SAN AGUSTÍN ANSIAS DE BELLEZA O LA UTOPÍA CRISTIANA
Oh suprema Belleza qué tarde Os conocí. Mañana San Agustín de Hipona. Ya va de vencida el verano pero los días son hermosos uy claros, las noches augustas, alcanzado el apogeo de su perihelio el sol victorioso. Sin embargo se acortan los días, se alargan las noches y se barruntan las sombras. Por eso reza la copla astur: “San Agustín los males se lleves”. Son fiestas en la Villa de Avilés. En las vivas mareas la espuma besa las rocas y hay muchos ahogados. Oh Belleza cuan tarde te conocí. El santo obispo de Hipona era un vocación tardía. Mucho me gusta el santo pero en él amo sobre todo al escritor de larga y retórica obra. Debía de hablar como escribía este ardiente númida. A sus hagiógrafos se les va la mano y lo pintan con rubio y con barbas, un desliz que se puede perdonar, pongamos por caso, al Greco que los describe bajando del cielo al alimón con san Isidoro para recoger un cuerpo, pero que está muy lejos de la realidad. San Agustín debió de ser negro y por las trazas mucho más cercano a un somalí o a un ugandés que a un godo. Todo es del cristal del que se mira. También los santos que llevan el sello de la época de quien los pinta o los mira. Nada tenía que ver en el siglo IV un cartaginés con un britano o un galo como ha querido describirlo la pintura europea. Tampoco responde a esa visión senescente que se le da de obispo quieto y manso y patriarcal. En su vida real debió de ser todo lo contrario. Ardiente y apasionado y retorcido como los pipirigallos que adornaban los jardines de Tagaste o los olivos de la Libia y tórrido como el sol africano. Numida y negra pues a él le gustaba mucho aquel versículo del cantar de los Cantares “Nigra sum sed phormosa, filiae Jerusalem” su madre Mónica y númida debió de ser la mujer con que pasó los mejores años de su vida y entreverado o cuarterón el hijo de sus entrañas Adeodato. El padre de Agustín Patricio venía de Hispanoa. En todos los libros del santo patriarca hay como una conmoción y un sentir de todo lo romano. Insuperable por su elegancia ese latñin de aliento largo. Oh suprema belleza que tarde te conocí y sin embargo y a pesar de haber compuesto la mayor parte de sus obras pasados los sesenta años, una obra inmensa, ñel es un ejemplo de que en los libros la juventud llega después. La edad del alma no se compadece con la del cuerpo. En sus últimos años (354-430) da a la estampa suis mejores libros. En eso sí que no se equivocan los pintores que lo retratan, cálamo currente, con un cuaderno o un libro entre las manos. Sus escritos llenos de esperanza son los de un misacantano. Emiten un mensaje de esperanza en medio de aquel caos con Alarico arrasando Roma y a las puertas de su casa de Hipona los vándalos. Con el enemigo poniendo sitio a la ciudad él pasa sus días escribiendo, leyendo y cantando salmos. Oh Suprema Belleza qué tarde te conocí. Gran escritor. Prevenido en frontera. Su capa pluvial y su estola son para nosotros como una coraza. 430 fue el año del exterminio. En 2008 siguen vigentes las mismas amenazas a la Ciudad de Dios. La pluma de Agustín percibe el aliento satánico de aquel Alarico. Venía Atila. Y ahora parecen que piafan por el Caucaso los caballos del Apocalipsis. ¿Adonde nos quiere llevar ese Bush empeñado en liquidar a los rusos y acabar de paso con toda la cristiandad imponiendo el pensamiento único? Dios no lo permita. San Agustín sus malos se lleve. El recuerdo y la fiesta del santo obispo de Tagaste lo mismo que sus mágicas palabras (hay que haber estudiado retórico y velado muchas horas asomada al ventanal de sus libros para deleitarse en el variado paisaje de sus conceptos. El ser humano siente nostalgia del paraíso perdido. Tiende a la verdad y a la belleza. El sol agustino parecía que iba a declinar pero no se ha eclipsado jamás. Hermosos días los de su fiesta más frescas las noches, más cortos los crepúsculos, la mar arrogante pàra festejar a este gran santo de occidente. Todo la edad media es un impulso a la construcción de la Ciudad de Dios. La utopía agustiniana viajaba en el morral de los caballeros andantes, lo llevaban los conquistadores en el arzón y fue diagrama de inspiración a la gran arquitectura católica. En el Escorial, por ejemplo, quiso plasmar Juan de Herrera la Ciudad de Dios. Pero de la misma manera que en sus Confesiones le salió a san Agustín un Rousseau, Nueva York una ciudad que no está hecha a la medida del hombre racional creado por dios para su perfección y santificación mediante la caridad sino que es un avispero de pasiones que hacen que el hombre se sienta gusano aplastado por los rascacielos, se contrapone a la Civitas Dei. Juguemos a la baraja con estas antonimias. A la urbe divina se le oponen la Oppidum Satanae. Y de la misma forma Woody Allen con su cara de sesenta y ochista pasmado contrahace a Gary Cooper. Belleza contra fealdad. Bondad contra maldad. Negro sobre blanco. Todo es como una eterna contraposición. La ciudad de Dios es un edificio maravilloso de palabras. En él se tira un guante al mal, al dolor. Agustín era un idealista. Sus “Confesiones” hicieron derramar copiosas lágrimas de arrepentimiento y suscitaron infinidad de conversiones en todas las épocas. En el año 430 con los bárbaros del Norte a las puertas de Hipona que seria arrasada tras dos años de cerco un 28 de agosto entregaba su alma al Criador. La destrucción de Hipona significa en lo material no sólo la caída de una ciudad sino el arrasamiento de todas las cristiandades norteafricanas que caerían bajo la bota del Islam y puede significar incluso el derrumbe de la Iglesia material o externa pero nunca la Civitas Dei. Esa es la idea nodal que reflejan sus libros que son un canto a la misericordia divina. A mí me interesa mucho más el escritor que el santo, con ser él uno de los mayores de la iglesia porque tales corazonadas, tales profecías, le llegan como escritor. Hay luego un Agustín real y un Agustín mítico. El segundo ha sido magnificado por los hagiografos; el real nos llega más, es más moderno, porque se muestra tal y conforme es: un hombre obseso con sus aprendizajes, sus contradicciones, sus caídas y levantadas y una cierta obsesión por el sexo que hoy no entendemos del todo bien. Hoy esos pecadazos (unas cuantas juergas en Milán, algunas visitas a las cauponae o tabernas romanas y a los prostíbulos, sus coqueteos con los maniqueos y con la astrología) se convertirían en pecadillos y esas lagraimazas que derrama Monica por el hijo descarriado no serían más que lagrimillas. Hay también un rostro humano y tolerante en Agustín como por ejemplo cuando manifiesta que en esa Ciudad de Dios no sobra nadie. Ni los tuertos ni los mancos, ni los mancos, ni los desvalidos, todos con derecho a pan todos hijos de dios. Pero tampoco las putas. Dice que sin las meretrices no podría sobrevivir la republica. El que se siente libre de culpa que tire la primera piedra. ¡Que humano era este libio! ¡Oh suprema belleza que tarde os conocí! Nunca es tarde, sin embargo. Tampoco para pensar, para publica y para escribir
miércoles, 27 de agosto de 2008
2008-08-27
2008-08-18
el dia de nuestra señora
DÍA DE NUESTRA SEÑORA
El Día de Nuestra Señora, gran fiesta de la Virgen, toda España es un ascua de voladores y rondallas, ahítas de tráfico las carreteras, gente que va y viene, que regresa al pueblo a ver a los suyos, que vuelve a sus raíces, a su tierra, fervor de espera y regocijo, va asociada en mi recuerdo a un pueblo aledaño al mío, Fuentesoto, e ibamos a cantar la misa De Ángeles- kirieeeeeee... eleyson- en bicicleta y de regreso comíamos moras, colmadas de ellas las zarzas pues granaban por esta época, y entrabamos en los majuelos y nos arrebozábamos en garnachas y aragonesas, total que volvíamos al pueblo algo morgueras y tinta de moradillo y de mosto la camisa nueva.
