SE LLAMABA MANOLO UNO DE LOS ÚLTIMOS LIBROS DE TOMÁS SALVADOR
Manolo dos con leche y uno solo “Les presento a Manolo”, este libro proyecta la imagen de los últimos años del franquismo que fueron los mejores: la automoción, el seiscientos, la televisión blanco y negro dos canales, el pluriempleo, la minifalda, las suecas, los vaqueros, la mantequilla del último tango en Paris que los catalanes que estaban cerca se desplazaban para ver a Marlon Brando haciendo el amor a la Schneider sexo real jodiendo en la bañera y luego venían y lo contaban en el café. ¿Y lo de la mantequillas? Je. Je. Una guarrada pero muy rica. Estabamos un poco salidos todos por aquel entonces,
“Manolo dos con leche y uno solo” son crónicas al desgaire plagadas de humor, donaire y desenfado que representan el epílogo de un régimen que tuvo su punto álgido en los últimos años; para un tiempo en que Cataluña era muy española y nadie había prohibido su idioma y no mandaban los separatistas.
Salvador un castellano de Palencia trasterrado a esa Barcelona que era por entonces archivo de la cortesía y del buen vivir muestras sus habilidades para la esgrima literaria. Dicha versatilidad es privativa sólo de un genio como él.
Era sobresaliente en espadas de todos las suertes. Lo mismo le daba la novela histórica que la ciencia ficción, el “thriller” o los grandes relatos psicológicos - acciones bélicas, las penalidades de la penitenciaría del Hacho- como son Cuerda de Presos y División 250 sobre sus experiencias en la División Azul. Hay que resultar su profecía a la vista de Nóvgorod nevado detrás del lago Ilmen: Rusia un día resucitarás. Dicho oráculo no consigue la aprobación del sanedrín oculto que rige nuestros destinos.
Por eso Tomás Salvador el divino sordo de Astudillo es un literato preterido. Sus obras están en el índice “democrático”.
Como él hay miles y miles de autores españoles esperando el santo advenimiento. España está llena de Manolos y de manolas. Ganaron unos pero los vencidos llegaron en revancha y echaron a los que en la contienda de liberación salieron victoriosos. Mucho han sido a la condición de “no person”. existen fisicamente pero no politicamente.
Emmanuel no es más que el término aglutinante hebreo equivalente a Dios con nosotros. Esperemos que pronto Jehová deshaga el entuerto. ¿No es El el Maestro de Justicia?