SANTA
ROGELIA LA MEJOR NOVELA DE PALACIO VALDÉS
Bajo
la tenobia del hórreo al pie de la escalera junto a un pegoyo encontré un baúl
repleto de libros del baúl de la abuela he dado con la mejor novela a mi juicio
de Palacio Valdés "Santa Rogelia" un verdadero tour de force en el
cual resplandecen las habilidades narrativas y descriptivas de este asturiano
que fue un autentico genio de la novela española minusvalorado y que rechazan
los lúgubres e ignorantes con la etiqueta de "carca". Don Armando no
era un escritor de derechas tampoco de izquierdas. Pertenece a la estirpe de
los Zola, los Stendhal, Chejov, Dosyoyevski, Goethe que lanzan el espejo a la
vera del camino y ven pasar la vida tal y como es. Sinfonía Pastoral encierra
tres claves: la asturiana, Madrid y el penal del Acho en Ceuta tres variables incontrovertibles
casi inauditas pero que el numen narrativa del lavianego sabe manejar a modo. Trazando
un retablo de personajes a los que da vida en la novela: Rogelia la bella
muchacha asturiana huérfana que tiene la desgracia de caer en las manos de un
monstruo el minero Máximo que la maltrata (violencia de genero) hay celos, un
asesinato y la muerte de un guardia civil al que da muerte en la huida. Es condenado
por la audiencia de Oviedo a cadena perpetua. Rogelia a quien pretenden los
mozos más gallasperos del valle tras el internamiento de Máximo conoce y se
enamora del doctor Vilches. ¿Adulterio? No es la fuerza del amor y de la
naturaleza pero este sentimiento de culpa va a ser el ele de marcha al rededor
del cual gire todo el argumento. Sórdidas pasiones ocurren en medio de un
paisaje idílico del valle del Nalón cuyas aguas bajan turbias al cabo de la revolución
industrial. En lo social están los de arriba los que comen borona y los que no
se conforman con la escanda y apetecen los mejores bocados de las beldades
aldeanas como don Enrique Sanfrechoso el hidalgo montado en su jaca torda,
presente en todas las fiestas requebrando a solteras y casadas. Este carcamal
se pavoneaba de haber preñado a diestro y siniestro llenando varios concejos de hijos naturales. Con
su acostumbrada rechifla ovetense Palacio denomina a este personaje Don Enrique el eterno masculino. El argumento
discurre por lugares tan pintorescos como la iglesia de Sama, la cárcel de
Laviana, el chigre de Fructuoso, la borona de la masera, Marciala la tendera,
la romería de la Virgen del Carmen etc. El convento de Valdedios. La dulzura de
Rogelia se opone a la brutalidad de Máximo que se mitiga con el amor de Vilches
el medico madrileño. De esta relación nace un guaje: Joselín. Rogelia y
Fernando, temiendo las habladurías, deciden abandonar Asturias para instalarse
en Madrid luego en Paris. Viven en la calle de la Magdalena en el palacio del
marqués de Perales. Allí va a experimentar la protagonista una crisis mística
tras su amistad con sor Cristobalina la hija del marqués profesa en la
carmelitas descalzas de Salamanca que es enviada a Madrid para morir. En esta monjita
don Armando hace la apología de Santa Teresita del Niño Jesús que introduce en
la mística católica una nueva forma de espiritualidad la de la pequeñez y la
escalera espiritual. La monjita muere consumativa en sus brazos y Rogelia, quien, iluminada por
una luz divina que le descubre las faltas de un más que dudoso amancebamiento,
decide lavar su culpa marchando a Ceuta para ir al encuentro con su marido
condenado a cadena perpetua. Su estancia allá es una cadena de sufrimientos,
abusos e intentos de violación por parte del teniente Soler que trata de
seducirla sin éxito. En el Acho sin embargo va a contar con el respaldo y
admiración del tío Zenón un cabo de vara que cumple cadena por haber dado muerte
a un vecino a causa de una herencia. La trama es de una vivencia exquisita. Únicamente
el buen hacer de este autor puede desatar los nudos argumentales tan
complicados en los cuales un narrador poco profano no saldría de atascos pero
ya digo la novela es un tour de force. Coges el libro y no se te cae de las
manos hasta que lo termines. Me ha costado releerlo un día entero y la mitad de
una noche. Hay una dura critica a la aristocracia porque el marqués es un sádico
y corrupto que requiere los servicios de prostitutas de la Ballesta para ser
azotado (al marques le va la marcha) y su inocente hija la monjita dice que el crápula
es un hombre piadoso, que guarda el ayuno cuaresmal y se flagela las espaldas
con disciplinas... Otra clase de disciplinas y otros látigos y cilicios son los
que practica su señoría. Mantiene el autor ideas propias sobre las devociones particulares
y el misticismo de pacotilla, las historias del antiguo testamento, los
borbones que han sido nefastos para el país España les debe tres guerras
civiles. sobre los sátiros como Sanfrechoso y la necesidad de liberar y
dignificar a la mujer manteniéndolas a raya de esos machos alfa que tanto
abundan. Sobre la tonada asturiana que se escucha en el valle todas las tardes
cuando regresan los aldeanos de la labor. Del libro es un friso de aquel mundo
del siglo XIX descrito con el poderío de una gran pluma como la de este tremendo
escritor nacido en Laviana recriado en Avilés ─Sabugo tente firme ─ estudiante
en Oviedo que se hizo escritor de fama en Madrid. Cuando se le murió la esposa
(Demetria y Rogelia animan las vivencias de aquel amor que tuvo en su juventud
en ambos personajes cantan las bondades de las dueñas astures en quienes
resalta su fortaleza y su ternura) dejó de acudir al Principado y se compró una
casa de veraneo en las Landas. Sus novelas nos hacen gozar y sufrir y nos
animan a ser mejores aun cuando jamás de su pluma se vierten cantidades de
moralina al uso un defecto en el cual cae por ejemplo Galdós al que se le el
plumero de sus ideas. Palacio Valdés no. Es de esos escritores no contaminados
que pasean el espejo a lo largo del camino.