2022-07-27
OJIMIEL CONTRA LA PESTE
El
morbo está por doquier
velocidad
del rayo se propaga
sufre
la humanidad lacerada
mirando
para las gafas diabólicas de Gates
el
anticristo
las
nenias lloran a la puerta
en
los grandes funerales
las
yeguas entran en celo
y
sueltan fluidos vaginales
cantan
las sirenas
himnos
triunfales
por
el ojete de las damas
entra
la vida y la muerte
es
la casualidad del sexo
revoloteando
incandescente
pasiones
y encuentros al azar
de
hombre y mujer que yacen
en
la parva
una
tarde de verano
bajo
el sol fulgente
arrimando
descendencia
en
sangre y semen
mariposa
del paraíso y del infierno
todo
arde y se apaga en un instante
obnoxio
a las parcas
y
al clamor de los hospitales
somos
sumisos reos
dependientes
pero
no te preocupes que una obrada
Aerde
el montó de trigo, se quema la paja
sigue
siendo un día de bueyes
cincuenta
y tes áreas cabales
EL
número no engaña
soy
heraldo de pesas y medidas
De
tarnizas. Lamederos. Burletes
obrepciones
y mentiras con estantes
porque
nadie nos cuenta la historia cómo fue
REÑIDERO DE GALLOS
Iglesias mr. Churches
un pícaro debe de haber salido de las páginas del Buscón o del Lazarillo
un advenedizo que se hace pasar por intelectual y no ha cogido un libro en su
puta vida. En un año se hizo millonario enchufó a sus coimas en el gobierno un
palacete en Galapagar con un adarve de maderos de la GC a sus espaldas
porque el tipo no es muy valiente que digamos, le arropa Julito el Rojo que
hizo los cursos de piloto en West Point y llegó a jefe de los guardias, la
derechona le acusa de derechista y venezolano pero esta recriminación es un cover
up para identificar en falso a los mentores de este pijo flauta
descamisado. Casado, Cantó, la Arrimadas, son patas del mismo banco. La
política es un sumidero de haraganes y de ineptos y el periodismo otro tanto.
El que se mueva no sale en la foto coche oficial y ordeno y mando ellos y ellas
rebuznan desde sus escaños. Es la imagen del perfecto esperpento. Lamentable
espectáculo. Dicen que van a despertar a España estos tíos adláteres de ese Sanchete
monclovita biznieto del “Carnicero de Badajoz” un mal legionario que no
se atuvo a las leyes de la guerra fusilando a mil milicianos en la plaza de
toros, pero está dormida y casi in pulso casi al borde del colapso. Spain
awake... not at all. Our homeland is soundly asleep casi durmiendo el
sueño de los justos bajo la gobernanza de tunantes y malandrines a punta pala.
Con estos bueyes no se puede ir a arar
SETENTA Y CUATRO AÑOS QUIEN LO DIRÍA
Fulgor de las mañanas blancas de
Santa Martina
yo tengo dolor de riñones
rayo espectral de la luna entrando
por mi ventana
camaradería de la calle
los golondrios desnudos
espectral
esperanza
I al give up
de mi pipa compañera algunas pufadas
no sé donde estás ni si fuiste feliz
mujer tan lejana
un espectro solamente de la noche
lunar
en mi ventana
el arce triunfal espera la primavera
EL VALLADOLID DE JOAQUIN DIAZ
VALLADOLID 2
2
En cierta ocasión que
visité la Ciudad del Pisuerga tuve la curiosidad de visitas la casa donde
habitó uno de los eximios maestros de preceptiva literaria, don Narciso Alonso
Cortés. Los que estudiamos humanidades en los 50 nos empollamos su Historia de
la Literatura Castellana en papel malo y fotografías de daguerrotipo. Dios mío,
muchos recuerdos. Vivía en Nuñez de Arce 34 el académico, el más eximio erudito
de las letras hispánicas en los últimos dos siglos. Bajo su guía empezamos a
conocer y a amar a los clásicos. Discípulos suyos fueron Gerardo Diego, Alarcos
Llorac el ovetense a los que ningunearon sus paisanos a causa de su peculiar
opinión sobre el bable y los bablistas (dijo una verdad como un templo, pues no
se puede resucitar nunca a un muerto y las lenguas también mueren) López
Anglada, Juan RAMÓN Jimenez, los Machado. Detrás tenía un huerto y una higuera
y un lema en latín que decía messor indefessus (segador sin fatiga). Era
un latinista de primer orden desde sus tiempos de seminario. Tuvo por maestro
nada menos a don Raimundo de Miguel.
