimos sería el
cuento de nunca acabar. Aranjuez y Aranzueque están en relación con
el vascuence aranz. La antigua Castilla para los vascongados
era aratoi o tierra de llanuras y así nombraban a
Valderaduey. Los lugares que se llaman Egea como por ejemplo Egea de
los Caballeros no era sino echea (casa). Javier es Echeverri
(casa nueva)) y Javierre (Huesca). Lascuerre (lats corri= arroyo
rojo). Estrabón da noticia del vascongado al que adjudica una raíz
de los pueblos celtíberos que hablaban muchas lenguas. En el poso de
los siglos se decantaron algunos de los términos de aquellos
hablantes nuestros prerromanos que pronunciaban la r sonora como en
rorro, corro, ronzal, riestra, rasca, carro, perro. Una pronunciación
fuerte como las j y las ñ. La fonética vasca se impuso en el
castellano (tojo, sarna, nava, breña, páramo y Prámaro, gándara o
pedregal, braga y brega, izquierdo, urraca).
COPULABAN CON LA CABRA
Queda la cuestión de la
romanización. Algunos historiadores infieren que Vasconia no fue
nunca romanizada. A mí me parece falso este supuesto. Fue romanizada
y era una provincia del limes cántabro donde operaba desde Asturica
la Legio VII, también denominada Victrix. Y Bilbao era un
puerto secundario sucursal de la Gijón romana. Marcial era de
Bilbao. Dicen los vascos que una pena que Cristo no fuera bilbaíno
pero Marcial el mayor poeta del Bajo Imperio cuando estaba viendo los
juegos del circo añoraba ya el vino de las Siete Calles, su patria.
Los vascones, vacceos y várdulos alaveses mascaron el polvo de los
lábaros imperiales. Porque ya entonces tabernas no faltaban. El
latín tenía lo menos quince vocablos para designar a los garitos:
cauponae, vinarias, popinas, tabernas, etc.
La sumisión fue desde
luego trabajosa y los naturales de aquel país conservaron sus
lenguas y costumbres algunas de ellas muy a lo burro. Por ejemplo, el
Código Calixtino aconseja a los peregrinos jacobeos que eviten estas
provincias donde las gentes observan tradiciones poco civilizadas
como por ejemplo el bestialismo. Por lo visto a los iñaquis de
entonces les gustaba darles leña al mono y copular con sus animales
domésticos. Se tiraban a la cabra, a la burra y a la vaca de su
establo. Y aceptaron a regañadientes el cristianismo renunciando con
dificultad a su sincretismo pagano. Estaban un poco salvajes la
verdad. Prudencio se queja de que le mataron a un diácono de una
pedrada cuando iba anunciarles la buena Nueva y bautizarles. Parece
ser que la trabajosa cristianización de aquel pueblo se hizo desde
Calahorra que era donde estaban los castra romanos. El Padre Mariana,
que era algo antisemita, vierte sobre los vacceos y la verdad es que
fueron los primeros habitantes de Cuniculandia o Hispania que quiere
decir span (tierra de conejos) y extendieron su dominio hasta Ilturgi
en Granada, y vaccea o vasca fue por ejemplo Numancia, criterios
peyorativos: “los vascos son ferocísimos, orgullosos e
independientes, porque son de linaje hebreo”. Ya está el gato en
la talega en la tierra de los conejos y las liebres. ¡Anda la osa!
Resulta que todos aquí en esto venimos de Israel y somos los judíos
del Oeste. Sefarad.
¡Cuánto me
enorgullece esa ascendencia, Emeterio: pertenecer al pueblo elegido.
No iba descaminado
Mariana, Cele, porque la Biblia hablaba de que el rey Salomón
cobraba pechas en Tarsis a los fenicios. Y Tarsis era de Cádiz.
¡Andá! Así que
los españoles somos de origen judío.
Un setenta por
cierto.
Pero unos más que
otros.
Por supuesto.
Lo que no casa en
esta historia son los prejuicios del Calixtino contra los montaraces
euskaldunes de aquellos tiempos. Si hay un pueblo civilizado que
aborrezca la fornicación y el bestialismo es el pueblo hebreo.
Moisés tuvo que
predicar los suyo para ponerlos en buen camino y apartarles de las
costumbres paganas, de los sacerdotes de Baal y del Becerro de Oro.
