2025-11-06

 

ue mi prefecto de estudios y a él le debo el amor a la SRI y al latin, la teología y la filocalía. Sin belleza y misterio no hay cristianismo

 





DIMOS TIERRA AL DEÁN DE COMPOSTELA

 

Cargado de años y de virtudes y sufrimientos sufrió persecución por la justicia bajó al sepulcro en el claustro de la catedral de Mondoñedo entre paletadas de tierra sordas y los ecos del  dulce canto de la Salve Regina que en la tarde de verano subían al cielo. 

Creo haber sido el único de aquella pléyade de seminaristas a los cuales formó para el sacerdocio en el seminario de Segovia por don José María Díaz (1930-2025) que asistió a su sepelio y mucho me honro de eso. 

Lo considero como un aviso y un carisma y un premio o tal vez un privilegio por haberle defendido a mi viejo prefecto contra los malsines de horda ─ hay que distinguir entre amigos, amigotes y amiguiños, decía,- tratándonos de disuadir de la peste de lo que llamábamos amistades particulares, el encierro, las hormonas sobresaltadas, el amor místico trocado en amor carnal hacía que algunos educandos se enamorasen del compañero, aunque sepan cuantos los que quieren atacar a la iglesia por el sexto mandamiento que nuestra fe es algo sublime y no un problema de bragueta. 

Satanás enreda lo suyo y nos están confundiendo porque también el Evangelio y la casulla con que arroparon el féretro es una dádiva del Cielo.

 Y a mí me ocurren a veces cosas inexplicables ¿Cómo me enteré yo de la muerte de mi querido prefecto? No podía dormir, abrí internet y supe la noticia. 

Al día siguiente mi mujer y yo conducimos a lo largo de los trescientos km que separaban nuestra casa de Mondoñedo y allí subimos entre montes pinariegos como música de fondo el oleaje de la mar rizada de Vegadeo. 

Conté tres obispos, cincuenta presbíteros y tres diáconos oficiando la misa de Réquiem. 

El predicador del panegírico se fue por las ramas y no hizo referencia ninguna a los sufrimientos y desdichas que trajo aparejado el robo del famoso incunable escrito por un papa el siglo XII que milagrosamente apareció intacto. Un verdadero milagro. A causa del robo fue difamado y destituido de su canonjía como deán y archivero de la catedral compostelana.

─Antonio ─me dijo en una carta─ estuve a la muerte a causa de este sufrimiento.

Los que conocíamos a don José María sabíamos que era un genio, un sabio y un santo a su manera. 

Podía lucir la mejor sotana de cachemir pero luego iba por todo el seminario en zapatillas. El desaliño exterior y su mirada de genio contrastaba con el aseo y pulcritud de su mente.

 Tenía una memoria prodigiosa, conocía como nadie la historia de la iglesia en sus triunfos y en sus fracasos en sus virtudes y en sus mermas.

 Recuerdo una de sus conferencias en la iglesia del seminario mayor que, imbuido de dotes proféticas, anunció la gran desbandada y la crisis producida por el aggiornamiento. Efectivamente los seminarios quedaron vacíos. 

Veía el Vaticano II y las innovaciones conciliares como un signo de la crisis eclesial pero él que conocía bien la historia decía que la nave de Pedro zarandeada por la borrasca seguiría incólume su singladura a través de los tiempos. 

Los hechos parecen haberle dado la razón a este presbítero asturiano de Coaña por parte de madre y segoviano de Coca por su abuelo paterno. 

Sus exequias ya digo han sido multitudinarias y triunfales. Nunca vimos tanto cura y tanto obispo oficiando una misa de réquiem. Repicaban las campanas de gloria. 

En  la ceremonia del portapaz yo fui a dar la paz a un sobrino suyo que era clavadito a él rubio, alto, bien construido y posteriormente a su hermano menor también sacerdote al cual vi hace muchos años portar por la Escuela de Periodismo de la Iglesia la que estaba en el edificio León XIII. 

Fue una tarde alegre. Las campanas de la sede mindoniense repicaban a gloria. El toque no me pareció de clamor. Justus ut palma florebit (el justo florecerá como la palma) y en una de las capillas otro milagro  me encontré con una talla de una Virgen inglesa que trajeron los españoles de la Armada Invencible.

 Ese cromo lo tengo yo en mi escritorio para pedir por mi hija inglesa a la cual apenas he visto desde hace más de cincuenta años. !Ah Dios mío cuanta belleza tiene el catolicismo por más que muchos lo tengamos olvidado! Credo. Cruz. Caridad. Carisma. De eso es lo que se trata. Ayer subió al cielo un sacerdote gallego que fue mártir de la causa.