Colgó los hábitos
en teología, pero la pasión por la tradición de aquella iglesia universal, su
liturgia, su lengua, permaneció hasta el final de sus días. Murió sin ser
demasiado reconocido y casi abandonado. ¡Ay si hablasen las piedras de Nuñez de
Arce 34¡ aquella puerta de piedra arco de medio punto enguichada de barrotes,
aquel jardín, aquella higuera y aquella biblioteca de casi cincuenta mil
volúmenes pignorada en casi tu totalidad. En cuán poco tienen los españoles de
ahora las cosas grandes de su patria, qué poco inclinados a los deleites espirituales
de la especulación, la lectura, la charla en un café a media tarde.
En el Diario Libertad me publicaban a mí las primeras
crónicas desde Londres. Luego la piqueta deletrea y rencorosa de los que no
olvidaron a Onésimo Redondo, su eximio colaborador, obligó a echar el cierre.
Siempre se me atuvo al carácter revolucionario de su fundador. El Norte de
Castilla, por contra, y que los admiradores de Delibes me perdonen, pues yo
también admiro a ese gran escritor desgraciadamente fallecido, ideológicamente
fue siempre más acomodaticio y funcional. Cuando vino la transición, Manu
Leguineche y otros se colocaron la
medalla de haber sido el periódico de la oposición al franquismo. Pertenece a
la familia de los Alba y su línea editorial de ideas conservadoras, burgués y
liberal coincide con el talante de la ciudad de comerciantes, industriales y
terratenientes de medio pelo. Valladolid siempre tuvo un aire francés. Algunos
de los edificios con sus mansardas en lo alto y los pinos tejados cubiertos de
pizarra recuerdan un poco a París.
Joaquín Díaz en
este libro sobre su ciudad ha hecho un exhaustivo alarde de dotes
documentalistas y muestra las pulsiones de la urbe cuya historia conoce bien.
Valladolid tiene un
talante artesano y manual muy tradicionalista donde los zapateros celebran la
fiestas de San Crispín, los sastres a san Homobono y los toreros a san Pedro
Regalado, un cura converso que es a su vez patrono local. Fue ápice de la
Contrarreforma, lugar de muchos curas y frailes: los del Babero del Colegio La
Salle, los agustinos filipinos, los jesuitas. También de militares: academia de
Caballería, regimiento de San Quintín etc.
Se apunta otra
peculiaridad en este curioso libro con un soporte fotográfico a base de
instantáneas de época y de curiosos anuncios comerciales de las tiendas locales
que esconde una gigantesca labor de campo y selección, la de las amas secas o
nodrizas, exuberantes matronas venidas de Asturias y Cantabria para formar
parte del séquito de la servidumbre de familias acomodadas. Estas mozas criaban
a sus hijos de acuerdo con una tradición secular castellana que arranca desde
la edad media.
Cien años en la vida de una ciudad más de ocho
veces centenaria no son nada, pero la labor realizada por el autor ha sido tan
importante como valiosísima y eficaz y, al parecer, por muy poca paga. Nunca
estuvo la cultura española en tal devaluación.
Llegó la peste y la
pasta -noramala- de los vivalavirgen y vivanderos de la Mala Causa, la nave de
nuestras letras parece perdió el rumbo y el compás, en manos de cuatro
mandarines arbitrarios e incultos que procuran que la buena antorcha se meta
bajo el celemín, mientras ellos nos deslumbran y ocupan cacho, publican, son
agasajados por toda esa patulea de la Mediática pánfila.