-)Qué me compraste, primo, en la verbena?
-Unas garrapiñadas escuetas. Se me habían acabado los cuartos. Ten
-Pues de hoy en un año y a tu salud. Gracias, Pedrete. [Me llamo Antonio pero a la Mercedes le gustaba cambiarme de nombre para mayor variación]
Mi prima la Merce se ponía tan contenta con aquel pobre obsequio que yo le traía del ferial pero yo ya había dado cuenta de las almendras, de los caramelos y los soplillos por el camino de vuelta.
Para mí el 15 agosto es uno de los más grandes del año sino el que más. Y la noción de Nuestra Señora viene asociada a la plenitud de la madre tierra, a la granazón de la troj colmada, el trigo al silo, los cubos de los carros cantando por la carretera camino del Vivar donde estaba el silo, se pagaban las soldadas a los sobranceros ajustados por San Juan.
-. Macho. So.
- Vais muy lejos?
-¡Que va! A dar unos cuantos haces que nos quedan en las Suertes Viejas. Un par de manos a las hoces y aviamos a escape.
En agosto volvían a juntarse las cuadrillas a merendar a la bodega, costumbre inveterada, y que se abandonaba por junio cuando comenzaba la temporada de algarrobas y hieros.
Los machos, animalitos, parecían tener conocimiento de que recoger las últimas facinas quedaban del verano no era puñalada de pícaro. No necesitaban tralla caminando al paso por aquellas trochas de las Suertes Viejas. Con los cascos levantaban una polvareda de polvo rojizo mientras mi abuelo guiaba y los agosteros dormían sobre los costales llenos.
Se madrugaba menos y amanecía más tarde. Por las mañanas se agradecía la chaqueta y en Segovia nos poníamos al solillo que tomábamos aculados contra el cocedero de la Tía Grilla o jugando en el callejón al zorro-pico-zaina. O al chito.
Quedaba ya poco para las vendimias. Y la tía Caya se pegaba unas risas a lo tonto en la corrada, que nadie sabe por donde venían pero la tía Caya, más pobre que una gata, siempre estaba tan contenta. Nunca la veíamos deprimida. Echaba de comer a sus gallinas en saliendo el sol. Pitas... pitas... pitas.
-Ponen mucho las pitas, señora?.
-Anda demonio. (Que ha de hacer! Ponen lo justo. Lo que todas.
-¿No pondrán cuernos, tía Caya.?
- Ji, ji, ji, ja, ja, ja
Y las risas de la tía Caya [ojos de vendimiar ponéis, agüela] resuenan en mi memoria como un trasunto de la felicidad, una manifestación del Espíritu, que premia a los humildes y elegidos, se conforman con poco y andan por la vida benditos de Dios. Alegría de vivir de los pajarillas. El Señor ya dará pan.
Sus risas resonaban por el callejón mientras ponía la lumbre para el puchero en el cocedero y eran homéricas aquellas risas. Ji, ji. , Ji. Ja Ya digo que a mí me recuerdan el tiempo de plenitud de Nuestra Señora de la asunción: Valtiendas para que me entiendas, el verano en su apogeo. Las ubres de la Madre Tierra. Soy por eso devoto de la Virgen porque amo la vida, la alegría y las sonrisas y las risas de la Tía Caya resonando en el callejón. Que parecía desternillarse. Cualquier cosa que la decíamos la hacía gracia y no era tonta. Sólo que tenía paz interior. Conformidad, resignación, paciencia. Y eso que la habían matado un hijo en guerra. Creo que en la batalla de Brunete.
La Virgen, una diosa a la cual veneramos los españoles, trasunta de Ceres y reminiscencia de los dioscuros de Roma, pero una manifestación del propio Dios. Seguramente que Dios tenga forma de mujer y que me perdonen los teólogos si digo herejía, pero un Ser más asequible y mujer al fin y al cabo, ubre trasunta de la madre tierra, que da vida y nos la conserva, tampoco pasó por el trance de la muerte. Se durmió y fue asunta al cielo. Emblema de esa santidad y providencia que sólo tiene la naturaleza en sus ciclos mutantes.
La mejor explicación de este misterio la vi plasmada en el lucillo de un trasaltar en una iglesia de Arévalo allí donde está la tumba de María de Guevara, esposa que fue del comendador Velázquez y tutora de san Ignacio al que introdujo como menino en la corte de Isabel la católica.
Allí aparece tendida una doncella vestida de una alba blanca un manto azul y una corona de rosas adornando su frente. Así, así fue transportada al cielo en brazos de los ángeles la Madre del Verbo. Las madres nunca debieran morir y la Virgen se durmió. Bella leyenda de nuestra ancestral mitología convertido en dogma de fe. En oriente es la Fiesta de la Dormición y los rusos, que son un pueblo muy amante de Nuestra Señora, como nosotros, la denominan Uspeñie. Se quedó dormida y desde allá arriba la fuente de la gracia y de la vida vela y ruega por nos, Santa Madre de Dios.
Mis asunciones de ahora en la joven senectud que disfruto poco se parecen a aquellas de mi niñez y adolescencia cuando ibamos a misa al anejo o, ya de pollito, participaba como acólito en los solmenes ritos de la catedral de Segovia, que es también templo consagrado a la Virgen María.
Los ritos solemnes eran presidido por el obispo de pontifical desde su trono. Celebraba el deán. Recuerdo que la Iglesia de Segovia por un breve pontificio tenía el privilegio de vestirse de azul en sus ornamentos sagrados.
Una imagen de la Asunta presidía el escueto retablo catedralicio con radiante corona de plata y la eucaristía concluía con una jaculatoria en latin, una jarcha que en realidad era una antífona del oficio parvo: ADigna me laudare, Virgo Sacrata@ (permitenos esta humilde alabanza, Virgen sagrada) y el coro respondía: ADa mihi virtutem contra hostes tuos@ (dame valor para defenderos contra tus enemigos). Esa virtud, ese valor, ha de venir de lo alto y llega a través de la oración. Confiemos en ella. No se puede uno encontrar mejor salvoconducto. Miremos a la Estrella. Invoca a María. Es la fuerza del trono. Ahí está el secreto del poder de la Iglesia. Y no olvidemos que ella es el poder. La Mater Ecclesiae. Da nobis virtutem contra hostes tuos. Sedes sapìentiae. Cátedra de sabiduría.