 

 13 DE ABRIL. SAN HERMENEGILDO. HAY QUE APRENDERSE LA LISTA DE LOS REYES GODOS


San Hermengildo. Me aprendo la lista de los reyes godos y está vacío el trono de los Reyes Católicos. Vuelvo con añoranza a los pupitres de mi infancia y visualizo aquel cuadro olvidado de mi libro de historia y a san Hermenegildo alargando mansamente su cuello a la toza para ser decapitado por el verdugo Sisberto. Entonces creíamos que fue mandado asesinar por su padre Leovigildo que era un buen rey, por someter a los vascos y a los godos de Septimania, pero acérrimo en sus convicciones arrianas. Hermenegildo gobernador de Sevilla se negó a recibir la comunión de un obispo godo la noche de Pascua. Murió mártir católico. San Isidoro, en cambio por presiones del poder, tacha a Hermenegildo de rebelde, Juan Bricelano le llama miserable y Gregorio de Tours “mal hijo”. Sólo el papa le hace una eulogía en la proclamación de las actas de su martirio. Es san Gregorio Magno.

Fue canonizado Hermengildo por Sixto IV, el de la capilla sixtina, con mil años de retraso. Felipe II le proclama abogado de la monarquía española. Habrá entonces que distinguir el Hermenegildo mito del Hermenegildo de carne y hueso.

A los hagiógrafos puede que se les fuera la mano al pintar con tan vivos colores a este santo. Los hispano romanos estaban divididos por la religión: arrianos bizantinos y católicos de la Cátedra de Pewdro. ¿Qué diferenciaba al arrianismo una oscura herejía de origen alejandrino y de la que se sabe bastante poco pero que abrazaron los godos al renunciar al paganismo y a la religión de Wotan y Thor?

Ambas creencias eran trinitarias y eucarísticas. Los unos prestaban pleitesía espiritual al patriarca de Alejandría y al de Constantinopla, los otros al obispo de Roma. Detrás de estas diferencias late una lucha por el poder y la hegemonía. Leovigildo un hombre practico buscaba la unidad de las creencias vasalláticas. Lo encontró en el arrianismo. Sin embargo en ca el herrero cuchillo de palo que dicen por mi lugar. Su corte tolerada era una avispero de rencillas por incompatibilidad de caracteres entre su segunda mujer Gosvinda que no podía ver a su nuera Inunda, esposa de Hermenegildo.

El rey de godos que hasta entonces había sido elegido por el pueblo declara la monarquía hereditaria en la persona de su hijo Leovigildo al que envía a Sevilla como “comes”. Las rencillas no existían sólo entre la suegra y la nuera sino que también minaban las relaciones entre Recaredo y su hermano Hermenegildo. Quien en Hispalis proclama la independencia. Su padre Leovigildo acude con un ejército que cerca la ciudad. El sublevado se rinde y es llevado preso mediante halagos a Tarragona. En un capitel historiador de Oseto (Alcalá de Guadaira) se encuentra una referencia histórica que da noticia de las luchas entre Hermenegildo y su padre. La historia que resta es de todos conocidos.

A la muerte de san Hermenegildo el 13 de abril de 586 es ungido rey su hermano Recaredo quien abjura públicamente del arrianismo y abraza el catolicismo como la religión oficial del país. A Recaredo nadie le pidió cuentas por la muerte de su hermano. Este rey que luego fue cruel y algo inhumano no tuvo un Cid ni un juramento de Santa Gadea. La adopción del catolicismo no fue una garantía de unidad de los escindidos visigodos.

Desde entonces se achaca al morbo visigótico (la envidia) los males de España que son el banderismo y la desunión. A aquella monarquía le quedaba no más de un siglo de vida desde Recaredo hasta don Rodrigo el felón, desde 586 hasta el 711 cuando el moro entra en España.

Entre medias reinaron los siguientes: Liuva II, Viterico, Gundemaro, Sisebuto (el que echó a los judíos), Recaredo II, Swintila, Sisenando, Chintila, Tulga, Chindasvinto, Recesvinto, Wamba, Ervigio, Egica, Witiza, Don Rodrigo que murió en Viseo, en Portugal, devorado por una serpiente por do más pecado había ya le roen, ya le roen, y enterrado vivo. La historia hizo justicia. Aprendan la lección los felones. Porque esta suerte la pueden corer algunos de los que hoy están en candelero