Con decir que
dieron el premio nacional de periodismo a un tal Juan Cruz-en Londres lo
llamaban el tuercebotas canario y del Polisario-, ya está todo dicho.
He aquí, sin
embargo, algo que merece la pena: un libro para el recuerdo, un buen manual de
historia local que hace las delicias de un empedernido lector. Cuando abro sus
páginas en este otoño de crisis y apago la caja tolondra, mientras el personal
se entretiene jugando al apocalipsis con el huracán de NY, su lectura me
devuelve la añoranza y la sonrisa. La Gran Manzana donde viví el apagón del 77,
-ay aquel verano de pesadilla-, me pareció un pueblón de Kansas City, habitado
por paletos, mientras en Valladolid viven hidalgos.
Voy poco últimamente,
pero los paseantes de la calle Santiago, (Umbral lo decía) eran un poco pijos,
siendo él, asimismo, Dios le haya perdonado, envarado y distante con quien le
convenía pero, en fin, cada una de las ciudades de Castilla la Vieja tiene una
personalidad distinta. En Pinciana, patria de Zorrilla aún se
detecta el orgullo de la que fue urbe y corte hasta el tercer Felipe. Allí fue
bautizado el Rey Prudente, murió Cervantes, se criaron Jorge Guillén y don José
Zorrilla y toda la ciudad respira un aire entre castrense y místico, orgullo de
casta.
En León son
cazurros y comen conejo. Los de Segovia, judíos. Ávila, augusta, la de los
santos y los cantos, buena gente conversa pero no tienen vino. Zamora, la bien
cercada por un lado la cerca el Duero y por otra Peñatajada, es larga y no se
recorre en una hora; de punta a cabo, diez kilómetros. Yo creía que no llegaba
nunca a la procesión un Viernes Santo.
En Burgos viven los
altivos. Salamanca docta, circuncisa e imperial donde todavía retajan a los
niños aunque luego los bauticen. Soria, lejana y ensimismada rinde culto a san
Saturio y a san Mamerto, es la Mamel alemana bien aireada por el Moncayo.
Palencia, gente de pro y los de Logroño, coño, y para de contar, pues Castilla
la Vieja [uno aprendió geografía por el plan antiguo antes de que se impusiera
esa arbitrariedad territorial de las Autonosuyas] es variada y múltiple y cada
villorrio, cada majada tiene una forma distinta de enfrentarse a la vida. A perro viejo no hay tutús porque al mear alza
la patita, que no nos vengan con historias, pero la lectura de este libro me ha
servido de acicate para remozar antiguas vivencias.
Porque Valladolid
es el meridiano por el que pasa toda la historia de esta nación una y múltiple.
Allí se fraguó su unidad.
Visito el antiguo convento jerónimo del Prado,
punto neurálgico en la política de los Reyes Católicos, del que fue prior fray Hernando de Talavera, confesor de la
reina santa, el alfaquí celestial, que pasó luego a ser presidio, lo mismo que
san Miguel de los Reyes en Valencia. Ese fue el trágico destino, tras la
Desamortización, de muchos monasterios.