En la tarde habían preparado una gran folixia en el querido Soto: empanada asturiana y arroz con leche como sólo saben elaborar en Lamuño. Mi amigo Paco puso al pueblo boca a bajo. Trajo a la rondalla de la Casa de Aragón en Alcalá y a los gaiteros de San Cosme. Sonaron, pues, jotas, muñeiras, vaqueiradas y el paloteo ancestral de los iberos bajo las ramas del viejo carvallo maternal que preside la plaza de la iglesia prerrománica dedicada a Santa María bajo la advocación de Virgen de la Humildad.
Tras el escenario estaban los ojos del atrio enmorrillado que antaño servía de aula de las reuniones de concejo al resguardo de la lluvia. Por aquí transitaba el camino de peregrinos y hay un hospital de peregrinos inaugurado en 1245,
Paco con sus joteros y gaiteros durante un par de horas devolvió a los de Soto la sonrisa sacándoles por un par de horas del aburrimiento televisivo, de los infames programas del cotilleo. Librándoles de los lavados de cerebros, de la desinformación y de la incomunicación que ha vuelto tan suspicaces a los de los pueblos. Maria consolatrix afflictorum et causa nostrae laetitia
. Ese puede ser un camino y una función a cumplir por la iglesia. Volver a educar y as consolar a las gentes, ser cátedra que les entusiasme con la vida y con la alegría de vivir. Cuenta con una tradición intelectual antiquísima porque de ella nació la especulación y la ciencia. Que se vuelvan a llenar los templos para que sea aula, sala de concierto y de conferencia, lugar de congregación. Paraninfo de contraste de pareceres. Los suyo es la ciencia y la belleza pues la filocalía que profesa el Evangelio es un canto de alabanza a la vida. La han secuestrado los pujos misticoides y una falsa piedad de plegarias gangosas, esos Asantos@ con tortícolis, aspirantes a una espiritualidad deshumanizada. Precisamente uno de los fuertes eclesiales fue el humanismo, lo que le permitió encauzar una vasta acción civilizadora.
En los templos tiene que volver a resonar los neumas y melismas del canto llano. Música de violines y de guitarra algo que nos eleve sobre la vulgaridad ambiente. Nos lleve y nos eleve a un mundo mejor. Es lo que hizo la Iglesia siempre (educar, sonreír, roturar campos, enseñar, instruir) y todo eso que uno sueña está en la palabra Virgen, piedra angular de esta iglesia a la que ahora atacan con tanto denuedo tachándola de oscurantista.
La hora es difícil, de melancolía, de desvalimiento y de confusión a todos los azimutes. ¿Quién encontrará el candil de Diógenes en medio de la espesa oscuridad? Tras la fiesta subimos a casa mi mujer y yo. Por la CNN un tipo con la nariz muy larga y el cabello crespo entrevistaba subversiva y parcialmente a un teólogo de Deusto que sostenía el criterio de que la Iglesia debe de convertirse en una ONG. Nos la quieren humillada y ofendido.
Discrepo. La iglesia aunque practicó la beneficencia y la caridad durante siglos tiene una misión soteriológica más perenne más allá de las necesidades físicas o la asistencia médica. Pero al gran Contubernio le conviene sumisa y manipulada políticamente. Lo suyo no es lo material en estos tiempos materialistas sino la salud del alma, la búsqueda del Reino de Dios y de la Justicia y lo demás todo se os dará por añadidura. Se estrecha mientras tanto el cerco y no son más que añagazas. Nos la quieren destruir. Han emplazado el grueso de la artillería de costa.
Creo que la Jerarquía se ha dado cuenta de la trampa tendida por sus enemigos de siempre. Pero habría que gritarle a estos sinagogos del pelo rizado y la nariz larga cuyo es sólo el derecho al poder, al grito de todo el poder para los potrancos, control de los medios de comunicación ha sustituido al viejo lema del control de los medios de producción. No son más que unos marxistas muy encorazados de corbata y terno que quieren que todo el mundo hable en inglés y los conspiradores globales que no están encontrando- la verdad- demasiado eco. Su mensaje políticamente correcto es flojo aunque ya se dan buena mano ellos para ahogar toda disidencia.
Tales pensamientos me amargan el hermoso día de Nuestra Señora. Barrunto, empero, que se acercan días terribles. Virgen Santísima, nos acogemos bajo tu manto. Sub tuum presidium.
-Da mihi virtutem contra hostes tuos.
16 de agosto de 2008
El Día de Nuestra Señora, gran fiesta de la Virgen, toda España es un ascua de voladores y rondallas, ahítas de tráfico las carreteras, gente que va y viene, que regresa al pueblo a ver a los suyos, que vuelve a sus raíces, a su tierra, fervor de espera y regocijo, va asociada en mi recuerdo a un pueblo aledaño al mío, Fuentesoto, e ibamos a cantar la misa De Ángeles- kirieeeeeee... eleyson- en bicicleta y de regreso comíamos moras, colmadas de ellas las zarzas pues granaban por esta época, y entrabamos en los majuelos y nos arrebozábamos en garnachas y aragonesas, total que volvíamos al pueblo algo morgueras y tinta de moradillo y de mosto la camisa nueva.
-)Qué me compraste, primo, en la verbena?
-Unas garrapiñadas escuetas. Se me habían acabado los cuartos. Ten
-Pues de hoy en un año y a tu salud. Gracias, Pedrete. [Me llamo Antonio pero a la Mercedes le gustaba cambiarme de nombre para mayor variación]
Mi prima la Merce se ponía tan contenta con aquel pobre obsequio que yo le traía del ferial pero yo ya había dado cuenta de las almendras, de los caramelos y los soplillos por el camino de vuelta.
Para mí el 15 agosto es uno de los más grandes del año sino el que más. Y la noción de Nuestra Señora viene asociada a la plenitud de la madre tierra, a la granazón de la troj colmada, el trigo al silo, los cubos de los carros cantando por la carretera camino del Vivar donde estaba el silo, se pagaban las soldadas a los sobranceros ajustados por San Juan.
-. Macho. So.
- Vais muy lejos?
-¡Que va! A dar unos cuantos haces que nos quedan en las Suertes Viejas. Un par de manos a las hoces y aviamos a escape.
En agosto volvían a juntarse las cuadrillas a merendar a la bodega, costumbre inveterada, y que se abandonaba por junio cuando comenzaba la temporada de algarrobas y hieros.
Los machos, animalitos, parecían tener conocimiento de que recoger las últimas facinas quedaban del verano no era puñalada de pícaro. No necesitaban tralla caminando al paso por aquellas trochas de las Suertes Viejas. Con los cascos levantaban una polvareda de polvo rojizo mientras mi abuelo guiaba y los agosteros dormían sobre los costales llenos.
Se madrugaba menos y amanecía más tarde. Por las mañanas se agradecía la chaqueta y en Segovia nos poníamos al solillo que tomábamos aculados contra el cocedero de la Tía Grilla o jugando en el callejón al zorro-pico-zaina. O al chito.
