2021-10-24

 8 SIGLOS DE FRANCISCANOS

 

En octubre de 1221 al cabo de una cuaresma en los Abruccios san Francisco de Asís presentó al papa Gregorio IX la regla de la orden franciscana. En san Juan de Letrán se llevaron las manos a la cabeza. La nueva orden se fundamentaba por los principios evangélicos de amor, pobreza y respeto a la naturaleza. La sabiduría del mundo rechazaba por utópicas y esotéricas aquellas propuestas. Nada es realizable sin un montón de dinero y dineros y más dineros siempre reclama la Iglesia.

El pobrecito de Asis había tenido una visión, escuchó una voz que le dijo Francisco reedifica mi iglesia.

Manos a la obra se puso, tomó la paleta la escuadra y la plomada; el antiguo juglar que cantaba bajo el balcón de las damas  se hizo albañil. Tenía que volver a levantar los muros de la iglesia de san Damián que estaba en ruinas y arrimar material. Empero el mensaje no era físico sino espiritual lo que el Señor deseaba era algo más profundo el regreso al Evangelio. El fuego del espíritu consumía a este gallaspero joven de una de las ciudades más bonitas del mundo hijo de Bernardone el comerciante de paños y sedas. Su alma tenía el candor de los lirios del campo, era un loco de Cristo, un vagabundo sin leyes ni reglas, impolítico.

Vestidos de estameña los del habito pardo el color de los pobres en la edad media,, descalzos, viviendo en chozas en lugar de celdas y cobertizos, mandó a sus frailes a ir por el mundo a la buena de Dios, a la aventura. No llevéis, saco ni bolsa ni busaca ni pera, dormid al raso bajo las estrellas. Mirad los lirios del campo vestidos de gala; no laboran ni se afanan sin embargo Salomón en toda su sabiduría pudo vestir sus galas. 

Vuestra esposa es la Hermana Pobreza, cabalgad en borricos como Yo cuando hice la entrada en Jerusalén. Un asno es parte de vuestra hacienda. Sois parientes de la Hermana Canción, la Hermana Tristeza. El hermano  sol, la hermana Luna y la hermana muerte No preocuparos por qué comeréis y qué beberéis. El povrello de Asisi que se denominaba a sí mismo la Gallina Negra pues era feo y esmirriado muy poquita cosa tomó la palabras de Xto al pie de la letra. Por ello fue el escándalo de la curia. Estas chiflado, un poco majareta. Un cardenal le rechazó las constituciones de la Regla franciscana. El santo hubo de redactarlas varias veces.

 Dios sin embargo se hizo otras cuentas y la orden fundada por aquel ministril en su juventud siempre de rondalla cantando lais en los castillos para que rieran y bailaran las damas el hijo del Bernardone se multiplicaría como las arenas del mar. Fue la primera orden misionera primero en Africa procuró el acercamiento al Islam y en tal empeño culminó en logros y fracasos. Hubo muchos de la orden seráfica martirizados en Marruecos y en TIERRA SANTA. Y de Palestina trajo el tracoma que le dejó ciego y causó su muerte a los treinta y tres años. Quiso en todo ser igual que el Maestro incluso su enjuto cuerpo quedó reverberado con las Cinco Llagas de la Pasión

 Pero sobre todo estuvieron encargados de la evangelización de las Americas después del fracaso de los jerónimos y los dominicos. Con ellos México se bautizó y el Evangelio llegó desde la Patagonia al Río Grande, California y Vermont. El padre eterno cumplió su palabra. Siempre viene en apoyo del pobre, del rechazado, del underdog y del leproso. Este asunto forma parte del inextricable misterio trinitario.

 Ocho siglos atrás un joven italiano algo inconsciente y calavera captó el mensaje recogió el guante y reconstruyó la iglesia en peligro por la simonía, las indulgencias, el feudalismo, las cruzadas, las pandemias. Pontificaba Inocencio III quien por cierto murió de la peste bubónica. Por desgracia esa iglesia refundada por Francisco parece ahora sumida en proceso de demolición. Nunca ocurrirá. Confiemos en Dios.

 

Sunday, October 24, 2021 

CONSIDERACIONES SOBRE SAN FRUTOS EN SU TEBAIDA

 ERA SAN FRUTOS Y EL SOGUILLAS SEGUÍA CON AQUELLOS PELOS

 

Madre de Dios, pensaba Soguillas, y yo con estos pelos: sumido en la barahúnda de los acontecimientos, metido en su  hasta donde llegaban voces del exterior desde la galena de onda corta bajo la imagen del divino Frutos que había pegado al techo después de recortarla de un periódico. Sus barbas, su calva y la cachava con la que hendió la peña y se libró de sus perseguidores eran para el viejo latino una expresión calcada del salmo protector en el introito de las misas de antes el judica me deus et discerne causam de gente non sancta et lingua dolosa erue me.

Estaba en su refugio agazapado en conexión con el mundo a través de interruptores pero sin estar en él emisoras lejanas cruzando el éter portando en sus alas las mariposas de la verdad y de la mentira cuidado con las crisálidas tratar con respeto a los gusanos. Por todo ello empero sus dificultades e incomprensiones del desamor sentía Soguillas el deseo de darle gracias a Dios de bruces contra la impavidez inexorable de su PC su cuaderno de bitacora era la condena de Tántalo mensajero de los dias iguales porque siempre era lo mismo una deidad siniestra mandaba en los acontecimientos. San Frutos fue un varón de virtudes no lo negamos pero su candidez repugna a las personificaciones y sofismas de los tiempos en que estamos.  Ni el jericense de Segorbe ni el segoviano arévaco y pagano que dio en malvado son dignos de un santo tutelar de tal calibre. Mandemos al mancebo de botica de Cantimpalos en vez de chorizo nos proporciones tres cuartillos de aceite ricino para purgarnos.

Se lamía las heridas en aquella cueva que era a la vez que locutorio biblioteca fumadero y mingitorio el sillico siempre a mano para exonerar sus aflicciones de próstata. Soguillas era un morabito a la moderna. Los padres del desierto gozaban de la facultad de retirarse del mundo hoy eso no es posible debido a los vuelos espaciales la telefonía móvil las redes sociales que atrapan el ojo y la oreja en una palabra la digitalización lo total de los tiempos mesiánicos. Las esquinas liberticidas vigilaban y san Frutos el pobre poco podía hacer con su cayado. Ya no ocurren milagros todo el día ni es verosímil pegar un palo a la roca y tajar la montaña los buenos acá los malos allá. Eso ya no es posible dentro de este caos, nos hallamos bajo el cráter del volcán sumidos en totum revolutum todos con el pescuezo atrapado en la ratonera de la burbuja mediática. Hemos de besar el látigo