REGRESARON LAS BECADAS notas de mi diario
Llevamos dos días escuchando el grito alborozado de
bandos de becadas. Las zancudas regresan de África metiendo mucha bulla que por
eso las llamamos grullas en esta parte del mundo. Sus voces estridentes cuando
posan en el encinar de las antiguas eras detrás del castillo anuncian la
primavera y la vida sigue. Un moral al borde del camino de mis paseos
Presenta tiernos retoños de color azul. Engoldan los castaños pilongos y vi a dos perros enguilados esto es haciendo el amor si puede decirse junto a la trocha de mis desvaríos. Procreaban con furor. La vida no es un silogismo, no hay lógica pero la Naturaleza gira a piñón fijo al ritmo de las estaciones. Vuelvo a mi tronera y abro el cuarterón del sotabanco para que el viento refresque mis ideas. El ángel de la duda viene a visitarme las noches de plenilunio y me desvelo al pensar con tristeza en mis recuerdos que me deparan dolor. Es el estigma de los pensadores. Mejor no saber, no enterarse.
Sin embargo,
desde el éter nos bombardean con crepitantes noticias el gran incendio de
valencia, un edificio de veinte pisos ardiendo como una tea, la corrupción y el
ambiente político que también arde, los macarras, los porteros de noche, los puticlubs,
los pelotazos. Quiero olvidarlos. La vida es otra cosa. Nos lo dicen las
becadas chillonas volando hacia el norte y las cigüeñas aposentándose en las
torres de las iglesias como todos los años. Y estando en estas razones, se nos
va febrerillo loco de este año 24 bisiesto. Nieva y brama el viento del norte
lunes, 26 de febrero de 2024