Quedaba ya poco para las vendimias. Y la tía Caya se pegaba unas risas a lo tonto en la corrada, que nadie sabe por donde venían pero la tía Caya, más pobre que una gata, siempre estaba tan contenta. Nunca la veíamos deprimida. Echaba de comer a sus gallinas en saliendo el sol. Pitas... pitas... pitas.
-Ponen mucho las pitas, señora?.
-Anda demonio. (Que ha de hacer! Ponen lo justo. Lo que todas.
-¿No pondrán cuernos, tía Caya.?
- Ji, ji, ji, ja, ja, ja
Y las risas de la tía Caya [ojos de vendimiar ponéis, agüela] resuenan en mi memoria como un trasunto de la felicidad, una manifestación del Espíritu, que premia a los humildes y elegidos, se conforman con poco y andan por la vida benditos de Dios. Alegría de vivir de los pajarillas. El Señor ya dará pan.
Sus risas resonaban por el callejón mientras ponía la lumbre para el puchero en el cocedero y eran homéricas aquellas risas. Ji, ji. , Ji. Ja Ya digo que a mí me recuerdan el tiempo de plenitud de Nuestra Señora de la asunción: Valtiendas para que me entiendas, el verano en su apogeo. Las ubres de la Madre Tierra. Soy por eso devoto de la Virgen porque amo la vida, la alegría y las sonrisas y las risas de la Tía Caya resonando en el callejón. Que parecía desternillarse. Cualquier cosa que la decíamos la hacía gracia y no era tonta. Sólo que tenía paz interior. Conformidad, resignación, paciencia. Y eso que la habían matado un hijo en guerra. Creo que en la batalla de Brunete.
La Virgen, una diosa a la cual veneramos los españoles, trasunta de Ceres y reminiscencia de los dioscuros de Roma, pero una manifestación del propio Dios. Seguramente que Dios tenga forma de mujer y que me perdonen los teólogos si digo herejía, pero un Ser más asequible y mujer al fin y al cabo, ubre trasunta de la madre tierra, que da vida y nos la conserva, tampoco pasó por el trance de la muerte. Se durmió y fue asunta al cielo. Emblema de esa santidad y providencia que sólo tiene la naturaleza en sus ciclos mutantes.
La mejor explicación de este misterio la vi plasmada en el lucillo de un trasaltar en una iglesia de Arévalo allí donde está la tumba de María de Guevara, esposa que fue del comendador Velázquez y tutora de san Ignacio al que introdujo como menino en la corte de Isabel la católica.
Allí aparece tendida una doncella vestida de una alba blanca un manto azul y una corona de rosas adornando su frente. Así, así fue transportada al cielo en brazos de los ángeles la Madre del Verbo. Las madres nunca debieran morir y la Virgen se durmió. Bella leyenda de nuestra ancestral mitología convertido en dogma de fe. En oriente es la Fiesta de la Dormición y los rusos, que son un pueblo muy amante de Nuestra Señora, como nosotros, la denominan Uspeñie. Se quedó dormida y desde allá arriba la fuente de la gracia y de la vida vela y ruega por nos, Santa Madre de Dios.
Mis asunciones de ahora en la joven senectud que disfruto poco se parecen a aquellas de mi niñez y adolescencia cuando ibamos a misa al anejo o, ya de pollito, participaba como acólito en los solmenes ritos de la catedral de Segovia, que es también templo consagrado a la Virgen María.
Los ritos solemnes eran presidido por el obispo de pontifical desde su trono. Celebraba el deán. Recuerdo que la Iglesia de Segovia por un breve pontificio tenía el privilegio de vestirse de azul en sus ornamentos sagrados.
Una imagen de la Asunta presidía el escueto retablo catedralicio con radiante corona de plata y la eucaristía concluía con una jaculatoria en latin, una jarcha que en realidad era una antífona del oficio parvo: ADigna me laudare, Virgo Sacrata@ (permitenos esta humilde alabanza, Virgen sagrada) y el coro respondía: ADa mihi virtutem contra hostes tuos@ (dame valor para defenderos contra tus enemigos). Esa virtud, ese valor, ha de venir de lo alto y llega a través de la oración. Confiemos en ella. No se puede uno encontrar mejor salvoconducto. Miremos a la Estrella. Invoca a María. Es la fuerza del trono. Ahí está el secreto del poder de la Iglesia. Y no olvidemos que ella es el poder. La Mater Ecclesiae. Da nobis virtutem contra hostes tuos. Sedes sapìentiae. Cátedra de sabiduría.
En la tarde habían preparado una gran folixia en el querido Soto: empanada asturiana y arroz con leche como sólo saben elaborar en Lamuño. Mi amigo Paco puso al pueblo boca a bajo. Trajo a la rondalla de la Casa de Aragón en Alcalá y a los gaiteros de San Cosme. Sonaron, pues, jotas, muñeiras, vaqueiradas y el paloteo ancestral de los iberos bajo las ramas del viejo carvallo maternal que preside la plaza de la iglesia prerrománica dedicada a Santa María bajo la advocación de Virgen de la Humildad.
Tras el escenario estaban los ojos del atrio enmorrillado que antaño servía de aula de las reuniones de concejo al resguardo de la lluvia. Por aquí transitaba el camino de peregrinos y hay un hospital de peregrinos inaugurado en 1245,
Paco con sus joteros y gaiteros durante un par de horas devolvió a los de Soto la sonrisa sacándoles por un par de horas del aburrimiento televisivo, de los infames programas del cotilleo. Librándoles de los lavados de cerebros, de la desinformación y de la incomunicación que ha vuelto tan suspicaces a los de los pueblos. Maria consolatrix afflictorum et causa nostrae laetitia
. Ese puede ser un camino y una función a cumplir por la iglesia. Volver a educar y as consolar a las gentes, ser cátedra que les entusiasme con la vida y con la alegría de vivir. Cuenta con una tradición intelectual antiquísima porque de ella nació la especulación y la ciencia. Que se vuelvan a llenar los templos para que sea aula, sala de concierto y de conferencia, lugar de congregación. Paraninfo de contraste de pareceres. Los suyo es la ciencia y la belleza pues la filocalía que profesa el Evangelio es un canto de alabanza a la vida. La han secuestrado los pujos misticoides y una falsa piedad de plegarias gangosas, esos Asantos@ con tortícolis, aspirantes a una espiritualidad deshumanizada. Precisamente uno de los fuertes eclesiales fue el humanismo, lo que le permitió encauzar una vasta acción civilizadora.
En los templos tiene que volver a resonar los neumas y melismas del canto llano. Música de violines y de guitarra algo que nos eleve sobre la vulgaridad ambiente. Nos lleve y nos eleve a un mundo mejor. Es lo que hizo la Iglesia siempre (educar, sonreír, roturar campos, enseñar, instruir) y todo eso que uno sueña está en la palabra Virgen, piedra angular de esta iglesia a la que ahora atacan con tanto denuedo tachándola de oscurantista.
La hora es difícil, de melancolía, de desvalimiento y de confusión a todos los azimutes. ¿Quién encontrará el candil de Diógenes en medio de la espesa oscuridad? Tras la fiesta subimos a casa mi mujer y yo. Por la CNN un tipo con la nariz muy larga y el cabello crespo entrevistaba subversiva y parcialmente a un teólogo de Deusto que sostenía el criterio de que la Iglesia debe de convertirse en una ONG. Nos la quieren humillada y ofendido.