Cisneros, que a fray Hernando sucedió en el
cargo y no se chupaba el dedo, utilizó métodos más contundentes para convertir
a los moros de Granada y no la blandura
de fray Hernando, un converso- sus hermanas vivieron a la sombra de la cárcel
cordobesa del Santo Oficio - que fue el primero en decir la misa en romance con
lecturas en árabe en la catedral granadina, adelantándose cinco siglos al Vaticano
II en lo de las vernáculas, pero esto ocurre en las mejores familias sobre todo
viniendo, sin saber adónde vamos, de dónde venimos (de las tres culturas y
religiones), como demuestra el último párrafo del epilogo de VALLADOLID CIEN
AÑOS, inmerso en la tolerancia y la bondad de la que es capaz un alma
castellana tan hidalga como la de Joaquín: ”Valladolid ha sido lugar de
paso, aldea y corte, incómodo muladar y ciudad elegante, mercado y templo,
bastión y villa abierta, Corte y asiento gremial, inspiración y desesperación,
crisol y fuego fatuo, noche de sábado y mañana de domingo... todo eso y mucho
más ha sido y sigue siendo esta ciudad que se retuerce sobre sí misma como una
interrogante y que, como los hidalgos de antaño, conoce sus antecedentes pero no
puede recurrir a ellos. Habla entre comillas y piensa en silencio, dejando la
voz para quienes recorren sus calles como las antiguas esguevas, ora mansas ora
violentas”
Chapó. No se puede
definir de forma más elegante lo que es la esencia de una ciudad. Gracias,
Joaquín y que vivas cien años por tu elegancia, solercia y bondad, todo un lujo
para nosotros castellanos. Bendicho sea el Dio
.
30/10/12
DINAMITAR LA CRUZ Y LA REINA NO SE SANTIGUA BERGOGLIO POR EL CANADÁ HACIENDO EL INDIO Y ADORANDO A MANITÚ WUAU
20 N.
Quieren volar la cruz y yo me
pregunto que la cruz qué mal les habrá hecho y respuestas no encuentro más que
la inquina y la revancha, malos consejeros de la verdad. Es tan airosa y
solemne la cruz del Valle que se divisa cuando voy camino del norte casi tan
alta como la montaña que le da nombre Cuelgamuros y rezo la oración de San
Andrés:
-O
bona cruz salvum me fac
Y sigo mi camino. ¿Por qué les
molesta? Sólo hay un precedente: el de la voladura de una estatua gigante de
Buda que existía en las montañas de Afganistán hace unos años. Un acto criminal
fundamentalista de los talibanes que odian la representación de las figuras
antropomórficas en la creencia de que con ello se da culto a los ídolos. Lo
dicen ellos que creen en los siete cielos del profeta y en el paraíso de huríes,
pero la cruz es símbolo de la libertad y del progreso. Pueden dinamitarla pero
no podrán erradicar la promesa del que murió en ella:
-Estaré
con vosotros hasta el fin de los tiempos. Parece ser que no. De lo que se trata
hora ES PONER A Jesús DE MENTIROSO. El separador ataca.
Me asusta el silencio del
Vaticano, el mutismo de Rouco, la falta de agallas en los herederos de Franco y
de José Antonio para defender los restos de estos dos grandes prohombres de la
historia de España porque eran unitarios y ayunadores, apaciguadores y cuyo
recuerdo y memoria causa tanto odio entre los disgregadores, los oportunistas.
Sin embargo, un diacono siempre tendrá que defender la cruz cueste lo que
cueste. Si lo que se tendría que volar fuera el Candelabro de los Siete Brazos
pero aquí hay una legión de mudos y ya lo dice el refrán “quien calla otorga”.
Silencio de Raztinger, silencio de Rouco, tantos silencios dios mío. ¿Es que
hemos cambiado de religión? ¿Es que el Vaticano ya no cree en la religión sólo
en en sí mismo y en la púrpura? He ahí la madre del cordero, ahí está el
intríngulis.
-Oremus
et pro nosotros pastores.
-Sí
recemos por esta iglesia nuestra que va sin timón ni gobernalle y hace dejación
pública de sus funciones y esconde la cara ante el enemigo.
-La
animadversión del Zapatero patatero ahogado en su retórica llena de
contradicciones no me subleva. Más me preocupa la aquiescencia del bueno de Benedicto
incapaz de cuadrarse ante los poderes seculares para evitar el desahucio de sus
monjes que oran y viven en una de las abadías mejores de la cristiandad por
respetos humanos. Me encocora el que los Franco sólo estén para que Maricarmen
la nietisima se presente en los programas del perineo y la entrepierna para
parlar de sus coitos con gente importante y el que los Primo de Rivera anden
perdidos allá por Jerez.