La verdad es que la
filología científica desmiente a Mariana. No se encuentran
relaciones terminológicas del hebreo con el vascuence y sí con el
indoeuropeo y el de los beréberes que se parecen a los vascos
físicamente. También ahora ha salido un profesor de Oxford diciendo
que los ingleses descienden de los vascongados. No se sabe. Pero al
menos en el País de Gales y en algunas zonas de Irlanda con residuos
étnicos iberos (tipos morenos, con el pelo crespo y buen talle)
puede ser. Todas estas hipótesis contribuyen a hacer más complicado
el laberinto español. Estamos al cabo de tantos siglos pagando el
alajor de la historia. Los gallegos quieren ser celtas e invocan la
redola y la cruz gamada. Los catalanes lemosines o descendientes
directos de la lengua de Oz. Designios bíblicos. España no es un
país como otro cualquiera. Más que un país parece una bomba de
relojería.
La serpiente caducea,
por ejemplo, emblema del separatismo estaba esculpida en la columna
dedicada al dios Iamconquian el dios vasco por antomasia y que fue
encontrada en Córdoba en 1635.
El Camino de Santiago los
evitaba dando un rodeo por La Rioja a las encartaciones de estas
gentes tan hostiles y rabiscas y se bifurcaba luego en León en dos
ramales. El de Asturias que fue la provincia más romanizada de la
península y ese peso se nota aún en la historia y el otro hacia
Galaecia o pequeñas Galias.
Todos ellos, las palabras
que digo, son vasquísimos y los vascos no pronunciaban la f
labiodental latina que convierten en h y de ahí farina dio
harina y phormosa (hermosa). El vascuence desconoce la f.
Y existe como en castellano la oposición r y rr.
Pero es pospositivo y no declinativo. Además nunca estuvo unificado
y ha sido homologado a la fuerza en sus diversas modalidades de
labortano, guipuzcoano y suletino, la variante del valle del Roncal y
otros tantos dialectos navarros. Su primer texto escrito data de
1545, una coplas que escribió un cura erotómano el P. Dechepare. Y
su primera gramática El Imposible Vencido: arte de la lengua del
jesuita Larramendi es de 1729. Aunque su literatura es muy pobre pues
el peso de la historia es llevado por los rapsodas y versolaris de
tradición oral que recitan por las aldeas las kopla zarrak
(versos viejos) toda lengua es un tesoro que hay que conservar y en
las escuelas y universidades debiera promocionarse el estudio de este
peculiar idioma único en el mundo conectado con los beréberes, con
los celtas y con las antiguas lenguas del Caúcaso.
LAS LENGUAS SON
APOLÍTICAS
Las lenguas son
apolíticas. Entre ellas no hay separatismos. Sólo mestizajes y
parentescos. Entristecen, pues, todas esas historias del RH del que
se pavonea Arzalluz alusivas a una superioridad racial de los
euskaldunes sobre los demás, etnias. Jactancias nazis. Está visto
que no hay pueblos mejores ni peores que otros. Pero nosotros que no
queremos meternos en política hemos de manifestar que nos gustaron
de siempre las canciones vascas: aquellos zarzicos que nos enseñaron
los PP. Jesuitas como el ago guiztian o el amate bi rai
zazu etc. Toda lengua es una riqueza. En eso estamos con Unamuno
que hablaba y conocía el vasco mejor que nadie. Lo mismo que el
castellano. Si viviera ahora los aberztales le parecían algo
insólito, esperpéntico, lo más antivasco que se pueda dar. Y por
su culpa menudo zurriburri el que aquí se puede preparar,
Prevascuences son las
terminaciones en briga = baluarte. Así Segobriga que sería el
baluarte de la victoria pues sego es victoria. Con dos
fótmulas: el prefijo celta y el latino. Así que sego-via o camino
Mi pueblo quiere decir Segovia camino de la victoria. El nombre de
mi pueblo me entusiasma.Y victoriosas serían por esas mismas Segorbe
Sagunto y Sigüenza o Segontia. Parece ser que es un prefijo
indoeuropeo pues el ruso la conserva en la palabra segodnia
(hoy) con otra acepción En filología no excité el separatismo, la
trabazón y la unidad y según eso lo vasco no viene de vénganos ni
los iñaquis los trajo la cigüeña desde Paris. Se trata a decir
verdad de los españoles más genuinos. Sabino Arana era un
iluminado como De Juana Chaos. Los dos están locos. Un nacionalismo
de terruño y de campanario hizo que a estos dos personajes se les
volvieran los sesos agua.