Discrepo. La iglesia aunque practicó la beneficencia y la caridad durante siglos tiene una misión soteriológica más perenne más allá de las necesidades físicas o la asistencia médica. Pero al gran Contubernio le conviene sumisa y manipulada políticamente. Lo suyo no es lo material en estos tiempos materialistas sino la salud del alma, la búsqueda del Reino de Dios y de la Justicia y lo demás todo se os dará por añadidura. Se estrecha mientras tanto el cerco y no son más que añagazas. Nos la quieren destruir. Han emplazado el grueso de la artillería de costa.
Creo que la Jerarquía se ha dado cuenta de la trampa tendida por sus enemigos de siempre. Pero habría que gritarle a estos sinagogos del pelo rizado y la nariz larga cuyo es sólo el derecho al poder, al grito de todo el poder para los potrancos, control de los medios de comunicación ha sustituido al viejo lema del control de los medios de producción. No son más que unos marxistas muy encorazados de corbata y terno que quieren que todo el mundo hable en inglés y los conspiradores globales que no están encontrando- la verdad- demasiado eco. Su mensaje políticamente correcto es flojo aunque ya se dan buena mano ellos para ahogar toda disidencia.
Tales pensamientos me amargan el hermoso día de Nuestra Señora. Barrunto, empero, que se acercan días terribles. Virgen Santísima, nos acogemos bajo tu manto. Sub tuum presidium.
-Da mihi virtutem contra hostes tuos.
16 de agosto de 2008
2008-08-17
DESPUES DE 52 AÑOS VOLVEMOS A VERNOS
POR FIN NOS REUNIMOS LOS DE LA PROMOCIÓN DEL 55. ¡BENDITO SEA DIOS!
Será el 5 de septiembre en nuestro viejo seminario de Segovia, aquel caserón herreriano en el que enseñó Retórica Diego Laínez, el segundo prepósito después de Aguaviva.
En la noche del 9 de agosto, acababa de bisbisear Completas en honor del santo del día: el Santo Cura de Ars, patrono de los párrocos. Todo un síntoma. Siempre le tuve una gran devoción a este cura francés que, corto de luces, y al que siempre tumbaban en latin y estuvieron a punto de negarle las ordenes del presbiterato porque era un negado para el musa /musae pero a fuerza de tesón y con las ayudas y remaches de Sancti Spiritu llegó a dominar la lengua de la Iglesia con la elegancia de un Agustín, de un Cicerón.
Bueno no tanto; pero san Juan María Vianney -en su persona hablaba elocuente el poder de la gracia- le hizo un corte de manga a Voltaire y fue uno de los héroes de la Iglesia que más pelearon contra el diablo, viviendo una época terrible para la iglesia francesa como fueran los días antecedentes a Termidor y al terror de los enciclopédicos muy liberales, equitativos y fraternos pero que acabaron cortando cabezas.
¿No me digan que tales membranzas nos llevan al hic et nunc actual? Cada día tiene su afán y cada tiempo de la iglesia su santo. Pero hay que dar la cara. Y él presentó cara y batalla contra Satanás con el que sostuvo una lucha atroz; fue uno de esos santos valederos para mí al que profeso gran devoción casi desde niño. Por desgracia no todos podemos ser el Cura de Ars.
Entonces sonó el móvil y al otro lado del espacio estaba Ángel San Vicente, el que saltó tan alto "que llegó a cura" (era el cabo gastador del curso) y hoy cura almas de Basardilla y de no sé cuantos pueblos más de nuestra querida diócesis de Segovia, la sede de san Geroteo, si no la más antigua de España al menos una de las que siempre conservó una recia personalidad. Era una voz que no escuchaba yo en medio siglo o más, la del querido compañero, el pipi alto, buen defensa en el equipo y que no ganaba su padre para sotanas, pues cada semestre crecía un palmo, y sostenía aquel tono firme y joven de misacantano cuando arrecharon bandera blanca en la torre de su pueblo, allá en Valverde de Majano hace ya la tira de años.
Pues "business as usual" y "decíamos ayer. Más de medio siglo ha transcurrido pero en las mismas estamos creo que entonces, cada uno portando su cruz, dueño de sus esperanzas, alegrías, desesperos y fracasos. Seguimos en las mismas, algo más viejos y vencidos por la edad. Veteranos pero no anquilosados ni caducos (¡qué más quisieran nuestros enemigos y los que nos persiguen!) y hombres de hoy San Pablo decía: os derriban y no podrán remataros. Por más que la ley de las horas inexorables haya pintado de nieve nuestras colodras, los que todavía conserven el pelo, que algunos estarán calvísimos.
Pues fue todo un síntoma lo de la fiesta del Santo Cura de Ars y el libro que tenía yo entre manos que era la Epístola Ad Romanos donde se descubre a los enemigos de siempre que ponen chirlas en el zapato de los pobres apóstoles y chinas en las cáligas de los venerables obispos. Son siempre los mismos: la misma rebeldía, esa protervia, ese odio contumaz a la cruz. Idénticos argumentos. No cambian el chip. Sin embargo, no dicen una verdad y, carentes de escrúpulos o de entrañas, hacen pasar por verdadero lo falso.
La paz significa guerra en su lenguaje; pacto, rendición; laicismo, anticristianismo o ateísmo; Violencia de género -y esta es una sociedad violenta- destrucción de la autoridad paterna, patente de corso para el libertinaje y el adulterio, y emasculación del macho al que las feministas quieren transformar en hombre objeto, en papel decorativo de zángano de colmena; inmigración quiere decir invasión. Hablan de solidaridad a todas horas pero ninguno cree en la Caridad cristiana. Y ubi Charitas et amor Deus ibi est, nos recordaba el papa meses atrás en una encíclica, glosando al augusto Agustin. Como han puesto todo del revés y adoran la cruz inversa, todo es posible, todo les está permitido pues su poder carece de límites. Cuentan con el ejecutivo, el legislativo, el judicial, y la massmedia. Ahora tratan de someter a la SRI bajo su férula y esto es lo que más me encorajina a mí.
Así ya se puede, abusones, los ministerios de la Verdad están en vuestras manos.
San Pablo, duro con ellos, se las tuvo tiesas con esa estirpe de adoradores de Belial, y por eso lo degollaron. Pero en fin él fue alférez de nuestra lucha. Y todavía algunos, en medio de nuestras dudas, vacilaciones y humanas miserias, militamos bajo sus banderas.
Alguno tiene que volver a cantarles las cuarenta. Alguno ha de colocarle el cascabel al gato. Al calducho. Al calducho. Ex ore infantium et lactantium y, si no habláis vosotros, serán las piedras las que tengan que contar el caso.
Te entiendo, Remondo, ya sabes, el chiste que nos contaba don Valeriano en tercero de latín de aquel que cruzó una apuesta con uno. A que le digo al alcalde lo que es en sus propios morros. ¡A que sí! ¡ A que no! Ya veremos.