-Mucho
esperas, Accipiter. Como va a defender la cruz un papa bávaro. Ellos detestan la cruz. Luce una
estrella de David en su tiara cuando oficia sus pontificales.
-Dios
mio que infamia. Oremus et pro perfidia Judeorum.
-Oremos
sí que en España es Viernes Santo.
Un viernes santo que dura para mí
desde aquella noche en Londres en que mi jefe Paco Martos Robles me
telefoneó para darnos la noticia desde Madrid.
-Ya
Sólo dijo ya pero aquel adverbio
de tiempo pero ese ya dura 35 años y yo sabía lo que iba a ocurrir: el regreso
de los impíos. A mí por defender a España me pusieron en sus listas negras pero
contra la verdad no hay fuerza aunque todos los días sea viernes Santo. Pese a
todo me atrevo con un profecía:
-La
cruz vencerá
ORA 25 DIN VINTILA HORIA UNUL DINTRE CELE MAI MARE NOVELE ALE SECOLULUI XX
Martín Ferrad a pus acest titlu programului nopții în SER Hora 25, un apel de clarion, ceasul al unsprezecelea a sunat timpul viitor sub imperiul tehnicii care va arunca umanismul și umaniștii din teren. Este o carte poetică și profetică, precum și un ritual noetic sau de inițiere, deoarece meșteșugul scrisului este legat, în cele mai înalte secțiuni ale sale, de Apocalipsa. Cred că acest român poliglot (vorbea toate limbile inclusiv idiș, dialectul evreilor askemazi pe care l-a învățat într-un lagăr de concentrare maghiar, i-a ajutat pe cei din secta lui Moise să scape, dar ei nu i-au mulțumit, era un „ goim”) a scris o utopie care o depășește pe cea a britanicilor Orwell și Huxley.
L-am cunoscut pe Vintila, i-am intervievat, l-am admirat si am urmat cateva cursuri de master la Complutense. A aparținut unui grup de intelectuali distinși care și-au găsit refugiu în Spania, fugind de persecuția sovieticilor. Dumnezeu s-a născut în exil și au adus o înțelepciune enormă în rucsac. Ovidio Tarlea, un mare poet născut la Constanza, mi-a fost coleg la agenția Pyresa, a făcut observații și mi-a dat indicii despre unele dintre cronicile mele din SUA A recitat poeziile lui Horacio pentru că era înzestrat cu o memorie uimitoare. Un adevărat domn care s-a stabilit în Spania și a întemeiat o familie s-a căsătorit cu mama Lauritei Valenzuela, care era văduvă de război. Mi-a dat un dicționar românesc cu o legendă pe care scria „nu dispera dacă nu te ascultă, eu am trăit această situație ca tine. Au sosit noii stăpâni și și-au adus propriii funcționari.” Lucrase într-unul dintre cele mai importante ziare din București, a fost epurat și a fugit pe jos în Italia peste Carpați. Este drama pe care The Twenty-Five Hour o pune în scenă: crucificarea României, execuția protagonistei Joan Moritz care moare pe pomul ignominiei iertându-și dușmanii. A venit la ai lui și ai săi nu l-au primit. El nu era lumina, ci un martor al luminii pe care întunericul nu o putea stinge. Sunt piese despre care romanul are reminiscențe evanghelice. Mai presus de toate, acea lumină strălucește în figura părintelui Coruga, preotul ortodox pentru care protagonistul a lucrat înainte de a fi prins acuzat de iudaism de un jandarm corupt și afemeiat care se îndrăgostise de soția sa Susana. El este trimis într-un lagăr de concentrare și acolo se trezește lucrând cu târâi și lopată alături de evrei care nu au făcut muncă manuală în viața lor; erau avocați, negustori, finanțatori. Degradarea lui atinge apogeul atunci