AMENAZAS EXTERIORES DEL
PODER OCULTO
Aunque sigo pensando que
pese a todas estas cosas el castellano minado por amenazas exteriores
e interiores como las de esos políticos tan nefastos como doña
Esperanza Aguirre que quiere hacer de Madrid una ciudad angloparlante
– en las escuelas más horas al inglés que al español- goza de
buena salud. El gran peligro y lo que puede hacer periclitar la idea
de España es el alud inmigratorio. Llegan en verdaderas hordas
cantidad y diversidad de gentes como nunca se conoció. Y en los
autobuses capitalinos al menos yo escucho todas las lenguas del mundo
menos el castellano. Y ni las autoridades ni los propios recién
llegados salvo los latinoamericanos hacen gran cosa por la
integración o asimilación, cosa que no ocurre en Gran Bretaña y
nada se diga de los USA que en esto del idioma son inexorables y más
absorbentes que una aspiradora.
Eso me aterra un poco.
Estas invasiones calladas a las que llamamos eufemísticamente
movimientos migratorios pueden acabar con todos nosotros.
Aniquilarnos como pueblo en nuestro propio suelo. Ellos son más
fecundos y sus mujeres paren constantemente. Ahí está el busilis.
La horda nos desborda pero ya digo que lo nuestro es la filología y
esta ciencia puede demostrar que el independentismo vasco – y
también a los vascos se los tragará la trampa de seguir el alud de
etnias sobre nosotros y las vascas tomando la píldora o ligándose
las trompas- es un absurdo contra natura.
Esa es la tesis que
expuso en un brillante trabajo el profesor Manuel Asensio después de
estudiar la Crónica Silense y las glosas Emilianenses. Ambos
textos se encuentran en posesión de los ingleses. Las conclusiones
de este ensayo paleográfico de ambos libros preliterarios determinan
que nuestra lengua romance, aunque derive del latín, tiene un alto
componente eusquera.
EL MARAVILLOSO BABLE
Los cultos en el periodo
visigótico gustaban de expresarse en latín pero el pueblo llano lo
hacía en el rusticus sermo. Y a la gente se le escapaban
vasquismos como chorro y gorra o vocablos provenientes del alto
alemán: guardia (ward) y guerra (war). Los textos en
cuestión datan del siglo X y son anotaciones marginales a sermones
redactados en latín La Glosa silense es un penitencial. Su origen un
monasterio de Álava. El copista indolente o algo ignaro hace estas
anotaciones el margen en el dialecto vasco-aragonés que le resulta
más familiar.
Habrían de pasar dos
siglos antes de que el castellano hiciese su acto de aparición en la
historia con el poema del Mío Cid lo que no deja de ser algo
elocuente puesto que nos hallamos en el milenario de Rodrigo Díaz de
vivar. La sonoridad y la marcialidad la heredado el español del
vascuence que tiene casi la misma fonética. Los primeros viajeros
hacen observaciones sobre este carácter marcial del viejo romance:
“illorum lingua resonat quasi tympano tuba” (la lengua de
los hispanos suena como un clarinazo). Poseía un dinamismo que le
hizo superar los grados de evolución de otras lenguas ibéricas.
Su fragua fue la j
la ñ la ll y la ch. Estas dos últimas letras
han sucumbido a los imperativos cibernéticos de los nuevos
diccionarios pero nuestra querida ñ que es tan vasca como la
ch se mantiene. Hay extrañas fuerzas misteriosas que parecen
querer capar al román paladino de su atávica sonoridad. La
labiodental l se convierte en ll en los albores del
siglo XI y posteriormente deviene en j. Así.: mulier,
conellus, filius devienen muller, coello, fillo y el
grado siguiente es la transformación en j a la que los asturianos en
su bable no acceden al tercer estadio de evolución dicen que
trajeron los moros pero que es absolutamente vasca. La l pasa
a ll por la regla de la umläut o evolución. Lar da
llar y losa da llosa, lagar, llagar y así sucesivamente.
El bable es un viejo
castellano sin evolucionar de raigambre vasco-mozárabe. Pero el
problema en la vieja fabla romance es sistematizar. Se habla, al
igual que el vasco, una lengua forzada, pues hay un vasco en cada
bable. Los de Tineo, verbigracia, dicen “tsuna” para nombrar a la
luna y los de Llanes “lluna”. Y por ultimo la ñ fue una
aportación vascongada a la lengua de Mío Cid. Nada más
vasco que chistu y que Iñaqui, pues. He aquí algunos elementos
claves para el estudio de un enigma y para adentrarnos en el
laberinto español. Y nos ocurrirá lo del gaitero que fue a Salamir,
bonito lugar de la costa cantabra, a tocar “pues no tenía donde
ir” pero añade la conseja que luego el buen paisanín “no sabía
cómo salir”
domingo, 04 de marzo de
2007