Fueron entonces convidados a una matanza. En la mesa se sentaba el alcalde cacique y tiránico de aquella localidad. Sirvieron el primer plato. Y el buen munícipe algo tirano tuvo ración doblada de "entre claveles y rosas su majestad es coja". El que estaba en la matanza muy bien pudiera haber sido George Bush y su cohorte patibularia de Warmongers agitadores profesionales y profesionales del agit prop que pasan por ser honestos, gente decente y de confianza en apariencia de un probidad. Por dentro son malvados. Aquellos sepulcros blanqueados a los que se refiere Nuestro Señor.
Y ante la carestía de sacerdotes y la penuria de apóstoles ¿por qué no se hace uso de nuestros servicios en lo doctrinal o en lo pastoral a los que iniciamos la carrera y llevados por el ventalle del cambio que sopló sobre nuestra sociedad y la propia iglesia aportando muchas cosas buenas pero llevandose otras en lo atañedero a la fe y a la defensa de los valores cristianos, y que eran medulares a la esencia de nuestra religión [no me refiero a cambios accidentales a los que se daba tanta importancia] que han vaciado algunos aspectos del contenido de la fe, hoy sólo son reminiscencia, no fuimos capaces de culminar la carrera? Si nos llamarán yo gritaría inmediatamente: Adsum. ¡Presente!
Aportaríamos veteranía, un cierto conocimiento de los hombres y el amor imperecedero a la Iglesia por cuya libertad y exaltación oramos. Supongo que mi pregunta propuesta sonará a herejía en muchos oídos o inspirará la sonrisa de compasión que se dispensa a los ilusos y a los que a los ojos del mundo parece que no andan bien de la cabeza. Sin embargo, el pensamiento de Dios, y su lenguaje, va por sendas diferentes a las de los hombres. Toda nuestra esperanza está en Él.
Recuerdo a muchos obispos que andan también sumidos en la confusión de estos convulsos tiempos que la SRI hubo un tiempo en que era un poder independiente frente al poder civil e incluso plantaba cara a las tropelías y malfetrías de la jurisdicción. Añoro a aquellos Gelmírez, a aquellos Ximenez de Rada, caballeros con espuelas de oro que alternaban la mitra con el casco de acero pues vita militia est y eran capaces de defender a su grey incluso con la espada. Actualmente entre los creyentes crece una sensación de indefensión y de indiferencia. Parece que nos dicen: los cristianos a los leones. Habéis hecho las diez de últimas. Y sin embargo...
No he de callar por más que con el dedo, signando ya los labios ya la frente, silencio avises o menaces miedo, ¿No ha de haber un espíritu valiente? ¿Ha de sentirse lo que se dice, nunca decir lo que se siente(1)
Sus predios eran inviolables y la iglesia y los monasterios brindaban protección a los perseguidos. Acogerse a altana se llamaba esa figura y con esas intenciones yo diría que me gustaría refugiarme dentro del recinto sagrado de nuestro viejo seminario. Acaso esta ilusión no sea más que un sueño, un desiderátum quijotescos pero no sólo de pan vive el hombre. Y la fortuna ayuda a los audaces.
Hoy, en los días del pensamiento único y de las decisiones unilaterales aparentemente democrática pero fruto de la componenda y del trapicheo, cuando unos pocos deciden el futuro de unos muchos, hay mucho trágala. Vive mucha más gente perseguida, ninguneada y pisoteada en sus derechos de lo que parece. Nos sume la batahola del doble lenguaje que alimenta el monstruo de la confusión, la contumelia y la tristeza. El pensamiento plano reclama sumisiones al Nuevo Orden y al Doble Lenguaje que pronosticó George Orwell.
Cunde la apostasía y eso es aterrador. En sus orígenes la Barca del Pescador alzó proa contra las olas del pensamiento único, plasmado en el sincretismo pagano y la férula ideológica del Sanedrín. Quizás tengamos que volver a los orígenes, aunque sin obviar los dos mil años de nuestra tradición milenaria, el martirologio, la liturgia y el rito latino (soy partidario de la misa y las preces en ese idioma, según las recomendaciones de S. S. Benedicto XVI y del celibato ad libitum de los presbiteros, una norma que es contingente, procedente de un canon del Concilio de Toledo , no de un mandato de los apostoles, y que no fue firme hasta el siglo XIV, a instancia de los papas de Aviñón para la iglesia latina), y todo lo demás se nos dará por añadidura. Toda religión ha de ser mistérica y culto de adoración, como legataria de los viejos ritos órficos. A veces el lenguaje de Dios no tiene porque entenderse. Pero está ahí. Es palabra de vida.
La Bestia, con todo, es muy fuerte. Convendría rezar con más frecuencia al Arcángel San Miguel y que la oración del "Sub tuum praesidium" no se apee de nuestros labios. Tengo ganas de volver al seminario y cantarle salves al Virgen de los Tránsitos como lo hacíamos con tanto fervor e ilusión en aquellas sabatinas de Mayo.
Las verdades al lucero del alba. Aunque duelan. Retumbe sonora la voz de los diáconos. Ha habido una matanza en el Caúcaso y un tipo que debe de ser pariente de Stalin pues se llama Dzhigasvili o algo parecido ha organizado un holocausto en toda la regla y ha acusado a los rusos de la masacre cuando los autores de los bombardeos que asesinaron a victimas inocentes eran aviones norteamericanos. Vivimos en un mundo bronco donde nada es lo que aparece, donde se proclama la verdad útil. Un mundo plagado de trampas y de recursos torticeros.
Otra vez regresan las guerras de nuestros antepasados y nada menos que a una región tan peligrosa como es el Monte Ararat donde posó el Arca de Noé. Me perdería en consideraciones sobre arcas y alianzas pero preferí la noche pasada escuchar el responso doliente de un chantre ortodoxo que entona las preces desde un monasterio lejano en esta mañana de domingo a través de una radio lejana que las elaboradas explicaciones interesadas de los entendidos de la Sienén. Otra vez Rusia, la Rusia cristiana, fue agredida, y aquí se trata vender la idea de que fue la agresora. Nos rodean por todas partes los profetas falsos y los manipuladores de la verdad.
Porque son breves nuestros días y nuestro paso por la tierra como el humo. La voz de ese monje sigue resonando en las cavidades lo mismo que la de mi viejo compañero de curso que hoy me ha llamado. "Alcalducho". "Alcalducho". Bueno vayamos al caldo que luego vendrán las morcillas. Por fin nos reunimos. Loado sea Dios.
No estamos viejos. Solo de cuerpo. Pero nuestro amor a los hombres no menguó y seguimos tan ilusionados con el mundo, amando a los hombres como entonces. Claro que ya vamos de vencida. Pero la palabra y el amor el verdadero amor que conocimos en el viejo caserón alguna veces a palo pero ello no es óbice para que sigamos amando a la iglesia, aunque la critiquemos pues las cartas cantan y así lo dicen las epístolas de San Pablo. Una cosa es la cáscara, lo exterior, y lo que es accidente y otra la medula eterna de nuestra comunión con Cristo.