când șeful lagărului îi spune să-și lase pantalonii să cadă pentru a vedea dacă a fost tăiat, dar nu a fost circumcis. Era un descendent arian al unei minorități germanice stabilite pe malul Dunării. Acest detaliu va fi unul dintre cele mai surprinzătoare evenimente atunci când este admis la un „Lager”, silueta lui îl surprinde pe un Gauletier. Aici narațiunea ia o turnură surprinzătoare, fostul condamnat devine soldat SS și i se ordonă să facă dragoste cu Hilda pentru ca acesta să aibă urmași și să păstreze astfel puritatea rasei ariene. Nevinovat, însă, este din nou crucificat pentru că se trezește în transa de a fi nevoit să urmărească prizonierii de lagăr, foști colegi de celulă. Protagonistul nu ține ranchiună față de nimeni. Îi ajută pe evrei să treacă, îi dau niște bani, dar îl lasă desculț și fără valiză în gara din Budapesta. Va trebui să fim atenți la acest detaliu: Vintila nu neagă holocaustul, ci ne oferă o mărturie despre ceea ce a trăit oamenii ei în trup. Banii și mita au fost trambulină cu care evreii bogați au traversat iazul. A fost trambulină de la care au sărit în America. În timp ce Auschwitz îi aștepta pe cei mai săraci: nevoiașii din ghetou, țiganii, dizidenții români, rușii și Belarus. Există un gând care plutește ca o fantomă amenințătoare prin paginile acestui mare roman fluvial care se citește dintr-o singură mișcare (autorul știe să creeze o atmosferă, să picteze personaje și să surprindă cititorul cu nodurile intrigii): cine câștigă omenirea se pregătește pentru o perioadă de sclavie sub conducerea mașinii. Vom fi roboți. Acest lucru se întâmplă deja într-o lume fericită sub privirea scrutatoare a lui Big Brother. Vor fi fotografiați chiar și propriile noastre gânduri. Nimeni nu va putea scăpa. Cursa va fi purificată prin eutanasie, vor exista restricții privind liberul arbitru. Ne așteaptă totalitarismul indiferent de semnul său. Vintila Horia a fost acuzat ca este fascist. Acordarea premiului Goncourt pe care l-a câștigat în 1960 a fost retrasă, iar astăzi este autor epuizat. O nedreptate. Noii maeștri și-au adus propriile coruri SĂ CINTE imnuri epiniciene, rapsodiile lor și să cânte epitalame murdare pentru că o minciună s-a repetat până când societatea devine dogmă pe care am avut-o, totuși, în mare parte din cultura și limbajul
HORA 25 DE
VINTILA HORIA UNA DE LAS MAYORES NOVELAS DEL SIGLO XX
Martín Ferrad
puso este título al programa de la noche en la SER Hora 25 un clarinazo la hora
undécima ha sonado el tiempo futuro bajo el imperio de la técnica que echará al
humanismo y a los humanistas fuera del campo. Se trata de un libro poético y
profético así como noético o rito de iniciación porque el oficio de la
escritura se relaciona en sus más excelsos apartados con la Revelación. Pienso
que este rumano políglota (hablaba todas las lenguas incluso el yidish el
dialecto de los judíos askemazis que aprendió en un campo de concentración
húngaro ayudó a fugarse a los de la secta de Moisés pero estos no se lo
agradecieron, era un “goim”) escribió una utopía que supera a la de los
británicos Orwell y Huxley.
Yo conocí a
Vintila, lo entrevisté, lo admiré y asistía a alguna de sus lecciones
magistrales en la Complutense. Pertenecía a un grupo de intelectuales eximios
que encontraron en España refugio huyendo de la persecución de los soviets.
