DONCASTER
El proyecto de lenguas de la Universidad de York para el cual yo trabajaba en aquella casona de estilo georgiano cercana a la puerta de Micklegate pasado el río Ouse cerró sus puertas. Eran los tiempos en los cuales Inglaterra abría las puertas al mundo y el gobierno Laborista acariciaba un plan para enseñar diferentes idiomas (francés, alemán, italiano, español y ruso) en los institutos de segunda enseñanza: Comprehensive Schools y Public Schools.
Lo pasé mal pues la carta de despido llegó el 21 de mayo de 1970 al día siguiente del nacimiento de Helen. Gracias a Dios el jefe del Departamento Mr. Rowlands tuvo la bondad de hablar con las autoridades educativas del condado del Yorkshire, reconocieron mi título universitario para enseñar en un colegio de secundaria en Doncaster localidad cercana a Wilberfoss. Nos dieron una casa estatal (council house) protegida de renta baja, cerramos la de Wilberfoss un bungalow que me llevaba parte del salario. Para ahorrar dinero yo solía acudir al trabajo en autostop. Tuve muchas aventuras que no quiero explicar aquí pero que me facultaron a conocer la idiosincrasia de los ingleses del Norte. Buena gente. Hasta asimilé su acento y los amigos me decían si era irlandés pues se me notaba la vocalización "brogue" que arrastra las erres, otros que si era judío pues mi locución era algo nasal como la de los hebreos. Yo estaba decidido a quedarme a vivir en Inglaterra para siempre y llegué a dominar el inglés casi como los propios nativos. Seguía picándome el gusanillo del periodismo.
Envié varios artículos a The Guardian que fueron rechazados e incluso escribí aplicaciones para colocarme en la BBC en el Departamento de español. Hice una buena entrevista y yo creía haber ganado el puesto pero también suspendí. Por lo visto era jefe de aquella sección un catalán que se llamaba Rafael Sala ferviente catalanista y él debió de olerme los zancajos franquistas con los que he ido siempre por el mundo con la frente muy alta. Levantamos la casa los pocos enseres que teníamos y Suzanne que había sido feliz en Wilberfoss en aquel chalet al lado de la autopista casi debajo de unos cables de alta tensión desde se veía la campiña, encontró difícil acomodarse a Doncaster ciudad obrera ella que venía de una aristocrática familia londinense. La council house tenía un jardín trasero delante de un campo de fútbol. De dos pisos arriba la cocina el lounge y dos dormitorios un servicio con baño. El barrio un suburbio de Doncaster se llamaba Edenthorpe que viene a ser algo así como el collado del Eden. A mí me gustaba aquella gente. Todos me ayudaron pero yo tenía dificultades de comunicación. Les enseñaba a los niños canciones y villancicos pero un día alzó sui dedo índice en alto se levantó uno el más pequeñito de la clase hijo de un minero que se llamaba Pailing y me dijo:
─Why do I wanto to learn spànish, Sir, if I go to be all my life in the pit? (para qué demonios quiero saber yo español, señor, si me voy a pasar la vida abajo en la galería de la mina)
Aquella pregunta del intrépido y avispado Pailing me descorazonó acabando con mi decisión de ser un benigno teacher en cualquier escuela del Reino Unido. Eran los tiempos de las "packet holidays" y muchos de los padres de mis alumnos habían pasado temporadas vacacionales en la Costa Brava, Mallorca y Benidorm, coincidiendo con el boom turístico. Otrosí, Suzanne empezó a sentirme los síntomas de una enfermedad grave que la llevaría a la mesa de operaciones en poco tiempo: picores, perdida de pelo, ojos saltones, pescuezo inflamado, el cuerpo hinchado. Había llegado la enfermedad. Era un cáncer de tiroides. Dios mío. Un día al llegar de dar mis clases la encontré llorando en el sofá y me dijo algo que me destrozó interiormente:
─You brought me bad luck.
Yo era el culpable de aquella enfermedad. Habíamos pasado un drama antes de casarnos. La boda por la iglesia había sido suspendida y se hizo en el jugado de Hounslow. !Pobre Mr. Hugh qué bueno y qué paciente fue conmigo! Tuvo que aplazar la ceremonia,, los gastos del banquete, todo. Su madre Mary Joseph sufrió muchísimo. La razón de aquella desacertada decisión por mi parte la tuvo mi madre que se opuso como una loca. "Tú te vas a casar con una puta inglesa". Obre Mr. Hugh, un caballero, un santo varón. Ahora pasados mas de cincuenta años perdono a la que me dio el ser y pido perdón a mi suegro el pero a mío mismo no me perdono. He de confesar con versos de León Felipe "suplicaré perdón a mucha gente pero soy incapaz. Todos aquellos que me podrían perdonar están muertos". Recojo del calepino lo que escribía yo en mi dietario personal promesas deslavazadas, un grito en la oscuridad que me llena de remordimientos:
Juana Galindo Martín, mi madre
No alabaré tu grandeza de castellana implacable
Nada diré de tu hermosura
Para mí nunca envejeces
Ni nada sabes de este amor hacia Suzanne que me penetra
Y tú no comprendes
Son los extraños ligamentos de la carne
Que pocos entienden
Mi inmadurez mi locura de amor
Mis indecisiones
Segoviana altiva
De la estirpe del Cid
Que ignoras cuanto desconoces
Madre, yo solo puedo gritar mi rabia en estos versos
Nada diré contra ti
Pues te llevo dentro y fuera de mi carne
Porque sin hablar
Conocías mis pensamientos
Tú me pariste
Y me destruiste
Así lo quiso Dios
En mi llegada a Doncaster
Doncaster carbón y plomo
Los castilletes de la mina
Besados por la lluvia
Baena gente obrera
Señor, danos tiempo y gracia
Mientras esperamos
Las particiones del Amor
Esa herencia que dicen que nos legas
Ando por las calles de una ciudad desconocida
Que me acoge
Soy un refugiado
Acaso un judío errante
Portando en mis adentros
Las contradicciones y reparos
De un monólogo interior
Me paro a pensar mientras voy
Por Doncaster ligero de equipaje
Una hija nos ha nacido y mi mujer está enferma
Hay niños en el corro
Que esperan la redención del viento
El dulce soplo de los sueños
Jugando en los suburbios
¿Mañana qué serán?
Quien les dará pan
Quien les dará amor
Barrios de emigrantes
Suburbios de esta vieja ciudad romana
Cerca de la estación
El pitido de los trenes me despiertan en la noche
Vuelan los fantasmas a través de mi imaginación
Prorrumpen en carcajadas
Tienen rostros tiznados de carbón
Beben cerveza en Friday Night
Y llevan sobre las espaldas el peso del mundo
Son la fuerza motriz que mueve el movimiento
En Doncaster a 21 de julio de 1970
A los que se llaman como yo
Mi nombre es vulgar
Frondosa parra sin uvas
Miles de hombres que se llaman como
No los conozco
Estoy en el exilio
Alma herida de fracasos
Bebo en la fuente del silencio
Aguas turbias
Vivo donde río lloro muero y paso
No le importo a nadie
Pero nuestra esencia es universal
Todos reverberamos en la luz de un espejo
Universal
Yo solo soy piedra matorral y monte
Me llamo Parra y me gusta el vino
Vengo de la cepa del Rey David
Desgrano los dieces de un rosario de versos soñados
Que nadie escuchará
Vayamos con la música a otra parte
La barca navega sin rumbo
¿en qué bajío encallará?