El día 5 de septiembre a la sombra del la aceitera estaremos dispuestos a entonar un Te Deum, con la secuencia del Veni Creator o el himno de San Frutos, si nos vaga. Acudid a la cita, hermanos. Hoy estoy lleno de ardores. Día de San Lorenzo diácono de Huesca. Ando en ascuas. Ya soy tostoncillo asado de un lado y pediré al pretor que me den la vuelta. No cabe el regreso al pasado. Esa es mi oferta. Y las condiciones para la vuelta al redil, consignadas arriba. Mi fe no es más que la fe de la Iglesia, aunque tal vez esté soñando con los ojos abiertos. ¿Un iluminado? Ese remoquete ya lo he escuchado unas cuantas veces. Pues bueno. Pax vobis, mis queridos pipis. Paz y Bien.
10 de agosto de 2008
1. Don Francisco de Quevedo
Será el 5 de septiembre en nuestro viejo seminario de Segovia, aquel caserón herreriano en el que enseñó Retórica Diego Laínez, el segundo prepósito después de Aguaviva.
En la noche del 9 de agosto, acababa de bisbisear Completas en honor del santo del día: el Santo Cura de Ars, patrono de los párrocos. Todo un síntoma. Siempre le tuve una gran devoción a este cura francés que, corto de luces, y al que siempre tumbaban en latin y estuvieron a punto de negarle las ordenes del presbiterato porque era un negado para el musa /musae pero a fuerza de tesón y con las ayudas y remaches de Sancti Spiritu llegó a dominar la lengua de la Iglesia con la elegancia de un Agustín, de un Cicerón.
Bueno no tanto; pero san Juan María Vianney -en su persona hablaba elocuente el poder de la gracia- le hizo un corte de manga a Voltaire y fue uno de los héroes de la Iglesia que más pelearon contra el diablo, viviendo una época terrible para la iglesia francesa como fueran los días antecedentes a Termidor y al terror de los enciclopédicos muy liberales, equitativos y fraternos pero que acabaron cortando cabezas.
¿No me digan que tales membranzas nos llevan al hic et nunc actual? Cada día tiene su afán y cada tiempo de la iglesia su santo. Pero hay que dar la cara. Y él presentó cara y batalla contra Satanás con el que sostuvo una lucha atroz; fue uno de esos santos valederos para mí al que profeso gran devoción casi desde niño. Por desgracia no todos podemos ser el Cura de Ars.
Entonces sonó el móvil y al otro lado del espacio estaba Ángel San Vicente, el que saltó tan alto "que llegó a cura" (era el cabo gastador del curso) y hoy cura almas de Basardilla y de no sé cuantos pueblos más de nuestra querida diócesis de Segovia, la sede de san Geroteo, si no la más antigua de España al menos una de las que siempre conservó una recia personalidad. Era una voz que no escuchaba yo en medio siglo o más, la del querido compañero, el pipi alto, buen defensa en el equipo y que no ganaba su padre para sotanas, pues cada semestre crecía un palmo, y sostenía aquel tono firme y joven de misacantano cuando arrecharon bandera blanca en la torre de su pueblo, allá en Valverde de Majano hace ya la tira de años.
Pues "business as usual" y "decíamos ayer. Más de medio siglo ha transcurrido pero en las mismas estamos creo que entonces, cada uno portando su cruz, dueño de sus esperanzas, alegrías, desesperos y fracasos. Seguimos en las mismas, algo más viejos y vencidos por la edad. Veteranos pero no anquilosados ni caducos (¡qué más quisieran nuestros enemigos y los que nos persiguen!) y hombres de hoy San Pablo decía: os derriban y no podrán remataros. Por más que la ley de las horas inexorables haya pintado de nieve nuestras colodras, los que todavía conserven el pelo, que algunos estarán calvísimos.
Pues fue todo un síntoma lo de la fiesta del Santo Cura de Ars y el libro que tenía yo entre manos que era la Epístola Ad Romanos donde se descubre a los enemigos de siempre que ponen chirlas en el zapato de los pobres apóstoles y chinas en las cáligas de los venerables obispos. Son siempre los mismos: la misma rebeldía, esa protervia, ese odio contumaz a la cruz. Idénticos argumentos. No cambian el chip. Sin embargo, no dicen una verdad y, carentes de escrúpulos o de entrañas, hacen pasar por verdadero lo falso.
La paz significa guerra en su lenguaje; pacto, rendición; laicismo, anticristianismo o ateísmo; Violencia de género -y esta es una sociedad violenta- destrucción de la autoridad paterna, patente de corso para el libertinaje y el adulterio, y emasculación del macho al que las feministas quieren transformar en hombre objeto, en papel decorativo de zángano de colmena; inmigración quiere decir invasión. Hablan de solidaridad a todas horas pero ninguno cree en la Caridad cristiana. Y ubi Charitas et amor Deus ibi est, nos recordaba el papa meses atrás en una encíclica, glosando al augusto Agustin. Como han puesto todo del revés y adoran la cruz inversa, todo es posible, todo les está permitido pues su poder carece de límites. Cuentan con el ejecutivo, el legislativo, el judicial, y la massmedia. Ahora tratan de someter a la SRI bajo su férula y esto es lo que más me encorajina a mí.
Así ya se puede, abusones, los ministerios de la Verdad están en vuestras manos.
San Pablo, duro con ellos, se las tuvo tiesas con esa estirpe de adoradores de Belial, y por eso lo degollaron. Pero en fin él fue alférez de nuestra lucha. Y todavía algunos, en medio de nuestras dudas, vacilaciones y humanas miserias, militamos bajo sus banderas.
Alguno tiene que volver a cantarles las cuarenta. Alguno ha de colocarle el cascabel al gato. Al calducho. Al calducho. Ex ore infantium et lactantium y, si no habláis vosotros, serán las piedras las que tengan que contar el caso.
Te entiendo, Remondo, ya sabes, el chiste que nos contaba don Valeriano en tercero de latín de aquel que cruzó una apuesta con uno. A que le digo al alcalde lo que es en sus propios morros. ¡A que sí! ¡ A que no! Ya veremos.
Fueron entonces convidados a una matanza. En la mesa se sentaba el alcalde cacique y tiránico de aquella localidad. Sirvieron el primer plato. Y el buen munícipe algo tirano tuvo ración doblada de "entre claveles y rosas su majestad es coja". El que estaba en la matanza muy bien pudiera haber sido George Bush y su cohorte patibularia de Warmongers agitadores profesionales y profesionales del agit prop que pasan por ser honestos, gente decente y de confianza en apariencia de un probidad. Por dentro son malvados. Aquellos sepulcros blanqueados a los que se refiere Nuestro Señor.
Y ante la carestía de sacerdotes y la penuria de apóstoles ¿por qué no se hace uso de nuestros servicios en lo doctrinal o en lo pastoral a los que iniciamos la carrera y llevados por el ventalle del cambio que sopló sobre nuestra sociedad y la propia iglesia aportando muchas cosas buenas pero llevandose otras en lo atañedero a la fe y a la defensa de los valores cristianos, y que eran medulares a la esencia de nuestra religión [no me refiero a cambios accidentales a los que se daba tanta importancia] que han vaciado algunos aspectos del contenido de la fe, hoy sólo son reminiscencia, no fuimos capaces de culminar la carrera? Si nos llamarán yo gritaría inmediatamente: Adsum. ¡Presente!