Dios ha nacido en el exilio y traían en el morral una enorme sapiencia. Ovidio
Tarlea un gran poeta nacido en Constanza fue compañero mío en el agencia
Pyresa, me hacía observaciones y me daba indicios sobre alguna de mis crónicas
desde EE.UU. Recitaba los poemas de Horacio pues estaba dotado de una memoria
pasmosa. Todo un caballero que se asentó en España y fundó una familia se casó
con la madre de Laurita Valenzuela que era viuda de guerra. Me regaló un
diccionario rumano con un epígrafe que decía “no desesperes si no te hacen caso
yo he vivido esta situación como tú. Llegaron los nuevos amos y trajeron a sus
propios escribientes”. Había trabajado en uno de los diarios más importantes de
Bucarest, fue purgado y huyó a pie hasta Italia cruzando los Cárpatos. Es el drama que pone en escena La
Hora Veinticinco: la crucifixión de
Rumanía, el ajusticiamiento del protagonista Joan Moritz que muere en el
madero de la ignominia perdonando a sus enemigos. Vino a los suyos y los suyos
no le recibieron. Él no era la luz sino un testigo de la luz que las tinieblas
no pudieron apagar. Hay trozos que la novela tiene reminiscencias evangélicas.
Sobre todo, esa luz resplandece en la figura del padre Coruga el sacerdote
ortodoxo para el cual trabajaba el protagonista antes de ser aprehendido
acusado de judaísmo por un gendarme corrupto y mujeriego que se había prendado
de su mujer Susana. Es enviado a un campo de concentración y allí se encuentra
para trabajar a pico y pala al lado de hebreos que no habían realizado trabajos
manuales en la vida; eran abogados, comerciantes, financieros. Su degradación
llega al sumo cuando el jefe del campo le manda bajarse los pantalones para
comprobar si había sido retajado, pero él no estaba circuncidado. Era un ario
descendiente de una minoría germánica asentada a orillas del Danubio. Este
detalle va a ser uno de los lances más sorprendentes cuando internado en un
“Lager” su figura sorprende a un gauletier. Aquí la narración pega un vuelco
sorprendente, el antiguo presidiario se convierte en soldado de las SS y se le
ordena que haga el amor a Hilda para que tenga descendencia y así se conserve
la pureza de la raza aria. El inocente sin embargo vuelve a ser crucificado
porque se ve en el trance de tener que vigilar a los presos del campo antiguos
compañeros de celda. El protagonista no guarda rencor a nadie. Ayuda a los
judíos a pasarse, le dan algún dinero, pero le dejan abandonado descalzo y sin
su maleta en la estación de Budapest. Habrá que fijarse en este detalle:
Vintila no niega el holocausto pero nos da un testimonio de lo que su pueblo
vivió en las propias carnes. El dinero y el soborno fue el trampolín con el
cual los judíos adinerados cruzaron el charco. Fue el trampolín desde donde
saltaron a América. Mientras Auschwitz aguardaba a los más pobres: los
menesterosos del ghetto, los gitanos, los rumanos disidentes, los rusos y
Bielorrusia. Hay un pensamiento que flota como un fantasma amenazante a lo
largo de las páginas de esta gran novela río que se lee de un tirón (el autor
sabe crear ambiente, pintar personajes y sorprende al lector con los nudos de
la intriga): gane quien gane la humanidad se prepara para un tiempo de
esclavitud bajo el imperio de la máquina. Seremos robots. Eso ya está pasando
en un mundo feliz bajo la mirada escrutadora del Gran Hermano. Serán
fotografiados hasta nuestros propios pensamientos. Nadie podrá escapar. La raza
será purificada mediante la eutanasia, habrá cortapisas al libre albedrío. Nos
espera el totalitarismo cualquiera que sea su signo. Vintila Horia fue acusado
de fascista. Se le retiró la concesión del premio Goncourt que ganó en 1960 y
hoy es un autor descatalogado. Una
injusticia. Los nuevos amos trajeron sus propios coros PARA ENTONAR himnos epinicios,
sus rapsodas y cantan epitalamios inmundos porque una mentira repetida hasta la
sociedad se convierte en dogma Siempre
tuve, sin embargo, en mucho a la cultura y la lengua del Dacio— los rumanos
tienen una sorprendente capacidad para la elocuencia y el dominio de idiomas— y Vintila
(1915-1992) fue prez y honra de la cultura castellana. Escribía con soltura en
francés, inglés, alemán y en su lengua de los Carpatos