Aportaríamos veteranía, un cierto conocimiento de los hombres y el amor imperecedero a la Iglesia por cuya libertad y exaltación oramos. Supongo que mi pregunta propuesta sonará a herejía en muchos oídos o inspirará la sonrisa de compasión que se dispensa a los ilusos y a los que a los ojos del mundo parece que no andan bien de la cabeza. Sin embargo, el pensamiento de Dios, y su lenguaje, va por sendas diferentes a las de los hombres. Toda nuestra esperanza está en Él.
Recuerdo a muchos obispos que andan también sumidos en la confusión de estos convulsos tiempos que la SRI hubo un tiempo en que era un poder independiente frente al poder civil e incluso plantaba cara a las tropelías y malfetrías de la jurisdicción. Añoro a aquellos Gelmírez, a aquellos Ximenez de Rada, caballeros con espuelas de oro que alternaban la mitra con el casco de acero pues vita militia est y eran capaces de defender a su grey incluso con la espada. Actualmente entre los creyentes crece una sensación de indefensión y de indiferencia. Parece que nos dicen: los cristianos a los leones. Habéis hecho las diez de últimas. Y sin embargo...
No he de callar por más que con el dedo, signando ya los labios ya la frente, silencio avises o menaces miedo, ¿No ha de haber un espíritu valiente? ¿Ha de sentirse lo que se dice, nunca decir lo que se siente(1)
Sus predios eran inviolables y la iglesia y los monasterios brindaban protección a los perseguidos. Acogerse a altana se llamaba esa figura y con esas intenciones yo diría que me gustaría refugiarme dentro del recinto sagrado de nuestro viejo seminario. Acaso esta ilusión no sea más que un sueño, un desiderátum quijotescos pero no sólo de pan vive el hombre. Y la fortuna ayuda a los audaces.
Hoy, en los días del pensamiento único y de las decisiones unilaterales aparentemente democrática pero fruto de la componenda y del trapicheo, cuando unos pocos deciden el futuro de unos muchos, hay mucho trágala. Vive mucha más gente perseguida, ninguneada y pisoteada en sus derechos de lo que parece. Nos sume la batahola del doble lenguaje que alimenta el monstruo de la confusión, la contumelia y la tristeza. El pensamiento plano reclama sumisiones al Nuevo Orden y al Doble Lenguaje que pronosticó George Orwell.
Cunde la apostasía y eso es aterrador. En sus orígenes la Barca del Pescador alzó proa contra las olas del pensamiento único, plasmado en el sincretismo pagano y la férula ideológica del Sanedrín. Quizás tengamos que volver a los orígenes, aunque sin obviar los dos mil años de nuestra tradición milenaria, el martirologio, la liturgia y el rito latino (soy partidario de la misa y las preces en ese idioma, según las recomendaciones de S. S. Benedicto XVI y del celibato ad libitum de los presbiteros, una norma que es contingente, procedente de un canon del Concilio de Toledo , no de un mandato de los apostoles, y que no fue firme hasta el siglo XIV, a instancia de los papas de Aviñón para la iglesia latina), y todo lo demás se nos dará por añadidura. Toda religión ha de ser mistérica y culto de adoración, como legataria de los viejos ritos órficos. A veces el lenguaje de Dios no tiene porque entenderse. Pero está ahí. Es palabra de vida.
La Bestia, con todo, es muy fuerte. Convendría rezar con más frecuencia al Arcángel San Miguel y que la oración del "Sub tuum praesidium" no se apee de nuestros labios. Tengo ganas de volver al seminario y cantarle salves al Virgen de los Tránsitos como lo hacíamos con tanto fervor e ilusión en aquellas sabatinas de Mayo.
Las verdades al lucero del alba. Aunque duelan. Retumbe sonora la voz de los diáconos. Ha habido una matanza en el Caúcaso y un tipo que debe de ser pariente de Stalin pues se llama Dzhigasvili o algo parecido ha organizado un holocausto en toda la regla y ha acusado a los rusos de la masacre cuando los autores de los bombardeos que asesinaron a victimas inocentes eran aviones norteamericanos. Vivimos en un mundo bronco donde nada es lo que aparece, donde se proclama la verdad útil. Un mundo plagado de trampas y de recursos torticeros.
Otra vez regresan las guerras de nuestros antepasados y nada menos que a una región tan peligrosa como es el Monte Ararat donde posó el Arca de Noé. Me perdería en consideraciones sobre arcas y alianzas pero preferí la noche pasada escuchar el responso doliente de un chantre ortodoxo que entona las preces desde un monasterio lejano en esta mañana de domingo a través de una radio lejana que las elaboradas explicaciones interesadas de los entendidos de la Sienén. Otra vez Rusia, la Rusia cristiana, fue agredida, y aquí se trata vender la idea de que fue la agresora. Nos rodean por todas partes los profetas falsos y los manipuladores de la verdad.
Porque son breves nuestros días y nuestro paso por la tierra como el humo. La voz de ese monje sigue resonando en las cavidades lo mismo que la de mi viejo compañero de curso que hoy me ha llamado. "Alcalducho". "Alcalducho". Bueno vayamos al caldo que luego vendrán las morcillas. Por fin nos reunimos. Loado sea Dios.
No estamos viejos. Solo de cuerpo. Pero nuestro amor a los hombres no menguó y seguimos tan ilusionados con el mundo, amando a los hombres como entonces. Claro que ya vamos de vencida. Pero la palabra y el amor el verdadero amor que conocimos en el viejo caserón alguna veces a palo pero ello no es óbice para que sigamos amando a la iglesia, aunque la critiquemos pues las cartas cantan y así lo dicen las epístolas de San Pablo. Una cosa es la cáscara, lo exterior, y lo que es accidente y otra la medula eterna de nuestra comunión con Cristo.
El día 5 de septiembre a la sombra del la aceitera estaremos dispuestos a entonar un Te Deum, con la secuencia del Veni Creator o el himno de San Frutos, si nos vaga. Acudid a la cita, hermanos. Hoy estoy lleno de ardores. Día de San Lorenzo diácono de Huesca. Ando en ascuas. Ya soy tostoncillo asado de un lado y pediré al pretor que me den la vuelta. No cabe el regreso al pasado. Esa es mi oferta. Y las condiciones para la vuelta al redil, consignadas arriba. Mi fe no es más que la fe de la Iglesia, aunque tal vez esté soñando con los ojos abiertos. ¿Un iluminado? Ese remoquete ya lo he escuchado unas cuantas veces. Pues bueno. Pax vobis, mis queridos pipis. Paz y Bien.
10 de agosto de 2008
1. Don Francisco de Quevedo
2008-08-06
6 de Agosto San Salvador
Hoy seis de agosto fiesta de la Transfiguración fuimos a la catedral de Oviedo a adorar la imagen de San Salvador al que llaman el "Orejas", una talla del siglo XI, origen del culto jacobeao. Cantamos el credo y leimos la epistola de san Pablo en que da cuente de este hecho ocurrido en el Monte Tabor en Xto nos transfiguramos. Llevamos tambien un ramo de laurel. Felicidades a todos los Salvadores, Salvadoras y Salvitas en la gloriosa fiesta del Spasiteli
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